Capítulo 16


Una 4x4 color negro se dirigía rápidamente por un camino de piedras. Era experto en lo que hacía. Los errores no existen dentro de su vocabulario, sólo que en esa oportunidad no contó con que el chico a quien había secuestrado se supiera defender. Producto del puñetazo que le dio en el ojo izquierdo, no podía ver bien. Le dolía de sobremanera y la sangre molestaba también su visión.

El chico seguía forcejeando la soga que tenía atrapadas sus manos, pero cada que podía, daba patadas hacia el asiento del piloto y provocaba que su secuestrador se golpeara contra el manubrio.

—¡Quédate quito, hijo de puta!

—Déjame libre, maldito imbécil —dijo tratando de zafar sus manos—. Cuando tenga las manos libres, voy a reventarte a puñetazos.

—Ya lo veremos. ¡Joder! —otra patada y sintió el dolor en su abdomen—. Eres peor que el maldito de tu hermano.

JungKook se detuvo.

—¿Así que estoy aquí por él?

—Tal vez sí, tal vez no.

—¡Me tienen harto!

Comenzó a mover su cuerpo, hasta que pudo ponerse de rodillas. Paso sus brazos por el asiento del piloto y abrazó con mucha fuerza el cuello de su secuestrador. Éste perdió el equilibrio de la 4x4, llamando la atención de algunas personas que deambulaban por ahí.

Tony por fin logró alcanzar la 4x4 y por la manera en la que iba, supo que seguía al correcto. Sacó su celular y marcó a Jimin. Éste no tardó en responder y Tony le comunicó que encontró a JungKook y a quien lo había secuestrado.

El tipo aceleró la 4x4 y JungKook ejerció más fuerza. Pero le incomodaba la soga en sus manos y comenzó a hacerse heridas por la fuerza ejercida. La velocidad era tanta, que, si chocaban, el impacto podría ser brutal. Rápidamente, pensó en los contras que tenía, sobre todo cuando notó que los seguían. En el camino, divisó al final de éste, aquella bodega en dónde una vez quiso violar a Jimin y aceleró. Perdiendo casi la conciencia por la falta de oxígeno, ya que, JungKook lo estaba dejando sin respiración, dio una vuelta rápida y frenó. El menor, por el impacto cayó hacia atrás. El tipo se lanzó del auto cuando lo puso en marcha nuevamente y dejó que este se estrellara contra el frente de la bodega.

La 4x4 se estrelló contra la pared y se volcó adentro, con JungKook aún en su interior.

Cuando se detuvo, quedó estrellada contra un pilar de cemento. Los vidrios se destrozaron y muchos de los pedazos lastimaron a Jeon.

Tony, aterrado, detuvo su 4x4 y corrió hacia el interior del lugar. Escuchó un grito provenir de la arruinada camioneta negra y apresuro sus pasos. JungKook se estaba arrastrando por el vidrio destrozado, con algunos vidrios incrustados en su abdomen, sus manos heridas y sus muñecas ensangrentadas por la soga a su alrededor.

—JungKook —con cuidado, ayudó al menor a salir por la ventanilla, al ver un pedazo grande de vidrio incrustado a un costado de su abdomen—. Tranquilo. Jimin ya viene hacia acá.

—Jimin... Estúpido Jimin —se quejó.

Afuera de la bodega, la camioneta en donde venía Jimin, Hailey, Sugwoon y TaeMin, se detuvo. Otras se detuvieron a su alrededor. El rubio se quedó para darles ordenes de buscar al secuestrador de JungKook, pues supuso que no estaba con Jeon. Los otros 3 corrieron hacia la bodega y el recuerdo de aquel día, invadió a Jimin.

El día en el que casi fue violado en ese lugar y en dónde Hailey lo salvó.

—¡Maldición, Tony! —escucharon a JungKook gritar.

—Está vivo...

El alivio recorrió todo el cuerpo de Jimin. El terror lo abandonó, pero cuando vio el estado de su hermano menor, la rabia, ira y furia lo invadió.

Tenía sangre en varias partes de su cuerpo, pero la cantidad que le preocupó fue la de su abdomen, le ardió el pecho cuando vio pedazos de vidrios incrustados en su abdomen. Tony seguía ayudando al menor, alejándolo de la destrozada 4x4.

Hailey junto a Sungwoon se acercaron para ayudar a Tony y poder mover mejor al menor, pero éste se soltó enojado cuando vio a un perplejo e inútil Jimin, mirándolo.

—¿Es lo mejor que sabes hacer? —le preguntó enojado y adolorido—. Pedazo de inútil, ayuda y deja de mirar... ¡Mierda! —gritó por el dolor en su abdomen y porque comenzaba a marearse—. Siempre me llevo la peor parte. ¡Maldición, haz algo, inútil! —volvió a gritarle a su hermano, quien por fin reaccionó—. Mejor regresaré con Yu y estaré a salvo.

