Capítulo 4

El resto de la semana se desarrolló "normal", tuvo que hacer de paloma mensajera de nuevo, hacer un sobre para guardar un poema de Lysandro y hacer un ramo de flores para reconciliar a Leigh(hermano de Lysandro y vendedor de la tienda de ropa) y Rosalya, gracias a esto Rosalya se acercó más a Sucrette.  En el fin de semana nuestra protagonista se dedicó a sacar fotos de la ciudad, investigar sobre sus asuntos mágicos, navegar por internet, hablar a través del celular con Laeti, experimentar con pociones y aprender recetas de bocadillos de otros países.

Mientras tanto Ken la estaba pasando mal en la escuela militar, sus compañeros se burlaban de su contextura y lo ñoño que es, al ser fin de semana tenían derecho a ser visitados por únicamente sus padres:

-¡Mi niño! ¿Cómo te ha ido? ¡Pero vaya! ¡Sólo has pasado aquí una semana y has crecido!- exclamó Manon

-No exageres mamá...

-Como te ves al espejo todos los días no lo notas ¡Vamos a sacarte fotos para que después veas todo tu progreso!

-No tengo ánimos para fot...-no sirvió de nada porque su madre le saco una foto de todas maneras

-Manon, basta de distracciones y halagos, recuerda que le tenemos que decir lo de Sweet Amoris- dijo su padre

-¡Oh cierto! Una chica del instituto probó que esas señoritas te molestaron y robaron ¡Y han sido castigadas! ¡Incluso nos devolvieron el dinero!- Sucrette, esto sólo pudo haber sido hecho por ella

-¡¿En serio?! ¡¿Eso quiere decir que...?!- Ken tenía una sonrisa llena de esperanza

-No, no vas a salir de esta escuela,-Giles tenía los brazos cruzados- el hecho de que una chica haya desenmascarado a esas tres no quiere decir que hayas restablecido tu honor ¡Vas a convertirte en un hombre, vas a volver a ese instituto y vas a demostrar que nadie se debe meter contigo de nuevo!

"¿Cómo se supone que debo hacer eso?" el tiempo de la visita pronto termino y Ken fue a su dormitorio, lo único que quería hacer era acostarse y dormir pero cuando puso la llave para abrir la puerta no pudo evitar ver la amatista del llavero y recordar el día en que Sucrette le regaló ese llavero, bueno, más bien ambos se regalaron llaveros y chocolate en San Valentín, específicamente cuando estaban en primaria.

-¡Le hice una promesa! No me debo desanimar ¡Tengo que esforzarme más que nunca!- estaba lleno de determinación así que fue a afuera y empezó a hacer una serie de ejercicios.

Era un nuevo día de clases, Sucrette fue a dejar los libros y cuadernos innecesarios a su taquilla pero al abrir, un papel que estaba adentro se cayó, lo recogió y lo leyó:

"Únete a nosotros o serás la próxima

                                                           Atentamente, los tenebrosos"

Al lado de la palabra tenebroso había un sello negro de dos rosas cruzadas en forma de "X", estas tenían muchas espinas. La presentación de esta carta tenía todas las cualidades de este grupo: Corta, directa, con amenazas, una muy bonita y refinada letra, un poco de sangre salpicada y el sello propio de esta oscura organización; esto simplemente no podía ser una broma, lo que significaba que tenía que llamar a sus padres lo más rápido posible. 

Doblo la hoja en dos y buscó con la mirada un lugar sin personas pero alguien le arrebató el papel:

-¿Pero que tenemos aquí? ¿Tú novio te envió una carta desde la escuela militar?- "¡Ámber! ¡Siempre Ámber tiene que hacer este tipo de cosas! ¿Su vida es tan aburrida que me tiene que molestar? Como sea ¡Tengo que evitar que vea ese papel!"

-¡No es nada de eso! ¡A Ken no le dejan tener contacto con sus amigos porque es distracción en el proceso de "enderecharlo"!- intentó agarrar el papel pero Ámber lo alzó y se fue corriendo al patio.

