🧧!! ' LXVI
—Está en Kilyos —la voz de Taehyung era baja en la extensión de la habitación, sus manos temblaban y no se atrevía a alzar la cabeza. Esta clase de penas no se pronunciaban con voz y cuerpo recto, ni siquiera él siendo alfa, el estrato superior de esta sociedad, puede encontrar las agallas para enfrentar a la persona frente a él. Su silencio prolongado y la imagen de su espalda mientras observaba la tormenta afuera le hacía querer doblegar el cuello—. La mezquita familiar... Hürrem... le aseguro que se encuentra cómodo, Alá lo tiene en su gloria ahora.
Silencio.
Después de varios minutos largos; Jimin sigue sin decir nada, Taehyung se inclina con respeto un poco, esperando ver algún atisbo del rostro del omega que le permita saber su estado. Su mano tiembla en el botón en su mano, preparado para usarlo si se requiere intervención médica inmediata.
Pero Jimin se muestra impasible, con sus ojos cristalinos mirando hacia el frente. Una neblina parecía haberse posado sobre su mente, incapaz de hacer que alguien lo alcanzara desde esa oscuridad. No había lágrimas en sus ojos, ni gritos de dolor que inundaran en las paredes.
Todo eso fue sustituido por una risa hueca y baja, un sonido agrio que se filtró entre sus palabras, resonando en el aire de la habitación.
—¿De qué estás hablando, Taehyung? —respondió Jimin con voz apenas audible, su tono carente de vida—. Jabir está esperándome, no digas cosas tan horribles.
El corazón de Taehyung se hunde ante la respuesta de Jimin y sus pasos vacilan en caminar o no, se encuentra completamente desestabilizado.
—Hürrem... —su voz tiembla, apenas encontrando la fuerza para salir—, lütfen [porfavor].
—Taehyung, no puedo dejarlo solo —Jimin interrumpe sin ganas, con un tono más fuerte de lo normal para acallar los susurros del alfa hacia él—. Arregla mi traslado directo para la mansión Mavi.
Taehyung cierra los ojos con pesadez y su labio tiembla ligeramente mientras baja la cabeza. La habitacion se llena con una presion axfixiante, Taehyung suspira y apenas es capaz de mantener la compostura para estar de pie. Ver en ese estado a Hürrem... se siente inservible. La insuficiencia había estado envenenando desde hace un tiempo las filas de servicio en el clan desde que Hürrem fue ingresado. Varios alfas de la eve incluso habían incursionado a un voto silencioso* temporal, todos ellos sentían una culpa injustificada por el fallo en la salvaguarda de Hürrem. Incluso si estuvieran exentos de cualquier tipo de relación en el asunto que llevó al estado crítico del omega, sentían que había sido una falta a sus votos de lealtad. Taehyung lo entendía con más fuerza ahora. ¡La ineptitud realmente pesaba en ciertas situaciones dolorosas!
Su cuerpo se tambalea ligeramente mientras se recompone, la imagen que le ha mostrado a su Hürrem es deshonrosa para él. Siente que ha olvidado su posición por un momento en esa habitación silenciosa, donde su rol se basa en la lealtad que pueda ofrecer. Incluso si el mar fuera azul bajo el cielo, ellos mismos lo pintarían de rojo si Hürrem lo pidiera.
—Comprendo, Hürrem —responde Taehyung con voz entrecortada, reverente y lleno de tristeza—. Haremos todo lo posible para organizar su traslado directo a la mansión Mavi lo más pronto posible.
Taehyung se despide con un gesto largo de respeto y se retira de la habitación con pasos silenciosos. Jimin no responde ni voltea, tampoco ofrece un leve movimiento a su dirección. Sus ojos cristalinos permanecen fijos en un punto invisible, casi pareciendo escondido entre la nieve que se ha acumulado en las calles y edificios debajo de él. El silencio pasa de pared a pared en la habitación, interrumpido sólo por el sonido distante de la tormenta afuera.
Jimin no hace nada para detenerlo.
