4
Jimin dormía acurrucado en el pecho de Kook. Llevaban media hora dormidos, después de haber pasado toda la noche amándose. El celular de Jungkook los despertó.
—Hola.
—Hola, Jungkook, soy Tae.
—¿Qué quieres?
—¿Cómo que qué quiero? Yoo me dijo que quieres hablar conmigo como condición para firmar el divorcio.
—Eso se lo dije hace muchas semanas, Taemin. Pero ¿sabes qué? ya no me importa. No tengo necesidad de hablar contigo. Dile que le enviaré los ridículos papeles hoy con un cadete. Con respecto a nuestro dúo, estás fuera de él.
Se incorporó sobre su codo para acomodar bien el teléfono y continuó:
—Me quedo con todas las regalías ya que todos los temas son de mi autoría y así están registrados. Mis abogados te harán llegar la documentación para que firmes la disolución del dúo y la restricción de no cantar ni una sola de mis canciones.
No dejó que Tae emitiera un sonido y sin más, agregó...
—Bye, Taemin, que te sea leve estar al lado de un ser tan despreciable. Pero bueno, entre despreciables seguramente se entienden a la perfección. Cuidate y espero que ningún amigo te clave un puñal por la espalda cómo lo hiciste tú conmigo. Adiós.
La mandíbula de Taemin cayó ante el anuncio determinante de Jungkook. Lloró por haber traicionado su confianza. Él amaba el dúo y le encantaba su carrera profesional. Nunca contó con enamorarse del marido de su amigo. Pero tampoco hizo nada para evitarlo.
Kook se dio vuelta en la cama para abrazar a Jimin que lo observaba con ojitos de sueño.
—Ven cerca mío, gatito, tengo frío.
Giró a Mimi, arrimó su cuerpo a la espalda del rubio y en cucharita se dispusieron a dormir un ratito más. Jimin entrelazó su cola de gato a las piernas de Kook y éste se durmió acariciando sus orejitas.
Ese "ratito más" se prolongó por horas y los amantes se despertaron bien tarde. Jungkook se levantó a preparar algo de comer mientras Jimin tomaba un baño ahora sí, con su forma humana.
Comieron frente al fuego. Se miraban a los ojos tan profundamente que no notaron que Gong había ingresado con su antigua llave invadiendo la propiedad privada.
Cuando Jungkook lo vio parado frente a ellos casi se infarta de terror a que este diablo descubriera a su híbrido. Pero Jimin tenía sus orejitas cubiertas por la capucha del enorme buzo y su cola escondida dentro del mismo. Ni siquiera se movió para no delatar sus formas gatunas.
—¿Cómo te atreves a entrar a mi casa de este modo?
—¡Dijiste que me enviarías los papeles del divorcio con un cadete y no lo hiciste!
—¡Tú y esos papeles de mierda me tienen cansado, Gong!
Fue a buscar los documentos, frente a él firmo cada hoja y se lo arrojó al pecho.
—Tomá, ahora vete. Entrégame las llaves de mi casa. Ya.
La actitud de Yoo había cambiado notablemente. Miraba a Jimin como si no pudiera creer que alguien estuviera con su ex.
Jimin quedó sentadito frente al fuego y Jungkook casi a los empujones llevó a Yoon hasta la salida.
Jimin cambió de forma.
Ya se sabe, la curiosidad gatuna pudo más.
Curry se deslizó sigilosamente por detrás de un cortinado desde donde podía escuchar todo lo que este hombre sin escrúpulos estaba diciéndole a Kook.
Dos pasos antes de salir, Gong giró y se acercó a Jungkook, lo tomó por el mentón y le dijo con voz baja:
—Espera Jungkook, quiero decirte algo, ¿Por qué metiste a ese chico en nuestra casa?
Jungkook ladeó su cabeza y con una sonrisa de medio lado, le contestó:
—¿Nuestra casa? Error... Esta es mi casa, la compré con las ganancias de mi primer disco. Es mía, tú ni siquiera estabas en mi vida cuando la compré.
—Ya sé que es tuya, hablo de otra cosa. Ayer cuando el chiquillo dijo "nuestro hogar" refiriéndose a esta casa y a ustedes dos viviendo en ella, me cayó un balde de agua fría.
Jungkook no podía creer lo que le estaba diciendo.
—Kookie, si aún hay algo de amor hacia mí en tu corazón y crees que estamos a tiempo de salvar lo nuestro, ven a cenar conmigo esta noche. Por favor.
Los enormes ojos de JK daban cuenta de lo sorprendente que era todo esto.
—¿Y Tae?
—¿Qué hay con él?