Sucrette la siguió pero al llegar ya era tarde.

-¡Escuchen todos! ¡Alguien coloco una hoja en el casillero de la ridícula esta! ¿Por qué no le echamos un vistazo?

"Mierda.Mierda.Mierda ¡Tengo que pararla!"

-¡¡ÁMBER!!- gritó ¿Qué más podía hacer?

-Leamos pues: Únete a...- la sonrisa de la rubia se desvaneció, por suerte no había terminado de leer en voz alta aunque el hecho de que estuviera parada con cara de horror sin decir nada mientras que todos la miraban no era bueno.

-¡Dame eso!- Sucrette le quitó el papel

-¿Qué...Qué es...?- Wow nunca había visto a Ámber con tanto miedo

-No seas estúpida, probablemente es un troll que intenta asustarme- fue la mejor mentira que se le pudo ocurrir- ¿Por qué siempre tienes que hacer un show con cada pequeña cosa?- rodó los ojos y se fue de ahí, lidearía con las preguntas de todo el mundo luego.

Estaba en el jardín, en una mano tenía su celular en la otra la hoja. Le saco una foto a esta y se la envió por whatsaap a sus padres, seguidamente fue a contactos y llamo a su madre, no contestaba, lo mismo hizo con su padre y tampoco contestaba

-Esto no puede ser bueno...- miró la pantalla de su celular con preocupación

-¡Oye! ¿Qué fue ese show que armo Ámber?- al oír a Castiel dobló  la hoja en dos y la guardó

-Nada, la imbécil esa pensó que me habían escrito una carta de amor cuando en realidad se trataba de una broma pesada y paso el ridículo.

-Ella parecía muy asustada ¿Puedo ver esa broma?- alzó su ceja

-Es una referencia a un libro de terror no lo entenderías... Además, si fuera algo malo, yo llamaría a las autoridades y pediría ayuda ¿No lo crees?

-Eres la buena de la clase, es cierto...- su mayor ventaja es que no la conocieran en verdad- Si algo grave pasara lo más seguro es que estuvieras llorando.

-¡Eso no es cierto! ¿Acaso crees que soy una llorona?

-¡Claro!- se burló

-Pues me conoces mal, a veces actuó muy dramáticamente mientras me quejo de algo, eso es muy diferente a ser alguien que no sabe mantener la calma...

Castiel siguió afirmando que era débil, lo cual la molestaba pero tenía que concentrarse en el problema principal: Los tenebrosos. "Tengo que hacer que cancelen las clases de tal manera que la mente conspiradora de Peggy no me relacione con esto..." Se quedo pensando por un rato mientras se dirigía al baño, en este vio un espíritu, un  hombre que tenía pinta de mecánico

-¡Eso es! ¡Oye! ¡¿Podrías hacerme un favor?- el hombre se asustó

-¡¿Qué?! ¡¿Me puedes ver?!- este espíritu le recordaba a Sucrette a los típicos viejos cómicos del anime

-Así es, soy una celestial. No tengo mucho tiempo así que iré al grano ¿Podrías hacer que la electricidad de la escuela se volviera loca? Necesito salir de aquí...

-¿Y a cambio qué?- su cara mostraba desconfianza

-¡Muy simple! ¡Averiguaré que es lo que lo mantiene aquí!- le dio una cálida sonrisa

-¿Y por que no me ayudas primero y luego yo a ti?

-¡Ahora mismo estoy apurada! ¡Le pido esto por una gran emergencia!

-¿Cómo qué? ¿Escaparte para ver a tu novio de otro colegio? En mis tiempos...- soltó un suspiro, no podía creer que estuviera en este tipo de conversación en un momento tan desesperado

-¡No se trata nada de eso señor! ¡Son los tenebrosos! ¡Van a realizar un ataque y yo los tengo que detener!- exclamó con determinación

-¡¿Los tenebrosos, dices?! ¡Haberlo dicho antes! ¡Esos malhechores molestan a mi familia y arruinan las plantas de mi tumba a cada rato!- y así el fantasma se fue volando al techo.

