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—Jungkook, quiero terminar esto. —refiriéndose a su noviazgo. —Ya no me siento feliz a tu lado, ya no siento amor, no, en realidad nunca lo sentí. —lo que Taehyung quería decir era que no se sentía amado, pero lo que Jungkook entendió fue que el mayor, nunca había estado enamorado de él. —Así que quiero terminar.
—Bien. —Taehyung se sorprendió ante tal respuesta ¿Cómo podía solo decir "bien"? Eso solo demostraba que no estaba equivocado al pensar que Jungkook no lo amaba.
—¿Bien? —sonrió sarcástico. —Genial, me alegro de que estés de acuerdo, ya que facilitas todo. Adiós y ojalá nunca te vea de nuevo. —habiendo dicho aquello, se giró y comenzó a avanzar.
Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas y el dolor se esparció por todo su cuerpo, iniciando en su pecho.
Se arrepintió de lo que dijo, quería seguir al lado de Jungkook, aun cuando sabía que este no lo amaba, quería poder abrazarlo y mandarle un mensaje de buenas noches todas las noches y uno de buenos días cada mañana.
Se giró con la intención de encontrar al menor, pero solo una brisa fría fue lo que obtuvo, Jungkook no estaba, ya no estaba.
Él ni siquiera intentó detenerlo, él no puso peros, ni siquiera preguntó sus motivos, no pensó que terminar su noviazgo fuese así de fácil. Ser solo amigos no iba a ser posible para él y tal vez Jungkook ni siquiera lo querría como amigo.
Caminó como alma en pena hasta su casa, las lágrimas no paraban de salir y la luna iluminaba su camino, la oscuridad de la noche lo hacía sentir pequeño, pero seguro, pues nadie lo vería en tan mal estado.
Después de una larga caminata, al fin llegó a su casa, subió a su habitación y se tiró en la cama, ahí se descompuso, toda su armadura se derrumbó y lloró, lloró como si en cada lágrima que salía, se iba un poco de su dolor. Quería sacarlo todo, con lágrimas secas y con el peluche que Jungkook ganó en una feria entre sus brazos, se quedó dormido.
Al día siguiente se levantó con un dolor de cabeza insoportable, al ver la fecha en su celular un dolor fuerte atacó su pecho.
NAVIDAD.
Hace años que no pasaba una navidad sin su amado kookie, hoy hablaría con él y le pediría volver, si aceptó terminar tan rápido, sería igual para volver. No importaba si lo amaba o no, lo necesitaba a su lado, ¿qué más da si hay o no amor? Él era feliz estando a su lado.
Mentira.
Verdad.
Ya no lo sabía en realidad.
Un día se sentía amado, pero al siguiente ya no. No quería seguir así, pero no había de otra.
Prendió la televisión para ver el estado del clima, pero las noticias lo hicieron soltar la taza de chocolate que recién se había preparado.
"Joven de 28 años, se quita la vida en víspera de navidad, los motivos se desconocen hasta ahora, pero se cree que fue por exceso de drogas, su nombre era JEON JUNGKOOK"
Las lágrimas no salían, el dolor no llegaba, sus pulmones se negaban a jalar oxígeno, su corazón no bombeaba sangre, su cerebro no pensaba, todo su cuerpo dejó de funcionar.
No podía creer eso, no quería aceptar que Jungkook lo había dejado de esta forma. Podía vivir separado de él, pero sabiendo que estaba vivo, no podía soportar la idea de estar en un mundo sin su Jeon.
¿QUÉ PASÓ?
Era la pregunta que más resonaba en su mente, no entendía por qué estaba pasando esto, no quería siquiera pensar en eso, él solo quería despertarse.
Sí, era una pesadilla.
Claro, estaba dormido.
Esto no es real, esto no está pasando, Jungkook está vivo, esto es un mal sueño.
No, no despertaba, el timbre en la puerta lo regresó de su ataque de pánico, corrió hacia ella con esperanza de que al abrirla, la figura de un joven con sonrisa de conejo fuese lo que lo esperaba del otro lado, pero no era quien quería, deseaba y anhelaba que fuese.
Era Jimin.
—Taetae, vine al ver la noticia. —dijo con gentileza. —Mi más sentido pésame. —bajo la cabeza. —Jungkook parecía estar bien, yo tampoco lo entiendo, él no parecía ser capaz de algo así. —se negaba a creer que su amigo había decidido acabar con su vida de un día a otro. —No me di cuenta de las señales, ahora Kook... —la voz poco a poco se fue cortando y poniéndose temblorosa.
—Kook, ¿qué? —preguntó desorientado el moreno. —Seguro está en su casa, esta es una mala broma, solo porque ayer discutimos, él está riendo en casa, iré a verle. —Jimin miró con tristeza a su amigo, estaba en una etapa de negación. —Acompáñame Jimin, hay que regañarlo, esto no se hace. —cuando intentó salir, el pelirrubio lo detuvo.
—Tae, él ya no está con nosotros, negarlo no hará que regrese y lo sabes. —lo jaló hacia él y lo abrazó. —No te mientas, no es bueno. —el pelinegro se negó y comenzó a forcejear.
—No, Kookie está vivo y esto es una broma, él está en su casa, debemos ir a verlo, él está ahí. —Jimin seguía reteniéndolo entre sus brazos y negando cada palabra que decía el menor. —Él... Él está ahí, lo sé... Lo sé —las lágrimas comenzaron de nuevo. —, mi Kookie no puede estar muerto, él no. —se quebró la poca estabilidad que tenía.
—Entiendo Tae, llora, llora todo lo que necesites, saca el dolor. —aconsejaba el pelirrubio.
