🧧!! ' XXXVI
El rostro bello y delicado del omega de cabellos rojos siempre parecía estar contorneado por la ira y el rencor cada vez que daba una mínima mirada a Jimin, las raíces de envidia eran demasiado largas dentro de su razón, enterradas profundamente en su corazón.
Últimamente Jimin no lo veía mucho por la mansión, tampoco es que él estuviera siempre ahí, pero era un alivio grato evitarlo en lo máximo.
Si no se equivocaba, también había escuchado por parte de Edith que le estaba prohibido acercarse a él, por lo que Jimin no entendía qué hacía en esa parte de la mansión, particularmente cerca de sus habitaciones. Y realmente no pensaba detenerse a preguntar, estaba demasiado cansado para decir o reclamar algo, cualquier resentimiento que Marco tuviera con él no era de su interés en lo absoluto; así que pasó de largo, las tres mujeres hicieron lo mismo y lo ignoraron deliberadamente.
—Espero hürrem haya tenido un día productivo.
Jimin suspira débilmente y detiene su paso. Gira ligeramente sobre su cuerpo, atento a cualquier veneno que quiera soltar el omega recesivo.
—¿Aún tienes boca, quién eres para hablarle a hürrem? —Kenia sisea con enojo, Marco eleva una ceja divertido.
Por alguna razón, a Jimin no le gusta la tranquilidad en el otro omega. El que estuviera tan alejado de él en los últimos días, y que ahora se mostrara con tanta confianza realmente movía algo de inseguridad en Jimin.
—Sólo sigo el protocolo, ¿qué clase de servidor sería si no rezara y deseara todo lo bueno para nuestro hürrem? —Marco se acerca con paso lento, el castaño no pudo evitar hacer una analogía de una serpiente balanceándose por la tierra, arrastrando su veneno consigo.
—Qué bueno que has conocido tu lugar entonces, Marco. —Susurra Jimin, observando el cambio en la expresión burlona del pelirrojo a una más sincera, completamente llena de aversión y repulsión hacia él. Sin embargo, el pequeño vestigio de la verdadera naturaleza de Marco dura menos de lo que Jimin esperaría. Marco compone su postura rápidamente, dejando un extraño brillo pasar fugazmente por sus ojos.
—Escuché que büyük valide ha visitado a nuestro hürrem junto con el doctor Elak el día de hoy —dice Marco mientras se acerca aún más.
Jimin empieza a sentir una mala sensación dentro de su estómago, era obvio que se correría la voz entre los empleados de que Belma Hasmet fue a la galería a verlo, así fuera algo mínimo que haya pasado en una sucursal en China de los Hasmet, sea cual sea el sector, todas las personas que trabajaban para la familia sabrían hasta el mínimo detalle de lo sucedido al final del día.
Al principio Jimi no entendía ese afán de hablar de cosas privadas sin la autorización de la persona, pero Elit le explicó que era una costumbre que todos los criados tenían para matar el tiempo, que con tal de que todo se mantuviera en el límite de lo privado, nadie terminaría muerto. Durante esos meses Jimin había escuchado más secretos de la familia que en todo lo que pudiera buscar por sí mismo haciendo su propia investigación. Por esa misma razón es que Jimin pidió a Taehyung y Azra no decir nada, incluso si no lo hubiera hecho sabía que los alfas de eve eran los únicos en el círculo laboral de los Hasmet que no hablaban a menos que se les ordenara, así que era fácil confiar en ellos. Pero viendo la seguridad de Marco, la suya flaqueaba ligeramente.
—Yo esperaba buenas noticias, ¡todos rezábamos a Alá por un próspero futuro para nuestro amir y hürrem! —Continúa Marco—, pero para mí fue una gran tristeza saber la verdad de esa visita. Debe haber mucha tristeza dentro de hürrem en este momento.
Jimin sentía su respiración atorarse ligeramente dentro de sus pulmones, sus ojos se abrieron con sorpresa, ¿sería imposible, verdad?, Marco no podría saber nada.
—¿Tristeza? Deja de hablar y mejor encárgate de tu trabajo —exclama enojada Edith, su olor se estaba volviendo agrio y Marco parecía querer responder de la misma manera; sin embargo, su estado recesivo no daba ninguna cuenta de su estado de ánimo, usando sólo su lengua para atacar.
