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El camino al centro de Estambul se condujo en un silencio extraño y pesado para Jimin.
Su mirada iba y venía de vez en cuando al brazo mal vendado de Namjoon, quien, para su sorpresa, había mantenido su imperturbabilidad intacta desde que abordaron el Bentley.
Pasan otros diez minutos.
Y luego veinte.
Cuando Jimin se da cuenta que pasan por el puente Gálata decide que ha pasado el tiempo suficiente para mantenerse callado y no preguntar.
—¿Jungkook te hizo eso? —su voz es tranquila, pero la tensión que muestra Namjoon a su lado es tan visible que le hace pensar que el enojo se ha filtrado en el tono de su pregunta. No debió pasar desapercibido.
Jimin lanza una mirada fugaz al chofer que los conduce para comprobar que no muestra interés en la conversación. No lo está.
Pero el omega se siente inseguro y decide subir la cortina eléctrica para más discreción.
—Hürrem, en un rutes normal que los alfas actúen así cuando otros están en lo que consideran la zona de su territorio. Es un momento en el que somos vulnerables —la respuesta de Namjoon es directa y automática.
—Te ha roto el brazo, Namjoon. Incluso si es Jungkook... debo protegerte de la misma forma en que tú lo haces.
—Él sufre, hürrem —Jimin entiende que Namjoon busca una justificación inexistente para el gama, pero este tipo de daños es algo que no puede soportar—. Senin için acıtıyor. [Duele por usted].
—Yo también —Jimin bufa con molestia, con sus ojos ardiendo sobre el alfa—. Me duele, me duele mucho, Namjoon.
El moreno hace una expresión indescifrable, sus dedos tiemblan y aparta la mirada con pena.
—Yo acepto la decisión de hürrem. Protegeré a los pequeños amos como es mi deber —la voz del alfa apenas es un susurro—. Pero no podré verlos a los ojos si usted se va y ellos se quedan.
Jimin traga pesadamente, la humedad entre sus cuencas se siente más tangible con cada resistencia que pone. Cuando un sollozo sale de su garganta siente la mano de Namjoon sobre la suya. Presente y constante como siempre.
Él no dice nada mientras terminan el recorrido, Jimin tampoco.
Hubiera sido más fácil...
════ ∘◦❁◦∘ ════
—Hürrem.
Jimin observa con escepticismo la hilera de alfas en las afueras del edificio una vez llegan y salen del auto. El castaño les observa inclinarse antes de avanzar hacia las puertas de la estructura, jamás se acostumbraría a eso.
Namjoon camina tranquilamente junto a él mientras un camino de sombrillas se abre paso ante ellos.
—Es importante mantener sus actividades alejadas de los medios mientras las negociaciones entre las mafias aún siguen frescas. Medidas con detalles que espero no le molesten.
—¿Todo el edificio está vacío? —Jimin lo estudia desde abajo, la luz del sol lastima sus ojos antes de que pueda descifrar la función de la edificación.
—Sí, es sólo una construcción fantasma, no es necesario que sepa de los otros pisos. Amir está en el último —Namjoon se detiene cuando las puertas de cristal se cierran tras de ellos. Jimin observa las luces doradas y los muebles elegantes del espacio sin emoción, cuando vuelve la mirada nota que Namjoon mira debajo de su pecho. Jimin había estado tocando su estómago sin darse cuenta—. Tengo presente que ya está acostumbrado al estado agresivo de amir, pero dada su condición no estoy seguro de cómo reaccione. Aún así, todos las propiedades de los Hasmet son abastecidas de comida y limpieza cada semana, por lo que no habrá necesidad de aumentar sus preocupaciones antes de la inauguración en la galería. He mandado guardias que estarán pendiente día y noche.
—Namjoon...
—El elevador le llevará directamente, hürrem.
Jimin lo mira con dolor, Namjoon aparta la mirada con esa máscara de seriedad a la que está tan poco acostumbrado y da un ligero toque a la venda en su brazo. Jimin tuerce la boca mientras el alfa hace una reverencia rápida hacia él antes de darle la espalda y caminar hacia la salida.
Su mano vuelve a su vientre por inercia mientras hace su camino hacia el elevador.
Los pasos de Namjoon dejan de sonar detrás de él.
════ ∘◦❁◦∘ ════
—Alá.
