🧧!! ' XXXI

Fue difícil, Jimin tenía que admitirlo.

Su especialidad eran los paisajes imaginarios y los animales, no era muy orgulloso con los retratos, pero no era malo en lo absoluto. Cuando retrató a sus bayanlar, el lápiz se había movido por sí solo en la hoja, poniendo especial detalle en las joyas y la belleza desbordante de las mujeres. Con Jabir era fácil llevar las líneas delicadas de su espeso pelaje y los destellos de sus colmillos cuando bostezaba, tampoco oponía mucha resistencia a quedarse quieto. E incluso con los alfas de la eve, poniéndose tan nerviosos que no podían estar en un solo lado o mirándolo a los ojos cuando los pintaba por el manojo de vergüenza que tenían siempre en la presencia de Jimin, fue relativamente sencillo hacer buenos dibujos.

Pero con el hombre frente a él; sin moverse, sin expresiones difíciles o posiciones raras, sin todos esos factores que le podrían impedir hacer un retrato perfecto a sus gustos, Jimin se cuestionó su propio don para el arte.

Hacía mucho que no se estresaba en usar el lápiz.

Pómulos marcados; pestañas largas y en perfecta inclinación, con sus ojos dorados, labios simétricos y delgados, cabello ligeramente desordenado pero sin considerarse despeinado, todo eso contando la perfecta musculatura y altura del alfa. Para el omega se le estaba dificultando hacer trazos convincentes.

Llevaba aproximadamente una hora, y estaba teniendo líos con solo las bases.

El alfa estaba ajeno, concentrado diligentemente a su trabajo. Tecleaba una y dos veces, pasaba documentos con una mano y firmaba otros, en todo el tiempo que estuvo frente a Jimin no hubo ni una distracción que lo perturbara.

¿Quién era ese extraño? ¿Era realmente uno? Jimin aún cuestionaba sus acciones y su comportamiento, habían acordado empezar de nuevo; sin embargo, para el omega era tan ajeno la conexión que una pareja enlazada podía tener. Porque sabía que una marca no era suficiente para mantener a dos personas felices.

Todos hablaban de destino y amor. Jimin no creía tener nada de eso, no antes por lo menos.

Un olor dulce salió ligeramente de él, y su corazón empezó a latir rápidamente cuando el alfa ajustó los lentes en su nariz. Al darse cuenta de sus feromonas, las retuvo rápidamente.

Definitivamente esas no provenían del calor, no eran excitación o deseo, eran... no lo sabía, jamás había captado esa esencia en él.

Dirigió la mirada a las pocas líneas en su cuaderno, suspirando fuertemente por indecisión. Llevaba el rostro y el cuerpo hasta la cintura, con nada de detalles. Cuando vuelve a levantar su cabeza encuentra al alfa observándolo fijamente.

—¿Qué dibujas? —pregunta serio Jungkook, a lo que Jimin cierra el cuaderno con fuerza. Se dio cuenta que la computadora estaba apagada y acomodada en una mesita de al lado, también los papeles que tenía con él estaban cuidadosamente ordenados.

¿Cuánto tiempo había estado ensimismado consigo mismo? El alfa inclina la cabeza, impacientándose por la falta de una respuesta. El castaño se apresura a inventar algo.

—Estaba dibujando el mar, me quedé con las ganas desde que lo vimos.

Jungkook eleva una ceja ligeramente, con una expresión que claramente decía que no le creía, pero no da más cuestiones.

Jimin muerde su labio ligeramente y deja el cuaderno a un lado de la cama. Estaba claro que ninguno de los dos tendría algo más que decir y prefería evitar el silencio incómodo eligiendo un libro de los estantes que vio en la sala.

—¿Cómo aprendiste a pintar?

La pregunta abrupta detuvo sus movimientos en seco, dirigió rápidamente su atención al gama y frunció el ceño con confusión.

«¿Qué mosca le ha picado?», se preguntaba una y otra vez dentro de su cabeza. Los ojos de Jungkook no trastabillaron y Jimin no vio más que volver a acomodarse en la esquina de la cama y contestar.

Después de unos segundos de silencio suspiró fuertemente.

—Mi madre me enseñó —declara poniendo las manos sobre sus rodillas, hablar de ella siempre le provocaba querer encogerse.

Jimin vio una ligera realización en la expresión de Jungkook antes de volver a la neutralidad. En toda la investigación que hizo, Jimin pensó que sabía las circunstancias de su vida familiar.

—Ya veo, perdona por preguntar. —Dice ligeramente mientras vuelve a agarrar una de las hojas a su lado.

El omega sintió su lengua picar y no pudo detener su boca a abrirse.

