capítulo 13

                                       Día 21

     Se pusieron de camino, Zoe cada vez estaba más pálida sin saber porque pero se encontraba apenas sin fuerzas, llegaron a la dirección que les dio su padre dirección tremoleto, esperaron como unos diez minutos y allí apareció, él solo se bajo de un coche negro, se miraron Zoe se quedó paralizada no sabía si salir corriendo o sentarse, su padre se acercó y la abrazó.

     —Gael.
     —Ya te he dicho que me llames papá.
     —Pero no puedo todavía.
     —Estas hecha toda una mujer. —Una lágrimas caían por sus mejillas.
     —¿Por qué lloras, tu decidiste abandonarme?
     —Pero ya te dije…—Zoe no le dejó terminar de hablar.
     —Tu tienes la misma culpa que ella por no haber hecho nada al respecto, joder papá yo era tu hija…—ella no pudo seguir por las lágrimas que le impedían poder hablar.
     —No llores, venir, tomemos un café.
     —Entonces ¿nunca pensasteis en llamar y contar lo que hicisteis y por qué?, son muchas preguntas las que os quiero hacer y ahora no se ni por dónde empezar.
     —Zoe tranquila, pregúntame lo que quieras, ¿El es de confianza?
     —Si, lo sabe todo.
     —Sabía perfectamente que algún día encontrarías el mensaje que guarde en el peluche, no le dije nada a tu madre hasta ayer, las cosas se complicaron, Zoe quiero que entiendas que no hay mucha gente como tú, y es algo maravilloso pero no todo el mundo lo ve así, hay gente que lo utilizaría para otro fin, otros te verían como un bicho raro, cuando te paso la primera vez había ciertas personas que hubieran pagado lo que fuera por tenerte y no para nada bueno, así que nos mudamos y cuando paso la segunda vez fue cuando decimos mandarte con mis padres y simulamos nuestro accidente. Vivimos aquí y estamos bien, no nos conocía nadie, bueno ahora ya sí, pero tuvimos que hacer lo mismo cambiamos de nombre tu madre y yo, tu madre se llama Gina Walker y yo me llamo Phillipe Walker, es un apellido americano y se supone que tú madre usa mi apellido de casados, pero en su pasaporte pone Gina Miller.

     —¿Y habéis dormido tranquilo todos estos años?, por qué yo no, he pensado en vosotros todos y cada uno de los días, pero para mí mis padres son mis abuelos a día de hoy, por haberme cuidado, criado y preocupado por mi, ellos son los que velaban por mi.
     —Jamás,  nosotros también pensamos todos los días en ti, no hemos dormido tranquilo ni un solo día, por eso tengo que contarte otra cosa, tu madre y yo andábamos muy mal casi depresivos ella no quería trabajar pero yo por muy mal que estuviera tenía que trabajar y llevar dinero a casa así que entre una cosa y otra tu madre se quedó embarazada, solo lo hicimos una vez y en esa se quedó, no estaba planeado sólo paso y decidimos tenerla, en cierto modo nos dio algo de alegría y alguien por quién luchar teníamos miedo que también tuviera ese don, pero ella no lo tiene.
     —Me estás diciendo que tengo una hermana, estoy alucinando, me abandonáis por qué yo ahora mismo me siento peor y decidís traer otro bebé y sí hubiera sido como yo que hubierais hecho lo mismo, abandonarla.
     —No, no por favor no te enfades, aunque lo entiendo, pero por favor, nosotros también hemos sufrido y piensa que ya estás con nosotros.
     —No es fácil, ¿donde estabais en mis cumpleaños? O ¿cuando sacaba buenas notas quien me felicitaba?, ¿cuando di mi primer beso a quien se lo contaba?, A mis abuelos por supuesto, ¿mi primer trabajo con quién lo compartía?, ¿En los momentos malos, que? , Pues los que realmente estuvieron conmigo fueron tus padres, mis abuelos, así que lo siento, ahora no pretendas que este con vosotros y te pienses que vas a recuperar ningún tiempo perdido, solo tenia a mi abuelos fueron los únicos y los adoro, pero he pasado mucho. —Zoe estaba muy resentida le soltó todo a su padre, y lo de que tuviera otro hijo y disfrutará de sus padres le dolió en lo más profundo de su corazón, pero cambiaría de opinión al conocerla.
     —Lo entiendo Zoe.
     —Una cosa no me llames Zoe, por qué te recuerdo que yo también tuve que cambiar de nombre —su padre asintió con la cabeza.
     —¿Y como te puedo llamar?
     —Me puse Athenea —en ese momento Áres la miró desconcertado, a él no le dijo lo del nombre aunque lo vio en el documento nuevo—. Ares no me mires así, tú sigue llamándome Zoe.
     —Bueno, si no quieres acompañarme también lo entenderé —soltó Gael.
     —Bueno ya se que yo no pinto nada en esta historia —soltó Ares—. Pero no creéis que debéis recuperar el tiempo perdido y no echaros nada en cara, lo importante es que están vivos y ahora estáis aquí.
     —Ares tiene razón.
     —Yo no lo veo tan fácil.
     —Yo solo os estoy dando un consejo, Zoe no te enfades conmigo —le dijo cogiéndole la mano.
     —Yo no voy a recuperar ningún tiempo perdido, me puedo alegrar por que estén vivos pero ya está, sólo quería respuestas y no he obtenido nada, un lo siento no me vale.
  

     Después de salir de la cafetería siguieron detrás del coche de Gael ahora “Phillipe” hasta llegar a la casa de sus padres, Zoe cada vez estaba más nerviosa ahora vería a su madre y conocería a su hermana y eso no le hacía nada de gracia.

     —Una cosa, ella no sabe nuestro nombre verdadero, eso es lo único, por lo demás puedes hablar con ella de todo.

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