Jimin cubre su nariz cuando el aroma le choca de frente una vez se abren la puertas para él. Una vibración recorre su cuerpo de nervios a músculos y la piel de su cuello se eriza.
Si, su alfa estaba aquí.
Había olvidado lo intensas que podían ser la feromonas de Jungkook en momentos así. El toque agresivo en ellas y el silencio en las habitaciones le trajo un recuerdo de hace meses. Misma situación, diferentes sentimientos. Pero la aversión entre ellos estaba aún presente.
—Hürrem.
Jimin se asusta y voltea hacia la voz de la presencia que no había percatado. Una mujer baja y temblorosa le saluda con una reverencia profunda. Una beta. Jimin guarda los dientes que se quieren asomar ante la presencia de alguien más en un espacio y momento donde el estado vulnerable de su alfa está pasando. Apenas es capaz de aguantar de igual manera el gruñido.
—Kalk. [Levantate] —dice con calma. La mujer asiente y se endereza, mientras lo hace, Jimin comprueba que no haya ninguna herida en ella.
Desde lejos perfuma el aire. Jungkook no la ha tocado.
—Amir yaralandı, baskılayıcılar ve ağrı kesiciler getirmeye geldim. Ama odadan bile geçemedim. [Amir está lastimado, he venido a traer supresores y analgésicos. Pero no he podido pasar ni siquiera más allá de la sala].
El omega baja la mirada a la bolsa y la cubeta que la mujer sostiene. Incluso para un beta común, esta intensidad de olor debe ser paralizante.
—Onunla ilgileneceğim. [Yo me encargaré] —Jimin se acerca y toma las cosas con suavidad de ella, un toque rudo podía hacer que se tensara aún más. No quería que se prolongara su presencia aquí—. Puedes irte.
La pobre joven, sin saber cómo actuar, se mueve nerviosamente alrededor de Jimin hacia la salida, y su mirada permanece baja hasta que desaparece entre las puertas del elevador sin ningún ruido más que el de sus inhalaciones pesadas.
Jimin medita un largo rato después de que la mujer se ha ido.
Después, suspira y se endereza con calma. Con lentitud y en un completo silencio, se deshace de sus zapatos con la misma ayuda de sus pies.
Sus pies descalzos empiezan a avanzar entre las extensas habitaciones, pasando por la cocina, sala y otras puertas hasta captar el olor de Jungkook con mas intensidad. La puerta abierta de la habitación en la que se encontraba le da una imagen completa del estado del alfa. Una imagen intranquila para él.
Jungkook descansaba aparentemente dormido, yaciendo incómodo en la cama del cuarto en el que ahora Jimin estaba. El omega hace un estudio rápido mientras escucha los jadeos molestos que Jungkook exhala con ojos cerrados. Estaba desnudo, con el sudor sobre su piel y sábanas que no le cubrían del todo.
Jimin muerde sus labios con nervios, no en un estado de excitación, sino de preocupación.
Su lobo le ruega acercarse y atender al hombre que parece sufrir frente a él; el alfa que gime de dolor y enojo a la vez.
El percatarse de la herida en su brazo sólo lo agita aún más.
Jimin da un paso y se detiene al instante.
Recordando las últimas palabras de su más reciente encuentro su cuerpo se paraliza. Un rencor ligero que proviene de su naturaleza pelea contra la necesidad de cuidado que también siente.
Hubiera sido más fácil... si pudieras haberlos aceptado.
Jimin aparta la mirada y niega con la cabeza. Su razón no podía dudar cuando la salud de Jungkook estaba tan débil.
Amaba a ese hombre, lo hacía incluso si él no correspondía ese sentimiento a lo que había dentro suyo. Siempre le importaría Jungkook, no había pelea o discusión en el mundo que pusiera eso en duda y lo sabía.
—Jungkook —llama con voz baja mientras se acerca y se sienta a un lado de la cama, lo suficientemente cerca para poder estudiar la herida recién cocida en el brazo.
Había sangre seca alrededor, en su pecho y hombros. El cuenco de agua y el trapo dentro de él debió ser para eso.
Jimin tuerce ligeramente el lado izquierdo de boca mientras exprime en silencio la tela blanca, ¿la mujer de hace un rato no tenía planeado limpiarlo... o sí?
De repente se sintió inquieto, la necesidad de marcarlo y perfumarlo con su olor se volvió casi un arrebato ansioso.