—Vi... En tu habitación había muchosinstrumentos, ¿tocas todos ellos? —después de hacer la pregunta, rápidamente volteó sus ojos al ventanal de enfrente, recordando la situación que lo llevó a entrar a las alas privadas de Jungkook y cómo llegó a verlos.

—Sí, así como tu madre te enseño a ti, mi baba lo hizo conmigo —escucha al alfa contestar. Jimin vuelve su mirada, captando una expresión complicada en los ojos de Jungkook—. Desde su muerte no he vuelto a tocar ningún instrumento.

Realmente entendía ese sentimiento.

Ahora se sentía mal por preguntar, pero Jungkook empezó. Aún así se encontró a sí mismo entablando una conversación.

—Con mi mamá... era muy pequeño cuando murió, demasiado ignorante para todos los conocimientos esenciales que me había explicado desde bebé; aún así, cuando crecí sentía que cada vez que ponía un pincel en el lienzo ella estaba a mi lado instruyéndome, a voz susurrándome y corrigiéndome. Aún, a veces, cuando pinto siento que está a mi lado. —Suspira fuertemente el omega—. Aún la extraño, aunque no la recuerde mucho y sea tonto pensar que está a mi lado.

Jimin frunció sus labios, su olor estaba empezando a cambiar y Jungkook captó el mismo olor extraño que notó en el castaño cuando estaban en el mar.

El alfa no era muy bueno en interpretar y llevar este tipo de situaciones, pero viendo la expresión lejana y triste de Jimin sintió a su alfa moverse intranquilo.

—No creo que sea... tonto. Creo que demuestra que tan presente la tienes, lo que da a relucir tu nobleza por su recuerdo. Hay días en los que sólo pienso en mi padre y es incapaz concentrarme en la mínima cosa.

Jimin alza la cabeza sorprendido, escuchar palabras tan ajenas al vocabulario del alfa lo dejó en pasmo, más cuando parecía intentar darle un confort, lo podía oler en las ligeras feromonas que el alfa liberó poco a poco. No pudo contener su risa al recordar que Jungkook Hasmet había usado un adjetivo tan vago como la palabra "tonto". La expresión del gama se relajó visiblemente cuando vio la expresión feliz en el omega. Un silencio largo se extendió, pero a diferencia de la incomodidad había un remanso de tranquilidad disfrutable en el aire. A Jimin le gustó la sensación, la tristeza del recuerdo de su madre no se sentía tan fuerte ahora.

—¿Cómo era él? —el omega se aventuró a preguntar. Mira con cautela al alfa, con miedo a pensar que se había sobrepasado con su pregunta. Jungkook no mostró ningún cambio en su expresión.

—Era un increíble líder, nunca nos faltó nada a mi hermano o a mí; sin embargo, el liderazgo era el único rasgo bueno en él, ponía asuntos de la mafia antes de considerarnos. Mi madre tampoco estaba interesada en hacer lazos fuertes —explica el alfa serio, no había molestia o dificultades para relatar cosas tan difíciles de su infancia. Jimin lo admiró por eso.

De repente, una duda surgió en su cabeza. Por lo que sabía solamente un alfa podía ser líder del clan, pero la madre de Jungkook lo era, ¿no tendría que ser la líder ella?

—¿Tu padre era un omega?

—No, mi padre también era un alfa. Como acertaste antes, fue una unión arreglada —contesta simple Jungkook, el omega se encogió más por el recuerdo de la vez que le había dado en cara la relación de sus padres a Jungkook. A Namjoon se le había escapado decirlo en una ocasión y se disculpó inmediatamente, pero Jimin después lo usó como un argumento al enojo que tenía, ahora se sentía culpable, pero ya se había disculpado y no podía regresar el tiempo para corregir sus palabras.

Tal vez habían sido demasiado defensivos uno con otro en ese tiempo, Jimin demasiado cegado por la imposición de una unión que no quería; sin embargo, realizó que Jungkook estaba en la misma situación.

Estaba demasiado enojado; con su padre por venderlo, con Jungkook por ser el alfa que lo mordió y consigo mismo, porque él también tuvo que ver con ello y con la vida por nunca ser justa en general.

Ya era hora de dejar todo eso atrás.

—Jimin, creo que ya no será necesario que trabajes en la empresa.

La declaración repentina del alfa hizo trabar incluso la respiración de Jimin, se incorporó rápidamente y puso toda su atención el alfa, su expresión mostrando muchas preguntas.

—¿Qué, por qué? —cuestiono sorprendido, eso había sido imprevisto. Tal cambio de conversación lo desubicó por completo, ¿había hecho algo mal?