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El ambiente en las clínicas era desagradable. Casi lúgubre y exinanido, sumido en una mezcla de silencio y olor a desinfectante. Para Jimin, cada paso que daba por aquellos pasillos parecía sumergirlo en una atmósfera opresiva y claustrofóbica, rodeado de tantos colores apagados y atención en demasía le hacía sentir enfermo. Por lo que por segunda vez en el día da un vistazo a la habitación que le tiene cautivo desde hace tres semanas. La nueva terapeuta que le asignaron, la psiquiatra Cha, le dijo que era una buena forma de distracción para la ansiedad que ha estado acumulando en los ultimos dias.
Las paredes estaban cubiertas con un papel pintado de tonos suaves y sutiles, adornado con un patrón que agregaba un toque de sofisticación. Estratégicamente colgados, se encontraban cuadros de arte contemporáneo que buscaban transmitir armonía y serenidad, sobretodo acumulándose en la cabecera de la cama extensa cubierta de cojines de seda. Dioses, incluso había en una esquina de la habitación una pequeña fuente de agua que emanaba un suave sonido de cascada que le empezaba a molestar desde las primeras noches.
Cada detalle en aquella habitación estaba cuidadosamente seleccionado y si Jimin no fallaba en su memoria, todos estos elementos estaban siguiendo los principios de un estudio pionero realizado por un alfa alemán después de la Primera Guerra Mundial, cuya investigación se enfocaba en el desarrollo de teorías que ayudaran a tranquilizar y reconfortar a los omegas traumatizados con colores y objetos que atribuían a su casta.
Una base de estereotipos que Jimin ha estado aborreciendo hasta ahora.
A su alrededor, un equipo de médicos y enfermeras omegas se ocupaban de los últimos detalles antes de su alta. Los veía moverse con diligencia, preparando los documentos y recogiendo los utensilios médicos utilizados durante su estancia, sus músculos se tensaban cada que alguno de ellos cruzaba una mirada accidental hacia él. Jimin sabía lo que veían, y no se sentía cómodo con eso, más cuando era ignorante de lo que llamaba su atención: la marca. No le han dejado verla y está rodeada con capas innecesarias de vendas.
El sonido de una llamada resuena en la habitación y uno de los médicos se acerca a él con una sonrisa amable, era el menos interesado en su condición de casta y pareja, por lo que es el único que se mantiene relajado a su alrededor.
—Hürrem, es hora de su traslado. Todo está preparado para que pueda continuar su recuperación en casa —anuncia el hombre con voz suave, esa misma que usan los omegas para dirigirse a niños y personas en su cuidado. Jimin le sonríe brevemente, para después levantarse lentamente de la colcha, pero la debilidad en su cuerpo le hace volver a la cama en un movimiento abrupto, provocando que todos se tensen. Un dolor le recorre los nervios, del pecho al cuello, era el tercero en el día. Jimin se había negado a ver a Jungkook y la falta de la presencia física del padre de sus hijos había pasado factura a su lobo, debilitando su fuerza y vitalidad. Aun así, podía sentir una presencia leve, un eco suave de Jungkook que resonaba desde la habitación contigua. Las feromonas gamas eran tan potentes que se propagaban fácilmente, llenando un piso entero sin esfuerzo. Jimin había notado incluso una mejora en su propio sentido del olfato, como si su transformación biológica estuviera desbloqueando nuevas habilidades.
Haciendo que los doctores locales se hayan interesado en su metamórfosis biológica.
Para Jimin, todo esto era apenas creíble. Sentirse ajeno a su propia transformación y enfrentar los cambios que traía consigo, como el paso a una nueva casta gama, era abrumador. Bangchan y Jungkook eran los que tenían más información de eso, pero no había visto a Bangchan desde la apertura de la galería, Jimin apreciaba su empatía al aceptar su decisión de no querer ningún personal médico alfa, no por ahora. Su estado era débil y se sentía indefenso ante la ausencia de su mate, con otros alfas que examinaban tan de cerca a sus bebés no se sentía seguro.
Le aliviaba saber que la Roja les había hecho firmar un contrato de confidencialidad a las personas que han tenido contacto con él en los últimos días. La atención mediática sobre su embarazo era suficiente, Forbes ha logrado su artículo más inolvidable gracias a la percepción tan aguda de la periodista Ángela Gortari, por lo que la atención entorno a la familia Hasmet se ha vuelto algo que limitar en el continente. La madre de Jungkook le Ilama continuamente gracias a eso, queriendo saber su estado exacto para poder aliviarla el resto del día. Jimin se encontraba ajeno a los conflictos en el exterior, donde el mundo bajo parecía estar sosteniendo el aliento en torno a lo que pasara con él. No pudo evitar sentirse estúpido por eso, la ignorancia entorno a lo que le inmiscuía parecía ser sólo aplicable en él.