—¿Pero es que no saben? Es una vergüenza, ¡deberíamos rezar mucho a partir de mañana en las mezquitas por nuestro hürrem, pedir un milagro para curarlo!
—Marco, conoce tu límite, ¿qué tratas de insinuar?, no hay nada malo en hürrem, si rezamos es para su felicidad, no para arreglar algo en él. —Por fin habla Elit, su rostro era sereno como siempre pero Jimin puede captar un ligero matiz picoso en sus feromonas también.
—Estás muy equivocada, Elit, sí debemos rezar por él. —Responde Marco mientras vuelve a dirigir su mirada sobre Jimin, da una ligera sonrisa y vuelve a una expresión de falsa tristeza—. Porque hürrem no puede concebir. Alá lo ha castigado con la infertilidad.
Jimin siente algo ligero romperse dentro de él, sonando en ecos como vidrios rotos contra sus oídos. Tenía la misma sensación que esa tarde, de hilos cocidos en su boca y una gran piedra sobre su lengua.
—¡Discúlpate ahora mismo! —grita Kenia indignada, las exclamaciones enojadas parecieron llamar la suficiente atención en los empleados cercanos, que se acercaron preocupados al alboroto en las alas cercanas de su hürrem.
—Kendinizi bu şekilde ifade etmeye cesaret ettikçe, ağır bir şekilde cezalandırılacaksınız! [¡Cómo osas expresarte así, serás castigado severamente!] —exclama esta vez Edith.
—¡Pero es cierto, el vientre de hürrem está podrido! —Vuelve a atacar Marco—. Una vez que amir se entere...
¡Plaf!
La bofetada fuerte trae un silencio pesado, la cara volteada de Marco va volviéndose roja, justo del lado donde ha recibido el golpe. Todos parecen estar en un estado de profunda incredulidad. Los sirvientes alrededor tampoco se atreven a decir algo, la sorpresa los carcome poco a poco ante la imagen frente a ellos.
—¿Quién te crees que eres? —susurra lentamente Jimin, la palma de su mano empieza a arder por el golpe recién dado, pero no le toma importancia, sus emociones se han desbordado por completo, como una gota llenando la cantidad exacta para que el recipiente se rompiera.
¿Cómo volver a antes de que el vaso se derramara? Lo había llenado cuidadosamente durante todo ese tiempo para que no se desbordara, había permanecido neutro y trataba de seguir el consejo de Namjoon cuidadosamente, sentir el peso de poder del anillo y no dudar en atacar. Pero estaba cansado.
Ser el papel perfecto de hürrem que querían estaba agotándolo, no quería ser el gran omega de la familia Hasmet ese día, sólo quería poder encerrarse en sus habitaciones y dejar que la tristeza de su omega lo inundara, dejar que la noticia de ese día se asentara poco a poco. No quería correr hacia su alfa y dejar que lo consolara; no quería esperar a que Jungkook se encargara del asunto, se había prometido que él lo haría por sí mismo, y esa era una decisión incuestionable que había tomado.
Lo arreglaría, en el futuro.
Sin embargo, había querido ese día para tranquilizar a su omega, si tenía que llorar más y desbordarse al límite de gritar hasta quedarse sin voz, lo haría. Pero nuevamente las decisiones le eran arrebatadas y tenía que empezar a poner las cosas en su lugar desde ahora.
—Hürrem... —Elit musita débilmente atrás de él, Jimin apreciaba la preocupación que se escuchaba en su voz, pero no se veía capaz de actuar indiferente, no cuando su lobo se sentía demasiado lastimado para lo que podía soportar por sí mismo.
—Te he preguntado algo, respóndeme. —El castaño sigue manteniendo su atención en el otro omega, quien aún parece estar en un ligero pasmo—. Jungkook burada olmadığı için istediğin şeyi yapma özgürlüğüne sahip olduğunu sanma. Eşyalarını toplayıp seni buradan çıkarmamı isteyeyim mi? [No creas que porque Jungkook no está aquí significa que tienes la libertad de hacer lo que te plazca. ¿Debería pedir que hagan tus maletas y te saquen de aquí?]
Los ojos de Marco se abrieron grandes.
Con su mejilla lastimada y las lágrimas desbordando de sus ojos verdes, Jimin casi sintió pena.
