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El sonido humedamente obsceno llenó el despacho. No era más que la fricción y golpeteo de pieles calientes que se perdían entre los quejidos agudos y lamentos sensuales. El aroma a sexo penetraba por cada rincón.

—Ugh, papi.

Un omega delgado y esbelto, cuya tez blanca estaba pintada con pequeñas marcas rojizas y rosadas en el cuello y sobre sus pechos saltarines. Estaba apenas subido sobre la mesa negra, sobre un montón de papeles que ahora eran inservibles; sus brazos lo sostenían, a él y a sus piernas abiertas donde recibía a un alfa puro. El hombre, de tez ligeramente tostada por el sol y cabello negro como las aceitunas más exquisitas cultivadas en Grecia, gruñía desde el pecho, acompañando a los lloriqueos de su joven amante.

—¡Papi!

La gruesa polla de venas robustas embistió al omega yendo profundo, acariciando las paredes estrechas que chupaban golosamente cada centímetro. Sus brazos gruesos, fornidos y tatuados, apretaban la pequeña cintura ajena, rasguñando la piel sensible mientras más cerca se sentía de la locura.

Los ojos brillantes del alfa devoraron la imagen frente a él. Incluso si tenía a ese omega entre sus brazos todos los días, no podía cansarse de la vista. Pecho gordos y de pezones rosados; un rostro aniñado y candente, con labios rosados y rellenos, nariz pequeña y delicada, cejas perfilando unos ojos avellana con abundantes pestañas coquetas.

Sí, era toda una delicada Barbie.

—¡Uh, Chanyeol!

Espabilando, Chanyeol salió de su ensimismamiento. Su diestra, de piel marcada por las líneas de la tinta desde el hombro hasta la muñeca, se movió ágilmente hasta el delicado cuello del omega.

—¿Qué fue lo que dijiste, Baekhyun?

El muchacho se coloreó, mas eso no lo disuadió de continuar meneando sus caderas para encontrar la polla ajena y llevarla hasta el fondo estrecho de su agujero. Los gruesos dedos ajenos se envolvieron alrededor de su cuello y lo apretaron, y Baekhyun gimoteó con descaro. Le gustaba llegar al orgasmo mientras el aire se le escapaba. Era una tortura tan placentera como enloquecedora.

Los embistes aumentaron, más rudos de modo que los pesados testículos golpeaban la tierna carne de su culo. Baekhyun gritó ahogadamente, sintiendo lo mucho que Chanyeol estaba apretando su cuello.

—Te pregunté una maldita cosa —gruñó el hombre, inclinándose hacia él.

La mano en el cuello de Baekhyun se movió más arriba, hasta que el dedo pulgar acarició el labio inferior, casi deslizándose en esa boca quejosa.

—Lo siento, papi.

—¿Por qué?

—Por... por ser tan maleducado —murmuró y sacó su lengua para lamer el pulgar y empezar a chuparlo. En el entretiempo, añadió—: No volveré a llamarte por tu nombre, papi, lo prometo.

Chanyeol le sonrió con plena condescendencia.

—Sé que lo verás a hacer, porque eres un jodido puto malcriado, ¿no?

Baekhyun gruñó cuando el pulgar se alejó. Él quería seguir chupando, quería... Pero entonces la cálida boca de Chanyeol tocó la suya y volvió todo descargas eléctricas y lascivia.

—Papi, papi —lloriqueó.

El aroma de cerezas dulces y deliciosas enloquecía a Chanyeol. El celo del omega era desquiciante.

—Estoy cerca.

—Lo sé, puedo sentir lo mucho que quieres que llene tu agujero —replicó entre gruñidos porque debía conservar aún el control, incluso si Baekhyun era una marea de lujuria y deseo incontrolable, él debía conservar la cordura. No podía dejarse llevar cuando a Baekhyun su celo le nublaba la razón. El muchachito no solo quería ser jodido, quería y necesitaba ser fecundado. Su objetivo final era estar lleno de cachorros.

Chanyeol no podía hacer eso. Era su trato. Sin anudar, sin fecundar.

Solo sexo puro y simple durante los celos, o fuera de ellos cuando la necesidad debía ser atendida.

Incluso cuando cierto turbio pensamiento en el fondo de su cabeza lo empujaba a querer quitarse el condón y llenar hasta el borde de su semen a Baekhyun.

No podía hacerle eso a un amigo.

—Papi, por favor... Cachorros... Dámelos. Vamos, papi.

Chanyeol ahogó una maldición en su lengua materna, follándolo con salvaje abandono hasta que lo escuchó gritar con fuerza y temblar entre sus brazos. Él mismo se corrió copiosamente contra el látex.

—Papi, uh, ¿por qué...?

Los pucheros de Baekhyun eran adorables, pero Chanyeol no iba a caer por un par de ojos coquetos y labios rosados.

—Barbie, arruinaste mis documentos.

—Eso no es importante. Quiero cachorros.

Chanyeol suspiró. Siempre pasaba. Durante cada celo del omega, su necesidad biológica salía a flote y reclamaba una maternidad que hasta el momento no conseguía.