—Lo siento —se disculpó Jimin, ayudándolo a ponerse de pie—, pero no te dejaré regresar.

—¿Y para qué me voy a quedar? Mira cómo estoy —arrugó su nariz, soportando el dolor en su cuerpo—. ¿Terminaré muerto a la próxima? Ni siquiera te importo. ¡Eres un idiota!

—Lo soy, pero no te dejaré marchar —miró hacia la calva, quien se veía preocupada por el menor—. Lo llevaremos al hospital, uno diferente.

—Bien.

—Sungwoon ve con ella y preparen la camioneta —le ordenó Park.

Tanto Hailey como Sungwoon salieron corriendo hacia la camioneta. Tony se paró al otro lado del cuerpo de JungKook para ayudar a llevarlo hasta la camioneta. Taemin seguía afuera en busca del secuestrador junto a los demás hombres.

—Y sí me importas, JungKook —finalizó el mayor antes de que el menor perdiera la conciencia.


***


Esa noche, por órdenes del médico, JungKook paso la noche en el hospital después de que terminaran con todo el procedimiento para curarlo. Jimin reconoció que su hermano menor es fuerte, demasiado. Y lo admiró por ello. Decidió quedarse esa noche para cuidarlo, por supuesto, varios de sus hombres, entre ellos Tony y Sungwoon, se quedaron para vigilar a los alrededores por si es que los atacaran, aunque Jimin supuso que, por esa noche, no pasaría nada más.

Hailey, como era de suponer, acompañó a los hermanos un par de horas, hasta que prefirió acompañar a Taemin y hacer vigilancia en el refugio en el que están. No podían dejar pasar ningún movimiento por alto. No después del secuestro fallido de Jeon.

A las 4 de la madrugada, JungKook despertó, pues le dieron ganas de orinar. Miró a su derecha y vio a su hermano mayor sentado en la silla, con los ojos cerrados. Lo miró atentamente y notó que dormía.

—Inútil, despierta —le habló, teniendo una respuesta inmediata—. Sirve de algo y ayúdame. Necesito orinar.

Sin pronunciar palabra, Jimin ayudó al menor a bajar de la camilla, éste le hizo seña de que recordara la porta suero con ruedas y lo llevara.

Lentamente, por el dolor que aún siente en su cuerpo, JungKook fue avanzando, quejándose cuando, torpemente, Park pasaba a golpearlo con la rueda de la porta suero.

—Al parecer sólo sirves para follar con el rubio y dar órdenes, hermanito —soltó enojado.

Nuevamente, Jimin no le respondió. No caería ante las provocaciones de JungKook o eso trataría.

—¿Qué? ¿desde cuándo tan callado? Siempre tienes algo que responder. No me digas, ¿ahora eres inútil hasta para hablar?

Llegaron al baño que había en la habitación. JungKook le arrebató la porta suero y cerró la puerta una vez que entró al cubículo. Hizo sus necesidades con molestia e incomodidad, descargándose con insultos, por supuesto, cada uno de ellos dirigidos hacia su hermano mayor. Al salir, Jimin lo ayudó de la misma manera.

—Esto es una mierda. Se supone que deberían ser mis vacaciones, pero aquí estoy, herido en un maldito hospital por culpa del inútil de mi hermano mayor —le miró con mucho enojo—. Debí regresar cuando me lo ordenaste, pero no. Fui un iluso al quedarme.

—Suficiente, JungKook —habló finalmente el mayor, irritado y sintiendo mucha culpa por el estado del menor—. Sé que todo esto es mi culpa.

—Te pasarías de idiota si pensaras lo contrario.

—También eres un idiota por quedarte...

—¿Ahora es mi culpa? —se detuvo al quedar de pie junto a su cama—. ¿Es mi culpa el secuestro? ¿también el estar herido en mi muslo y abdomen? ¡Ah! También en otros lugares de mi cuerpo.

—¡Ya sé que es mi culpa! —gritó enojado, pero consigo mismo—. Sé que han ido tras de ti para llegar a mí. Debí cuidarte más.

—Dijiste que no te preocuparías por mí. Cumpliste muy bien eso, pues mira cómo estoy.

—No debí decir aquellas palabras. Debo cuidarte por varias razones...

—¿Cuáles? —le interrumpió—. Porque recuerdo que, para ti, no soy nada. Ni siquiera tu hermano menor.

