🧧!! ' XXI
Las vendas en las manos daban posibilidad a un golpe más certero, más seco y más doloroso sin los guantes comunes de boxeo. Jungkook había elegido ese tipo de vendajes en la mano a propósito.
Bangchan, por otro lado, tenía que sufrir las consecuencias de tal decisión.
Era bueno en boxeo, porque es necesario saber defenderse de otras personas peligrosas en el mundo de la mafia, pero nunca había tenido el entrenamiento especial y profesional que el gama había tenido desde su infancia. Siempre que abrían un ring en la mansión de Jungkook, este buscaba ser lo más ligero con sus golpes e incluso le daba ventajas al rubio para ganar una o dos veces.
Esta vez no fue el caso.
Sintió cómo el aire lo abandonó en un segundo cuando Jungkook dio un golpe preciso en la boca de su estómago, que sin duda dejaría moretón al otro día.
-Te estás desquitando, lo sé, me lo merezco. La he cagado. -Respira Bangchan mientras se incorpora y lanza un golpe de izquierda que Jungkook esquiva con facilidad.
-Entonces no me pidas que sea suave -Dice Jungkook mientras lo acorrala y lanza una variedad de golpes rápidos. Bangchan mantiene una postura defensiva y cubre su cara instintivamente.
Si el turco en verdad estuviera usando toda su fuerza, Bangchan ya estaría pagando las cuentas en el cielo con su madre.
Cuando siente sus músculos arder no le queda más que alzar su mano para admitir derrota. Cuando el peso le gana y se desliza en el espacio del ring, escucha al otro alfa hacer un sonido divertido.
-Dios, Jungkook creo que me rompiste una costilla.
-No lo hice, deja de ser un ödleck. -Contesta el gama mientras toma una de las botellas de agua que Berat les estaba ofreciendo, lanzándole la otra en la cara a su amigo, quien gimió por el frío en su cara-. Incluso Berat podría durar más de diez minutos en una pelea conmigo, te estás volviendo más débil, Bangchan.
El rubio ignora el comentario despectivo y cambia el tema rápidamente.
-Admito que se me fue la lengua y ahora tu omega no te dirige la palabra, ¿qué harás mañana en la empresa, o peor, en el baile de tu familia? -Bangchan toma todo el contenido de la botella en un momento y el dolor de sus músculos se apacigua cuando ve la cara conflictiva de Jungkook-. Es su presentación oficial como hürrem.
El ataque en el club de Jungkook fue un jueves, el celo del gama y la investigación de dicho ataque hizo que el alfa alargara su fin de semana y no se presentara a la compañía, por lo que Jimin tampoco.
Jungkook pensaba en mantenerlo en la mansión hasta que se apaciguara un poco su enojo, se negaba a verlo o dirigirle la palabra en esos días. El gama no quería poner sus nervios ni los suyos al límite, estar alejados por ahora sería lo mejor.
Ponerlo a trabajar con él en la compañía había sido una decisión impulsada por vigilar al castaño más cerca, y más que castigo, el omega parecía complacido de salir más allá de los límites de la mansión por más días de los que se le habría permitido. Si lo dejaba encerrado no causaría más que el desprecio completo de Jimin.
Su familia, por otro lado, había exigido una presentación formal de Jimin, ansiosos de conocer al hürrem de la nueva generación. Siempre se esperaban nuevas cosas y altas expectativas.
Había intentado aplazarlo pero la insistencia e interferencia de su madre solo empeoraban las cosas.
Jungkook suspira mientras limpia el sudor en su cuerpo con una toalla.
-Para tu tren, relájate -Silba Bangchan poniéndose a su lado-. Nunca te había visto así, era tan común ver cómo desechabas a tus amantes por la mínima cosa, que pensé que también te tomarías esta unión como un deber y nada más.
Jungkook se queda callado, dándole razón a su amigo. Recordando sus días así, ninguna de sus parejas eran tomadas en serio por él. Jungkook tenía fácil las cosas con modelos, actores, actrices, deportistas y personas no tan famosas que lograban llamar su atención algunas veces. No necesitaba más que comprarles ropa, joyas o cosas que quisieran para mantenerlos contentos.
Pero ninguno duraba más de una semana, la causa de ruptura era más por los intereses de Jungkook, o al contrario, la falta de ellos.
Esa pared de vidrio que lo limitó por primera vez lo ponía en duda de saber cómo actuar en un terreno en el que los sentimientos reales eran importantes, algo de lo que Jungkook era poco conocedor.
-Yo también pensé eso. -Confiesa y el silencio inunda el gran espacio de entrenamiento. La pesadez de la incertidumbre y un apenas nuevo sentimiento se asomaba por el armario oscuro sin prisa alguna, pero su salida era segura.
Bangchan se acerca más a su lado, dirigiéndole una mirada preocupada.
-¿Lo...? -pregunta el rubio precavidamente y con un tono serio, no es capaz de terminar la frase, pero el de ojos dorados entiende la palabra faltante.
