🧧!! ' LVII

La velocidad y torpedad apresurada en sus pasos hacía que las zapatillas ya incómodas se apretaran dolorosamente en los pies de Jimin. Los pasillos de mosaicos y jade no se habían sentido tan largos desde hace mucho tiempo para él. Y a pesar del gran trayecto que había dado sentía que todavía faltaba mucho para llegar a la sala de reunión.

El eco del adhan parecía proyectarse y alzarse entre los rayos de luz que hacían anuncio del cuarto rezo del día en Turquía.

Era sumamente difícil concentrarse en la brumosidad del momento. Más aún cuando el olor acre del hombre a su lado le abrumaba por la intensidad de emociones que expresaba.

La expresión perdida de Azra le trajo un recuerdo amargo, al día cuando la noticia de su infertilidad se hizo tan presente como real. El vacío en los ojos del alfa parecía el regreso del sentimiento que aún se enterraba más allá de sus entrañas.

Viendo el desespero de Azra, se encontraba volviendo más en el "te amo" susurrado en el pecho de Jungkook.

Los pasos de ambos se apresuraron cuando llegaron en la sala del consejo, los muhafiz se movieron rápidamente para abrir la gran puerta cuando observaron a Jimin de lejos. El anuncio de su presencia fue callado con un gesto de su mano. La ostentosidad del momento ya era lo suficientemente intolerable.

La sangre fue lo primero de lo que se percató al entrar, el olor fue lo segundo.

Mirando el piso debajo de sus pies... la pristinidad del mármol ahora sólo era un adjetivo inadecuado para el ahora casi negro camino que había pintado la sangre hasta llegar a la figura de Jungkook.

Si el olor cargado de Azra era pesado en el aire de hace unos momentos, las feromonas de Jungkook eran casi asfixiantes hasta el punto de ahogar cualquier olor alrededor.

Todos tenían la cabeza baja, temblorosos de captar la atención de la furia que se desbordaba en el hombre.

Jimin observa la espalda de Jungkook expandirse con cada respiración pesada. La cabeza del hombre gira levemente para mirarlo, la solidez en su expresión le parece tan extraño como el acostumbramiento que tuvo de ella misma en sus primeros acercamientos. Pero apenas se detiene a pensar en eso cuando el recuerdo de su prisa aquí le pega de repente.

La atención del castaño a Jungkook pasa a segundo plano cuando ve la bola sangrante en el piso. La imagen horrorosa de una cabeza cortada se mostraba con facilidad frente a él. El nauseabundo olor hizo que tapara su nariz y boca en un acto pasmado.

Apenas fue capaz de tragar la bilis que recorría su garganta para ponerle más estudio a ella.

No había cabello dorado, ni ojos azules viéndolo en tonos opacos.

Sus ojos recorrieron la sala, captando la nueva presencia de Namjoon; con manchas de sangre adornando su ropa. La tranquilidad que mostró ante la escena lo desequilibrio en todos los sentidos, pero decidió ignorarlo y seguir buscando al omega Cariporsi.

Después de segundos tensos logró hacerlo, en medio de todas las telas negras con la que se vestía el consejo. La expresión asustada seguía en su rostro a medida que su cuerpo temblaba.

Azra también lo vio, un suspiro de alivio rebosando en su corazón mientras observaba al omega verlo devuelta. Con los dientes apretados y las manos en puños, no tuvo más opción que apartar la mirada con un aire de frialdad.

Jimin apenas pudo permanecer su atención en la escena de turbación entre Azra y ese omega. Más aún cuando el olor ferroso de la sangre se inundaba cada vez más entre sus fosas.

Si un toque ligero en su mano no lo hubiera distraído, estaría mirando el charco de sangre por más tiempo de lo que se consideraría normal.

Jungkook lo jaló hacia él, haciendo que la mano de Jimin también se manchara de gotas carmesís, deslizándose incómodamente entre sus dedos. El omega observa el rostro inexpresivo y el cabello despeinado del alfa mientras este lo mira en silencio. Namjoon apenas estaba manchado a comparación del alfa. La sangre goteaba del borde de la mandíbula de Jungkook.