—Mmh... —Jungkook jadea débil mientras Jimin empieza a limpiar con suavidad su piel en toques ligeros. Jimin muerde su labio con preocupación cuando nota el calor del cuerpo de Jungkook incluso a través del trapo húmedo.
Tanta emociones contenidas con la presión exacta de estrés podía derribar a cualquiera. Jungkook había confiado demasiado en la medicina y tan poco en sus instintos que le daban señales rojas.
Jimin le observa con preocupación sincera mientras le toca. Pasando sus dedos por quizá demasiado tiempo en las cicatrices que ya ha visto y conocido.
Sus manos sólo se detienen cuando llega al tatuaje en el pecho de Jungkook.
El dragon negro rodeando y envolviendo a la yatagán bajo el lema en turco de los Hasmet.
"La Mafia Roja sólo está sobre la Mafia Roja".
Jimin había sido incapaz de descifrar el idioma en su primer encuentro en Londres. Los arrebatos posteriores que le permitieron ver el cuerpo descubierto de Jungkook no habían sido tan lúcidos para él cuando su atención recaía en otra cosa. Ver el pecho de Jungkook ya no era ajeno a él, las cicatrices que se pintaban en toda la piel del alfa tampoco le causaban alguna reacción y el tatuaje simplemente se volvió inadvertido.
Jimin quería negarlo, pero aparte del emblema marcado en las puertas de las propiedades y libros de la Roja, el recuerdo de haberlo visto antes de su llegada a Turquia seguía palpitando desde que puso sus ojos en él
El dragon sostiene el yatagán, recuerda, porqué sin Eylem, Anek no era nada.
La Roja no se sostendría.
Las lecciones de modales y cultura habían sido tediosas en sus primeros días, sí. Pero ahora sentía que debía estar agradecido por conocimientos que en otras circunstancias serían ajenos a él.
Jimin da una última mirada al tatuaje con detenimiento; después, alza las sábanas y cubre el dorso de Jungkook con cuidado. Habrá respuestas en otro momento.
Su atención se traslada de inmediato al rostro del alfa, donde aún expresaba síntomas de incomodidad. La mano de Jimin se calienta y contrae por la necesidad de tacto que le abruma de repente; así que la desliza hacia la cara de Jungkook, limpiando los alrededores de sus mejillas y ojos.
—Seni özledim. [Te he extrañado] —susurra con una sonrisa triste cerca de su rostro. El recuerdo de las últimas palabras entre ellos le duele, corroe y quema. Y a pesar de la tristeza que le inunda, el rencor sigue ahí presente y escondido—, Lástima que seas un cretino —sus manos se mueven con más fuerza, perdiendo la delicadeza de un principio—. Aptal, vefasız ve aptal alfa. [Necio, voluble y estúpido alfa].
Un agarre fuerte en su muñeca le detiene.
—Oğlan.
Jimin parpadea sorprendido, los ojos dorados de Jungkook le miran entrecerrados, en medio de la razón y lo que no es. Cuando intenta apartarse Jungkook le jala.
—Estás aquí —la voz del alfa está apagada, ronca y seca. Una mano suya sube por su cadera, Jimin la aparta y suspira.
—¿Cómo podría dejarte así?
—Oğlan.
—Has sido imprudente.
—Yo también te he extrañado.
Jimin detiene sus movimientos sorprendido, Jungkook aprovecha la brecha de duda y lo jala sobre su regazo, Jimin se resiste pero el movimiento que hace Jungkook mientras se sienta con dificultad lo retiene, el alfa estaba aprovechando su estado para tales libertades y eso no pasaba desapercibido.
Jimin se pregunta si es el lobo del alfa el que habla y actúa.
Lo cree hasta que Jungkook le jala del cuello y le da una caricia a su marca con intensidad. Una pizca del hombre razonable seguía ahí.
—Déjame ir, tus heridas están frescas.
—Repítelo —Jungkook lo ignora y Jimin frunce el ceño, el alfa le acerca y reposa su frente sobre la suya—. Repítelo —vuelve a exigir con voz ronca—, el cuánto me extrañas.
Jimin hace el ademán de separarse, pero Jungkook lo sostiene con más fuerza.
—Jungkook.
—Kalmak. [Quédate].
—Estaré contigo los próximos días.