════ ∘◦❁◦∘ ════
La mansion Mavi había estado juntando polvo entre las esquinas por los años que había sido olvidada. Por lo que no conoció un día más brillante entre sus superficies hasta que Jimin llegó ahí. Los sirvientes habían estado moviéndose entre los pasillos, como lombrices nerviosas y emocionadas; sin embargo, Alexander había notado que a pesar del aumento del trabajo pesado, ellos estaban felices. Sintió culpabilidad por eso al no poder compartir la dicha de los demás en los últimos días, todo a su alrededor le hacía sentir extraño y casi sobrante en el lugar. Su lobo aullaba todos los días por el anhelo de una persona a la que no había visto en semanas, por lo que la felicidad no parecía tener cavidad entre las paredes de su mundo.
—¡Oh joven Cariporsi, mi corazón se llena de dicha en cada paso! —Alys camina ansiosa a su lado, al punto de casi tropezar en uno de los escalones del tercer piso. Su mirada pasa de arriba hacia abajo en su figura, y acomoda su cabello por cuarta vez desde que salieron de sus habitaciones—, Primero el bajá Azra, despues incluso Sağ el... ¡Y ahora el lugar se llenara con la dicha de la presencia de Hürrem!
Alexander asiente y le sonrie con empatia. El tiempo que ha llevado aqui le ha enseñado la devoción del clan por las dos cabezas que le rigen, incluso si estas personas no han conocido al omega de la dinastia que les gobierna, su amor y devoción por él se extiende con facilidad hacia sí mismo para que pueda verlo.
—Somos sirvientes de casta baja, por lo que no hemos pisado las propiedades principales de la Roja. Después de ser asignada como su dama tuve esperanzas —Alys baja la cabeza apenada, con una sonrisa privada que denota su emoción—, pero Alá, ¡definitivamente nos ha bendecido con una presencia prolongada de Hürrem!
Alexander alza la mirada al frente mientras le conducen a la entrada principal. A excepcion de los altos mandos, y Alys, estas personas todavía pensaban en el como un hatun ascendido, por lo que su presencia para recibir y dar sus respetos al omega principal del clan era obligatorio. Estar de frente a la enorme puerta le hace dar cuenta de la importancia de este recibimiento, todos los del servicio en la mansión estaban aquí, inclinados en una reverencia que se ha mantenido desde antes que llegara. Permanecían de frente a la puerta aun cerrada, en un fila que hacia parecer un orden
impecable, por lo que la discrepancia en ella era muy notoria. Había una persona aparte de él que aún no hacía la reverencia.
—Ignórelo, Alexander hatun, no es más que un omega relegado. Ha sido expulsado del palacete principal desde hace un tiempo, apenas si lo vemos por aquí —uno de los cocineros susurra con la cabeza baja en su dirección, con una voz oscura y poca amable dirigida a la figura algo alejada a ellos. Alexander frunce el entrecejo, había visto una o dos veces a ese omega rodear los pasillos largos. Siempre le saludaba con respeto, pero era difícil identificarlo por la falta de fermonas en él. Aparte de su belleza inegable, su cabello rojo era lo unico destacable. Incluso si quisiera preguntar, ninguno de los sirvientes le darían respuestas, ni siquiera su dama. Todos eran cuidadosos a su alrededor por parte de la 'Ndrangueta, así que era mejor no perder el tiempo en respuestas que no llegarían a él.
Alys jala suavemente su velo con discreción, indicándole que debe ir al medio de todos. Alexander mira nervioso alrededor y se apresura cuando escucha un ruido ligero en el exterior.
—¡Atención, Hürrem Jimin está aquí!