Jimin aprieta los labios, pero no dice nada.

Entre el mutismo del momento el alfa termina guiándolo a las asientos principales en la sala.

—Otur. [Siéntense] —Jungkook se desliza con facilidad en el taht, un gesto desinteresado de su mano haciendo que el estruendo apresurado de todos se escuchara por la sala.

Jungkook hace el ademán de hacer lo mismo hasta que Jimin lo toma con más fuerza.

—Neler yapıyorsun? [¿Qué haces?] —reclama. Jimin frunce el ceño ante el tono de Jungkook.

—Oturmak. [Sentarme] —responde como si fuera lo más obvio. Jungkook hace una mueca extraña y se mueve ligeramente. Todos guardan la respiración con un jadeo profundo cuando le señala el espacio disponible a su lado en su taht.

Jimin lo ve pasmado.

Desde tiempos antes de Osman; nadie, mucho menos un omega, podía sentarse en el taht del regente del imperio. Esas costumbres llegaron hasta las raíces reales de la familia Hasmet y el castigo era severo para cualquiera que osara siquiera intentarlo.

Recordando en tiempos oportunos sus lecciones de la dinastía tuvo como consecuencia que su boca se sintiera seca.

Cuando Jungkook ve la duda en Jimin, decide jalarlo un poco más hasta que el omega no tiene más opción que bajar a su lado. Jimin puede sentir la incomodidad de las piedras finas y el oro bajo sus muslos.

Los rostros de los miembros del consejo tenían mucho que expresar, pero el nudo en su garganta por lo acontecido los calla.

Jimin siente un cosquilleo en su lado contrario, encontrando los ojos impasibles de Belma sobre él. Su boca dio una curva ligera; pero al igual que la tranquilidad pintada en el rostro de Namjoon, la madre de Jungkook se mostraba con la misma expresión inperturbable a la de un comienzo al juicio.

Belma aparta la mirada después de lo que parecen largos minutos, Jimin sigue su mirada, encontrando a las otras figuras que buscaba.

Los omegas estaban retraídos, con el cuello bajo por las feromonas gamas y la presencia de Jungkook que cada vez se extendía con más fuerza en el aire.

La figura apresada entre los alfas no era más Alexander, sino Emilia. Quien le dirigió una mirada venenosa en cuanto cruzaron ojos; su rostro calmo parecía tener brechas de furia que alteraban su belleza exótica.

Jimin aguantó de nueva cuenta las náuseas cuando volvió a poner atención en la cabeza en medio de todos.

Ese era...

—Nerit ailesi, Allah'ın bana ihanet etme gücünden çok korkmamalıdır. [La familia Nerit no debe tener mucho miedo al poder de Alá para traicionarme] —Jungkook empieza a arremangar su camisa con movimientos lentos. Sin mirar a todos en la habitación ha logrado un frío denso de espacio a espacio—. Kaç savaş kazandım? Hanedanlığımızın ihtişamını onlara kim geri verdi? Ve yine de ihanet etmeye cesaret ediyorlar! [¿Cuántas he ganado y perdido? ¿Quién les ha devuelto la gloria de lo que era nuestra dinastía? ¡Y aún así osan traicionarme!]

Jimin vuelve a mirar por tercera vez la cabeza, el miedo empezando a disminuir junto con el asco.

Khan Nerit... el padre de Emilia.

Sus ojos se vuelven a la mujer al centro.

—"Los mellizos no te serán un problema, Andrea no es más que una noble con cabeza hueca y Alexander prefiere ser parte de su sombra. Bruno es inteligente, pero no más que Emilia".

Las palabras de Ali Yilmaz llegan a sus oídos con claridad rotunda.

—Ha sido la más educada".

Sus manos se aprietan hasta causar heridas por sus uñas que empiezan a enterrarse en la palma de su mano.

