Capítulo 8
Han pasado dos días desde que Manuel me invitó a esa fiesta. Tengo mucho miedo, nunca he ido a una fiesta con alcohol y menos con un chico. Todo esto me tiene muy nerviosa. Hemos pasado estos dos días hablando de cosas sin importancia como el tiempo, alguna clase y demás. Dentro de unas 24 h estaré con Manuel en la fiesta.
- Claudia, deberías dormir. Para mañana vas a necesitar mucha energía
- Lo sé, pero es que no puedo. Estoy tan nerviosa que no se si dormiré algo.
- ¿Por qué estás tan nerviosa? Solo es una fiesta.
- Es mi primera fiesta con alcohol y chicos.
- ¿Enserio?
- Sí y tengo que ir sola.
- No vas sola, vas con Manuel.
- No es lo mismo.
- Venga, a dormir.
Nos acostamos y tras dar mil y una vueltas en la cama, consigo dormirme. Al día siguiente abro los ojos y miro el reloj: son las 11 y media.
- Carla, ¡nos hemos dormido!
- Mmmmm - dice adormilada - No os podemos haber dormido porque es sábado y no hay horarios.
- Pero queríamos empezar a prepararme a las 10.
- ¡Es verdad! Vamos a ello.
Veo que se levanta de un salto y se dirige al baño, a los dos segundos sale con un montón de cosas en sus brazos y las deja en su cama. Ella coje una pinza para el pelo y se lo ata.
- Ya estoy preparada, Claudia coje la silla del escritorio y ven conmigo.
Sin rechistar la cojo y me siento delante de ella. Carla toca un poco mi pelo y dice:
- Me encanta, lo tienes tan bien cuidado. Ojalá tener un pelo así de bonito.
- Pues lo único que hago es ponerme mi champú y mascarilla, nada más. Ese es mi secreto.
- Ya no es un secreto, me lo has contado a mí.
- Cierto.
- Claudia, ¿que quieres que te haga en el pelo?
- Pensé que lo haríamos con magia.
- No me gusta, siempre he preferido hacer el pelo de la manera tradicional mundi. Amo hacer el pelo.
- Vale, pero no tengo ni idea de que quiero. Lo único que sé es que quiero algo sencillo, no quiero que Manuel crea que me he pasado diez horas preparándome.
- Te haré un semi recogido, así.
Dice mientras me enseña una foto en su teléfono.
- Me encanta
- Pues te lo hago ya mismo.
Comienza a peinarme el pelo y ponerme unos cuantos productos distintos, después del segundo decidí dejar que hiciera lo que quisiera. Al cabo de una hora y media había acabado.
- Claudia, ya he acabado.
- Por fin, esto es muy lento de hacer.
- Ya, pero siempre queda mejor que con la magia.
Carla me da un espejo y me puedo ver, estoy impresionante. Ella ha conseguido reflejar todo lo que yo quería en un solo peinado.
- Guau, Carla, gracias. Me encanta, has pillado a la perfección lo que yo quería.
- De nada, para eso están las amigas.
- Tengo hambre, ¿bajamos a comer?
- Nos podemos cruzar con Manuel y él vería este peinado tan perfecto.
- Cierto.
Me levanto de la cama y me acerco a mi cama, para coger mi varita.
- Eso lo arreglo yo - digo muy convencida. Muevo la varita y me apunto al pelo diciendo - Ocultum appearance.
Agito un poco la cabeza y vuelvo a tener el pelo de siempre.
- Listo, ya podemos bajar sin peligro.
- Guau, me tienes que enseñar a hacer ese hechizo.
- Vale.
Toc toc.
Me acerco a la puerta y la abro, Finn está al otro lado.
- Hola Finn.
- Hola Claudia, ¿bajáis a comer?
- Danos dos minutos y bajamos, aún vamos en pijama.
- ¿Os acabáis de despertar?
- No - chilla Carla desde la cama, se acerca y con voz más bajita dice - Estaba peinando a Claudia para la fiesta.
- Claudia yo no puedo ir si es hoy, lo siento.
- Carla me lo comentó, así que iré sola con Manuel.
- Eso me huele a cita - dice Finn.
- No empieces tú también, Manuel no me gusta.
- Bueno, vestiros que tengo hambre.
Entramos y cerramos la puerta, nos cambiamos y salimos.