Alexander hace una reverencia cuando los dos alfas que custodian la puerta se mueven tensos. El ruido pesado de la puerta le causa un desasosiego pesado, el cual sólo incrementa aún más cuando el olor de feromonas fuertes empiezan a envolver el lugar con una rapidez antinatural. Alexander sostiene el aliento, el olor... era aún más fuerte desde la última vez que lo vio. Si no hubiera conocido en persona a Jimin desde antes podría jurar que se trataba de un gama frente a él.
—Salam aleikum, Hürrem —las voces unísonas se reúnen en un eco armonioso en la extensión del lugar. Alexander se inclina aún más junto a los demás presentes mientras esperan con paciencia.
—Aleikum salam —la voz de Jimin envuelve el lugar de inmediato y Alexander alza sus labios brevemente por eso. Su voz sequía siendo tan amable y poderosa como siempre la recordó—. Alexander hatun, un placer verlo de nuevo.
Alexander se apresura a alzarse, tembloroso mientras la saliva pasa lentamente por su garganta cuando la elegancia del rostro de Jimin se presenta de nuevo frente a él. Su brazo se siente débil cuando levanta la mano de Jimin y se la lleva a su frente. Alys le había enseñado la ética correspondiente del lugar apenas hace dos días, por lo que sentía inseguro de hacerlo correctamente.
Casi siente el alma volver a su cuerpo cuando Jimin le sonríe cortés.
—No es necesaria tanta formalidad —dice Jimin alzando una mano, haciendo que todos se enderezan de inmediato. Edith, Kenia y Elit permanecen tranquilas detrás de él, por lo que se siente seguro cuando da un vistazo rápido al desconocido espacio que le rodea. Sus ojos se detienen después de un tiempo, escrutando con agudeza a la persona que mantiene los ojos en él.
—Marco —murmura con una sonrisa fría. Todos voltean de inmediato a la persona que ha llamado, juzgando en silencio la rudeza que muestra el omega de cabellos rojos en sus ojos.
¿¿Como puede mostrarse tan tranquilo ante la presencia de una de las figuras principales del clan!?
—Hürrem —responde Marco directo, sin ningún tipo de amabilidad en su voz—. Nunca pensé que nos encontraríamos en circunstancias iguales. Ser mudado de la propiedad principal es difícil, pero me aseguraré de ponerlo al pie de la vida aquí en Kilyos.
Jimin escucha a Elit sisear detrás de él, después unas quejas en susurros de Edith y Kenia no se hacen esperar.
Su mano les hace un movimiento discreto para que no intercedan por él cuando empieza a sentir a Elit moverse. La palidez y ojeras de sus bayanlar le hizo dar cuenta de la carga de preocupación que les había puesto en los últimos días, por lo que no quería presionar más su estado febril. Apenas si había logrado tranquilizarlas de camino acá, no estaba en sus deseos depender de ellas tampoco. Especialmente después de los rumores sobre la debilidad en su posicionamiento, los cuales fueron causados por la distancia entre Jungkook y él después del accidente.
Que el amir no estuviera en constante contacto con Jimin había alzado las voces y estas mismas se avivaron con más fuerza después de una confirmación vaga donde se afirmaba que se encontraba en el hospital por él. Por supuesto, los de posicionamiento bajo no podían saber que el alejamiento era por decisión de Jimin, así que empezaron a cuestionar el favoritismo de Jungkook hacia él. Dejar que este omega diera rienda a sus groserías indirectas aumentaría los rumores, especialmente cuando la gente de la mansión ya estaba empezando a susurrar ante esta escena. Jimin tenía que controlar eso, está aún más claro al ver que la víbora no ha dejado el veneno.
—Alexander —Jimin mantiene los ojos en Marco aún cuando sus labios se mueven para Ilamar al otro omega. Alexander da un paso más de cerca, inclinando aún más la cabeza, después alza las manos y una mujer también se acerca para empezar a interpretar.
—¿Y Hurrem?
—¿Puedes decirme tú posición en el harem del clan?
Alexander frunce el ceño por un momento pequeño, y alza los ojos para tratar de entender el propósito de Jimin. El harem fue disuelto, y aunque los otros miembros de la Roja no supieran de esto, era extraño decir tal mentira en voz alta.
—Mi título es acompañado con "Hatun", pero en el contexto de los cambios actuales de la Roja tengo el mismo nivel que un Cariye*- —Alexander muerde su labio antes de continuar—. Muy por debajo de Hürrem.
