Capitulo 7 (Desprecio)
María: (mira a Raph) Juuza, creo que te has excedido un poco.
Juuza: (ríe) jajajaja, puede que sí. Pero sabes que no dejare que le pongan un dedo encima a Ange-chan.
María: (sonríe) eso me alegra escuchar.
Ange: (se acerca a Juuza y lo abraza) gracias.
Raph, al ver eso sintió como su corazón se quebró y sus ojos se sentían más húmedos que de costumbres.
María: (le da un beso en la mejilla a Sakutaro) y tú, gracias por entenderlo todo y ayudarme.
Sakutaro: (sonríe) de nada, es mi deber hacerlo.
Leo y Mikey, vieron eso y el menor, sintió un golpe horrible en su corazón y con una gran furia, el mayor miro eso y solo atino a voltear su rostro y no dejarlo ver.
María: (sonríe sus amigos) bueno... vamos a la mansión, nos han de estar esperando. Han de estar muriendo de hambre.
Ange: (sonríe) siiii, tengo mucha hambre.
Abril: (las ve y se acerca a ellas) ¿María? ¿Ange?
Ambas chicas, voltean a verla, la peli naranja, pensaba que también iba a ser ignorada, pero...
Ange: (le da un abrazo) ¡¡¡hola abril O'Neil!!! Hace mucho que no sabía de ti.
María: (le saluda) hola, jajajaja bueno yo tuve un encuentro tropezoso contigo hoy. (La mira) ¡¡hooo!! Tú cabello creció mucho y es hermoso.
Abril: (sonríe aliviada) ¿Cómo han estado?
Ange: (sonriendo) muy bien, aquí pasándola genial y con nuestros amigos. Juuza y Sakutaro.
Ambos chicos, sonríen y saludan a la peli naranja.
Donnie: (se acerca y saluda a sus viejas amigas) hola... amigas.
Ambas chicas solo lo mirando muy condescendientes y no devolvieron saludo alguno.
Se hizo un silencio incomodó. Aunque tres chicos deseaban ir y abrazarlas a las dos Ushiromiya... contuvieron eso y más cosas que querían decir y hacer.
María: (suspira) buen, hasta luego abril-san. Luego nos veremos. Adiós.
La peli castaña, abre un portal, para regresar a su hogar. Empezaron a entrar y cuando la misma creadora del portal entraría, alguien le agarro el brazo.
Mikey: (agarrando el brazo de ella) María, por favor... no te quiero perder de nuevo.
María, se molestó por ser tocada por él y le arrebata su brazo y entra rápido al portal, con esto ella cierra el portal.
Abril, mira a sus tres amigos, con caras de tristeza, enfado y culpa.
Donnie: (trata de acercarse a ellos) hermanos... vamos a casa. Será lo mejor por...
Donnie, no había terminado de hablar cuando sus tres hermanos, se dispersaron en diferentes direcciones, no tenían ganas de hablar, de cómo estaba su corazón en ese momento.
Abril: (suspira) pobres de ellos, en verdad... ellas los odian.
Donnie: (la mira) ¿Por qué a ti, si te saludaron? Y hasta estaban felices.
Abril: (lo mira) es porque yo no estuve ahí cuando dijeron esa estupidez ustedes.
Donnie: (confundido) ¿a qué te refieres?
Abril: (suspira) cuando pasaron unos meses, hable con Jessica en persona. Y me conto varias cosas, mas nunca les dije. No serviría de nada hablar de ello. En pocas palabras, ustedes arruinaron una amistad así.
Donnie: (molesto) ¿Por qué no me dijiste?
Abril: (lo mira) por que no serviría de nada. Como dije, lo arruinaron. ¿Qué importaba si decía algo o no? María y Ange, no perdonaría a ninguno de ustedes, por abandonarlos. Incluso Battler y George, están molestos, Jessica igual, pero... solo con ustedes, con Splinter y conmigo no lo están. No los pueden culpar a ellos de nada y tampoco lo hagas conmigo (Molesta).
Donnie: (la mira) tienes razón abril, nos lo buscamos y aunque a mí sea el que menos le duela esto. Me da tristeza solo por mis hermanos se han ido a ¿Quién sabe dónde y temo que hagan algo estúpido?
Abril: (suspira y ve a la dirección que se fue Raph) no pueden hacer nada al respecto, y la tristeza que tienen se la tienen bien merecida. Aunque acepto que también me duele lo que les pasa.
