VI.
Días después....
— Lo siento si te incomodó.— Mencionó el vampiro cuando se dio cuenta de que el hada había notado su presencia. Estaba avergonzado, y lo dejaba notar al tener su mirada baja.
Jimin solo pudo sonreír con ternura, pues el vampiro era más dulce de lo que parecía.
Le gustaba eso.
— No me incómodas.— Jimin no sabía cómo decirle, porque sabía que eran destinados, aunque aún no lo había comprobado, pero no habían hablado en profundidad todo esa semana.
Jimin no estaba acostumbrado a hablar con gente. Y ahora, literalmente, estaba viviendo en un castillo rodeado de personas. Era algo nuevo para él. Añadiendo el tener a tu destinado y además rey, enfrente.
Decir que estaba nervioso era poco.
— ¿Quieres volar un rato? Te puedo mostrar el lugar, y así... conocernos un poco más.— Murmuró el vampiro en voz baja.
— Me encantaría.— ambos se sonrieron levemente, para luego comenzar a volar.
Era momento de que se conocieran aún más.
Semanas después...
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