Jimin asiente, girando levemente la esmeralda en su dedo. Un movimiento ligero pero visible para todos. Muchos empleados vieron esto por el rabillo, por lo que el impulso de una reverencia aún más baja les ganó en las rodillas. En silencio pedían a Alá piedad, esa grosería podría extender hasta ellos por ser parte del trabajo de la mansión, por lo que la vergüenza y miedo no se hizo esperar.
Al ver la posición inmovible de Marco, sus súplicas incrementaron hacia el cielo.
—Entonces... ¿cómo es posible que un omega que ni siquiera está entre los hatuns principales tenga el valor de hablarme tan directamente? —Jimin alza los labios, dejando que sus feromonas aumenten libremente en el lugar. Marco hace un pequeño paso hacia atrás; la presión alrededor de su cuerpo se siente extraña y molesta, la suposición de un debilitamiento en el omega frente a él se empieza a tambalear junto a sus piernas temblorosas—. ¿¡Alguien que ni siquiera está dentro del harem ha decidido ni siquiera inmutarse ante mi presencia!?
Todos se arrodillan de inmediato, el pánico ha llegado a ellos al escuchar el enojo de su Hürrem. Las súplicas son su única esperanza.
—Olmaz Hürrem, ne olur affet bizi! [¡De ninguna manera, Hürrem! ¡Por favor perdónenos!]
Marco choca los dientes cuando el agobio del aire le inunda hasta las uñas. Sus piernas no resisten más y chocan contra el mármol con un sonido estruendoso, el zumbido en sus oídos aumenta y su lobo le araña el interior. Sus ojos se alzan en una furia contenida. Este omega... ¿cómo lo ha doblegado con tanta facilidad?
¡Sus sentidos no responden en lo absoluto!
Jimin suaviza su expresión cuando ve el estado de las personas a su alrededor. Esta gente le había recibido con tanta devoción y cariño, como figura al mando y la dicha* entre ellos tenía que sensibilizarse más. El remordimiento dentro de su lobo sólo aumentó aún más cuando los médicos que le acompañaron se acercan con cuidado hacía él. No dijeron nada, pero la advertencia en sus ojos era clara, no podía tener emociones sin control y con mucha fuerza. Todavía recibía transfusiones diarias, era mejor ir tranquilo por las ramas.
Jimin exhala con fuerza y se toca la frente con cansancio, su mirada baja hacia la maraña de cabellos rojos que palidece con cada segundo. El enojo en su interior aún no ha disminuido ni un poco después de eso.
—Tú... —advierte con voz rasposa, quedándose a medias antes de poder terminar la amenaza en su boca. Su cuerpo gira de inmediato antes de que los demás puedan alzar las cabezas ante la pesadez de otras feromonas sobrecogedoras que se hacen presentes con una velocidad terrorífica.
—¡Atención, Jefe está aquí!
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Voto silencioso en la Roja*: Es cuando alguien deja de hablar por su cuenta, por algún suceso trágico e incluso por honor.
En la cúspide del harem del antiguo Imperio otomano se encontraba la "kadın efendi" o "favorita principal", que era la concubina más importante y gozaba del mayor estatus. Podía ser la madre del heredero al trono o simplemente tener un favor especial del sultán.
Después de la kadın efendi, venían las "ikbal" o "concubinas de rango alto", quienes también tenían un estatus privilegiado y eran consideradas esposas secundarias del sultán. Estas concubinas podían tener hijos que podrían ascender en la jerarquía sucesoria.
Luego estaban las "gözdeler" o "concubinas de rango medio", quienes eran seleccionadas por el sultán y tenían un estatus inferior a las ikbal. Podían ser ascendidas si daban a luz a un hijo del sultán.
Finalmente, estaban las "cariyes" (Alexander), concubinas de rango bajo", que eran las concubinas comunes. Estas concubinas no tenían un estatus elevado y su principal función era satisfacer las necesidades sexuales del sultán.
Cabe mencionar que el orden y la clasificación de las concubinas podían cambiar con el tiempo y podían surgir nuevas categorías o cambios en la jerarquía según las decisiones del sultán y las circunstancias políticas.
Hürrem*: Significa "el/la que trae felicidad", "dicha", "felicidad".
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