Sirius (soulmate pt.1)

Ya habían pasado siete años desde que le salio aquella frase que estaba en su antebrazo "no me digas que debo hacer". Dicen que esa frase es la y desde ese entonces no ha podido sacarsela de encima.

Las palabras se fueron grabando de a poco en su piel y cuando tuvo seis fue cuando termino el doloroso ardor de cada palabra siendo escrita en su piel.

Se paso años investigando quien podría ser su alma gemela y parte de estos se había insultado por no haber obtenido una pista más fácil para decifrarlo.

Ahora que iba a cumplir diecisiete ya no le interesaba si conseguía a su tan sobrestimada  alma gemela o si moria en la soledad, todo le daba igual.

Giro en su camino en dirección a la clase de Pociones,llegaba tarde,lo sabia  y realmente prefería eso a haber sacrificado dos horas más de sueño.

Al abrir la puerta todos los ojos se posaron en él, sin interesarle en lo que pudieran estar diciendo tomo asiento con el cual seria su compañero ese día: Peter.

Remus estaba al lado de Dorcas y James con Lily, viéndola como un completo idiota.

-¿No han hecho nada?- pregunto sin esconder el notorio aburrimiento en su voz.

Sus brazos estaba cruzados y su cabeza estaba posada en estos. En su cabeza la única idea que rondaba era salir de ahí lo más rápido.

Peter, chico el cual todos sabían que no tenia ninguna pista de su alma gemela en su cuerpo. No lo miro, solo siguió escribiendo unos cuantos apuntes en su ya maltratado cuaderno de pociones.

-Nada importante realmente.- contesto.- Pudiste haber faltado, Canuto.

Sirius suspiro, sintiéndose un idiota por no haber hecho lo que le dijo su amigo.- Como sea...

Al pasar los minutos de la aburrida y eterna clase sintió como sus párpados pesaban y, hastiado del entumecimiento de sus brazos, decidió utilizar el suéter gris que cargaba con el aquel día.

El brillante sol daba justo en su cara, obligando a que sus ojos grises se acostumbraran a la brillante luz.

Estaba en la cima de una colina, flores rojas, anaranjadas y amarillas por todos lados. La brisa era tibia, perfecto clima con unas nubes que parecían grandes algodones.

Los pájaros cantaban y todo parecía sacado de una de las aburridas películas muggle que alguna vez logro ver.

-¡Sirius!- le llamaron, Sirius giro en dirección a la voz.

-Sirius, ¡mi amor esperame!- oyó como volvieron a gritar.

Más confundido que antes se dirigio a donde supuestamente debería encontrarse la persona responsable de los llamados.

Fue unos cuantos kilómetros colina abajo. El cantar de los pájaros lo tenían irritado, solo quería saber que sucedía...

-Solo te dije que me esperaras.

Ante de él estaba una chica con un impecable vestido amarillo, sosteniendo una cesta de mimbre con comida adentro.

-¿Quien carajo eres tu?- dijo sin pensar; una de sus manos se paso por su cabello, despeinandolo, tratando de encontrarle una solución a la estresante situación.

-Tu alma gemela tontito.- sonrió la extraña.- Ahora necesito que prestes atención.

-Esta bien...

-Esta fecha es importante, Sirius, muy importante para tu vida.- comenzó.- veinticinco de marzo. Recuerdala chico, veinticinco de marzo.

-Ya basta,por favor.-pidio exasperado.- ¿me podrias de decir en donde estoy...?

-¡Hey, Sirius!- le gritaron en el oido, despertándolo del extraño sueño que estaba viviendo.

-¿Que demonios...?- dijo.

Lo primero que vio fue a la sonrisa santurrona de James, la expresión calmada de Remus y a Peter que guardaba sus cosas.

-¿Que quieren?- Sirius bostezo, estirando sus brazos antes de volver a concentrar su atención en sus amigos.

-Que actitud tienes...- se burló James, obteniendo en respuesta que Sirius rodara los ojos.

-Ya va empezar lo de las almas gemelas.- Remus hablo.

-Oh...

Al los cuatro abandonar el salon de clases se dirigieron al Gran Salon; varios alumnos siguieron la misma idea, consiguiendo que el pasillo se congestionara de adolescentes listos para descubrir a su verdadero amor.

Varios se decepcionarían sin duda y otro correrán la triste suerte de saber que no hay nadie en el mundo para ellos. Sin embargo, el pequeño grupo de suertudos, los que han esperado sentir el ansiado toque del amor, no podían esperar a conocer su alma gemela, saber que no estarán solo en su vida.

Sirius se recosto en una de las paredes, esperando a que la fila avanzara mientras veía como todos murmuraban cosas.

-Esto es aburrido.- Peter estaba sentado en el piso, su cabeza apoyada en sus manos.

-Lo sé.- admitió James.- Esto avanza muy lento.

Una vez que llegaron se fueron a la parte más arriba, tomando asiento en aquel lugar y esperaron nuevamente a que fueran llamados.

Al pasar de las horas varias personas se fueron llendo, los cuatro chicos querían ser parte de estas.

-¡Sirius Black!- lo llamaron.

Sus ojos grises brillaron con alivio al saber que ya saldría de allí.

Bajo los escalones con rapidez, sus manos estaban en sus bolsillos,mientras que mantenía la misma expresión de indiferencia  en su rostro.

-Sirius, por favor deme su brazo.- le pidio una mujer mayor con ojos verdes que jamas habia visto.

Este lo alzo, la mujer solo roció una opción azul clara que de inmediato hizo que la marca de la frase comenzara a arder y a tornarse al rojo vivo.

Sirius apenas aguantaba el dolor. Le recordaba al de su infancia solo que cien veces peor.

Cuando estuvo a punto de quitar su brazo y gritarle a la bruja que se detuviera, esta hablo.

-¡Quien sea que posea la misma marca que se haga presente!- grito, sus ojos estaban fijados en la nada.

-Yo...- hablaron a lo lejos.

La misteriosa persona se fue acercando al inicio de las escaleras. En lo que el sol dio en su rostro se pudo admirar bien quien era.

-Oh no...- se dijo a si mismo Sirius, olvidando repentinamente el dolor en su brazo por la sorpresa.- Esto no puede estar pasando.

Aparto su brazo de inmediato, resignandose el futuro que el destino le había asignado.

°°°

Quise hacerlo lo más largo posible para que se viera bien.

Si les gusto y les parece interesante díganme, tal vez escriba una segunda parte de esta cosa 🤔.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top