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La oportunidad de ser visto incluso de la mínima forma que una circunstancia podría traer es un sentimiento de alacridad para muchos.

De una u otra forma, todos ponen determinación en mantenerse en el centro de atención con el fin de regocijarse y alimentarse del interés de otras personas sobre ellos.

Jimin se consideraba la excepción.

Odiaba la atención dada, los guiños hacia él y las sonrisas falsas. Los flashes en sus ojos claramente solo empeoraron la incomodes creciente en su pecho.

Después de la presentación llegaron el doble de personas a la fiesta, trayendo con ellos la presencia de la prensa.

El omega no podía creer la desvergüenza de los líderes criminales al mostrarse al mundo; muchos de ellos tenían una doble imagen como Jungkook, que tomaba el papel de un magnate de la empresa más grande de préstamos en Turquía y parte de Europa. Otros al parecer eran demasiado intocables o con demasiada estrechez en su relación con sus propios gobiernos.

Jimin se dio cuenta que compartía la misma irrites con el gama después de percatarse de su enojo en subida después del duelo de miradas con la familia contraria en la fiesta. Las cámaras solo empeoraron el humor del alfa.

Y aunque no fuera palpable en su siempre neutra expresión sabía cómo mostrarse y comportarse naturalmente en sociedad.

Algo que el omega envidia al no tener un mínimo conocimiento del comportamiento social.

Cuando su padre le permitía salir para involucrarse con el mundo de su negocio y las reuniones empresariales siempre encontraba la forma de escurrirse y pegarse a las paredes y las esquinas sin ser visto, en ese entonces tenía el privilegio de no ser importante o relevante para que le pusieran una mínima mirada.

El omega de la familia Claire, la desgracia de su padre y el hijo que jamás llenaría las expectativas, eran palabras en susurros que llegaban a Jimin en cada una de esas fiestas.

Ahora era muy diferente, las personas parecían esmeradas en acercarse o entablar alguna conversación que Jungkook siempre guiaba al final. Y aunque los reporteros eran pocos y eran limitados a mantenerse lejos por la seguridad, Jimin siempre sentía la luz sobre él una y otra vez.

—Certes, beau votre mate Jungkook —Ríe el hombre viejo frente a ellos, llevaban hablando tres minutos con él y el omega apenas soportaba el olor rancio de su boca—. Aje vois que vous n'avez pas de discrimination avec une classe inférieure que nous. Faites-moi savoir si la possibilité du harem est dans votre esprit, ma fille est un oméga de classe parfaite pour vous plaire.

Omegas, harem, concubinas y segundos matrimonios.

Jimin se dio cuenta de las palabras comunes que siempre lanzaban en algún momento de la conversación cuando se acercaban a Jungkook.

Como si él estuviera pintado a su lado, no dudaban en lanzar a los omegas o betas más jóvenes en sus familias a candidatos para segundos o terceros consortes.

Jungkook se limitaba a sonreír secamente y dirigir la conversación a otro lado mientras daba un vistazo ligero sobre él, como siempre, se portaba experto en mantenerse sereno e impasible.

Pero Jimin no, sentía la estabilidad que había mantenido en toda la noche desvanecerse con cada conversación.

Era terriblemente cansado, el ver que tan normalizado tenían los matrimonios numerosos le hizo querer vomitar.

Empujaba la molestia en su estómago y el sentimiento anfractuoso en su omega hasta el fondo de sí mismo. Él no planeaba quedarse ahí mucho tiempo después de todo, lo que hiciera Jungkook no sería más de su preocupación.

Excepto que sí lo era, le susurraba la marca en su cuello cada vez que el pensamiento de alejarse se plantaba en su cerebro.

—Discúlpenme —murmura con una sonrisa a la quinta familia de su recorrido. Jungkook alza la ceja en pregunta, pero no dice nada y Jimin da una mueca tensa—. Ahora vengo.

Quita su brazo delicadamente sobre el alfa y cuando sus bayanlar hacen el ademán de seguirlo, él niega con su cabeza. Ellas deciden quedarse en su lugar y Jimin agradece que Namjoon tampoco insista cuando Azra y él también quieren seguirlo.

Al pasar entre la gente en busca de un lugar alejado y tranquilo, siente la hipocresía en cada gesto o sonrisa que le dan. Hace el intento de contestarlas, pero la curva en su boca se niega a hacerse.

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Un pequeño sendero y una fuente alejada lo salvaron de hiperventilar por la tensión y las feromonas de todos en la fiesta. Ninguna persona o reportero le siguió para su fortuna.

—Dios. —Susurra cansado mientras recarga su cabeza en sus manos. No sabía cómo iba a aguantar esa impasibilidad en los próximos días.