—Has trabajado perfectamente, no te preocupes. —El gama pareció leer sus pensamientos y se adelantó a aclararse. El castaño frunció aún más el ceño.

—¿Entonces?

Jimin estaba realmente confundido, Jungkook retiró las gafas en sus ojos con parsimonia.

—Como ya te habrá dicho Namjoon, más que una empresa, soy dueño de la corporación entera de mi familia. Yo me encargo de muchas subsidiarias más aparte de la de préstamos, aún así, hay una en especial en la que no hemos puesto demasiado interés yo y mi familia. —Empieza a explicar el alfa acercándose a él—. El centro de arte.

Jimin no estaba entendiendo nada. Como parte de sus clases que Kenia, Edith y Elit se esforzaban en darle casi diario cuando regresaba de la empresa, tenía que tener conocimientos básicos de las propiedades de la familia Hasmet. Llegándose a sorprender por la empresa farmacéutica y de manufacturas, se sintió tan idiota al sorprenderse del edificio en el que trabajaba cuando supo que Jungkook tenía otros por toda Europa y Asia, incluyendo América y el Caribe.

—No estoy entendiendo. —Confiesa extrañado.

—Quiero que te encargues de ella, la carga no será tan pesada, mi madre se encarga de los teatros y centros de ópera. Tú estarías enfocado en las galerías y museos.

Jungkook termina de hablar, relajado sin aparentar cambios en su persona por decir la bomba que le acaba de poner enfrente de Jimin.

El omega tenía claro que la razón principal por la que empezó a trabajar con Jungkook era por la vigilancia extra después del ataque en la plaza, y la falta de confianza. Ahora, estaba dejándolo ir y hacer uso libre de una parte principal de su familia.

Por alguna extraña razón Jimin sintió una cadena inexistente liberar sus manos, la sorpresa y una ligera emoción a lo que el alfa le decía.

—Yo... —no pudo continuar, se había quedado sin palabras.

Siempre había querido enfocarse en el arte, a pesar de ser un genio en matemáticas con cumplidos por parte de sus profesores en la universidad él anhelaba estar cerca de los pinceles y las pinturas.

Estudió los ojos del alfa, buscando algún indicio de mentira, no encontrando ninguno ante la sinceridad en su expresión. Hablaba en serio.

—Nunca me he enfocado de lleno en eso —susurra débil Jimin, estaba siendo sincero. Tenía dudas sobre sí mismo como crítico y líder.

—Mi madre te ayudará, yo no estoy en esa área de administración, pero incluso mi hermano sabe más de eso que yo, también se ofreció a apoyarte. —Dice el alfa, dando a entender que esa decisión ya estaba desde una consideración predecesora—. Piénsalo, como te dije anteriormente, no te obligaré a nada.

Jimin inclina la cabeza a un lado.

—¿Y qué pasa si no quiero hacerlo, ni ir contigo a la empresa?

—Puedes no hacer nada, según desees. No es como si te llegara a faltar algo en algún momento, prometo proveerte correctamente.

La rápida respuesta del alfa ante su pequeña burla hizo sonrojar a Jimin fuertemente. ¿Proveer? No sabía que los alfas seguían usando ese término tan viejo, la sinceridad de Jungkook no ayudaba para nada.

—Lo pensaré, gracias, en serio —susurra Jimin, todo ese día parecía tan irreal que pensaba que estaba en un sueño largo del que se despertaría.

Jungkook no contestó nada, pero un segundo después Jimin pudo sentir un cambio ligero en el ambiente.

Había una feromona de la que tenía un vago recuerdo procediendo del alfa. Jungkook retrocedió inmediatamente de la aproximación con Jimin.

—Estaré en la oficina de al lado, dejé comida hecha en el horno, no dudes en comer si tienes hambre —Jungkook retrocedió rápidamente, una expresión intranquila en su rostro muy poco común con la que Jimin supo que no todo estaba bien.

No pudo contestar nada cuando el alfa ya se había retirado de la habitación con todas sus cosas, dejando a Jimin en blanco.

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Jimin mordió sus uñas con ansiedad, había estado en el mismo párrafo durante ya una hora. Estaba oscureciendo y los trastes que había usado para comer la lasagna que Jungkook dejó para él ya estaban limpios en los estantes. El alfa no había salido en todo el día.

El castaño empujaba esa sensación intranquila en el fondo de sí. Había captado una esencia diferente en el alfa por la mañana pero no pudo identificar qué.

Estaba algo preocupado.

Suspirando fuertemente y cerrando el libro en sus manos, se incorporó del sillón de la sala que daba a la ciudad y se dirigió al cuarto, tal vez debería dormir.

