14 | FRIENDSHIP

    Los dos corren por el pasillo, hasta que Yugyeom —el antagonista de nuestra historia—, interpone su pie para hacer tropezar a Ho Seok.

   ¡Pelea, pelea, pelea! Ah. No, esperen, así no es. Tengo que decir: ¡Oye!

    Hye Jin lo ayuda a pararse y clava su vista furiosa en la presencia burlona de su ex. Ho Seok maldice por su caída, una latente furia enturbia sus ideas y mantiene apretado sus puños. Él no sabe pelear ni estuvo en una lucha antes pero está decidido a golpearlo, a arrebatarle esa sonrisita de niño chulo. 

    ¡La violencia no es la solución, amigo! 

    Bueno, quizá...

     ¡No! ¡Está mal! 

     —¡¿Quién te crees qué eres?! —exclama él, Hye Jin lo sostiene, sino golpearía al cabrón como un simio—. ¡Voy a pegarte tan duro que vas a olvidar tu nombre! 

   —Estás rogando que te desfigure tu rostro, imbécil. ¿Qué dices, Hye Jin? ¿Lo hago? —pregunta Yugyeom sonando su cuello.

    Yes. Yugyeom es la definición de danger. 

    Lectoras mencionando Danger de BTS en tres, dos, uno...

    —Ho Seok, vamos, no pelees con él —susurra Hye Jin con el pavor corriendo en su sangre.

    Atrae al joven hacia ella, abraza su brazo sin cuestionarse si está bien o mal su acción, solo que debe detenerlo.

    Su nivel de adorabilidad está por las nubes.

     Por cierto, no les dije que Yugyeom sabe taekwondo y es cinturón rojo. ¡Detalles que se me pasan!

     Uy, ¿en qué momento pasamos al género acción?

     ¡Tengo que intervenir! Aún si es de la manera más torpe, no puedo permitir que mi protegido se hqga daño por una lucha desigual. Ho Seok saldría herido, juré protegerle en el capítulo uno... ¿O fue en el dos?

    ¡No lo recuerdo, perdón!

    Choco con el hombro de Yugyeom a tiempo, casual, este me ofrece una fiera expresión, lo ignoro, y saludo con una enorme sonrisa al dúo una vez emerger de una forma que nadie se cuestiona.

    —Oh, disculpa... No te había visto. —Hago una reverencia corta e insolente, luego observo a la pareja aunque todavía no lo sean—. ¿Qué pasa acá?

   —No sucede nada —responde Hye Jin.

    Sus intentos frustrados de parecer una egocéntrica para que yo no sospechara de la situación, no surten efecto. ¿Cómo hacerme el sorpendido con eso?

    Querida, yo sé todo. Sé hasta que marca de tanga usas.

    Olviden eso... Sonó mal en muchos colores y formas.

   —¡Si sucede algo! ¡Este! —Señala mi protegido con toda la energía acumulada en su dedo índice—. ¡Este idiota está molestando a Hye Jin! 

   —No tienes pruebas —declara el acusado como si ahira viéramos una serie de abogados.

    Suelts una risa estridente; se retira hacia el elevador, perdiéndose de nuestra vista. 

    Y TAMPOCO DUDAS, AH.

     De esta forma evita agrandar el conflicto. Ho Seok se queda con las palabras en la boca, algo dentro de él se sacude. Proteger a Hye Jin se vuelve una misión que jura en silencio, no podrq olvidar esas dulces facciones llorando de miedo por la culpa de su acosador. Sus lágrimas, esas que le han quedado grabadas en su retina.

    Me muero, ¡qué divinos!

   Ya le he dado a Ho Seok una de las muchas razones para empezar a tener sentimientos por alguien: protección. Esa fuerte emoción de querer que no le pase nada a quien más estimamos. Y está cegado, a menos que me esté equivocando y lo haga por interés nada más.

    Espero que no.