Estaba decidido en su actitud y sus próximos movimientos, no servía de nada ser necio y con deseos de fuga. Era más viable ir por un recorrido pacífico y llevar a cabo sus acciones cuando tenga la oportunidad perfecta.

La confianza sería la vía para su plan de escape.

—Ser hürrem es difícil, ¿no es así?

No se advirtió de los pasos y la realización de estar tan sumado en sus pensamientos se hizo presente al notar una segunda persona con él.

Cuando alza la cabeza, los ojos morados de la belleza en la fiesta lo saludan. Cada paso que daba hacia él hacía que Jimin se sintiera raro.

Estar con un omega gama, siendo él de clase normal, hacía que la superioridad en las feromonas se notara. Y el rubio parecía lanzar sus feromonas en son y san con insistencia obvia.

Cuando el gama llega junto a él, Jimin no está muy seguro de cuáles serían las etiquetas correctas para llevar con él a solas.

—Me presento, soy Ali Yilmaz —Extiende su mano con una ligera sonrisa. Jimin siente la alerta en su omega, pero no se atrevería a ser grosero en tal situación, así que contesta el saludo.

—Jimin Claire.

El omega hace una mueca divertida y se aleja mientras rodea la fuente, la elegancia de sus pasos y la belleza en sus cabellos blancos solo resaltaba con la luz de la luna y Jimin se pregunta si era ridículo ser demasiado delicado en sus rasgos.

—Así que es cierto, aún no están casados.

El castaño frunce el ceño y sigue los movimientos del gama, la pregunta lo desbordó por completo. Debió darse cuenta por la diferencia de sus apellidos.

—No veo por qué eso es relevante.

—Lo es, estoy seguro de que te has dado cuenta de los murmuros en la fiesta. —Ríe en respuesta el otro omega—. No perteneces a ninguna familia élite de Europa y apareciste de la nada del brazo de uno de los alfas más deseados en nuestro mundo. Es claro que la negación de Jungkook para casarse contigo es para no afianzar más la unión forzada que tienen.

Jimin parpadea una y dos veces, controlando su olor y la duda en su rostro, ese omega no era como los demás en la fiesta con miradas envidiosas. El lobo de Jimin indicaba que era más, y nada inofensivo, con solo una presentación parecía desenterrar información exclusiva.

Sin contar el hecho de que era un Yilmaz, la otra familia coanfitriona en esa fiesta. Por lo que Jimin estaba seguro de que se movían en el mismo lado oscuro e ilegal que la familia Hasmet.

Alza una ceja y mantiene el control en su olor.

—No veo por qué las circunstancias de mi unión te deberían interesar demasiado, ¿quién eres exactamente?

Los ojos del gama se oscurecen y se acerca nuevamente a Jimin con un compás lento. Lo estudia por un momento y baja la mirada a su mano.

—Ese anillo, lo usé antes que tú, cuando tenía diez años. —Señala con un pequeño gesto a la reliquia esmeralda en la mano de Jimin—. Cuando era el prometido de Jungkook.

El castaño alza las cejas y abre los ojos con sorpresa.

Eso fue inesperado.

Había estado demasiado tiempo en la casa, y había información sobrante en la biblioteca de los Hasmet para no entender lo que estaba pasando. Había escuchado que Jungkook solía tener un prometido, de la misma forma en que se enteró del matrimonio de sus padres.

Lo tomó como un dato infundado, pues no tenía suficiente información o interés en hacer caso a los chismes en la mansión.

Con la prueba frente a él no había ninguna duda. Jimin relamió sus labios y el atisbo de olor para dominar del omega hizo eco con la competitividad de su omega.

Marco era una cosa, comentarios agudos y groserías infundadas eran la especialidad del pelirrojo. Ali por otro lado, irradiaba peligro y acciones duras sin amenazas que se cumplirían. En el iris morado Jimin entendió el odio injustificado hacia él.

Ese omega seguía enamorado de Jungkook. Y no parecía algo ligero, iba más allá.

Jimin ríe internamente preguntándose si esto era un mal chiste. No pasaría por eso dos veces.

—Bueno, el dueño ha cambiado. —Dice Jimin levantando su ceja—. Tal vez no eras apto después de todo.

La expresión en el hermoso rostro del rubio se desbarata y alza la curva de su boca en una fea expresión de enojo. La apariencia irreal se desvanece dando paso a verdaderos colores de odio, el castaño está seguro de que la apariencia elegante del gama eran una cortina para su delirio oculto.

—Buna nasıl cüret edersin, küçük pislik? [¿Cómo te atreves, pequeña mierda?] —Rechina los dientes en rabia mientras alza su mano e incrementa sus feromonas para dominar, Jimin avanza un paso más cerca.