- Ya estamos Finn.
Vamos los tres juntos y nos sentamos en la mesa de siempre. Hoy no hay gente, muchas personas se han ido a comer a sus casas. Hoy tenemos tortilla de patata con bacon para comer.
- Que bueno, ya era hora de que pusieran una buena tortilla.
- ¿Tortilla? ¿y eso que es? - pregunta Carla.
- ¡¿Enserio que no sabes lo que es una tortilla de patata?! - digo yo muy asombrada.
- Enserio, aquí no es típica.
- No había pensado en eso, en mi casa hay un día de la semana que siempre hacemos tortilla, en honor a mi padre ya que es español.
Yo no soy español.
Me refiero a mi padre postizo, Juan.
Ah, vale.
Comemos tranquilamente, tan tranquilamente que se nos hacen las cuatro.
- Claudia, son la cuatro y hay que acabar de prepararte. Además de eso tengo que hacer mi bolsa para ir a casa - dice Carla.
- Yo igual, os dejo chicas - dice Finn.
Nos levantamos y salimos del comedor, nos encontramos con Manuel.
- Hola Claudia, acuérdate que a las 8 en la puerta principal.
- Sí, tranquilo. No soy de las que suele llegar tarde.
- Vale, así me gusta. Es una pena que no podáis venir tú y Finn - dice mirando a Carla.
- Ya, pero que se le va a hacer. Cuida bien de Claudia o lo lamentarás.
- No te recordaba así Carla.
- Siempre soy así con las personas que me caen muy bien.
- Vale, yo la cuidaré muy bien, no te preocupes.
- Bueno mal genio, nos vamos. Adiós.
- Adiós despistada y adiós Carla.
- Adiós - contesta Carla.
Subimos a la habitación y ya eran las cuatro y media.
- Vamos Claudia, aún hay que maquillarte y vestirte.
Ella me dirige hasta el baño y me da el vestido y los tacones.
- Tienes cinco minutos - me dice cierra la puerta.
Decido que es mejor hacerle caso y tardo los cinco minutos exactos en cambiarme y ponerme los tacones. Salgo y Carla dice:
- Te queda genial, date la vuelta y te lo abrocho.
Una vez abrochado el vestido, me vuelvo a sentar en la silla y deshago el hechizo que tenía en el pelo. Vuelve a estar como me lo había hecho Carla. Ella entra en el baño y sale con 50 potes que supongo son de maquillaje. Los vuelve a dejar encima de su cama y se acerca a mi.
- Vale, supongo que querrás algo sencillo.
- Exacto.
Carla empieza a maquillarme sin decir nada más. Primero crema hidratante, después primer, luego base... Al cabo de una hora acaba y me da un espejo, estoy increíble.
- Gracias Carla - digo dándole un abrazo.
- De nada. Quita, que te arrugas el vestido.
- ¿No tenías que hacerte la bolsa?
- Sí, pero la hago con magia. Mira.
Mueve la varita y una bolsa aparece en medio de su cama, una pieza de ropa va volando hasta meterse en la bolsa.
- Hecha - dice y justo después suena la canción "heart attack" de Demi Lovato - ¿Sí? Ya bajo mamá.
Cuelga y añade:
- Me tengo que ir. Son las siete, o te desmadres en esta hora y no te eches atrás.
- Vale, que lo pases bien.
- Adiós.
- Adiós.
Saco el móvil y veo que tiene un diez por ciento de batería, no lo puedo usar ahora. Me levanto y lo pongo a cargar. No tengo nada que hacer, así que me acerco a la máquina para elegir productos y me pongo a dotorear. El mundo se me cae encima cuando veo que hay un apartado de libros mundis, entro y eso, junto a una tarjeta sin límite de gasto, es mi criptonita. Decido parar después de comprar el quinto libro, todos los libros han ido apareciendo en la estantería.
Al cabo de un rato, miro el reloj y veo que son menos diez. Cojo mi bolso, que ha preparado Carla antes de irse, y salgo de la habitación. Voy hasta la escalera que lleva a la entrada y veo a Manuel a los pies de la misma. Está increíble, lleva puesta una camisa y unos pantalones de vestir que le quedan como anillo al dedo. Empiezo a bajar la escalera y Manuel se gira, mirándome directamente.
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