   Ho Seok y Hye Jin me dejan en segundo plano... Auch, fingir que eso no me ha dolido me cuesta. Después veo a Ivanna caminar con su móvil. En la otra esquina, a Rocío acercarse a mí con una enorme sonrisa, dispuesta a hablarme con más ganas de las que tuvo ayer.

    Uhm...

   ¿Qué pasaría si yo?...

   —Estás pensando en voz alta —dice ella, guarda su teléfono en su bolsillo delantero y hace una pequeña mueca en su boca—. Sé más cuidadoso. 

   —Ivanna, uh... —La empujo hacia un lado sin usar los brazos. Ella cae hacia Rocío, donde prácticamente las obliguo a chocarse entre sí—. ¡Ahí se ven!

    Corro, inundando el espacio de risas. ¿Quién dijo qué solo uno parejas? ¡También uno amistades!

   Ivanna se queja por el golpe. Es muy quejosa. Pide perdón a Rocío con creciente pena pero esa tensión se esfuma muy rápido.

   —¡No pasa nada! Fue un accidente, no ha sido tu intención y yo también iba distraída —menciona divertida—. Ah, tú... ¿Conoces a ese chico qué salió  corriendo?

   —Sep —confirma segura—. ¿Por qué?

   —No, es que... —Un calor se acumuló en sus mejillas y rió—. ¡Ay! Que cosas, no te dije mi nombre, un gusto, ¡soy Rocío! ¿Cómo te llamas?

      La energía de la otra muchacha hace dudar a Ivanna, que es más perezosa pero asiente gratamente sorpendida por el cambio de tema; lo entende, le causa cierta ternura que sea transparente.

   —Ivanna.

    Piensa: Muchas gracias Nam Joon, por ayudarme a hacer nuevos amigos. ¡Te amo, oppa!

   Mira a la nada irritada, o sea a mí.

    Ok, no, no pensó eso.

     Y es extraño que cuente esto, ¿donde se han metido los otros dos? Ah, verdad, ¡con el representante! Creo que no le perdimos el hilo, sabemos que fueron a exigir más seguridad para la modelo.

    Así que, continuemos.

    Hye Jin está conmovida y aliviada, el personal del resort toma en cuenta las palabras de su representante, fichan a Yugyeom en las cámaras, por si llegaba a hacer algo en contra de sus políticas o protocolo de seguridad.

    —Gracias —susurra ella bajito tras volver a la habitación.

   —¿Qué has dicho?

   —Gra... ¡Gracias! —Vuelve a repetir torpe, más alto.

    Su rostro pálido adquiere varios tonos de rojos. Sin duda, ella desea encerrarse al baño y hundir su cabeza en el retrete.

    —Oh, la súper modelo diciéndome «gracias» con humildad. —Su mano se pone en su pecho, mostrándose como si eso le inflara el orgullo y le llenara de ternura al mismo tiempo—. Aish, debería haberlo grabado... ¿Podrías repetirlo? Quiero tenerlo en mi tono de llamada.

   —¡Aaah! ¡Eres un tonto!

    Ella golpea flojamente su hombro, labrando una sonrisa al sentirse en calma. No puede enojarse, no con su héroe.

   —Por cierto —aclara su garganta—. ¿Me dejarás dibujarte?

   —Claro —contesta animada—. Has hecho lindas cosas por mí, debería devolverte el favor.

    —¿Podrías posar ahora?

    Sus ojos brillan, es un dulce que empalaga la vista de Hye Jin. Él busca un cuaderno, dispuesto a empezar sin permitirle pensar.

    —Intenta posar como quieras —dice apresurado para que no cambiara de opinión—, debo hacer los bocetos de tu cuerpo y expresiones.

    —Como una sesión de fotos.

   Él sonríe sincero:
   —Como una sesión de fotos... No te muevas hasta que te lo pida, ¿sí?