—Jimin —la voz débil de Jungkook le asusta. Intenta separarse de nuevo para verlo mejor, pero el alfa no lo deja moverse—. Tanrılar... lütfen kalın. [Dioses, por favor quédate].
Jimin se da cuenta. Jungkook no hablaba en el sentido literal de la palabra.
¿Es esta otra de las capas que cubren la coraza fría?
Pensar en que incluso el lado más bajo de naturaleza del alfa aún pensaba en una seguridad primordial a su omega sobre sus cachorros le abruma.
Jimin pone su mano sobre el pecho de Jungkook con una presión fuerte mientras sus feromonas se liberan y los rodean. Un lugar seguro y de tranquilidad para que Jungkook dejara la tensión que enviaba a través del vínculo.
—No me perderás, seguiré aquí —otro apretón a su glándula—. Te lo prometí frente a las costas del Bósforo, estar a tu lado.
Jungkook mueve la cabeza en negación, su respiración se vuelve pesada y lenta.
—Entonces elígenos —dice Jungkook separando sus rostros. Jimin lo ve con pasmo cuando se da cuenta.
Entre las puertas de la obligación y rectitud, las cortinas de ego y frialdad sobre las ventanas vacías que se mostraban con regularidad ante él. Estaba ahí, una sincera e inesperada desesperación.
—Elige nuestra vida.
Jimin quiere llorar de nuevo. De repente se da cuenta que lo ha estado queriendo hacer con bastante regularidad.
No me pidas eso.
Jimin niega con la cabeza y le acaricia el rostro. Jungkook se inclina y se tensa entre sus brazos.
—Hayır. [No] —Jimin busca sus manos, uniéndolas y llevándolas a su estómago. Ruega a que Jungkook sienta la calidez que él siente, la esperanza y la liberación que le florece—. Sen bizi seçtin... hepimizi. [Tú elígenos... a todos].
Jungkook inhala con fuerza.
—Te arrebatarán de mi lado.
—No lo harán.
—Bunu bilemezsin! [¡No lo sabes!]
Jimin cierra los ojos, la agresividad en el aroma de Jungkook le estaba mareando y no quería reactivar más aún su estado. No, en esta ocasión necesitaba ser paciente.
Era arriesgado, pero realmente quería ver los límites del amor que Jungkook supuestamente no tenía por los bebés.
Jimin toma el primer botón de su camisa, sosteniendo la mirada escéptica de Jungkook sobre él logra llegar hasta el quinto, antes de que el alfa lo detenga con un agarre férreo en su brazo.
—¿Qué haces? —Jungkook pregunta, casi como un reproche.
—Sakin. [Calma] —Jimin aparta la mano de Jungkook con tranquilidad—. Sakin, alfa.
Jungkook duda, pero Jimin puede ver la razón asomarse entre sus pestañas, así que continúa. El frío le llega poco a poco, y no toma tanto tiempo para que su parte superior esté expuesta frente a Jungkook.
Jimin se inclina hacia atrás mientras observa con deleite la mirada del alfa sobre su vientre.
—Kaldir. [Quítalo] —alza su pierna derecha hacia Jungkook, quien no hace nada para ocultar la confusión que se le pinta en el rostro.
—No.
Ah, ahí estaba.
—Neden olmasın? [¿Por qué no?] —Jimin ya sabía la respuesta, pero presiona con convicción—. Me estoy ofreciendo a ti.
Jungkook gruñe y lo sostiene de la cadera. Jimin preveé sus movimientos de apartarlo de su regazo, por lo que se apresura y lo sostiene por los hombros, sus labios buscan los del alfa con hambre.
Jungkook jadea entre sus dientes y lo rodea por completo en sus brazos. Jimin gime suave cuando las manos del alfa le recorren la espalda con posesividad, sus lenguas se unen una y otra vez hasta que Jimin se siente ahogar con su propia saliva y se aparta.
Jungkook lo mira con un deseo peligroso y pasa sus manos hacía la curvatura de su trasero, Jimin suelta un quejido cuando el alfa lo aprieta. En respuesta, lo vuelve a besar con el mismo fervor de antes y pega su pecho contra el suyo, sintiendo así el borde de las cicatrices del cuerpo del alfa contra su piel.
Jimin se decide y mueve su parte inferior sobre la ereccion que punza entre sus muslos. La respuesta de Jungkook no se hace esperar y termina apartándolo súbitamente.
Jimin suspira y limpia sus labios.
