IV

Malia

—Entonces... ¿No les gustaría tener tres jugadores más? —pregunta el otro vampiro —. Oh, vamos, solo una vez más.

—Seguro, por qué no —dice Carlisle —. Algunos ya se iban, pueden tomar su lugar. Bateamos primero.

El Cullen les lanza la pelota y la pelirroja la atrapa.

—Mi especialidad son las bolas curvas —dice la chica.

—Bueno, yo creo que podemos con eso —dice el chico Hale.

—Ohh —dice el moreno y todos ríen.

—Eso es lo que cree —le dice la chica al moreno.

El tal James no quita su mirada de nosotros, sé que sospecha algo y no dejaré que le hagan algo a Bella.

Cuando ya se da la vuelta, una ráfaga de viento mueve el cabello de Bella. El vampiro aspira su olor y nos mira.

—Comparte a esa chica —dice el vampiro acercándose.

Edward pone a Bella más atrás y todos los Cullen se posicionan para atacar.

—Una humana —dice.

La cosa estaba poniéndose seria y ese vampiro quería comerse a mi hermana.

—Quiero ver que lo intentes, chupa sangre —dije mientras con mis poderes los detenía y con una mano hacia una llama de fuego.

Todos me miraron asombrados.

—Es mejor que se larguen si no quieren terminar en llamas —dije, para luego alzarlos y hacer que salgan volando unos metros.

—Una bruja —dice el rubio mirándome una vez que se pusieron de pie.

—La chica está con nosotros —dice Carlisle —. Es mejor que se vayan.

Los vampiros nos siguen viendo fijamente y yo enciendo otra llama en mi otra mano y los miro retadoramente. No dudaré un segundo en carbonizarlos si se acercan a Bella.

—Ya veo que este juego ha terminado —dice el moreno —. Nos iremos.

Edward y James tienen un duelo de miradas.

—James —llama el moreno al rubio mientras retrocede cuidadosamente.

Nos dan una última mirada y se van.

—Llévatelas de aquí —ordena el Cullen mayor —. Ahora.

Edward nos lleva rápidamente al auto y comienza a ponernos el cinturón con velocidad.

—Me lo puedo poner, estoy bien —dice Isabella.

—No necesito que me pongas el cinturón, vampiro —digo quitando sus manos de mí.

—Ahora siempre estará tras de mí —dice Bella.

—No te sucederá nada, Bella —dije —. Ese idiota no te hará daño.

El auto arranca a toda velocidad.

—¿Cómo es que hiciste eso? —me pregunta Bella.

—Puedo hacer mucho más que eso, Bella. Soy una bruja, y una muy poderosa.

—Escucha, James es un cazador, esa es su obsesión, leí su mente. Mi reacción en el campo lo provoco y que tu hermana sea una bruja lo motivó más —dice —. Acabamos de hacer de este juego el más apasionante de su vida. Esto nunca tendrá fin, tendremos que matarlo, descuartizarlo y quemarlos en pedazos.

—Yo puedo ayudar con eso —digo.









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