Pasó de largo en el pasillo y se decidió a entrar a la habitación; sin embargo, una ansiedad inexplicable le hizo detenerse en la puerta del cuarto donde estaba Jungkook. Mordió sus labios y levantó la mano para tocar, pero se detuvo.

Tal vez estaría muy ocupado, suficiente para no salir en el resto del día.

Ese pensamiento se esfumó en el momento en que incluso a través de la puerta el olor a sándalo y lluvia era increíblemente fuerte.

Tanta explosión de feromonas no era sana, su omega estaba intranquilo ante la exposición y no dudó en abrir ligeramente la puerta.

Se asomó por la ligera brecha de la puerta, inseguro de sus acciones no quiso abrirla por completo, todo estaba oscuro.

Incluso con ese pequeño espacio libre, el olor le dio de lleno. Jamás se acostumbraría a las feromonas gama, de eso estaba seguro.

Jungkook había vuelto en celo, Jimin debió notar las señales por la mañana. ¿Por qué no le había dicho nada?

Ninguno de los dos sabía cómo establecer lo que tenían, pero un trato es un trato, como parejas enlazadas debían pasar sus celos juntos, de otra forma la liberación del dolor sería difícil. E incluso si quisieran rehuir de ello, los supresores y otras medicinas no serían suficientes, llegarían a ser dañinas para su cuerpo a largo plazo, incluso para Jungkook que era un gama.

Jimin abrió un poco más la puerta, el sol aún atravesaba con los colores naranjas del atardecer a través de una ventana en la habitación. Había un escritorio y detrás de él estaba el alfa inclinado.

Rápidamente noto su presencia y levantó la cara con precaución. Jimin retrocedió, los ojos dorados de Jungkook brillaban con los destellos de luz a través de la ventana.

—No deberías estar aquí, oğlan —habla el alfa con voz baja. Jimin tuvo que reconocer su autocontrol. Cualquier alfa en celo atacaría al primer omega que se le presente.

La única vez que vio tan descontrolado a Jungkook, relativamente, fue en su celo agresivo.

Jimin inhaló las feromonas en el aire, su instinto empezando a contestar al del alfa. Se acercó lentamente y vio al alfa fruncir el ceño.

—Jimin —advierte esta vez con un tono más seco. Jimin no retrocede en sus pasos.

Da la vuelta al escritorio y se para al lado de Jungkook, quien tiene una respiración irregular. La proximidad de Jimin debió hacérselo más difícil.

—¿Por qué no me pediste mi ayuda? —reclama el omega, si Jungkook había empezado desde la mañana el dolor de ahora debía ser insoportable.

—Retírate. —Responde el alfa sosteniendo los ojos.

Últimamente el alfa parecía tener más limitaciones, Jimin no sabía si en serio se sentía tan culpable por haberlo lastimado en su último celo o estaba tratando de ser considerado. Jungkook era serio y frío, mantendría sus propios sentimientos y Jimin tenía que sacarlo de su zona de confort de la única manera en la que sabía, retándolo.

—¿Te doy tanto asco que no quieres siquiera tocarme cuando has activado mi propio celo? —espeta el omega, tratando de usar el tono más tajante que puede. Jungkook frunce el ceño y se incorpora, no dice nada y hace el ademán de irse.

Jimin rápidamente piensa en algo más.

—¿Debería pedirle la ayuda a otro alfa?

El gama se detiene y Jimin sonríe victorioso cuando capta un ligero picor en las feromonas. Jungkook vuelve a girar y se acerca peligrosamente a él.

Viendo la expresión gélida del alfa, pensó que se había sobrepasado.

—Repítelo —exige el gama, Jimin da un paso más cerca.

—Tal vez otro alfa debería ayudarme, ya que el mío no lo hace.

Jungkook tuerce la boca en molestia, por alguna extraña razón al omega de Jimin le parecía más atractivo su rostro enojado, no sabía si era algo por naturaleza al elegir los mates más fuertes pero empezó a sentir un calor bajo en su vientre.

De un momento a otro, Jimin fue jalado bruscamente. El alfa se sentó en el escritorio, agarrando su cuello de atrás sin lastimarlo y lo arrodilló, el omega apenas pudo respirar por la rapidez que lo llevó de un lugar a otro.

Ahora la esencia del alfa salía sin restricción, enfocándose en el omega que sintió una explosión de deseo por todas las feromonas gama hacia él, su lobo relució y su entrada rápidamente se contrajo.

El alfa estaba poniendo una brecha de dominación, la marca de Jimin empezó a calentarse ante el llamado.

Jungkook desabrochó el cinturón de sus pantalones elegantes y desató los primeros botones de su camisa.

—Si tanto quieres retarme, esperaré a que puedas soportar las consecuencias.

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