    La modelo realiza su primera pose, inicia con algo sencillo como cruzarse de brazos y verse temible, fuerte, poderosa. La energía que transmite, es diferente a cuando habla. Ve letalidad y seguridad, todo lo contrario a la asustadiza Hye Jin de hace unos momentos. Ho Seok admira su versatilidad y no duda en tomarse su tiempo en tomar sus proporciones con el lápiz.

     Cierra su ojo, muerde la punta de su lengua, pareciendo un Da Vinci a punto de dibuar a su Mona Lisa. 

    Los nervios la hacen tragar, siempre había sido vista por millones pero que Ho Seok lo hiciera, la pone a dudar si la observada es ella, o, es ella quien lo observa a él.
   
     Él hace trazos importantes, líneas suaves para después repasarlas y volverlas a dibujar en su laptop. Una expresión satisfecha esboza, volviendo a sentir ese sentimiento palpitar en su pecho después de la muerte de Ah Ni.  Sus ojos se abren y cierran al imaginarla a su lado, felicitándolo por ser bueno en lo que hace.

     Lo anima, lo admira e incluso le ofrece esa sonrisa inolvidable.

    Su lápiz cae al suelo, los recuerdos lo dejan estremecido. Con un repentino pesar sobre sus hombros. 

   —Perdón... —Tiene su boca seca—. Puedes hacer otra pose.

   —¡Okey!

   Ella cambia su postura, como si se encontrara en un evento importante, así que colocó su mano en la cintura y sosonríe espléndida. Esa nueva actitud también sorprende al menor, porque la luz artificial a espaldas de Hye Jin la resaltan.

     La hacen tan grande como una diosa frente un mero mortal.

    No arruines la atmósfera, Ho Seok. ¡No arruines la atmósfera!

   —Actúa un poco más natural.

   —¿Disculpa?

   —Estás forzando la sonrisa, Hye Jin.

   —¡Me ofendes!

   —¡Ah! —Levanta su palma cuando deshace la postura, ella muestra más enfado al punto de levantarse—. ¡Espera! ¡Esa expresión es genial!

   —¡Me pides mucho! —Bramb el doble de ofendida—. Eres peor que el fotógrafo Park.

   —Al fotógrafo Park le faltó  pedirnos que nos besemos en la sesión —comenta para ponerla más rabiosa y avergonzada.

   Hye Jin mantiene su ceño fruncido y su rubor por más tiempo, arde por las palabras del varón, sobretodo, la incómoda recordar su aliento pegado a su semblante, su escencia masculina, su mano envuelta en la suya....

      Es un playboy.

   —Yo no... —Aclara su garganta—, yo no te habría besado. ¡Antes muerta!

    Antes Hye Jin que InHye Jin.

    ¿Así es el meme? Ni pálida idea de cómo se usa. Mejor me invento mis propios memes, pollitos.

   —Estoy casi seguro de que sí lo querías. —Saca su lengua en respuesta—. En el ascensor estuviste a centímetros de devorarme.

   —¡Eso no es verdad!

    Se toca sus mejillas con rapidez, necesita cubrirse como si se sintiera desnuda. Pero quiere evitar que siguiera burlándose de ella.

    ¡No seas malo, please!

    —Mira.

    Enseña su boceto aún si se viera tiernamente enfadada. En el papel aparece es una tierna Hye Jin en versión caricatura, con leves marcas de rubor, unos ojos expresivos, cálidos y sinceros aún si se está enmarañada. Hye Jin no tuvo palabras, le encanta y acaricia las líneas de su propio dibujo.

     Al notar su fascinación, él dice:
      —Esa es la escencia que busco en ti. Eres hermosa así, Hye Jin, al natural.

   —¿Qué has dicho?

   Y el muy tonto con una gran sonrisa, repitió:
   —Que eres hermosa.

  —Por favor, dilo de nuevo, quiero tenerlo de tono de llamada —espeta burlona, comenzando a reírse.

  —¡Ni en broma, Chihuahua!

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