18 | SUMMER LOVE

Me convierto en el testigo de como Hye Jin llega a convencerlo de abordar un submarino, ¡a las ocho de la mañana! Para el día siguiente.

Esto me levanta el ánimo, mejor que el café porque las ocurrencias para invitarlo fueron desde: tiernas muecas que casi lo hicieron sucumbir, berreos, súplicas, hasta que ella saca la artillería pesada y lloriquea en un chantaje emocional. Como Ho Seok es débil al llanto, al final le dijo que si, cuestión que lo hizo bufar impaciente.

Ella claro, se convierte su despertador personal en la mañana, es decir, le grita hasta dejarle los tímpanos sordos y como Ho Seok quiere exagerar, acota que al revisarse, la sangre salió por sus orejas.

Juntos van al puerto de salida sin que su representante lo sepa y bufa de nuevo.

-Deja de bufar, ¡pareces un caballo! -pide ella con un puchero-. Si no querías venir me lo hubieras dicho.

-¡Eras tú la que me rogaba!

Intenta calmar sus nervios, aumentan cuando ella se aferra a su mano. Entrecierra los ojos y cierra la boca, inmerso en esa sensación tersa, a pesar de estar sudada y pegajosa. No le importa, porque trae agradables recuerdos para su mente.

Aw, ahora parecen novios. ¿Ya les dije qué me encanta este par? Pues lo diré muchas veces más hasta que se aburran.

-No conozco a nadie más en Barbados, Ho Seok, tampoco quiero salir con mi representante.

Touché, Hye Jin.

Él frota sus ojos adormilados y suena su cuello, estando agotado cree que es una buena idea ir a un paseo, será divertido aún si iba a estar pegado a Hye Jin. Es lo que él necesita y lo que todos queremos: que vayan a una cita. ¡Y así va a ser! A él le duele un poco la muñeca por haber dibujado hasta la madrugada, realiza ejercicios suaves mientras la mira con una mueca formada cuando Hye Jin aulla de emoción.

Parece un cerdito en el matadero. Ah, no le digan que la comparo con un cerdo, no es adecuado para una modelo.

No entran al submarino todavía, ya que van en un barco que los lleva a alta mar; los presentes la ven con sorpresa y le sacaron fotos desde sus teléfonos porque la reconocen hasta en la isla más pequeña y recóndita. Barbados es popular, Hye Jin también, eso es una combinación explosiva.

Ella saluda sonriente a las cámaras, acostumbrada a los sonidos del flash y se figura en varias posiciones por mera costumbre.

«¿Será su novio?», es lo que comentan entre cuchicheos al ver a Ho Seok intentando apartarse de ella. Estoy consciente de que el rumor se esparciría, algo que sinceramente, no queremos que pase. La internet es rápida, aunque no más que la diarrea, lo puedo jurar.

La promesa del viaje en submarino es una aventura que va a renovar sus mentes. El Atlantis Submarines, es de las actividades más divertidas para los turistas en Barbados, una experiencia narrada y un naufragio enterrado en el fondo del mar, a 150 pies de profundidad. Quizá esto ayudaría a Ho Seok a dibujar una escenografía que esté bajo el mar, según Hye Jin. Cosa rídicula para él, no tiene escenas parecidas en sus capítulos y no es el encargado de dibujarlas.

¡Yo digo que no pienses mucho! Ah, ¡y di gracias, señorito! Yo no lo eduqué así.

Entran uno por uno, delante y detrás hay una gran fila. Los saludo al toparme «casual» con los dos, plasmo una enorme sonrisa para convencer con mi asombro.

-¡Eh! No sabía que iban a viajar en submarino.

-¡Ey! -Ho Seok se apura para formarse a mi lado al tenerme como una excusa barata, y nos sentamos juntos, eso deja a Hye Jin en la soledad en su asiento y un adorable ceño fruncido-. ¿Cómo has estado? No te he visto últimamente.

Ah, lo normal. Estuve de aquí, por allá al hacer de tu casamentero, you know?

-Espera, ¿vas a dejarla sola? -susurro con una sorpresa fingida, debo mantener las apariencias-. No es de caballeros, Ho Seok.

Realiza un ademán.

-Estará bien... -Y se inclina un poco, la ve animada con otro hombre que está delante de ella, es posible que fuera japonés. Oh, lo es. Ella lo entiende y viceversa-. ¿Ves? Ya está entretenida.

-Eso dices ahora -opino entre risas.

-¿Qué dices?

-Nada, nada.

Nos sumergimos, el mar es de un color cristalino, limpio, puro, inmenso. Los ventanales circulares nos dejan contemplar los arrecifes, los peces de variedades y diversos tamaños. El asombro de Ho Seok es genuino, abre su boca con una enorme letra o, se la cierro para que no le entren moscas. El mar se mece, disfrutamos y nos reímos pero, Ho Seok escucha la particular risa de Hye Jin; en cierta forma, eso lo deja un poco molesto por como el japonés juega con sus cabellos.