—"Por supuesto que lo es, pero te aseguro que es la persona con más deseos de matarte".

El recuerdo de Jabir le palpita en la boca cuando empieza a saborear la sangre en ella. El cosquilleo en su lobo se terminó de confirmar.

La información de la especialidad de la familia Nerit fue entregada a Jungkook antes del comienzo del juicio, resultados de las investigaciones que Jimin había mandado a realizar en cada uno de los omegas.

Jimin le había ordenado a Taehyung que la compartiera con Yoongi en una conversación desinteresada, sabiendo que él le diría a Jungkook.

Todo fue como una ficha de domino a partir de ahi.

Las confesiones contra Alexander Cariporsi le habían hecho dudar. Pero ante la tardanza de Jungkook decidió aplazar el juicio en su espera.

Al final... pudo alcanzar el final que predijo. Las palabras de Azra sólo aseguraron sus planes.

Con toda la familia Nerit exterminada y el consejo en posición frágil.

—Amir, bizim Nerit ailesiyle hiçbir ilgimiz yok! [¡Amir, nosotros no tenemos que ver con la familia Nerit] —los gritos en súplica no tardaron en llegar y abatir la sala.

Eso era cierto, Jimin no sólo había investigado los planes a hacer de las familias de los omegas, así como las mafias. Sino también aprovechó los recursos para poner en lupa cada una de las acciones del consejo.

Aparte de las reuniones ocasionales de juego para jactarse de su posición política ninguna de las familias políticas a los Hasmet tenía algún núcleo de unión. Todo giraba en pos de la competencia por el poder.

Los Nerit habían sido los únicos con un sentido de valentía para ir en contra de los designios y leyes de la Roja.

Y ahora no quedaría nada de ellos.

Un gruñido grave retumba en el aire.

Jimin siente intranquilidad cuando ve la respiración de Jungkook siendo cada vez más irregular, la naturaleza de su omega queriendo apaciguar a la furia creciente a su lado.

—Hürremlerine karşı çıktılar! Bu yüzden onlar da doğrudan bana ve dolayısıyla Ala'nın arzusuna gittiler! [¡Han ido en contra de su hürrem! Por lo que también han ido directo hacia mí, y por lo tanto al deseo de Alá!]

La inclinación de cuellos con glándulas al aire vuelve a surgir ante el avistamiento de los caninos entre las palabras de Jungkook.

—Amir, sana yemin ederim ki, yaptığım her şey, bulunduğum her şey senin yanında olmak! [¡Amir, le juro que todo lo que he hecho, todo lo que sido es para estar a su lado!] —Jimin frunce los labios cuando Emilia se lanza al frente, la desesperación en su rostro y el olor ácido que exhalaba le estaba empezando a molestar cada vez más—. ¡No he mentido cuando presenté una acusación entre la traición de uno de sus bajás y Alexander Cariporsi!

En un momento de tensión reñida toda la atención de culpabilidad del consejo se ve arrastrada por un nuevo foco de carta de salvación. Jimin casi suelta un bufido cuando ve las intenciones de la mujer.

—Bajá —la voz de Belma resuena después de mucho tiempo, su dedo se mueve con impaciencia sobre los antebrazos de la silla. Lo que causa una sensación intangible de dominación en su pregunta—. ¿Cómo respondes?

Jimin endereza la espalda mientras se prepara para interceder por el alfa, pero la voz seria y fuerte de Azra aparece antes de que pueda decir algo.

—El jove Alexander Cariporsi es parte del harem de amir y yo soy parte de las bases de este clan, mi lealtad hacia las reglas de la Roja son antes de cualquier omega. Además de una relación política y de estrecho respeto, jamás he pensado en el joven Cariporsi de otra manera, y nunca lo haré —Azra da un ligero vistazo indiferente al omega al fondo—. Las acusaciones son falsas, no hay nada que comprobar.

