02 | AIRPLANE

    Habían pasado unos días. El que tanto se ansiaba, llega por fin: Ho Seok irá a Barbados.

    Lógicamente, está nervioso, no es su primera salida del país. Él viajó a España con su familia cuando fue pequeño, casi no tiene recuerdos de ello pero la sensación de ir solo, le mastica el vientre y serpentea en sus intestinos. Sí, una forma elegante de decir que le está dando ganas de cagar, ¡tomen nota, mis pichones!

    Estoy orgulloso de él si me lo preguntan, va a tener que movilizarse por su cuenta y aunque es una pequeña isla, el idioma oficial es el inglés.

     Ju, ju, ju. Yeah.

    Él no podrá defenderse, ¡pero no se preocupen! Estaré cuidándolo. Después de todo, ¡soy su tutor! O más bien, me autoproclamo como tal.

    ¿Están más tranquilos? ¡¿No?! ¡Que poca fé en mí! Prometo que no le pasará nada. Esto no es una trama de tragedia, ¡no se alarmen! Nadie mor... bueno, no estoy seguro. La vida es impredecible. Esta historia se puede transformar en una trama de mafia en un párrafo.

    ¡Ah! Que difícil es ser un narrador, ¡ya no quiero serlo! Pero sin mí, ¿quién contará la historia? ¿Ustedes? ¡Pues les reto! Verán que relajante pero estresante es. Todo debe tener sentido y una explicación, debemos hilar la trama con amor, agregarle condimento en los personajes, un poco de azúcar, flores y muchos colores. Estos fueron los ingredientes elegidos para crear la historia de Magical Summer, yes!

    Ay, lo siento, Ivanna, ja, ja, ja.  Ella es quien escribe mis palabras mientras se las dicto. ¡Sí, sí! No a la antigua sino lo que le cuento en la cabeza, ¡cómo telepatía!

   ¡En fin! ¿En qué estaba?

    Ah, si, ya me acorde:
    Ho Seok aguarda sentado en el Aeropuerto Internacional de Incheon después del check in. Debe esperar que el horario de su vuelo sea presentado en las pantallas, las cuales se cambian con rapidez. 

    Los próximos pasajeros que abordarían, pasean de un lado a otro, sostienen café en sus manos, proveniente de la cafetería y arrastran sus valijas sin esmero, lo cual hace que las rueditas hagan un chirrido contra la céramica.

    Yoon Gi codea amistoso a su amigo, sintiéndose más nervioso que él al acompañarle en nombre de sus padres. Es un día laboral para ellos, estuvieron apenados de no poder despedirse de su hijo y desearle un excelente viaje, sin embargo, su madre llena su bandeja de mensajes.

    Ella le exigió que se mantuviera en contacto de manera frecuente, pues no le verán durante una semana. Hasta le ha amenazado de que si no lo hace, irá ella misma hasta el hotel para darle un buen par de chancletazos.

    ¡La mamá de Ho Seok si que sabe meter miedo! 

     Es que es comprensible, ninguma madre dejaría que su hijo se fuera solo al extremo del mundo siendo su primera vez. Y es que no cabe en ninguna cabeza pero es la mejor excusa que puedo dar porque es conveniente para la trama.

   —Mira —inquiere Yoon Gi, curioso de la figura que atrae los focos de los mediáticos amarillistas. Pasan cerca de ellos, no es fácil ignorarlos—, están sacandole muchas fotos a esa chica. ¿Será una modelo? ¿Tú sabes algo? Yo he estado muy ocupado para fijarme en las tendencias.

   —No lo sé, debe ser alguien famosa, supongo —murmura él.

    Resta importancia a la señorita que ve de manera disimulada. Ella está acompañada de guardias y de un mánager. Su extrema belleza lo abruma, con un breve segundo de aturdimiento, pestañea. Luego viene un cosquilleo plantado en su pecho, desconocido y caliente.

    Estira sus piernas, concentrado en que subirá a un avión dentro de veinte minutos. El pensamiento nervioso le hace querer descargar su vejiga.

   ¿Qué te dije de no tomar antes de viajar, Ho Seok?

   —Iré al baño, ¿cuidas mis cosas?

   —Ve tranquilo —contesta su amigo con una sonrisa—. Y trata de no demorar, no quiero que pierdas tu viaje.

    Aquello suena como una amenaza pero el castaño lo ignora. No lo hará, sería un desperdicio de dinero. Más para sus padres, quienes compraron su estadía con el ahorro familiar. No merecía llamarse hijo, pensó ansioso.