Prefiere contemplar la tortuga que pasea frente a él, pero le parece más importante estudiar al desconocido que bromea con Hye Jin. Pone en alerta su oreja, sé que no entiende el idioma.

-¿Sabes japonés, Nam Joon?

-Si, ¿por qué? -Pestañeo un par de veces, con la necesidad de reírme ante su expresión-. ¿Quieres saber que le dice a Hye Jin, no?

Niega como si no haya sido bastante obvio.

-Tenía curiosidad, nada más.

-El japonés le dijo que es bonita y es su fan desde que la vio en Tokio -comento.

Después de dejarle la bomba, regreso mi vista hacia el hermoso paisaje marino, muerdo mis labios porque voy a reventar de risa. Ho Seok a mi lado se mueve inquieto y bufa. Tantas veces lo ha hecho que perdí la cuenta.

-Ah. -Gruñe-. ¿Cuantos minutos de viaje nos quedan?

-Cuarenta y cinco minutos.

• • •

Ho Seok la mira impertinente, ella lame su helado sin ningún tipo de remordimiento al hacerlo. ¿No se da cuenta lo mal que es comer el helado de esa forma? Seguro es lo que está pensando. ¿Pero qué me cuentas, Ho Seok? Si a ti te gusta verle mover esa boquita... Ejem, ejem, los niños, casi me olvidaba.

El viaje no pudo disfrutarlo, lo atormentó las risas de hiena que estuvieron a un par de metros de nuestros asientos.

Y como próximo destino, nos dirigimos a la Abadía de San Nicolás (St. Nicholas Abbey), una mansión convertida en museo, también es una destilería de ron con plantación, yo mismo les hice la recomendación para ir todos juntos hasta allá.

-Así que sabes japonés -dice, manchado por una rabia que lo delata-. Que sorpresa, Hye Jin.

Voy detrás de los dos, nunca emito mi opinión. De alguna manera, me quedo invisible sin ser invisible. Jo, ¿para qué me presento si me van a ignorar igual?

-Viajo a menudo a Japón, mi agencia me da mucha participación en la capital -refuta. Contiene una sonrisa al darse cuenta de lo adorable que se está enfadado sin motivos aparentes-, soy modelo, ¿recuerdas?

-¿Y eres pésima en inglés? -Alza sus brazos en gestos cínicos-. ¡Íncreible! ¡Wow!

-¿Te pusiste celoso, uh? -Deduce divertida, vuelca su helado en sus comisuras con cierta malicia-. No pasó nada y el que me gusta eres tú. ¿O quieres qué te lo repita para qué todos se enteren? Calma tus celos o te los haré calmar.

Ho Seok no se mueve ante su amenaza, comparte conmigo una mirada de auxilio. Oh, no, yo quiero que le de mucho love. Se lame e infla sus mejillas.

Me encogo de hombros. La astucia me ilumina.

-Hye Jin, él me pidió que le tradujera la conversación -señalo de forma traidora-. ¡Le gustas, Hye Jin! ¡Le gustas, le gustas! Ho Seok y Hye Jin sentados en un árbol, la la la, ellos se besaron, la la la... ¡¡¡Besense de una vez!!!

Infantil pero efectivo. Me tienen harto, ¿qué les digo? Es inaudito, si no conspiro, ninguno hará un movimiento certero. ¡Ustedes mismos lo pudieron comprobar!

-¡Oye! -Ho Seok está más rojo que el sol-. ¡¿De qué lado estás?!

Me echo a correr, él pretende alcanzarme, yo desaparezco en el aire. Del mapa.

-¡VUELVE AQUÍ! -vocifera sin saber adonde fui, furibundo observa hacia todas partes.

Hye Jin lo sigue y acaricia sus dedos, los entrelaza con los suyos, sin vergüenza de sentir el sudor de su palma, esa cercanía agita sus cuerpos. No quiere ser abrupto al desenlazar sus manos lo más gentil posible, en cambio Hye Jin la aprieta, como el agarre de un niño que teme perder entre el gentío.

-¿Es cierto, Ho Seok? -pregunta con ilusión, revolotea sus pestañas y muestra su mejor expresión de cachorro lastimado.

Funciona con él, lo tiene claro. Ho Seok es víctima de una risa nerviosa.

-¿Tienes miedo de mí? ¿Es eso? -añadie ella. Asoma su rostro hacia él, sonríe avispada al ver sus mejillas rojas, entonces cierra sus ojos-. Bésame si te gusto, lo aceptaré como una confesión.

Él interpone su mano entre ellos, va a explotar de vergüenza porque hasta humo sale de sus orejas.

-No voy a besarte.

-¡Ah! -chilla. Hye Jin es la chica más chillona del mundo-. ¡Eres un romántico, Ho Seok! ¡No quieres besarme delante de mucha gente! Tienes razón, fue mi error.

-Yo no dije nada, te lo estás inventando.

No, no se lo había inventado.

Él no iba a besarla
con testigos oculares.

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