Ningún alfa que quiera la seguridad de su descendencia llevaría acabo una relación sexual con penetración con el omega gestante. Por lo menos, ninguno que realmente los desee y espere.
Bangchan le había hablado de casos donde por mal formaciones en el feto y una paternidad indeseada el alfa optaba por deshacerse del bebé antes de que llegara a término. La respuesta natural era la agresividad en un acto sexual que provocaría un aborto en el omega.
Jungkook, incluso siendo un alfa con un increíble control de sus instintos e indiferencia a sus emociones, encontrándose en un estado tan inestable y voluble, no hubiera dudado en dar rienda a sus verdaderos deseos y someter a Jimin a su voluntad.
Jimin había arriesgado mucho, pero no dudó en seguir cuando dio sentido a la conexión no dicha que Jungkook ya formaba con sus cachorros a través de su vínculo. Si hubiera sido un caso contrario habría luchado con uñas y pies incluso si dañaba mortalmente a Jungkook.
Pero no fue el caso, y la realización en el rostro del alfa también fue clara.
—Jimin.
—Ahora tengo la razón suficiente... —Jimin se acerca de nuevo a Jungkook, quien recibe su toque con más facilidad y sin indecisión. Juntando sus respiraciones y cuerpos le toma el rostro con dulzura y susurra—, para pelear por ellos con la seguridad de que serás un buen padre.
Jungkook respira hondo, inhalando todo lo que pueda de Jimin mientras está en sus brazos. El calor en él aumenta y la tensión en su cuerpo le dice a Jimin que posiblemente no tendrá una respuesta clara hoy. No le importa, tenía una decisión segura ahora.
Las manos del alfa le sostienen la cintura con una fuerza moderada y Jimin puede ver que Jungkook evita tocar su vientre. Después de cinco segundos largos, el hombre debajo de él se mueve y le toma de los hombros.
—Tienes que irte —murmura Jungkook mientras toma su barbilla—. Es peligroso.
—No me harías daño —Jimin responde seguro—, lo acabas de comprobar.
—No quiero arriesgarme.
Jimin siente cómo Jungkook le sostiene para cargarlo y quitarlo de su regazo, pero lo detiene, de nuevo, antes de que sus pies puedan tocar la alfombra.
Jungkook parece irritado, pero no asevera su agarre sobre la piel de Jimin.
El omega levanta levemente sus comisuras y se inclina hacia los labios frente a él.
—Hay más formas... de llevar tu celo.
Jungkook alza una ceja y lo observa indeciso. Quiere apartarlo otra vez, pero los labios de Jimin en su cuello le hacen pensarlo dos veces.
Las manos de Jimin acarician su espalda, y cuando su boca baja a su pecho, Jungkook le toma del cabello con un ligero jalón de reproche. A Jimin no le duele, saber que el alfa está siendo cuidadoso a su manera le prende un poco.
—Para —Jungkook demanda, un poco ronco.
—Tú no quieres que pare —Jimin replica en confianza—. ¿Indeciso? Tal vez, pero te mueres por follarme.
—No lo haré.
—Yo sí —Jimin baja su mano hasta el comienzo de la entrepierna de Jungkook, no lo toca del todo, pero se deleita con las pocas expresiones sinceras que el alfa ya le muestra con eso. Había más de una forma de llevar al limite a un hombre que sólo usando la parte inferior—. Y quiero observarte hacerlo.
Jimin retrae su mano, sonriendo como queja de parte de Jungkook. ligeramente cuando escucha un gruñido
Alza una pierna y la pone sobre el hombro del alfa.
—Kaldir. [Quítalo] —Jimin le indica con tranquilidad. Jungkook se inclina hacia él en respuesta, pero Jimin lo detiene con un pie en su pecho—. No, quítalo primero.
Jungkook inhala hondo y le da una mirada exasperada. El omega no reacciona y lo vuelve a empujar con ligereza para remarcar su orden. Jungkook alza una ceja y le toma el tobillo. Jimin suspira, febril y suave, cuando el alfa lo besa con una delicadeza que ahora le impacientaba a él.
—Jungkook —advierte sin ganas cuando Jungkook empieza a recorrer la piel de su muslo interno sin pudor alguno. El alfa llega a los botones de su pantalón y los desabrocha con facilidad. El frío y la exposición completa de su desnudez llegan más rápido de lo que Jimin esperaba, y apenas es capaz de detener el recorrido de Jungkook entre sus piernas.