—Sobre eso —inhaló y exhaló. No estaba seguro si debía confesar lo que estaba a punto de decir, pero nunca fue alguien de guardarse sus sentimientos, al menos no con otros que no fueran su hermano—. Realmente me importas ¿sí? Mentí antes, muchas veces, pero porque correrías peligro. Resulta que igualmente terminaste herido. Estás lastimado, en el hospital y por mi culpa. Supongo que ya da igual esto que te diré.

—Si me dices que me vaya a la mierda, juro que terminarás hospitalizado también.

—Te quiero, JungKook —confesó finalmente—. Te quiero y no precisamente como tu hermano mayor. Sé que está mal, que no debo quererte de esta manera, pero jamás he podido ser más fuerte que mis sentimientos.

—Espera —retrocedió dos pasos y terminó sentado en su camilla, sorprendido—. Para. No tienes que mentir de esa manera.

—No miento. Hay muchas cosas que no sabes y esto era una de esas cosas. Estábamos bien al estar separados. Tú allá viviendo tu vida en Seúl, aunque fuera con otro. Y yo aquí, con mis líos y huyendo de nuestro padre. Pero apareciste, buscándome y con intenciones de llevarme contigo. Esos sentimientos... Luché nuevamente contra ellos, pero siempre ganan.

—Detente...

—No. Ya no lo ocultaré. Querías que fuera sincero. Querías saber quién soy actualmente y te confieso que no puedo ser tu hermano mayor.

—¡Pero lo eres, maldición! —cubrió si rostro—. Mierda... Esto está mal. Eres mi hermano mayor. Pero tú... Por eso te masturbaste esas veces escuchándome o mirándome. Y yo... Maldición. Fui parte de eso.

—No te pido nada, JungKook. Sólo quería que lo supieras. Que entendieras mi indiferencia hacia ti y el cómo lograste vencerme, nuevamente.

—Tengo novio y realmente lo quiero mucho. Además, nuestra madre podría sufrir de un ataque si se entera de esto.

—Ella lo sabe —soltó fríamente—. Hay mucho que no sabes de ella, pero hay mucho de lo que ella sí sabe de mí, incluyendo a nuestro verdadero padre.

—Mientes.

—¿Por qué crees que la odio? ¿por qué crees que reacciono de mala manera cuando se trata de ella?

—¿Qué sabes de ella que yo no sepa?

—Todo. Y sobre tu novio, no te estoy pidiendo que termines con él para tener una relación incestuosa conmigo.

—Entonces, ¿para qué me confesaste tus sentimientos?

—Porque ya no podía ocultarlo, pero no te pediré nada. Sea lo que sea que sientas por mí, lo dirás a su tiempo. Además, no estoy en condiciones de ofrecerte nada.

—Obvio que no, estás con el rubio —soltó con veneno.

—No estoy con nadie. ¿Ya olvidaste que estoy huyendo? Mi vida estará en más peligro desde ahora, por eso... —miró fijamente al menor—. Seré yo quien te lleve de regreso a Seúl.

—¿Qué?

—Dejaré un par de hombres contigo. Te cuidarán mientras me encargo de nuestro padre.

—¿Qué harás? —se levantó de la camilla, olvidando su dolor—. Él te persigue para obligarte a seguir con su negocio. No soy idiota. Soy policía y sé cómo se maneja el mundillo de ese hombre. Tú no puedes...

—Puedo. No he querido que sea diferente... Hasta ahora.

—¿Y por qué te has negado hasta ahora?

—Porque decidiste buscarme, venir hasta acá. Él lo sabe y comenzó a moverse en tu contra para presionarme.

—Soy su hijo ¿no? No podría usarme para obligarte a nada.

—Lo está haciendo. Jamás le importaste en sus negociosos, por eso aquel día sólo me llevó a mí.

—Te secuestró...

—No fue un secuestro. Todo fue planeado... Con ella. Esa mujer que se supone que es mi mamá. Nuestra madre.

—No puede ser.

—Ella me quería lejos de ti, incluso de ella. Me odia, me desprecia.

—Siempre te ha llorado. La he visto derramar lágrimas por ti.

—Ha mentido. Su vida es una mentira.

—No permitiré que hables así de ella.

—¿Querías saber la verdad? Te la estoy diciendo. El secuestro fue planeado por nuestro padre y madre. Él quería enseñarme todo sobre su negocio, pero tú eras un estorbo en sus planes, porque yo no te abandonaría. Entonces, idearon el maldito plan de separarnos. Siempre fuiste su favorito, no, mejor dicho. Al único que ha amado como su único hijo. Tú.

—No quiero escuchar más —derramó un par de lágrimas, pero entonces, recordó las veces en que ella insistía en que su hijo mayor estaba muerto, que no lo buscara, que viviría en sus recuerdos. Que así debía ser—. Mierda... Es nuestra madre. Sufrió al tenernos...