Luego entro Karla con una cara de sospecha hacia nuestra heroína

-¿Con quién estabas hablando?

-¡¿Eh?! ¿A qué te refieres?

-Te escuché hablar de un gran favor y unos tales tenebrosos...- "¡Qué mal! No importa cuanto me esfuerce para ser discreta ¡Siempre me pasa algo como esto! Qué bien que siempre tengo a la mano el plan B"

-¡Oh, eso! Verás, estaba recordando una de mis obras de teatro favorita, me emocioné tanto que empecé a decir las líneas de la protagonista en voz alta, por eso es que escuchaste las pausas, no me sabía las líneas del otro personaje...

-¿Hablas mucho en voz alta de cosas así? Eres más rara de lo que pensaba...- su cara representaba disgusto

-Jejeje, así es...¡Bueno! ¡Tengo que irme!

Fue hasta su círculo de amigos y empezó a escuchar la conversación, era muy difícil hacer esto debido al fuerte y rápido latido de su corazón pero tenía que actuar como siempre para no preocuparlos, después de unos minutos la reportera llegó:

-¡Oye! ¿Me has estando evitando?-parecía enojada

-¿Por qué haría eso?

-¡Tal vez porque escondes algo!

-Pfft ¿Qué va a esconder Sucrette?- dijo Castiel- Es la niña buena que suele sacar altas notas y ayuda a todo el mundo

-Verás, querido pelirrojo, he notado un patrón siempre que algo extraño ocurre ella desaparece, nadie conoce las formas en que consigue ayudar a las personas...

-Estás histérica.

-Castiel, sin insultos, anda Peggy pregúntame lo que quieras, no tengo nada para esconder.

-El otro día en el gimnasio una luz blanca e intensa apareció dentro de este, momentos después tu saliste de este ¿Qué tienes que decir respecto a esto?- a ella le era muy fácil mentir, básicamente la entrenaron para eso, bueno...Le puede mentir a todos a la perfección menos a una persona, por suerte él no tiene la mente conspiradora de Peggy...Aún.

-Estaba probando un equipo sorpresa para el club de teatro, lo cual me gustaría mantener sorpresa, por favor

-¡Es imposible que un equipo de teatro haya hecho algo así!

-Tía ¿Alguna vez has ido a un teatro?- en el momento que Sucrette vio que sus amigos estaban viendo a la pelimorado mal, decidió que tenía que hacer algo al respecto para que se olvide de esta historia de fantasmas,  Peggy no merecía esto, ella sólo quería desvelar la verdad. 

-¡No entienden! La luz era intensa, fuerte, cálida ¡Apenas la veías te dan ganas de llorar de...!- sabía perfectamente que iba a decir "alegría", por esto la interrumpió de inmediato

-¡Woah, Peggy! ¿La luz te cegó? ¿Siguen doliéndote los ojos? ¿Fuiste luego a la enfermería?

-¡Deja de actuar como si te importase!- "Actuó preocupada para que no la cagues y te veas como una loca"

-¡Oye, no le hables así!- Violeta la defendió, eso hizo que se sintiera querida, quisiera poder contarle a sus amigos pero sabía perfectamente que las cosas se complicarían.

-Peggy, terminemos esta conversación civilmente ¿Tienes alguna otra pregunta?

-Sí ¡¿Cómo todo el mundo no nota que hay algo extraño en relación a ti?! ¡Digan una situación extraña en dónde Sucrette haya estado presente! ¡Anda inténtelo!- en ese momento las luces se prendieron y apagaron fuera de control, las puertas de los salones se movían de forma extraña y la alarma de incendios fue activada haciendo que los alumnos fueran rociados de água.

-¿Quieres decir en un momento como este?- preguntó Castiel, el rostro de la reportera estaba llena de frustración " Que conveniente ¡Gracias espíritu!"

Todos los estudiantes salieron de la institución y no paso mucho tiempo para que la directora anunciara que todos se pueden ir a casa.