Jimin se relaja de inmediato, un suspiro aliviado deja sus labios en casi un susurro.

Trata de mantener un rostro impasible incluso cuando siente el peso de la mirada de Jungkook a su lado.

Le prometió a Azra protegerlo. Confiaba en Jungkook con todo de él, pero no podía meterse en una relación que no era suya. La lealtad a su gente estaba en los primeros puestos de priorización en sus valores. Y así siempre sería.

Jungkook relame la piel interna de su boca, sus ojos viajan de arriba a abajo mientras estudia al omega.

Para este punto no había ni un milímetro de piel y desconocimiento en actitud que Jungkook no conociera de Jimin. Era tan legible para él en cuestión de actitud, pero decidió respetar la privacidad que aún le quedaba lejana a él.

—Mi bajá ha hablado. Yo he confiado mi vida en ellos así como ellos confían la suya en mí. No hay nada más que probar —finaliza Jungkook con un gruñido que no permite objeciones. Jimin vuelve a respirar tranquilo cuando el alfa no insiste más en el tema.

—¡Amir! —la voz de Emilia resurge cuando se ve atrapada entre el fracaso y perdición de su plan. La imagen de su padre en el piso sólo hace que sienta su mente hundirse más. Rodeada por la desesperación que le llena no tiene mas opción que tomar cualquier medida y palabra para librarse de lo que sería una cruel muerte. Por los ojos del omega castaño sobre ella, no sería una promesa en vano—. Soy fiel a mi dinastía, a mi clan... ¡Le darė muchos hijos! ¡Todos alfas!

Ante esas palabras, el tema de un heredero renace entre las lenguas del Öğüt como un mar de necedad para mantener la mira en un punto lejano a su derrota. Murmullos mostrando la necesidad de un bebé nacido se despiertan entre las telas negras.

Jimin capta de nueva cuenta la distracción que quiere traer Emilia.

—Konuşmaya nasıl cüret edersin? [¿Cómo te atreves a hablar?] —murmura entre dientes interrumpiendo a todos. Cuando se incorpora del taht para caminar al centro sus pasos resuenan en un silencio frívolo, todas las posturas negras se revuelven entre sí—. No hay futuro para ti, no mientras Jabir esté en el hilo de muerte y tú no.

La omega aprieta los labios hasta provocar sangre y su mandíbula tiembla por el desagrado también expresado en sus ojos verdes. Jimin casi puede sentir la oleada de odio en cada respiración pesada que daba la omega.

—Entraste aquí como un falsario, no importa cuántas joyas ostentes y cuánto alzas la cabeza... siempre serás un omega de sólo nombre —Emilia se aseguró de susurrar las palabras entre el espacio entre ellos, su cobardía le acompañaba hasta en el veneno de sus palabras—. Estás podrido.

Jimin estira los labios ligeramente. Ah, furia. Antecediendo a la negociación le sigue la etapa de desespero.

—La última persona que me dijo eso terminó desterrado a la vieja propiedad de los Hasmet, sin ningún apoyo de su lado lo hundí desde lo más alto, volviéndolo a lo que es ahora —Jimin se inclina en el oído de la mujer mientras los alfas que la sostienen la agarran con fuerza de la cabeza—. Tu madre, tus hermanos, hermanas, tus primos y primas... serán decapitados y empalados frente a ti. Sabiendo que serás la ultima te encerraré con el resto que quede de ellos, pudriéndote a la par con sus cadáveres —Emilia empieza a temblar cuando las feromonas de Jimin se sobreponen sobre las de ella—. Cuando Jabir regrese a mí y estés en tu último punto de cordura, dejaré que coma lo que hayas dejado de tu cuerpo... alcanzarás la muerte deseada y sólo Alá sabra cómo lidiar con tus pecados una vez que estés ante él.

Los ojos de la omega se tiñen de rojo a medida que solloza con gritos ahogados que zumban en los oídos de todos. Su cuerpo se voltea en movimientos violentos para zafarse del agarre que la apresa.