Tenía un pequeño deseo de cumplir su amenaza, hacer que tomaran las cosas de Marco y arrojarlas a la calle, no habría nadie para objetar su decisión, y estaba seguro de que sería un alivio para todos ahí. Pero sabía que si él se iba también lo haría Berat, siguiendo a su nieto para cuidarlo, independientemente de la lealtad que le tuviera a Jungkook, sabía que el cariño que tenía por Marco no sería cuestionado. Así de noble era el hombre mayor de rostro amable; que parecía haberle heredado nada de su bondad a su nieto.
—Y-Yo... —Tartamudea el omega de cabellos rojos, ya no había nada de burla en sus orbes, la sonrisa cínica había desaparecido por completo y su piel de porcelana se enrojecía con cada segundo.
—Escucha bien. ¡Soy tu hürrem! No me importa si aún mantienes algún tipo de sentimiento con tu amir, el tipo de amor que tengas tendrás que guardártelo para ti mismo. —Jimin se inclina ligeramente, haciendo que Marco retroceda en automático—. Esta será la última vez que vuelves a hablarme así. Será mejor que lo que sea que sepas permanezca encerrado en tu boca, o yo mismo me encargaré de eso.
El pelirrojo retrocede aún más y resbala ligeramente por la inestabilidad en sus piernas. No esperaba ese tipo de respuesta, definitivamente no lo hacía.
Pero lo que le aterró aún más de ver, lo que causó más escalofríos en su cuerpo, fueron los ojos cristalinos del omega frente a él, algo había cambiado en la persona frente a él, y Marco no pudo estar más que aterrorizado por lo que presentía de esos iris transparentes.
—¡Marco! —grita una voz hacia ellos. Jimin alza la cabeza y observa a Berat acercándose, su rostro viejo se veía más decaído en ese momento. Cuando llega a su altura se inclina ligeramente, después de eso duda en sus movimientos y termina arrodillándose frente a Jimin—. Mis disculpas, hürrem, tenga piedad de mi nieto por favor.
—¡Abuelo! —exclama con sorpresa Marco, Berat no contesta y lo toma de la parte trasera del cuello, haciendo que también bajara la cabeza.
—¡Anda, apresúrate y discúlpate!
El rostro de Berat mostraba una expresión de congoja, lo que hizo que Jimin aligerara sus emociones. Marco debió haber visto también la desesperación en los ojos del hombre más viejo, por lo que alzó su cabeza un poco, sus ojos mostraban una furia aún contenida, pero aparte de eso también había un ligero miedo entreabriéndose entre las esmeraldas.
Jimin observó impasible, sus propias feromonas haciendo presión en Marco, una señal para que cuidara sus próximas acciones. Las extremidades del pelirrojo empezaron a temblar, su cuello quería doblarse ligeramente en sumisión.
¿Qué clase de feromonas eran esas? Definitivamente no eran de un omega común, ¿ser recesivo lo hacía tan débil?
Después de unos segundos de conflicto interno, cuando su fuerza flaquea y sus músculos duelen, Marco baja su cabeza y toca su frente con el piso.
—Hürrem, ruego me disculpe —Jimin apenas escucha las palabras, sabía que no había arrepentimiento en ellas, pero elige mantener sus propios pensamientos para sí mismo y no decir nada. Se acerca y levanta a Berat de los brazos, haciendo que se pare por completo.
El hombre no es capaz de verlo a los ojos y sigue dando disculpas bajas. Jimin niega con la cabeza y le sonríe ligeramente, diciéndole silenciosamente que todo está bien. Después, vuelve a dirigir su atención a la persona en el piso, todos los sirvientes observan expectantes las próximas acciones de su hürrem, pero después de unos segundos Jimin no hace nada más que darse la vuelta y continuar su camino hasta sus habitaciones; Elit, Kenia y Edith también deciden seguirlo silenciosamente.
—Agradece que sólo fuera una bofetada, no me sorprendería si el día de mañana hubiera visto tu cabeza sobre un palo —dice Berat una vez que Jimin se retira por completo. Marco no responde ni objeta nada, sólo aprieta sus manos en puños coléricos.
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Jimin entra silenciosamente en la habitación, sus bayanlar lo siguen y suspiran fuertemente detrás de él. Jimin no es capaz de dar la vuelta y ver sus rostros, no quería enfrentar sus expresiones ahora que sabían la verdad. Sólo es capaz de girar la cabeza confundido cuando percata un olor amargo viniendo de ellas.