Jungkook inclina sus ojos y relee la pregunta de su amigo en las maquinarias de su cerebro. No puede responder.
════ ∘◦❁◦∘ ════
—Aquí, tiene un error en esta palabra —Señala Namjoon mientras pone el libro en idioma turco frente a él. Jimin frunce el ceño ante la corrección y se inclina más, pero el costurero a su lado hace un sonido de advertencia.
Ya había recibido dos piquetes de aguja por moverse tanto, y el traje para el baile de Kış debía ser tan importante para tener a los mejores diseñadores de Turquía arreglando su traje personalmente en un tiempo récord.
—Ah, solo me faltó un signo, no me hagas copiarlo otra vez. —Gime Jimin dando una vuelta ligera cuando el omega que lo mide se lo pide. Escucha a Namjoon dar un sonido cansado a su espalda y no gira para comprobar la mirada de burla que ya sabía que tenía.
—Bien, no insistiré porque se trata de usted, pero asegúrese de recordar esa palabra. —Jimin sonríe para sí mismo y agradece silenciosamente la piedad del alfa por sus manos.
Después de una o dos horas más y el descubrimiento de haber subido de peso por toda la carne que le daban, ve a los diseñadores guardar sus cosas.
—Hemos terminado, hürrem. El traje será enviado esta noche. —Anuncia el costurero principal de nombre Klös mientras se incorpora. Jimin da un asentimiento y le da una señal a Kenia para que los acompañe a la entrada. Elit había ido por su comida hace un momento y Edith se encontraba en descanso por su celo, por lo que sintió su ausencia más pesada con el problema del suyo acercándose.
Cuando el último de los diseñadores salió, Jimin pudo dejar su postura rígida y acomodar su ropa. Vio por la esquina de su ojo como Namjoon apartaba la mirada deliberadamente de los moretones y mordidas que Jungkook había dejado hace unos días. Parecían permanecer insistentemente en su lugar, sin desaparecer con el fin de molestar al omega a propósito.
Había sido incómodo, todos en la casa parecían saber de la razón de las marcas y eso solo hacía que le doliera la cabeza a Jimin. Recuerda como el brasileño lo miró con la cabeza baja y sus ojos esmeraldas en cualquier punto menos su persona después de la ráfaga apenas perceptible de una expresión conflictiva cuando vio por primera vez el camino territorial de Jungkook en él.
El toque cálido de Jungkook estaba tan presente en Jimin diario, los recuerdos no se van y prosperan unas cuantas marcas que aún no se iban, los dedos en sus caderas, el dolor sordo en su interior, la sensibilidad en sus pezones, moretones en su cuello y en sus muñecas que permanecían tatuados en su ser, tanto como la mirada fría y el agarre agresivo de unos días.
Namjoon se acerca a él y se arrodilla para ajustar las sandalias del castaño, Jimin observa los parsimoniosos movimientos del alfa y susurra en voz alta.
—Hubiera sido más fácil mi vida si un alfa como tú me hubiera marcado.
La realidad de sus palabras se hace presente cuando Namjoon detiene sus movimientos, no dice nada y después de un momento sigue acomodando el calzado de Jimin.
El castaño se muerde su labio y siente el sabor metálico recordándole la ineptitud de sus palabras. Namjoon se incorpora y Jimin no sabe como actuar. El moreno no era culpable de la inestabilidad en su ser que se arraigaba con más fuerza dentro de él.
—Hürrem, yo...
—Solo olvida lo que dije. —Se adelanta Jimin, toma el libro de la mano de Namjoon y se da la vuelta para esperar a Elit.
El alfa no dice nada, pero permanece al lado de Jimin silenciosamente, como siempre lo ha hecho.
════ ∘◦❁◦∘ ════
La presencia del otro día es más difícil de soportar de lo que Jimin pensaba. Levantarse y comer silenciosamente en la compañía de sus más agitados pensamientos al esperar el transporte que lo llevará a la compañía, toma sus energías por completo.
Azra lo saluda cortésmente y da una mirada nerviosa cuando Jimin ve la ausencia de Jungkook en el auto.
—Él ha tomado su propio camino a la empresa, hürrem. Tenía asuntos tempranos.
El omega no contesta, ajusta el cubridor en su cuello y se obliga a mantener los ojos cerrados en todo el camino a la metrópolis.
La vista de la sombra de la altura del edificio lo recibe con imposición. No espera a que Azra abra la puerta por él y se adelanta a caminar a la entrada sin titubeos. Cruza al piso inferior con el silencio tronante de todos y camina al elevador sin prisa.
—Buenos días, señor Claire. —Saludan las mujeres en el centro del piso. Jimin sonríe y presiona el botón del último nivel con la reverencia de despedida de Azra que le da antes de que cierran las puertas.
Cierra los ojos y el tramo largo hacia arriba detiene el temblor en sus manos. No podía dejar que el torbellino de melancolías lo inundaran ahora.
