capítulo i

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EL PRIMER DÍA DE CLASES, para muchos el comienzo de una nueva oportunidad para cambiar su vida mientras que para otros significaba volver a la rutina, estudiar y trabajar duro. Todos los de primer año que nunca habían pisado Alfea estaban admirando con los ojos como platos sus alrededores, tratando de quedarse con todos los detalles posibles.

En cambio, Aurora trataba de moverse entre la gente con su gran maleta intentando encontrar cuanto antes a su amiga para huir de la multitud, encontrar su cuarto en la lista de interminables nombres y finalmente encerrarse en su habitación hasta la fiesta de orientación (que era obligatoria por lo que no podía escaquearse).

A pesar de su personalidad reservada, la joven hada por lo menos se había obligado a vestir de manera presentable ya que, como el resto de alumnos, quería dar una buena impresión (y estaba segura de que Theadora, Dora para los amigos, la hubiera matado si hubiera aparecido en chándal). Junto a sus queridas zapatillas blancas, llevaba unos vaqueros azules claros un poco desgarrados en las rodillas, una camiseta blanca de tirantes finos y una chaqueta de punto gris clara oversize.

―Pero mira a quién tenemos aquí, si es la amiga más guapa que tengo.

Aurora se dio la vuelta al oir la voz de su mejor amiga y la encontró a dos metros de ella, haciendo su triunfal entrada con ese aire exótico y misterioso que tanto la caracterizaba. Trataba de ocultar su emoción, pero su brillante aura la delataba, tenía muchas ganas de comenzar las clases.

―Teniendo en cuenta la escasez de amistades que tienes en estos momentos, creo que no tengo que esforzarme mucho para conseguir ese puesto.

Tras esas palabras ambas chicas se sonrieron para después darse un corto abrazo y dirigirse al edificio de las hadas. De camino Aurora notó cómo su acompañante se daba la vuelta por unos instantes y el brillo que la rodeaba pasó a parpadear como si de un semáforo se tratara. Algo, o mejor dicho, alguien, era la razón de ese cambio de actitud.

―Kim, ¿qué...? Oh, sí, mejor sigamos hacia delante para entrar cuanto antes. ¿Que aceleremos el paso? Sí, eres toda una genia.

Incluso después de lo que ocurrió meses atrás, a pesar de no querer verlo ni pintado, todavía era capaz de encontrarlo entre la multitud con una mirada. Era por sus poderes, se decía, no era culpa suya que pudiera ver auras y la de él fuera única.

―¿Cuánto tiempo vas a seguir evitándolo? Sabes que no debes pretender que...

―No puedo pretender algo que realmente no pasó, ¿cierto? Son sus palabras, no las mias. Pero sí, estoy siguiendo mi vida y preferiblemente espero no tener que cruzar ni una sola palabra con él este curso.

―No me hace falta ser hada de la mente para saber que te afectó eso y que sigues dolida a pesar de ocultarlo. Pero no voy a forzar más el tema, ya sabes que estoy aquí para que me lo cuentes cuando estés lista.

―No sé que haría sin ti.

―Bueno, bueno, que al final nos vamos a poner sentimentales y todo. ¿Entramos? Y mientras te voy contando el último chisme que tengo. ¿Te puedes creer que mi tía ha aparecido a recibirme con un ramo de flores que le han obsequiado? Un regalo de bienvenida ha dicho ella, ¡y un cuerno! No entiendo por qué lo sigue ocultando si todo el mundo sabe que ella y el señor Silva se acuestan.

Y entre risas y susurros llegaron a la suite Winx, donde pasarían sus mejores y peores momentos. Cuando entraron, lo primero que Aurora pensó fue, “nos ha tocado un hada de las plantas” . La zona común parecía tener más verde que el invernadero, y eso era hablar. Tampoco le importaba mucho ya que dudaba que fuera a pasar mucho tiempo allí teniendo su cuarto. Algunas habitaciones ya tenían maletas por lo que avanzaron en busca de un cuarto vacío que, afortunadamente hallaron para quedarse juntas.

Dejando la maleta al lado de un armario, Aurora se tiró en el colchón de la que sería su cama y respiró profundamente agarrando unos auriculares conectados a su móvil. Ya podía percibir zumbidos en sus oídos y ni siquiera estaban todas sus compañeras en el apartamento, iba a ser un curso muy largo.

¡Aquí tenéis el primer capítulo recién sacado del horno! En el siguiente capítulo tendrán lugar las presentaciones de las Winx y estoy muy emocionada por que veáis esas primeras impresiones. He dejado caer alguna que otra cosilla por ahí para comenzar a mostrar pinceladas de lo que serán los "dramas" para Aurora este primer acto.

Creo que os va a gustar bastante la dinámica de Aurora y Kim, y realmente me lo paso muy bien escribiendo sus escenas.

También ha aparecido de refilón "el que no debe ser nombrado" y creerme, aunque al principio no haga acto de presencia, viene pisando fuerte.

Aquí abajo os dejo la ropa descrita de Aurora en este capítulo, sus estilos van a seguir esta línea minimalista (a excepción de algún momento en específico) principalmente porque creo que, al ser un hada con poderes mentales, la ropa sencilla le puede proporcionar cierta paz.

Espero que os guste el capítulo y nos vemos en la próxima actualización. ¿Con quién creéis que se llevará mejor Aurora de las Winx? ¿Y peor?