Una palidez fantasmal empieza a mostrase en todo miembro del Öğüt cuando la mujer es arrastrada junto la cabeza de su padre en sus brazos.

—Allah seni göz önünde bulunduruyor. [Alá te tenga en su consideración].

El silencio comienza de nuevo.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Jimin cuenta en su mente mientras gira el anillo esmeralda, deja que las aguas temblorosas del momento se apacigüen entre los susurros del mar de burkas frente a él.

Amir...

Ah, ahí estaba.

—Amir, sus palabras son ciertas. Siendo traidores o no la justificación de sus acciones jamás será perdonada. Sin embargo; si existe la urgencia de herederos.

Y así como una pequeña flama en un sombrío bosque... el incentivo se volvió un incendio abrasador.

—¡Su hermano Hoseok también ha renunciado a tener hijos! ¿Qué esperanza queda para la continuación del imperio?

—Es urgente que pase su próximo celo con los candidatos que quedan. Buscaremos a otro que sustituya a Emilia, no habrá errores esta vez.

Yoongi tuerce la boca amargamente. Estando en el centro de la habitación podía ver con más claridad el círculo de capas negras a su alrededor.

Todos los ojos estaban en Jimin, nadie lo volteaba a ver a él.

La única opinión que importaba era del alfa más fuerte aquí.

Como yeguas que crían, no importaba cuánto se esforzara en apoyar por la dinastía. Si no podía tener un bebé dentro suyo, su papel era irrelevante y sustituible en el clan.

Jimin gira la cabeza atrás de él, encontrando toda la atención de los iris dorados sobre él mientras el revuelo continúa.

¿Estaría bien apresar a Jungkook con él en su sufrimiento cuando el que se ve imposibilitado de engendrar es él?

No parecía justo. Jungkook sería un increíble padre. Pero las opciones de madre no eran las mejores.

Cuando toda la tensión recaía en la próximas palabras de Jungkook, Jomin apartó la mirada de él y volvió a buscar a los hatuns en la sala.

Había eliminado a uno. Sería mejor aprovechar la situación para el destierro de otro antes de que todo el asunto gire en su infertilidad.

No tardó mucho en localizarlos en la enormidad de la habitación. Seguían retraídos en su lugar con los guardias rodeándolos.

Cuando ellos notaron la intensidad de su mirada se giraron para ignorar las quejas del Ögüt y prevenir sus futuras acciones.

Alexander rápidamente notó el entumecimiento en su hermana al lado suyo, un olor ligero delataba el miedo que ahora tenía por el foco de Jimin Claire sobre ellos. Y a pesar de que Bruno quiso mantener su postura altiva pudo sentir como su figura flaqueó cuando el omega castaño sólo pasó a observarlo a él.

Habían llegado con esperanzas de mantenerse en lo más alto de la sociedad de élite con la adquisición de un poder ilimitado para su familia por medio de una unión, pero ahora no podían avecinar nada más que la desaparición de sus mafias.

Emilia era de Turquía, su familia era arraigada a la Roja, pero ellos no.

Además de la muerte, la destrucción de sus legados sería lo menos que los Hasmet podrían hacer.

Los antiguos amir de esa familia habían provocado guerras entre países para aprovecharse de la competencia armamentista que les traeria beneficios. Constantinopla, el antiguo imperio Otomano y ahora la Roja sólo eran la misma cara de la moneda, la evolución y el cambio de nombre y sistemas no alteró por mucho su hegemonía. Alexander no tenía en vano su miedo a que Jungkook Hasmet provocara una crisis permanente en sus países si así deseaba.

Sin embargo, la preocupación de una extinción masiva y de su muerte parecía un problema tan minúsculo con el dolor impregnado en su lobo.

Sus ojos seguían volviendo una y otra vez a Azra, en el lado derecho de la habitación junto con el hombre que era mano derecha de Jungkook.

Después de su confesión no había vuelto a ver a Alexander, y alguna parte de él sabía que jamás lo volvería a hacer.