Cuando las puertas metálicas abren, la tranquilidad lo azota en segundos. No había rastros de melenas rojas y ojos fríos.
Solo estaba un grupo de alfas sonriéndole amablemente, Jimin recuerda a la castaña y al hombre de color que conoció en su primer día entre el grupo con olor nervioso.
—Señor Claire, lo estábamos esperando —Anuncia Aysel, con su nombre clavado en una identificación en su pecho. Jimin sale con escepticismo del elevador y da otra mirada alrededor—. ¿Señor Claire?
La alfa vuelve a llamar y el omega vuelve sus sentidos al frente de él.
—Ah, perdón.
—No se preocupe, amir nos pidió llevarlo a su nueva oficina, ya hemos pasado todo lo necesario ahí. No sabíamos qué poner en el pequeño refrigerador para sus aperitivos, pero si tiene alguna queja no dude en decirnos y cambiaremos todo —Continúa la castaña mientras señala el pasillo principal. Jimin frunce el ceño.
—¿Nueva oficina?
—Sí, al lado de amir. —Dice mientras lo dirige al fondo del piso superior, el resto del grupo de alfas se inclinan ligeramente cuando pasa y lo siguen silenciosamente. Jimin se apresura a saludarlos, pero la declaración de la alfa lo mantiene confuso.
—Perdona, pero, ¿por qué se ha cambiado la posición?, ¿no estaba Marco ahí?
—El señor Marco no trabaja más en la empresa, también fue despedido de su alto puesto, ¿no era el señor Claire consciente de esto? —Pregunta la mujer sorprendida. Jimin niega automáticamente y no puede decir nada por el lío en su cabeza.
La castaña no dice nada y opta por darle paso al área exclusiva del último piso. Jimin duda en sus movimientos al ver la puerta de la oficina de Jungkook, sintiendo su olor tras el vidrio. Pero no dice nada y deja que la alfa lo guíe a la oficina de al lado.
En algún momento el grupo de alfas se había disuelto y solo se esfumaron rápidamente sin el conocimiento del omega.
El espacio era elegante, por obvias razones, grande y de aspecto delicado. Jimin escucha a la mujer decir algunas cosas acerca de la comodidad y la alta tecnología en su material de trabajo pero no es capaz de seguir el hilo cuando ve la carpeta de horarios con el nombre de Jungkook en ellos. Su inseguridad vuelve a él y se asegura de leer una y otra vez la información en las hojas, tratando de convencerse de la posición de dichos documentos como un error olvidado de Marco.
—Amir. —Murmura de repente la mujer.
El olor de sándalo y lluvia llega como una bofetada y Jimin deja caer la carpeta en un mal movimiento de sorpresa. No es capaz de girarse y se agacha rápidamente para levantarla, su acción se ve interrumpida cuando cruza su toque con una mano grande.
Alza su cabeza y el líquido dorado frente a él se clava insistentemente. Jungkook mantiene su posición tranquila y Jimin no puede evitar envidiar ese rasgo característico del alfa.
—Aysel, puedes retirarte. —Ordena sin quitarle atención a Jimin, quien escucha el sonido apresurado de tacones y el cierre de la puerta de vidrio.
El omega quita su mano rápidamente y se levanta para ponerse en diagonal al alfa, su omega no estaba listo para hacerle frente a la cantidad de feromonas en el cuarto. Y él, para el enredado de sentimientos.
Jungkook da vuelta y gira hacia el escritorio, alza la carpeta y la señala con un movimiento de su misma mano.
—Quería decirlo personalmente, pero ya lo has visto por tu cuenta.
El castaño suspira y alza una ceja.
—¿El qué exactamente?
El alfa se extiende en la silla de cuero y pasa sus manos por los papeles en el escritorio grande.
—A partir de ahora eres mi asistente personal, solo en término laboral, por supuesto.
—¿Disculpa? —Sonríe Jimin con sarcasmo—. ¿Decisión tomada por quién?
—Por tu alfa. —Responde Jungkook con voz gruesa, a lo que el castaño bufa.
—¿Ahora tomas en serio ese papel? No hay necesidad de dar a conocer en voz alta nuestra situación forzada.
—No lo hago. —Lo corta Jungkook incorporándose del asiento. Jimin voltea hacia la ventana para dirigir su atención a otra cosa que no sea el acercamiento del turco—, solo estoy diciendo la verdad de las circunstancias, ¿prefieres ocupar otro puesto y trabajar desde casa?
El rostro del alfa estaba muy cerca cuando Jimin vuelve a dirigir su mirada al frente, sabía que la mueca molesta en su rostro era visible y mantenerla por el olor profundo de Jungkook era una tarea increíblemente difícil.
El reto está presente, Jimin siente la dominación intangible del lobo de Jungkook, su omega insiste en apaciguarse y rendirse, pero el castaño mantiene su postura.
—¿Empiezo hoy, señor Hasmet?
════ ∘◦❁◦∘ ════
Ödleck: Cobarde.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top