—Sözlerine dikkat et, biz aynı değiliz. [Cuida tus palabras, no somos iguales] —Susurra bajo en respuesta. El rubio agranda sus ojos en sorpresa y parece confundido por un segundo, no esperando que Jimin contestara en su idioma. No vuelvas a dirigirte a mí de esa manera o de otra forma no mediré mis modales.

Sosteniendo los ojos por unos segundos y aguantando las ganas de escupir por el olor del gama, Jimin lo rodea para empezar a caminar de vuelta al atisbo de gente.

—Joven Yilmaz será mejor que volvamos a la fiesta, no daremos una buena imagen si los dos omegas de las familias principales faltan mucho tiempo, ¿verdad?

Mientras camina y se adentra a la cueva de hipocresías no escucha ningún paso detrás siguiéndolo. El castaño suspira fuertemente y trata de controlar su propio olor.

La tranquilidad momentánea que quería se escurrió entre sus manos como pequeños granos de arena.

Y como si lo hubieran esperado, todos volvieron su atención hacia él de nuevo. Intentando su mejor sonrisa contestó los ademanes de salud y las pequeñas inclinaciones en saludo mientras volvía en su camino hacia Jungkook.

—¿Por qué tardaste tanto? —murmura Jungkook una vez llega hasta él mientras descansa un brazo en la parte baja de su espalda provocando un ligero temblor y encargándose de que nadie más escuchara la conversación.

Jimin alza la cabeza y gira su cabeza para identificar la melena de cabellos plateados, quien había vuelto al lado de su familia, la mueca fea en su rostro aún permanecía en su rostro y parecía que en cualquier momento iba a explotar.

—Una pequeña molestia, nada más.

Contesta mientras tararea sus próximas acciones, vuelve su vista hacia Jungkook y pone una mano en el cuello del alfa para acercarlo, levantándose ligeramente para besarlo expresivamente.

Los músculos de Jungkook se tensan y Jimin está seguro de que lo apartará, pero después de unos segundos el alfa contesta fervientemente. Los murmuros a su alrededor suenan más fuerte y aún con los ojos cerrados Jimin puede sentir el calor de la luz de las cámaras más insistentemente.

Los labios de Jungkook eran tan cálidos como los recordaba.

Da un beso más corto antes de separarse lentamente, siente el calor en sus mejillas y ve pasar un atisbo de confusión en los ojos de Jungkook para desaparecer tan rápido como llega.

—Realmente estás lleno de sorpresas, pequeño oğlan. —Susurra el alfa con una voz ronca. Jimin carraspea y voltea hacia otro lado sintiendo sus orejas calentarse.

De un momento a otro el ambiente cambia y la música clásica fue apagándose. Jungkook lo toma de la mano y lo lleva al centro del piso del mármol en el lugar, otras parejas ya estaban reunidas a su alrededor y los músicos empiezan a entonar una diferente sintonía.

Esperaba una anticipación para prepararse de antemano, pero las circunstancias no estaban a su favor esa noche, o en los últimos meses para su propia desgracia.

Jimin buscó con la mirada a Namjoon en soporte de saber qué momento exacto de la noche era, pero Jungkook agarra su barbilla con delicadeza para hacer que lo volviera a ver.

—Concentrate en mí. —Demanda el alfa mientras pone una mano en su cintura y lo afianza más cerca de él.

De manera inesperada sus pies se mueven solos, guiados por el compás constante y perfecto en los movimientos de Jungkook.

El violín marca una y otra vez, y la posición de sus cuerpos es cerrado, sus rostros están muy cerca. Jimin sigue el paso lento e intercambiable de Jungkook como Namjoon le enseñó y no puede evitar pensar en que efectivamente el gama se movía con más cuidado y perfección como le había dicho el brasileño.

Había tropezado una y otra vez en las tardes dadas en el salón de esgrima de la mansión, uno de los miedos de Jimin para esa noche era confundir sus pies y dar una mala imagen, pero con Jungkook no fue el caso en lo absoluto.

No lo apuraba y era fácil para el castaño seguir la primera vuelta desde su cintura. El alfa conecta un pie detrás del suyo y desliza su mano derecha lentamente para acariciar la parte interna de su brazo con una sensación de caricia delicada que le hace estremecer ligeramente para llegar hasta su mano y entrelazarla lentamente con la suya. El iris dorado no se aparta ni un momento de sus cárdenos.

Cuando la melodía de los instrumentos en vivo se vuelve más rápido siente llevarse por el aire y los brazos fuertes del turco a su alrededor. No lo deja fallar o caer en ningún momento y no puede evitar sonreír cuando Jungkook da una vuelta en sorpresa en forma casi de juego.

En las profundas negaciones de Jimin se da cuenta que realmente estaba disfrutando eso.