El alfa se siente irritado por la limitación y lo muestra en sus ojos con llamas de enojo hacia él. Jimin niega con la cabeza y baja su pierna del hombro de Jungkook, pasándolo con deleite en un camino que dirige hasta el miembro ya erecto del hombre. Jungkook suelta un jadeo ahogado cuando lo toca.
Jimin muerde la parte interna de su mejilla cuando empieza a sentir la excitación llenarle por todo el cuerpo. La atención de Jungkook sobre él es excitante y ávida. Abrir sus piernas ante sus ojos en oscuridad completa casi le lleva al límite.
<<Ve», piensa codicioso, «veme y no pienses en nada más».
Jimin empieza a bajar la mano, lento y paciente, hacia esa parte húmeda entre sus piernas. Sentir el deleite en el alfa por eso le motiva a seguir y no parar hasta estar satisfecho, por lo que se aventura a pasar sus dedos sobre su pecho y hombros, deteniéndose en el borde de sus pezones.
Jungkook le sigue observando con deseo y un conflicto transparente. Jimin indecisa hasta que la irracionalidad llene los sentidos de Jungkook por completo.
Sin embargo, cuando eso no pasa y empieza a ver el descenso de la mano del alfa a su propio miembro, no puede sentirse nada más que intranquilo.
El vaivén que Jungkook marca en él mismo hace que Jimin quiera tocar su propia excitación con una ansiedad inaguantable. Pero las palpitaciones que siente en una parte más abajo son menos resistibles de lo que puede soportar.
—Ah... —el omega solloza sin restricción cuando el calor en su estómago se arremolina. El miembro de Jungkook se muestra grande y recto mientras el alfa se masturba sin pena alguna frente a él, el ceño fruncido y la barbilla tensa sólo hacen que el hombre se vea más deseable de lo que ya era para Jimin.
—Kahretsin, seni gerçekten sikmek istiyorum. [Mierda, realmente quiero cogerte] —Jungkook cierra los ojos con fuerza, pasando la mano del borde de sus bolas hasta el glande de su pene—. Onları daha fazla açın... [Ábrelas más y...] —otro jadeo ronco—, ve bana her şeyi göster, [muéstrame todo].
Jimin olvida todo pudor dentro de él y obedece. Sintiendo cómo esa parte se retrae y humedece, no puede controlar el impulso de llevar dos dedos hasta ahi.
Un tamaño adecuado, que no hará ningún daño a su condición.
Jungkook aumenta la velocidad de su mano alrededor del falo ante la vista y las feromonas alrededor de los dos se multiplican. Jimin responde y gime entrecortado cuando introduce los dedos en su entrada sin dificultad alguna.
Un pellizco propio en su pezón le hace jadear con más fuerza hasta un punto de excitación que jamás imaginó.
El calor en la habitación, las respiraciones fuertes y la estimulación de sus manos mientras los ojos de Jungkook se mantienen sobre él lo llevan a un borde que no siente del todo. El cosquilleo llega desde sus pies hasta la punta de su miembro sin tocar.
Todas las emociones suben súbitamente hasta un límite que le hace llegar con un gemido fuerte.
La debilidad en sus sentidos no le hacen consciente de los movimientos de Jungkook hasta que lo tiene sobre él.
—Junta las piernas —exige el alfa cerca de sus labios. El tono demandante hace que quiera volver a obedecer... entregarse y subyugarse ante su mate.
—Jungkook... —Jimin suspira cuando el alfa pone sus piernas juntas y las sube, lo observa ido mientras su miembro se abre paso entre la humedad de ellas con prisa—. ¡Ah!
La piel del abdomen de Jungkook choca contra su trasero en lo que parece ser el comienzo de un vaivén preciso. Y a pesar de los ruidos toscos que salen de los labios del alfa, las embestidas se mantenían controladas y cuidadosas.
Jimin siente la dureza de Jungkook entre la piel sensible de sus muslos cada que respira y dice su nombre. El hombre arriba de él parece anticipar su orgasmo y lo eleva aún más, quedando expuesto ante los fluidos que le llenan poco después hasta la cara.
Jimin exhala y cierra los ojos con pesadez.
Sí, definitivamente hay más de una forma de llegar al límite del éxtasis.
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