    Me ha dado un poco de tristeza. (Carita triste aquí)

    Acelera sus pasos. Intento no perderlo de vista, lo sigo hasta el baño, donde preferí no meterme por si acaso ustedes me viesen raro y comiencen a planificar un fanfic se amor entre hombres. Que no está mal, ¡pero no es momento ni lugar! Y porque, ¡eh!, no tengo deseos de hacer pipí.

    Avisto a la joven, la misma que nombraron en la platica que tuvieron hace uno minutos. Se dirige al baño femenino. La reconozco de un vistazo. 

   Es el hada de la nación, el rostro más bello del presente año, quien por su popularidad, todos quieren verla para sentir que están muy cerca de un ángel. De algo irreal.

   Kim Hye Jin, hermana del gran Kim Seok Jin, un actor en ascenso. Las estrellas del momento que ocupan las revistas más codiciadas. New York Times la nombró la mujer más influenciable del año. En Occidente también la idolatran, como una especie de Tyra Banks, incluso poseía un contrato con marcas internacionales. No hay niño o abuelo que no supiera de su nombre.

    Solo que... Ella no es un ser celestial en cuanto personalidad nos referimos. Puede actuar con finura y elegancia frente a las cámaras, mas su interior es... No tan bonito como su rostro. Es una joven con un carácter impredecible, chillón, suceptible que ni ella puede controlar. 

   Y en esos instantes, Hye Jin discute con su representante, situación común en su día día porque parece que quiere retocar su maquillaje o que sé yo.

   Y como buen narrador: Me aprovecharé de la circunstancia y su pequeña distracción para dirigirla al baño de los hombres, así le haré creer que es el de las damas.

    ¡Soy todo un genio!

    Un poco de magia rosa por aquí, verde por allá... Los carteles se alborotan en un intercambio rápido.

   ¡Esto se va a prender, yeah!

    La modelo ingresa sin dudarlo, desconcertada al observar que Ho Seok lava sus manos tranquilamente; luego, emparejó sus cabellos despeinados frente al espejo. Menos mal no lo pilló meando.

    Ella exclama:
    —¡Aaaaah! —Asustada, retorcida por la sorpresa—. ¡Pervertido! ¡Sal de aquí!

    Da un salto para golpearlo con su pequeña cartera. ¡Está hecha toda una fiera! ¡Les dije que se iba a prender!

    —¡Oye! —brama él, sin poder hablar porque sus golpes se vuelven duros.

   No duro en ese sentido... ¡Agh, olvídense!

    Intenta apresar sus muñecas pero ella combate con desespero al creer que va a dañarla, así que propina arañazos en sus manos como único mecanismo de defensa.

   —¡Sueltame o llamaré a los guardias, pervertido! ¡Acosador!

    Entra su representante a los tropezones al esuchar el escándalo, cubre su boca para no reírse de la desgraciada situación: dos jóvenes que tiraban sus cabellos y ejercían presión mientras el tiempo corre.

   —¡Escúchame, idiota! —pide en un ruego Ho Seok, sin comprender como se ha metido en TAN absurda situación.

    —¡No! ¡Seguro me esperabas para violarme! —Vuelve a chillar desesperada—. ¡Hay un violador! ¡Un secuesxual! ¡Ayúdenme!
  
   —¡¿Secues... xual?!

   —¡Secustrador sexual!

   —Aguarda un momento. —Usa su mano para cubrir su rostro, con tal de evitar ser golpeado—, yo no soy el pervertido aquí, este es el baño de hombres. ¡La Pervertida serás tú!

    Ofendida, ríe seca y se abanica a sí misma ante una subida abrupta de calores. Sus mejillas enrojecen, como no. Su representante la llama, la detiene a tiempo. Enseguida ae suelta brusca, enrojecida por la rabia con un ímpetu imposible de domar. 

   ¡Vaya tigresa le tocó a Ho Seok!

    Él contrae sus facciones, le da jaqueca sus gritos y sumado a la sucesión de golpes marcadas en sus brazos, cierra sus ojos asqueado.

    —¡¿Pervertida yo?! ¿YO? Estás hablando con una diosa, querido. —Da unos golpecitos en su pecho, orgullosa de ser una modelo internacional—. ¡Todos mueren por mí! ¿Acaso no sabes quién soy?

   —¡Ja! Me importa un bledo, solo he venido a mear, no te creas la gran cosa, «querida» —responde en rebote, sin dejar de dedicarle un estudio fugaz.

     Sí, es bonita pero su humor de niña malcriada nadie se la quita.

     Él le salpica las últimas gotitas que le quedan en sus manos y marca una sonrisa prepotente, triunfante. Gana la contienda verbal y se retira al recordar que el avión despegará en unos minutos.