Jungkook da un giro y mueve el cuerpo del omega como una muñeca, haciendo que la espalda de Jimin quede contra el pecho de Jungkook.

El omega cierra los ojos y casi siente una ausencia en el lugar, como si el alfa lo encerrara para él solo.

"Los Hasmet tienen una visión única del baile" Había dicho Namjoon en su tercera lección. "Creen que es la manera más pura de unir a sus lobos con sus mates. Cuando las palabras y los sentimientos quedan encerradas en la prisión de los labios, el toque de tu pareja siempre podrá trasmitirlos."

El pecho de Jungkook contra su espalda hace estragos en la sensibilidad de su cuerpo, el aliento caliente en su oído y la aproximación de su piel raspando su nuca, desestabiliza su respiración en una ráfaga rápida.

Preguntándose el porqué las palabras de Namjoon hacen eco en las paredes de su mente, Jungkook lo gira con suavidad para volver a estar frente a frente.

Jimin no se da cuenta que aún permanece la sonrisa en su rostro y en la fría expresión del alfa cree ver una ligera curva sincera en sus labios.

Cuando la canción da unos toques finales el alfa rodea su espalda y mantiene su mano en la parte trasera del cuello de Jimin, juntando sus frentes para dar un movimiento final de manera experta.

Jimin respira por un momento o dos, mira alrededor y ve menos parejas que un principio. Jungkook lo vuelve a sostener y se deja guiar cuando una canción más ligera y lenta empieza a sonar.

Ninguno de los dos lo dice, pero es una decisión tomada en silencio para permanecer tranquilos por esa vez. Sea una apariencia o no, es un remanso de tranquilidad para sus lobos.

Jimin recarga suavemente su cabeza sobre el hombro ancho de Jungkook mientras siente el entrelazamiento de sus manos más presente. Siente que no puede ver con seguridad los ojos dorados frente a él, o la estabilidad de su cuerpo flaqueará.

La guitarra es delicada y la dulce voz lo hace hundirse momentáneamente en el agarre delicado del hombre que lo sostiene. Dando un suspiro mientras huele de manera involuntaria el olor de sándalo y la lluvia que en sus negaciones le hace querer tenerlo cerca.

Jungkook acaricia lentamente su espalda y Jimin cierra los ojos para darle oportunidad a su omega, aunque sea una vez, de disfrutar el toque del alfa.

"Siempre serás mío".

La oración de Jungkook que sus labios murmuraron en un estado natural y completamente sincero del núcleo de su alfa de hace unas noches interrumpe en sus pensamientos, el castaño no entiende, pero la memoria de esa frase se escurre entre su cabeza. Y más allá de la marca imborrable en su cuerpo se pregunta si es que se trata solo de eso, no percibe las palabras del alfa como algo malo, pero el sentimiento de miedo que trae a Jimin lo hace temblar cada vez que la recuerda.

No tenía miedo de Jungkook, tenía miedo del sentimiento creciente en su pecho que podría confirmar esas palabras por su propia elección.

El gama busca su mirada y Jimin se da cuenta de haber estado soltando feromonas agrias. Jimin quiere decir algo, pero siente su boca seca, Jungkook no dice nada y parece entenderlo.

Sosteniendo su cintura con un toque seguro los envuelve en un son lento y resulta imposible quitar los ojos de los ámbares fuertes.

La mano de Jungkook que estaba en su cintura se posa delicadamente sobre la mejilla del omega. Como si Jimin fuera algo que se podría llegar a romper con un soplo ligero.

Jimin se convence de una inercia del alfa ante el olor preocupado que estaba soltando, algo que cualquier alfa haría ante el mínimo vestigio de debilidad de un omega, Jimin no quería dar segundos pensamientos a la voz detrás de su cabeza que le decían que Jungkook se preocupaba genuinamente por él.

El omega jamás había tenido a alguien para hacerlo, las circunstancias de la enemistad entre ellos solo blanqueaba su seguridad ante ello.

Pero aún así, Jimin tenía miedo y no sabe el porqué.

Mientras su labio tiembla; Jungkook lo estudia por unos segundos, y Jimin se da cuenta que su mirada no es uno de esos vistazos desinteresados que eran comunes en el alfa y que solo daban a conocer más de su acérrimo carácter. Jimin llegó a ver destellos de interés sinceros, como si él fuera una clase de rompecabezas que el alfa no podía comprender a totalidad.

El sonido ligero de la música de fondo se escucha tan lejano en la red privada en la que parecen estar encerrados.

—Ven conmigo. —El alfa se separa por completo y el castaño se siente volver poco a poco al presente, Jungkook lo toma de la mano para guiarlos fuera del círculo de personas.

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