—Para que yo naciera, ella fue violada.

—¿Qué? —miró confundido al mayor.

—Él la violó cuando era joven, al conocerla. Su padre le exigía un nieto y así seguir con los negocios. La encerró por un año y luego ella cambió. Tuvieron una relación muy tóxica y dudo que fuera amor, pero de alguna manera, ella te amó desde el momento en que supo que estaba embarazada de ti. Por eso no dudó en proponerle aquel plan del secuestro.

—¿Ella tuvo esa idea? ¿ella fue capaz de pensar en algo así?

—JungKook, ella era prostituta cuando nuestro padre la conoció. La sacó de ese mundo para hacerla su esposa, pero ella se cansó y al idear ese plan, logró librarse de él, de su pasado, de conseguir un nuevo nombre y nueva vida.

—Pero... Espera —se mareó un poco, así que, se sentó nuevamente en la camilla—. Ella, el secuestro paso años después.

—Conoció a nuestro padrastro antes de que yo tuviera la edad para aprender todo. Nuestro padre permitió que yo siguiera con ustedes un par de años, antes del secuestro. Además, él tenía problemas con sus enemigos y no quería ponerme en peligro... No antes de tener la edad para defenderme.

—Maldición. Jimin...

—Lo siento por decirte parte de la verdad en tu estado, pero así cómo van las cosas, no sé si mañana podremos salir con vida de este hospital. 

Jimin observó la reacción de JungKook. Para él, el menor no había cambiado tanto o quizás sí, pero no quería darse cuenta de esa realidad. De pequeño, su hermanito solía llorar y hacer berrinches cuando le decían algo que él no quería escuchar, pero en ese momento no estaba llorando, ni mucho menos haciendo algún berrinche. Estaba enojado, decepcionado y molesto consigo mismo. ¿Cómo aquella mujer fue capaz de algo así? Le costaba creerlo y eso le dolía, pero comenzó a recordar las veces en las que trató mal a su hijo mayor. Las veces en las cuales prefería abrazarlo a él en lugar de Jimin. Siempre culpaba a Jimin cuando el menor lloraba o se caía, pero jamás se detuvo a abrazarlo o decirle que fue sin querer, que era un juego o algo. No, para ella, su hijo mayor siempre fue el culpable de todo. Entonces, el enojo que comenzó a sentir JungKook hacia ella, fue nuevo para él.

Jimin hubiera preferido no confesarle sus sentimientos al menor, pero ya bastante tenía con huir de su padre, como para tener que huir de lo que siente. Además, con el chico tan cerca, se le hacía más y más difícil ocultar su amor por él. Quizás, lo de su madre pudo esperar un poco más, pero realmente estaba preocupado de si, a la mañana siguiente podrían salir con vida del hospital o al menos, sin correr tanto riesgo.

—Regresemos mañana a Seúl —le soltó JungKook, sacando al mayor de sus pensamientos, los cuales eran relacionados a las posibilidades que tendrían de salir de ahí.

— ¿Mañana?

—Sí. Creo en todo lo que me confesaste. Siempre fuiste malo al tratar de mentir o al menos a mí, por eso te creo. Pero necesito pedirle explicaciones a mamá.

—Pero mañana...

—Por favor, Jimin —lo miró fijamente—. Me queda un mes de vacaciones, no creo poder aguantar el mes completo para regresar y hablar con ella.

—No creo que pueda ser mañana —miró el cuerpo lastimado del menor—. Y tú estado no es precisamente el mejor para regresar.

—Entonces, nos iremos cuando me recupere completamente —se subió completamente en la camilla, se cubrió con la sabana y manta sobre esta.

— ¿Vas a dormir?

—Debo recuperarme ¿no? Para eso tengo que descansar.

— ¿No dirás nada más?

—Tengo mucho por decir, pero me ha comenzado a doler la cabeza.

—Entiendo...

— ¿Vas a dormir en esa silla? —señaló el objeto.

—Sí.

—Ven. Duerme conmigo —le dejó un espacio en la camilla al mayor. Éste no estaba muy seguro en aceptar la invitación tentadora del menor—. Yo sí te veo como mi hermano mayor, así que, no habrá ningún problema.

— ¿Cuándo habrá algún problema si comparto una camilla contigo?

—Cuando yo deje de verte como mi hermano —confesó—, pero si no quieres, puedes regresar a la silla y ya.

JungKook giró su cuerpo hacia la derecha y cubrió su cuerpo con la sábana y manta. No pasaron muchos minutos, hasta que sintió como el mayor pisaba parte de la camilla, hundiendo esa parte y acostándose a su lado. No pudo evitar sonreír.  

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