De repente la idea de morir no era tan mala.

—El harem será anulado —la voz dura de Jungkook volvió a sonar entre el siseo de los cuervos negros.

Belma gira la cabeza con pavor hacia su hijo, su mirada severa es ignorada por Jungkook. Todos los miembros se ven entre sí con expresiones igual de escandalizadas.

Ningún sultán, ningún amir y ningún regente suyo había pedido tal cosa en milésimos de años.

La creación de un harem podía ser una idea renuente para los más jóvenes al llegar al poder, pero siempre había terminado existiendo uno por las necesidades naturales de los alfas de tener posesión.

Lo que pedía Jungkook ahora, era casi, y exageradamente, imposible.

—No lo será.

Todos giraron en automático su cabeza hacia el otro extremo de la sala, con un movimiento que podría considerarse casi cómico si no se tratara de la situación de ahora.

Jimin tenía una postura tranquila y neutral, su rostro de piedra permaneció incluso cuando Jungkook se levantó del taht con una expresión helada.

En sus ojos dorados se mostraba la perplejidad que sentía. Incluso Belma y los demás alfas quedaron entumecidos en sus asientos.

—Como encargado del harem hago la solicitud de la eliminación de estos miembros con excepción de Alexander Cariporsi y la reincorporación de hatuns nuevos de mi elección.

—Başvuru reddedildi. [Solicitud denegada] —brama Jungkook con una dureza que hace temblar a todos.

—Yo soy quien tiene control del harem, amir —responde Jimin con el mismo volumen—. No usted.

Namjoon observa de inmediato desde lejos el cambio en las feromonas de Jungkook. No estaba feliz. Era cuestión de tiempo antes de que explotara.

—El juicio ha terminado. Y hago una orden para una reunión privada con su hürrem —finaliza el gama con gelidez—. Los omegas saldrán del país mañana por la mañana, y el tema del heredero será nuevamente conversado hasta que termine de hablar con mi mate.

Jungkook da una inhalación profunda mientras trata de calmar su mente.

Su vista se mantiene sobre Jimin, ignorando el descontento de su madre a un lado suyo.

Namjoon y Azra se empiezan a posicionar para el seguimiento de órdenes cuando Jungkook mueve un dedo hacia ellos.

—Dışarı. [Fuera].

════ ∘◦❁◦∘ ════

—¿Un nuevo harem? —la voz de Jungkook es dura, justo como Jimin esperaba que fuera—. ¿Es eso lo que quieres?

—No es algo que deseo, pero he estado meditándolo por mucho tiempo. Es la mejor opción para...

—Klan için, ailem için veya kendim için en iyi seçeneğin hangisi olduğu umurumda değil! [¡No me importa cuál es la mejor opción para el clan, para mi familia o para las tradiciones!] —le interrumpe Jungkook mientras camina hacia él, sus pasos fuertes resuenan con el vacío de la sala.

—Ses tonunuza dikkat edin. [Cuida tu tono] —Jimin no muestra ninguna expresión a pesar de que su cuello arde por inclinarse y su respiración tiembla. Jungkook aprieta los dientes y toca el puente de su nariz con frustración.

—Cada vez que pienso que en predecir tus acciones termino en un círculo inminente de fracaso. Eres necio y obstinado, el omega más pertinaz que he conocido —Jungkook relaja sus músculos y se acerca con más tranquilidad hacia el omega—. Aún estoy preguntándome si eso me causa problema o aún más deseo por ti.

Jimin suelta un bufido mientras niega con la cabeza. Jungkook lo toma por los brazos y lo pega hacia él.

—Çocuklara ihtiyacım yok. [No necesito hijos] —le susurra el alfa mientras acaricia la piel de su cuello, del lado donde el cubridor opaco no se muestra más.