Cuando las encara, las tres mujeres permanecen de rodillas, y al igual que Marco, sus frentes están contra el piso.
—¿Qué hacen? —Jimin pregunta asustado, tratando de levantarlas.
—Hürrem, lo sentimos mucho. Alá debe castigarnos. —Susurra Kenia contra el piso, Jimin no puede encontrarse más que confundido.
—Hemos puesto demasiada presión en hürrem, debimos darnos cuenta que algo estaba mal. Por favor, castíguenos.
Las palabras de las omegas hacen que el pecho de Jimin se sienta más apretado, el olor de culpa proviniendo de ellas lo desestabiliza por completo, no entendía ese tipo de reacción, hacer que ellas también cargaran con dolor le hacía sentir sumamente melancólico. Las observa desde arriba, y después de unos segundos también se desliza en el piso y se pone frente a ellas.
Otra regla que ha incumplido.
—Yo... sé que sus expectativas en mí han caído por completo, no merezco sus disculpas, ustedes no hicieron nada malo. —Jimin susurra lentamente, su voz cortada hace que las mujeres alcen las cabezas alarmadas.
—¡No, no, hürrem siempre será nuestro hürrem! —Exclama Edith en lágrimas, todas se acercan a él y toman sus manos.
—Nosotras hemos elegido seguir llamándolo hürrem por nosotras mismas, no hay nada de usted que deba ser arreglado —Elit habla seriamente, también hay lágrimas contorneando sus cuencas. Jimin siente su labio temblar, esa calidez que le daban, siente que no la merecía.
¿Cuántas veces había intentado escapar de esa familia, de ese amor que le daban devotamente? Lo había despreciado hasta hace poco, había sido tan egoísta consigo mismo pensando que no se merecía ningún tipo de amor y calidez. Viendo el desastre de lágrimas en los bellos rostros de sus bayanlar hizo que sus ojos se abrieran de mejor manera, quería inclinarse y decir todo de lo que tenía miedo.
—Gracias —agradece sinceramente—. Gracias por estar aquí, a pesar de todo lo que puedan pensar y sus creencias... teşekkürler.
—No hay nada que pensar, hürrem. Sabemos que nosotras hemos sido criadas de una manera diferente, un poco arcaica. Pero nos ha enseñado tantas cosas, usted ha sido mejor hürrem de lo que pudimos haber pedido para servir —Edith trata de quitar las lágrimas en sus mejillas, pero rápidamente otras las remplazan.
—Independientemente de las reglas que haya, de lo que se nos ordene. Siempre le seremos fiel a hürrem —asevera Kenia, sosteniendo las manos de Jimin con más fuerza, haciendo que este soltara involuntariamente el aire pesado en su pecho.
No sabía por qué había dudado de ellas, la inseguridad en él era tan grande cuando se trataba de personas que apreciaba. Simplemente no quería que lo dejaran solo otra vez, no creía que pudiera soportar algún tipo de soledad.
—Es bueno escucharlo, considerando el ultimátum del consejo —murmura el omega mientras se deja ser en el apoyo que le mostraban las mujeres. Incluso si no tuviera más ese título, estaba un poco más tranquilo sabiendo que no estaría completamente solo en ese sendero oscuro.
—¿De qué habla, hürrem? —cuestiona confundida Elit.
—Como oyeron, la madre de Jungkook me visitó hoy. Ha determinado que no soy suficiente para ser el único omega de Jungkook —confiesa Jimin, no tendría caso ocultar todo a este punto de la situación—, el Öğüt decidirá candidatos "aptos" para continuar la dinastía. La brecha de un harem no será más una suposición.
Las tres omegas abren sus ojos grandes, las lágrimas vuelven a acumularse en sus cárdenos y se acercan aún más a Jimin, tratando de soltar feromonas tranquilizadoras a su alrededor.
—¡Oh, hürrem! —chilla una vez más Edith, Jimin les da una sonrisa triste, que sólo hace intranquilizar aún más a sus damas.
—Era de esperarse, desde que nuestro amir subió al poder redujo su mandato. Aprovecharán la situación. —Dice Elit con un semblante serio—. Es posible que manden omegas que podrían tener influencia para que su poder vuelva.