   —¡Agh! ¡Te voy a matar!

   —Señorita Kim, debemos subir al avión, por favor... Tenemos que irnos —habla el pobre hombre que se encarga de cuidarla.

   —Sostén mi cartera, ¡voy a reventar su rostro de idiota! ¡¿Cómo se atreve a mojarme?! —Enfadada de que su presa la ignora, lo persigue apurada. 

    Él sale del baño público a prisas, una multitud de fanáticos enloquecidos, ansiosos de conocer a la modelo del momento, chocan con Ho Seok. Todos ellos suspiran decepcionados al ver que no se trató de Hye Jin.

    El «hada de la nación» suelta un chillido de rabia, va apurada en salir para seguir a su supuesto «acosador» pero le bloquean el paso con las cámaras y sus flashes intensos. Los guardias la ayudan a ir a su vuelo en primera clase, ellos le impiden que supiera que abordarán en el mismo avión.

    Esto permitió que él siguiera su camino, tomó sus cosas y despidió a su mejor amigo en un abrazo estrecho. Dejó un bonito mensaje para que no le extrañara.

    —No olvides llamarme cuando llegues, Ho Seok. Quiero saberlo todo.

    Va con él hasta la línea donde ingresan los pasajeros.

    Yoon Gi suena como una esposita, Ho Seok aprovecha el espacio en blanco.

   —Lo haré, cariño —bromea entre risas.

   —¡Oye! —grita él—. Y asegúrate de encontrar una novia caribeña, ¿me oíste? ¡Así dejas de llamarme cuando te emborrachas!

    —¡Pero si adoras mi llamados, bebé!

    Las personas de alrededor voltean a ver su extraña conversación. Su amigo Min se sonroja, más por enfado que por pena.

   —¡Ya vete!

   Uf. Y esto apenas comienza, amiguitos míos.

    Y adivinen quien lleva un gorrito de explorador, una camisa floreada, y una mochila estilo Dora, La Exploradora.  Del mismo color incluso: Morada, en su honor porque con ella aprendí inglés. Sip: ¡yo!

    Llego junto a Ho Seok de un modo sutil, no es necesario revelarme en alguna forma física, ¿saben? Lo que sucede es que me resulta divertido el proceso, participar y no ser solo un mirón. 

    Mi apariencia es la de un joven de cabellos castaños, una expresión de sabiduría, de conocer los secretos del universo, con intención de querer compartirlos. Una apariencia bastante tranquila, confiable, junto a otros sínonimos encantadores que me harán llorar si sigo intentando describirme. Creo que con esto ya deben suponer mi identidad, ¿no?

    Al encontrar el número de su asiento, Ho Seok deja sus pertenecias más livianas en el compartimento que está encima.

    Empuja la pequeña maleta, esta entra sin preocuparse por su otra valija grande, ya que se halla entre los demás equipajes, todos resguardados en una cabina.

    Suspira colocándose el cinturón de seguridad y apaga su teléfono para no ser molestado; recuesta su cabeza, con la vista en la ventanilla.

   —Hola —digo suave, intento no perturbarle.

    Sería bueno hablarle. ¡Así no se aburrirá!

   —Ah, hola —balbucea.

    —¿Es tu primera vez viajando en aire? —pregunto entusiasmado. Ocupo el lugar libre, justo a su lado para que nadie me lo quitara.

    —No, pero podría decir que sí.

    —¿Viajas solo?

     Hago otra pregunta con una sonrisa adornada de hoyuelos. Quizás estoy haciendo muchas, ¡tengo que calmarme!

    —Si —susurra algo más calmo por la charla.

   Este chico es oro. ¿Ya ven por qué no quiero qué sufra?

    Y él añade:
    —Es un regalo de cumpleaños adelantado. Uh, soy Jung Ho Seok, un gusto.

    Observo su mano tendida hacia mí. No me he equivocado con él: Su corazón ansiaba más de lo que dicen sus ojos.

    —Kim Nam Joon. —Me lo invento en el momento, así que estrecho nuestras manos—. Puedes llamarme hyung.

    —¿Hyung? Primero debería saber tu edad. —Duda de mí con una sonrisa. Oh, créanme que tengo muchos años pero no quiero que me llame: «señor»—. Tengo 21, ¿y tú?

    Le dije que tenía 25, así no negará el protocolo. Platicamos un poco más, hasta perder la noción del tiempo. Tenemos más que suficiente, las horas de vuelo y las escalas, me permitirían entablar una relación más apegada con él.

NOTAS VERANIEGAS:

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