—Eres demasiado joven aún.

—Ugh, eso no es cierto.

Ignorándolo, cargó al muchacho para sacarlo del despacho del pethouse y moverse por el pasillo, en plena desnudez, hacia el cuarto de baño de su recámara, la que había estado compartiendo con Baekhyun por los últimos tres días debido al celo.

Esa noche acabaría el período de calor del omega y todo volvería a su relativa calma. Atender las necesidades del omega no era una tortura, pero le quitaba tiempo de trabajo. Había cancelado una reunión en la mañana cuando Baekhyun se metió bajo la mesa para chuparle el pene, y en la tarde no revisó los contratos que su jefe comercial le envió porque tuvo al muchachito con las piernas abiertas listo para tomarlo.

Cuando terminó de bañar y vestir a Baekhyun, lo dejó en la cama King size. Eran casi las seis de la tarde, así que tendría que pedir comida ya que no iba a cocinar cuando tenía montañas de trabajo acumulado.

—Tomate la pastilla —regañó Chanyeol cuando vio a Baekhyun adormilado, pero debía tomar supresores para finalizar su período.

—Si, papi.

«Papi», repitió en la cabeza. Eran curiosos lo diversos que eran los fetiches de Baekhyun en la cama. Desde ser amordazado y azotado, hasta jugar roles. Era un caos, pero era entretenido. El sexo con Baekhyun siempre era revitalizante, y no tenía nada que ver con que de vista el omega fuera perfecto.

Barbie de Asia.

Así lo llamaba la prensa internacional por sus similares características con esa muñeca.

Resoplando, Chanyeol regresó a su despacho y al trabajo. Era dueño de Loey Entertainment, una agencia de publicidad para marcas de lujo en Asia Pacífico, por lo que se permitía trabajar con los modelos más costosos del mercado. Uno de ellos era Byun Baekhyun, de 21 años de edad.

Chanyeol era, de forma muy poco discreta, el patrocinador de Baekhyun. Cuando el omega empezó su carrera hace dos años no contaba con los recursos para ascender en el medio o llegar a los jugosos contratos que le permitieran pagar la colegiatura de su universidad. Había perdido su beca en Economía porque uno de sus profesores fue herido en el orgullo cuando el bonito omega rechazó el cortejo, así que lo dejó en suspenso. Sin la ayuda financiera, Baekhyun no pudo pedirles dinero a sus padres ya que ellos no contaban con el suficiente dinero. Así que hizo uso de su buen atractivo para modelar. Cosas pequeñas que lo llevaron a la oficina de Park.

—No pierdo mi tiempo con niños como tú. Retírate.

Baekhyun había tartamudeado y casi llorando en la siniestra oficina del alfa, en el edificio de Loey Entertainment.

—Por favor, necesito ese contrato.

—Perdona, pero creo que no has entendido lo que dije —. Fue cuando Chanyeol alzó la mirada de su computador y se dignó en mirar a Baekhyun. Se quedó sin aire. El omega era precioso—... Se hicieron audiciones, si no te llamaron-

—Fui, pero... Es que...

Chanyeol se pellizcó el puente de la nariz. Esto iba a arruinar su mañana y a empeorar su migraña. Odiaba lidiar con omegas llorosos que creían que por abrir sus piernas iban a obtener algo. Es decir, sí ocurría, pero no era el momento.

—Tal vez estaban buscando algo más para la campaña. Esas cosas pasan.

Estaba intentando con todo su ser no gritarle al muchacho quien parecía cerca de un desmayo o de un ataque al corazón por los nervios. Generalmente no era amable con las personas, pero no era el monstruo del que se rumoreaba por los pasillos.

—No tengo tiempo para lidiar con tus lamentos, en serio.

—Pero... por favor, escúchame. Yo fui a la audición, pero ese fotógrafo, él... dijo que me desnudara.

Chanyeol puso los ojos en blanco. De todos los modelos atrevidos con los que se pudo topar, le tocó el puritano.

—Los modelos hacen desnudos. —Aunque no era una obligación.

Baekhyun bajó la mirada y murmuró:

—Eso fue después del casting.

El pulso de Chanyeol saltó. Oh, joder.

No era un secreto, ni era poco común, que fotógrafos o dueños de campañas ofrecieran protagónicos a cambio de sexo. ¡Por Dios! Era la industria del modelaje y, como en la del entretenimiento, esas cosas pasaban todos los días y era en gran medida la forma más sencilla de conseguir fama y dinero.

Pero este omega frente a él era casi un niño. Era ilegal.

—¿Quién fue?

—Fue para la campaña de Joyas Regis.

Chanyeol soltó una grosería que hizo saltar al omega. Claro que conocía al degenerado que era capaz de pedirle a un niño desnudarse. Marcó un número en su celular y esperó a que contestara. Se saltó los saludos que, para el caso, nunca daba.

—A mi oficina. Ahora.

Tres minutos más tarde el alfa llegó. Un hombre poco mayor a Chanyeol, con gesto hosco y mirada cautelosa que, al ver al omega en la oficina, se volvió afilada.