—Es una fuerte opción, pero considerando lo voluble que es nuestro amir... —Kenia hace una pausa—, los rechazaría inmediatamente.
Jimin no quería dudar, pero Jungkook todavía era un campo desconocido para él. Las decisiones que podía tomar el alfa estaban muy lejos de sus predicciones.
—No creo, son inteligentes —niega Elit mientras baja sus ojos al patrón del piso. Como si el mármol tuviera respuestas a las preguntas en su cabeza—. Definitivamente arrinconarían a nuestro amir, de una forma en que no pueda negarse.
Jimin estaba de acuerdo con la morena. No conocía a nadie del consejo de los Hasmet, ni siquiera en el kış se habían presentado, para proteger el clan tenían que permanecer anónimos, pero considerando que Belma Hasmet era la cabeza de ahí, no creía que ese grupo estuviera lleno de ineptos.
—Hürrem. —Lo llama Edith dubitativa, Jimin hace un gesto para que siga—, ¿Amir ya lo sabe?
El castaño no tenía que preguntar a qué se refería, no las culpaba por ser curiosas, especialmente cuando el sentimiento de preocupación inundaba sus ojos en ese tipo de situación enredosa.
Jimin exhala pesadamente, y niega la cabeza con lentitud. La comprensión en los tres pares de ojos sobre él, se muestra sin dificultad.
—Si amir lo sabe, definitivamente pondrá un alto, hürrem. —Jimin niega la cabeza ante las palabras de Kenia. Entendía su punto y su desesperación por buscar más opciones.
—Se lo diré cuando vuelva, tengo que encargarme de esto, no puedo dejar que me consuman vivo. Ellos esperan verme sumiso.
Edith y Kenia parecen aún más intranquilas que antes, sus bocas se abren para decir algo, pero son interrumpidas por Elit.
—Hürrem tiene razón, están poniéndolo a prueba. Lo primero que esperarían sería que hürrem le dijera a nuestro amir los planes del consejo, él regresaría y le pondrían una condición para rechazar el harem.
El omega realmente está impresionado con el rápido entendimiento de Elit a cualquier situación. Y se da cuenta que es bueno tenerla de su lado.
El ambiente se queda en silencio por un momento, el olor de las mujeres da un cambio rápido, volviéndose más ácido, como si entendieran el punto de Elit. A Jimin le preocupaba el matiz de miedo en ellas, ¿qué condiciones podrían tener?
—Muchas injusticias de parte del consejo fueron suprimidas por nuestro amir, es posible que quieran traer de vuelta esas costumbres como condición. —Razona Kenia con una mueca triste.
—¿Cuáles son las posibilidades? —cuestiona Jimin.
—Demasiado altas, antes, la esterilización era obligatoria en los alfas que trabajan para la familia, no se les permitía hacer ningún tipo de vínculo significativo. Para los omegas... —la mujer de cabellos negros hace una pausa larga—, era igual y peor. Al ser sirvientes esterilizados no veían imposible aprovechar la situación. Ni siquiera eran considerados concubinos, fue un alivio enorme para todos nosotros cuando amir nos redimió de esas experiencias.
—Si vuelven a implementar su poder seríamos simples mozas para todos ellos —dice Elit convencida. Jimin no pudo ocultar su horror, había pensado que muchas de sus reglas y costumbres eran atávicas, escuchar todo eso realmente hacía estremecer su piel de asco. Ahora veía por qué todos mostraban tanto respeto hacia Jungkook, prácticamente los había salvado de imposiciones crueles y absurdas.
No podía permitir que les quitaran la libertad una vez más, ¿qué clase de persona sería si pusiera sus sentimientos sobre la vida de otros?, ¿cuántos de ellos confiaban en él?
—¿Entonces? ¿Qué podemos hacer? —pregunta Edith con una expresión de desasosiego. Jimin pone una mano sobre sus hombros para calmarla.
—Dejaré que elijan a los omegas, no diré nada hasta que traigan a los candidatos.
—Hürrem...
Edith niega la cabeza repetidamente, mientras que Kenia parece realmente confundida. Elit sólo lo observa en silencio, posiblemente anticipando sus planes.
—Dejaré que vengan —El omega hace una pausa, y me encargaré de que dejen la mansión, uno por uno.
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