Taehyung rompió en llanto, sus gritos de dolor erizaban la piel del contrario. Las piernas del pelinegro perdieron fuerza haciéndolo caer de rodillas al suelo, el mayor lo rodeó con sus brazos y Taehyung correspondió, llorando desconsoladamente en brazos de su mejor amigo.
Jungkook había muerto, ya nunca podría verlo de nuevo y no sabía el motivo.
Quizá por eso había aceptado terminar su relación tan rápido, ya estaba en sus planes morir ese día.
Taehyung solo podía llorar, no sabía qué más hacer. El día de hoy, todo estaba perdido, ya no tenía motivos para vivir, ya no quería seguir vivo si Jungkook no estaba con él.
Jimin se preocupó por el estado de su amigo, quedándose a dormir con él, también porque temía de lo que Taehyung podría hacer al estar vulnerable.
Esta era la peor navidad de su vida.
Taehyung se despertó y miró por la ventana, era de noche. El recuerdo de Jungkook apareció en su mente y apretó su camisa por el pecho, tratando de disminuir las punzadas que sintió.
Se levantó de la cama y caminó hacia la ventana, las luces navideñas iluminaban las calles de su colonia, la gente festejando felizmente le causaba enojo, no entendía que no todos estarían tristes por la muerte de su novio, pues no todos lo conocían, pero él no podía aceptar la felicidad de la gente cuando él estaba sufriendo.
Salió de su habitación y encontró a Jimin dormido en el sofá de su sala, lo arropó y salió del apartamento.
Caminó sin rumbo, viendo a las parejas felizmente paseando de la mano, él nunca pudo hacer eso con Jungkook.
A cada paso que daba, su dolor aumentaba, no soportaba estar rodeado de tanta felicidad y amor, cuando el motivo de la suya ya no estaba.
Llegó al lugar donde se ubicaba la cafetería en la que conoció a Jungkook, pero ya no estaba ahí, en su lugar, estaba una tienda de deseos. "Magic shop" decía el letrero.
—¿Tienes deseos imposibles? —Se puso a leer el anuncio. —Aquí los hacemos posibles. —sonrió con burla, revivir a los muertos es imposible según el pelinegro. —Si pudieran, les daría todo mi dinero. —antes de avanzar, un bello joven salió de la tienda.
—¡Tu corazón está gritando su deseo, por favor, pasa y hazlo realidad! —sonrió, una hermosa sonrisa en la que sus pequeños dientes relucían. —Vamos, no temas, ¡es Navidad! —lo animó a pasar, pero Taehyung se rehusó. —Los deseos de Navidad, los deseos desde el corazón y los deseos para la felicidad siempre se hacen realidad, puedo ver que tu deseo cuenta con las tres, estás de suerte, ¡por favor pasa y pide tu deseo solo por 9.95 dólares!
"Qué barato" pensó el menor, "no pierdo nada, más que dinero, al intentarlo" se convenció mentalmente y aceptó la invitación del castaño entrando a la tienda.
—¡JOJOJO! —otro chico, pero vestido de Santa Claus, lo recibió al entrar. —¡Feliz navidad! —dijeron los tres, el Santa y dos duendes. —Mi nombre es Namjoon, estos son mis fieles ayudantes, Yoongi y Jin, nosotros hacemos realidad tus deseos de navidad, siempre y cuando traigan felicidad y sean desde el corazón. —Taehyung ya solo quería salir corriendo, había sido mala idea.
—Soy Tae. —pero la esperanza que habían sembrado en él, podía más. —¿De verdad cumplirán mi deseo? —Los tres contrarios asintieron.
—Santa Claus puede cumplir cualquier deseo, ten fe y se hará realidad. —el pelinegro se sentía idiota al creer en estos tres, que seguramente eran farsantes, pero qué más da.
—¿Qué debo hacer? —preguntó con poco entusiasmo, pero no podía evitar sentir esa ligera esperanza.
—Pagar. —respondió el duende llamado Yoongi. —Paga primero y luego pide tu deseo. —Inteligente, pensó el menor, eso era claramente una estafa, pero aun así, quería creer en esto.
—Tengan —dio 10 dólares. —, no necesito cambio, solo necesito que de verdad cumplan y esto sea real. —el dolor se filtraba en sus palabras. —De verdad, espero que esto no sea una estafa.
—No, no lo es Taehyung. —¿Cómo sabían su nombre completo? —Bebe esta pócima mientras piensas en tu deseo y ve a casa, duerme que mañana tu deseo se hará realidad. —Taehyung obedeció y tomó la pócima, que tenía un color verde fosforescente, pero el sabor era delicioso.
"Quiero entender a Kook, quiero saber por qué hizo eso, quiero saber la verdad, quiero que viva, quisiera haber podido salvarlo"
La desesperación en su deseo era evidente, solo quería recuperar a Jungkook, no sabía si esto era real o no, pero quería aferrarse a que mañana, al despertar, su novio estuviese en su cama dormido.
Regresó a su casa y Jimin seguía dormido en su sala, no lo despertó, solo entró a su habitación y se recostó en la cama, extrañamente tenía mucho sueño, sentía que su cabeza daba vueltas. Apenas su cuerpo tocó lo suave y cálido de su edredón, se quedó completamente dormido.
Holi <3
Espero que les guste esta versión de mi historia favorita. Quería una versión Taekook porque #SoyTaekooka.
Espero no les cause mucho dolor al leerla y si es así, no importa si la dejan de leer, pueden leer otra, total, tengo historias para todos los gustos jsjsjjsjs
Weno, disfruten la lectura uwu
*Mali fuera*
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