La pareja de novios, se va a la guarida subterránea, a esperar a sus hermanos y que se desahoguen como mejor quieran.
En el camino donde se fue Raph, para el sur era la dirección correcta, él estaba destruyendo todo en el tejado donde estaba.
Raph: (golpeando) ¡¿Por qué, tuvo que estar ese estúpido con ella?! Y para todo esto ¡¿Quién es ese idiota?!
Raph, había cambiado desde su edad de 15 años. Ahora con 18, se había vuelto más alto y con más musculatura corporal, tenía su plastrón con algunas rupturas en él, más de las que tenía antes, sus ojos, habían cambiado de ese brillo verde que tenían, a un verde más opaco.
La tortuga de cinta roja, estaba muy enfurecido, por como Ange lo había tratado hace poco, por Juuza que se notaba que ella apreciaba mucho, el recordó el momento de hace poco que ella abrazo a ese peli plateado y a él ni en ningún momento le hizo caso. Incluso cuando podrían haberlo matado, ella no dijo nada, si no tuvo que ser María la que intercediera por él.
Raph, seguía aún golpeando y destruyendo todo lo que se le encontrara, hasta destruyo un aire acondicionado, poco le importo si era de alguien o no. Estaba cansado de tantos golpes que había dado y por la pelea, solo seguía por la furia que sentía, pero su cuerpo pronto fue dominado por el dolor que su corazón sentía y dio un último golpea al aire y se dejó caer de rodillas y bajo sus brazos, dejando caer sus armas y mirando al cielo, dejo salir sus lágrimas. Ese duro, pero a la vez gentil corazón, ya estaba por completo roto. Si bien, antes tenía la esperanza de verla y que sintiera algo por él, ahora sabia la perdió para toda la vida.
El clima se tornaba gris, bueno era de noche y se supone oscuro y estrellado estaba, pero las nubes habían tomado posesión del cielo de Nueva York y poco a poco las gotas de lluvia caían y dejaban su marca humedad de presencia.
Raph, estaba mojado y le parecía estar eso bien, lloraba y siendo el rudo de sus hermanos, n querían que se distinguiera eso.
Del lado norte, se encontraba Mikey, llorando abrazando sus piernas y solo decía en susurros: te amo... te amo mucho... por favor... regresa... te amo.
Mikey, sí que había crecido ya no era el mismo chico de 15 años del pasado, su físico había cambiado, era casi del alto de Donnie, dejando por un centímetro a Raph. Se volvió más fuerte y mucho más ágil, ya había dejado de ser el "tonto y débil" de sus hermanos, como antes le decían, aún conservaba su alegra infantil, pero solo fingía cuando eso pasaba. Para él hace tres años, había perdido un motivo importante para sonreír. No tenía cicatrices, solo marcas en su caparazón.
La joven tortuga, estaba en esa posición llorando desde que llego a esa azotea, la lluvia lo cubría por completo, pero le da exactamente igual. Seguía llorando y susurrando esas palabras una y otra vez. Sus pensamientos eran asaltados por las imágenes de María y el, divirtiéndose en aquellos días. Y cuando el último recuerdo se manifestó, fue cuando la abrazo y le dijo sus sentimientos. Dio un grito al cielo.
Mikey: (llorando, gritando y mirando al cielo) ¡¡¡TE AMO!!! Te amo mucho... ¡¡¡te quiero aquí conmigo!!! ¡¡¡Te quiero abrazar, sentirte y saber que me amas!!! Pero ahora... me odias... perdóname... ¡¡¡perdóname por favor!!!
Por último, en el lado oeste, el líder de sus hermanos, estaba parado, mirando el firmamento, a la orilla de una azotea. Su rostro estaba cubierto por la llovía y marcado con la tristeza de ese momento de verla otra vez.
Leo, alcanzo una mejor altura con el paso del tiempo. Se había vuelto más frio y calculador de como era antes. Su caparazón y plastrón, habían sido marcados por varias peleas, tenía una cicatriz en su pierna izquierda.
El, estaba solo con la lluvia corriendo por su cuerpo, mirando ese cielo negro y nublado, así como estaba su corazón. Pensaba en ella y recordaba buenos momentos, pero luego recordó el momento que deshizo la alianza y el momento de verla y darle un beso a ese hombre rubio. Cuando recordó eso, apretó su puño y mordió su labio inferior. No decía ninguna palabra, pero sus gesticulaciones lo decían todo. Toco su pecho y de sus ojos salieron unas lágrimas, saladas que rápidamente se confundieron con la lluvia.
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