—Es tu nuevo novio, estás en una relación con él, me dejaste a mí por él.... ¿Que se supone que le dirás para ir a cenar conmigo hoy?
—No tiene por qué saberlo.
—Sal de mi casa Yoo. Por favor. Vete.
—Estaré esperándote en nuestro lugar de siempre. Misma mesa. Por favor, ven.
Curry salió en puntillas y sin ser vista por nadie se dirigió al cuarto de Kook en la planta alta. Cambió de forma.
Jimin se sentó al borde de la cama y se sintió triste, no creía tener derecho a sentirse así, Kook ya tenía una vida y un amor para cuando él irrumpió en esta casa.
¿Pero entonces porque le había propuesto ser exclusivos? Él casi se sentía ser el novio gatuno de Jungkook pero ahora no sabía cómo sentirse frente a esto. ¿Será que los humanos aman de esta forma cruel? ¿Aman y «des-aman» a la vez?
De todas maneras él sabía perfectamente que estaba enamorado del chico músico. Jeongguk es todo lo que él anhelaba en la vida y estaba a punto de perderlo.
«Qué desdicha» —pensó— «Qué vida dura la mía»
Jungkook entró a la habitación con una cara extraña, una desconocida cara de la mentira, que obviamente Jimin no le había visto antes.
—Estabas aquí, Mimi, te estaba buscando abajo.
—¿Qué quería Yoo?
Él sabía perfectamente lo que quería porque lo había escuchado todo. Pero el costado masoquista de su parte humana quería escuchar si Kook era capaz de decirle la verdad.
—Nada. Una vez más me dijo cosas hirientes y se fue. Le pedí las llaves de mi casa.
Y Jungkook no lo hizo, le mintió.
«Ay, qué dolor en el corazón ¿Vas a ocultarme lo que te dijo, kookie?» Pensó con angustia el gatito.
«¿Aún lo amas? Qué triste me siento ahora mismo» —cavilaba el híbrido mientras Kook seguía inventando excusas para poder salir esta noche sin recibir reclamo alguno.
—Esta noche tengo que ir al estudio a buscar unas cintas que grabamos hace semanas. Quiero editar los audios para quitar la voz de Tae, y ... Mimi, ¿Me estás escuchando?
Jimin cambió de forma y se retiró del cuarto dejando al humano con la palabra en la boca.
Kook siguió a Curry y la vio salir por la ventana y desaparecer en el jardín nevado.
—¡Curry!¿Qué haces? ¡Está nevando! Regresa. Jimin, regresa.
Asomó medio cuerpo por la ventana y ya no pudo divisar a la gata.
—¿Por qué te fuiste así?
Jungkook sacó su auto de la cochera para acudir a la cita con Yoo, pero antes observó cada rincón a ver si Curry estaba por allí.
Ella había regresado a la habitación de Kook sin ser vista. Cambió de forma y se sentó a pensar que es lo que ella/él estaban haciendo.
—Sé que soy un gato, y no un gato cualquiera —se reprochó a sí mismo— Soy una hembra calicó. Una calicó con designios específicos en mi vida, mi Ámbar pitonisa me lo había profetizado años atrás:
✨Llegarás a la vida de un humano y cambiarás su suerte de la noche a la mañana. Sus tristezas serán alegrías, y sus lágrimas se convertirán en felicidad. Esa es tu misión Curry. Sabrás cuando encuentres a ese humano al que le cambiarás la vida✨
Su corazón supo aquella mañana que se conocieron que Jungkook era su humano designado para que la profecía se cumpliera. Pero Jimin intencionalmente había ignorado el designio universal cuando se permitió caer rendido de amor a los pies del humano.
—Lo amo. No sé qué hacer. ¿Cómo hago para abandonar a la persona que siento que es mi alma gemela?
¡Pero qué estoy diciendo! Soy un híbrido. No tengo chances de que el humano se enamore de mí.
En su cabeza volvió a escuchar a la pitonisa:
✨✨"Eres único Jimin, tu corazón es exquisito. Deja que Curry te guíe para que tu destino calicó se vea realizado y le cambies la vida a esa alma necesitada.✨✨
—Lo haré mamá. Confía en mí.
Cambió de forma y se sentó en el alféizar a espera la llegada de Jungkook.
Solamente con su forma animal él podría llevar a cabo la profecía.
Cuando esto ocurriera, el humano olvidaría en el acto todo recuerdo anterior con el híbrido.
Nada quedaría de lo que ellos dos vivieron todos estos días y Jimin desaparecería de la vida de Jungkook para siempre.
Los gatos no lloran, excepto Curry.
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