—Pero sé que los quieres —Jimin toma su mano y la aparta de él. A Jungkook parece no gustarle la limitación de contacto.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque lo siento, cada día que el vínculo se hace más grande puedo sentir eso viniendo de ti. Mi lobo me pide responder a la siguiente face de acoplamiento y responder a los deseos naturales de mi alfa —Jimin chasquea la lengua mientras hace espacio entre él y Jungkook—. Algo que no puedo dar.

Jungkook no responde a eso, un entendimiento intangible se cubre sobre ellos.

Jungkook vuelve a caminar hacia Jimin cuando la puerta se abre con fuerza. El alfa voltea y su ceño se frunce.

—He dicho que nadie puede entrar —gruñe hacia las tres nuevas personas que irrumpen en la habitación.

Jimin inclina su cabeza, su postura vuelve a ser la misma de antes al ver a Bangchan y Namjoon en una posición de cansancio. Al parecer hubo un pequeño conflicto entre ellos antes de que los dos se mostraran aquí.

—Le he dicho que no podía entrar. Pero me ha ignorado —Namjoon bufa mientras observa con enojo al alfa de cabellos dorados.

Jimin se detiene un momento en observar el folclor en el brillante traje verde y los zapatos esmeraldas que reflejan la luz que pasa a través de los shebekes antes de darse cuenta de la presencia del médico familiar de los Hasmet, el doctor Elak.

Bajo y regordete como siempre ha sido, se muestra detrás de los dos alfas que siguen en posturas de pelea.

Bangchan tiene un fuerte agarre sobre la camisa del beta que no hace nada para tratar de librarse de tal acto de grosería.

—He dicho que mis asuntos son urgentes. Más que cualquier reunión caprichosa que haya podido exigir Jungkook para tener a su omega encerrado como él.

—Su título es hürrem, viejo inglés —Namjoon espeta con ojos fríos.

Bangchan da un bufido y avanza hacia ellos, dejando a Namjoon atrás. El moreno no avanza cuando Jungkook le da una seña para que deje ser a Bangchan.

Jimin abre los ojos sorprendidos cuando el hombre lanza con violencia al anciano hacia sus pies.

—Habla —dice Bangchan mientras sacude las mangas de su saco. Jungkook mira con severidad a su amigo antes de poner sus ojos sobre el pequeño beta tembloroso.

La preocupación de Jimin se agranda cuando el doctor no dice nada. El estado de Jabir es lo primero que viene en su mente, y con eso presente empieza a caminar a la salida para poder correr hacia donde el tigre.

Pero Jungkook lo detiene y lo toma del brazo antes de que pueda dar más de dos pasos. Jimin lo voltea a ver exasperado.

—Ve-Ben... —el médico empieza a temblar mientras sus manos se mueven nerviosas—. Ey Allah lütfen bana merhamet et, amir! [Y-Yo... ¡Oh Alá, por favor téngame piedad, amir!]

Bangchan da un suspiro pesado mientras voltea los ojos. Sus manos se abren y cierran como una acción que denota nerviosismo. Jungkook empieza a ser más serio al ver a su amigo así.

—Bangchan —advierte impaciente. El otro hombre apenas le da una mínima mirada antes de pasar a observar a Jimin.

—Ha sido engañado, hürrem.

Jimin lo mira raro mientras cruza los brazos, las joyas en sus hombros tintinean al movimiento.

Aprieta el anillo esmeralda en su dedo contra los demás cuando la ansiedad le llena.

—Dime, ¿en qué he sido engañado? —exige con la misma inquietud de la voz de Jungkook.

—Hürrem, usted sufre un cambio de adaptación en su cuerpo, es diferente a otros omegas. —Bangchan da un vistazo breve a Jungkook antes de volver su atención en él—. Es diferente, pero no infertil.

Jimin empieza a sentir su cuerpo entumecerse, el sonido de sus latidos empieza a resonar en el interior de sus oídos. Jungkook da un paso y Jimin puede sentir el aroma de confusión en él y en Namjoon alejado unos metros atrás.

—Hürrem, usted tiene diez semanas de embarazo.

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