-¡Esto es perfecto! ¡Tenemos un montón de tiempo! Sucrette ¿Te gustaría ir de compras? - le preguntó Rosalya

-Lo siento Rosa pero esto es perfecto para planear los eventos que tiene el club de teatro, mañana tendremos una reunión con un montón de sugerencias.

-Oh, entiendo...

-¡No pongas esa cara larga! Esta a punto de comenzar la época de exámenes ¡Deberíamos hacer una noche de chicas este fin de semana!

-Ahora que lo dices, este fin de semana es el cumpleaños de Melody ¡Voy a hablar con ella y ver si se puede hacer algo! ¡Nos vemos!- la chica de melena blanca tenía una gran sonrisa

-¡Hasta luego!- dijo con una sonrisa mientras pensaba: "Espero no recibir alguna herida grave...Aún estoy mejorando mis poderes curativos"

Fue corriendo a su casa y en la mesa de la casa se encontró con una nota de su padre:

"Agatha -> Tenebrosos -> Hospital" la letra era un desastre, esto es lo que pasa cuando su padre esta lleno de estrés y tiene que informar algo a través de la escritura

-¡¿Qué?! ¡¿Mi tía fue atacada por los tenebrosos?! ¡¿Por qué ella?!- hizo una pausa-Serás la próxima,...A eso se referían...¿Debería ir al hospital? ¿Quedarme aquí? ¿Será que llamaron al consejo mágico? ¿Porque no contestaban mis llamadas? Hay demasiadas preguntas y no sé cuál de los hospitales de la ciudad es en el que están y considerando que los tenebrosos son muy buenos escondiéndose...

Retiro los libros de su mochila, empezó a colocar un montón de amuletos y pociones, seguidamente se colocó una pulsera con una aguamarina y por último le envió un mensaje a alguien a través de su celular:

-Lista.

Fue hasta las profundidades del bosque, en donde se encontraban unas ruinas.Habían  diez personas encapuchadas, pertenecientes a la organización maligna de seres mágicos que quieren eliminar a toda persona que no tenga dones:

-Sucrette Celestial, bienvenida ¿Supongo que has venido para unirte?- el jefe era alto y de contextura fuerte, su cuerpo estaba frío y temblando del miedo

-¡No! ¡Vengo a enfrentarlos! ¿Cómo se atreven a herir a mi tía?

-¿Tú? ¿Vencernos? Tal vez provengas de una familia poderosa ¡Pero aún estás en entrenamiento!- no perdió el tiempo, lanzó tres turmalinas negras que por voluntad propia golpearon a sus objetivos con una fuerza tal que quedaron inconscientes.

Los siete miembros restantes se abalanzaron a ella pero esta sacó los pétalos de una Iris de su bolso, los soplo sobre ellos y las partes de la flor se transformaron en llamas violetas, esto sólo debilitó a los miembros principiantes, sin embargo, ellos lograron hacerle un moretón en el brazo y varias heridas en las piernas :

-¡Tonta! ¡¿En serio piensas que puedes enfrentarnos sola?!- dio patadas y golpes que lanzaban energía, pudo derrotar a los miembros principiantes pero aún así quedaban tres tenebrosos de pie.- Te he subestimado ¡Pero no te creas! A pesar de haber sido una rival digna, estás débil. Así que mejor ríndete.

Después de estas palabras Sucrette recuerda otra pelea junto con el sentimiento de querer desmayarse, lo último que vio antes de quedar inconsciente fue a cierto chico moreno con uniforme de baloncesto, el cual tenía alas blancas de ángel. También vio al fantasma aficionado por las plantas, sorprendido ante el espectáculo de luces que el primero estaba haciendo...

Por fiiiinnn!!! No sabía como terminar esto y de paso no pude decidir si dejarlo en suspenso o no, bueno ¿Qué piensan de los tenebrosos? ¿Han notado alguna cosa extraña que podría ser una pista de lo que pasará en el próximo capitulo? 





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