—Explícate. ¿Por qué tengo una denuncia en contra tuya por acoso sexual de este muchacho?

—Estupideces —escupió el hombre—. No le he hecho nada. ¡Yo debí poner una denuncia contra este delincuente!

El omega se sonrojó y Chanyeol se encontró confundido.

—¿De qué demonios hablas? ¿Qué rayos está pasando?

—Él quiso tocarme —Baekhyun con el entrecejo fruncido—; dijo que si no me dejaba, no obtendría ningún contrato.

—Esas son infamias. ¡Jamás intenté tocarlo! Fue él quien me agredió. Puedo demandarlo por golpearme.

Baekhyun chasqueó la lengua, alejando la mirada.

—¿Lo golpeaste? —preguntó Chanyeol con tono escéptico. El omega frente a él lucía vulnerable y delicado, especialmente cuando sus ojos estaban preparados para el llanto.

—Solo le di un puñetazo... en la nariz.

Fue cuando Chanyeol prestó atención al alfa frente a su escritorio. O era absolutamente despistado o simplemente no le importaba la apariencia de las personas. El rostro del fotógrafo tenía un moretón mal disimulado con maquillaje en la zona de la nariz donde, si se fijaba bien, se notaba la hinchazón.

—Vamos a resumir esto. Tú —y señaló al fotógrafo—, le exigiste sexo a cambio de la campaña, y tú —señaló a Baekhyun—, lo golpeaste por atrevido. Bueno, ahora quiero saber cómo fue tu proceso de selección del modelo para la campaña. Me parece que él es lo bastante adecuado, con las curvas correctas y el rostro aniñado.

Baekhyun se apenó por la descripción que Park estaba haciendo encajar en él.

—Es el quinto incidente este mes, Massimo. ¿Recuerdas lo que dije la última vez?

El otro alfa titubeó, perdiendo de pronto esa capa de arrogancia.

—Señor Park, yo-

—Fuera. Ve a recursos humanos para firmar tu salida.

—Aguarde, por favor.

—Ni una jodida palabra, ¿me oíste? Te di muchas oportunidades, pero hiciste lo que te dio la gana. Ahora sé un hombre y enfrenta las consecuencias.

Cuando el alfa se retiró del despacho, el aire tenso de la habitación se disipó un poco. Baekhyun no quería decir palabra, no cuando Park Chanyeol estaba en frente con una mueca de enojo que no le quedaba bien a su bonito rostro.

—Tú, ¿tienes tu portafolio?

Baekhyun sacó a prisas su carpeta negra de la mochila de la mochila de la universidad y se la entregó. Estaba tan nervioso, pero esperaba que Chanyeol le diera una oportunidad en la campaña si veía sus fotos. Había tenido algunas sesiones para autos y vestidos, pero quería ese contrato que le ayudaría a cubrir su matrícula.

Chanyeol ojeó las primeras páginas, pasando las hojas blancas mientras contenía una carcajada y un juramento.

—Reprobarás análisis financiero si no corriges este error. ¿Y qué diablos es esto, una curva de Phillips?

Baekhyun palideció, y corrió hasta donde estaba el alfa, a su costado izquierdo, para dar una mirada a lo que sea que él estuviera criticando.

—Maldición.

—Sí, es lo que yo dije cuando vi este dibujo tan espantoso.

—Lo siento, me equivoqué de carpeta. Dame un minuto-

—Hagamos algo más productivo. Mira —dijo señalando la ecuación de arriba de la gráfica—, está mal. No existe relación entre estas variables.

Baekhyun ojeó el enunciado de su tarea.

—Pero-

—De hecho, no puedes graficarlo como estás queriendo.

—Oh, no digas eso —puchereó muy cerca del rostro del alfa—. Me tomó dos días hacer esto.

—Y lo hiciste mal.

Le entregó la carpeta y se apartó de la cercanía del omega. Aquel aroma a cerezas que desprendía era... muy bueno.

—¿Puedo traerte mi portafolio más tarde? Está en la residencia universitaria. Solo me tomará una hora, o si estás ocupado puedo venir más tarde.

Chanyeol suspiró. Iba a arrepentirse de las decisiones que tomaría.

—Olvídalo.

—Por favor, si no consigo la campaña, no podré pagar la matrícula y me sacarán la universidad.

—No lloriquees.

Baekhyun usó una técnica que raras veces le había fallado. Con sus ojos de cachorro, batiendo sus pestañas y con los labios fruncidos, empezó a rogar.

—Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor-

—Joder, sí. Está bien, solo deja de hacer berrinches.

Esa debilidad Chanyeol la pagaría caro después cuando, de alguna forma, se volvió el patrocinador y protector de Baekhyun, lo que significaba que, ergo ipso facto, lo tenía pegado a él la mayor parte del tiempo.




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Hello!! I'm back

Esta vez con una historia que será en gran medida mucho más soft (obviamente tendrá sus escenotas) pero es con un Chanyeol más vanilla con Baekhyun. 

Espero que les guste!!

Qué opinan de este primer cap?


Los leo,

Alex

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