Capítulo 10


Horas más tardes, en las cuales los hermanos estuvieron evitando tanto como pudieron al otro dentro del departamento, se encontraban en el lugar de la reunión. JungKook no se sorprendió por la cantidad de chicos pandilleros y otros, quién sabe de qué mafias de Detroit. Miraba a su alrededor, preguntándose qué fábrica abandonada sería aquella. Miró hacia el centro del círculo de hombres, viendo a su hermano mayor hablando en voz baja con Hai y Tony, quienes estaban a cada lado de él.

Cuando quiso acercarse y escuchar la conversación, Jimin les hizo una señal a dos tipos, quienes en ese momento tenían agarrado de ambos brazos a Jeon y así evitar que se acercara y no escuchara nada de su incumbencia, según Park.

— ¡Silencio! —gritó Hailey para callar y llamar la atención de los presentes, quienes inmediatamente guardaron silencio, mirando al centro del círculo—. Como se habrán dado cuenta, nos han llegado personas que no fueron específicamente invitados.

Algunos miraron hacia la dirección de JungKook, ya que todos conocían, aunque sea de vista, a los demás, sabiendo de ante mano que ese chico, era alguien nuevo en el barrio. Otros simplemente siguieron prestando su atención a Hailey.

—Estos invitados —prosiguió—. Nos quieren arrebatar nuestro territorio. Como muchos deben saber ya, el cabecilla de la organización que nos visita tiene relación con nuestro cabecilla —refiriéndose a Jimin, quien sólo bufó ya que no le gustaba que se le viera exactamente de esa manera, aunque lo fuera—. Están persiguiendo a nuestro líder y tenemos que defenderlo.

— ¡Escuchen! —tomó la palabra Jimin, a quién todos los presentes miraron—. No quiero que ninguno dé la vida por mí, simplemente necesito que me mantengan alerta. Necesito mantenerme escondido durante un tiempo y el cabecilla invitado no se quedará tranquilo hasta dar con mi paradero, por ello quiero que dupliquen la vigilancia de los puntos cruciales. Para aquellos que trafican, tendrán que hablar con la "retirada" ella es quien maneja todo el tema de las ventas por acá. Irán con Tony y si logran una alianza amistosa momentánea, tendrán muchas ganancias a favor.

Muchos gritaron en forma de celebración por el comentario de ganancias a favor, eso claramente quería decir, mucho más dinero para sus bolsillos.

JungKook sentía tristeza e impotencia de ver hasta donde había llegado su hermano mayor. Sabía que estaba hablando del tráfico de drogas, lo cual siempre resultaba con enfrentamientos entre mafias peligrosas, muertes, sangre, dinero perdido, dinero ganado, aumento de jóvenes y adultos drogadictos, intoxicación por drogas y mucho más. Le dolía ver que JiMin era parte de todo ese mundillo, irónicamente, mundo al cual JungKook iba del bando contrario, luchando para, justamente, terminar con ese tipo de gente causante de tantas muertes.

—MinHo estará al mando del equipo del este. Ya saben cómo es él, así que espero no causen problemas si aprecian sus vidas —prosiguió—. TaeMin estará al frente, como siempre y con los de siempre. Ellos están todos desquiciados, simplemente obedezcan. Los quiero a todos sobrios, sin efecto de ningún tipo de droga.

TaeMin caminó hacia el centro del círculo. Muchos lo conocían como el "rubio desquiciado". No le temblaba la mano cuando tenía que disparar a alguien, mucho menos si estaba bajo los efectos de alguna droga. Otros lo conocían como el novio de JiMin. Otro montón, simplemente como el compañero o putito del cabecilla de "Los demás".

—Nosotros estaremos cerca de JiMin. Seremos su sombra —lo miró de reojo—. Se está moviendo mucha mierda por los alrededores. Tenemos que ser mucho más cuidadosos de lo normal. Y recuerden, a pesar de que somos escoria, cuidamos a los nuestros, a los niños de nuestro alrededor y a las mujeres.

Es cierto que ellos trafican droga de un lugar a otro, pero no vendían su merca en la zona. La movían desde Michigan a otras ciudades, incluso países extranjeros. Su negocio se expandía cada vez más, aunque JiMin no es el cabecilla exactamente de la droga, no, él es el cabecilla de toda gente que estaba a su alrededor, teniendo un acuerdo con Tony, quién tenía contacto directo con "la retirada", siendo ella la jefa de toda la merca que se movía desde Michigan hacia otros lugares.

—Un grupo irá con Tony —Park continúo hablando—. Harán rondas por las noches y días. El grupo que quede en la noche tendrá que estar alerta, ya que se mueven camionetas por las noches. Nos invaden. Hailey será quién ordenará el uso de armas.

JungKook no dejaba de sorprenderse con todas las ordenes de su hermano mayor. Como policía, él siempre quiso escabullirse en ese tipo de situaciones como un policía infiltrado en algún grupo mafioso y saber cómo se mueve todo ello, pero jamás pensó que lo lograría, escuchando y viendo a su hermano liderar exactamente aquella situación. Incluso se llegó a preguntar, cómo es que su hermano llegó a ser el cabecilla de ese lugar, recordando que la calva mencionó que Park jamás había asesinado a nadie, entonces, ¿Cómo logró ganarse el respeto de más de 50 hombres?

Park dio un par de ordenes más, luego dejó a Tony a cargo de todo lo demás. Cuando JungKook vio que su hermano se alejaba del círculo de personas y se dirigía a la salida, se soltó con movimientos rápidos y sorpresivos de los hombres que lo habían tenido agarrado y siguió a Park.

— ¿Te estás divirtiendo, chico policía? —preguntó cuándo JungKook salió por la puerta de la fábrica abandonada—. No perteneces a este mundo, Jeon. Deberías regresar con tu familia, tu pervertido novio y todo lo que tienes allá.

— ¿De quién huyes, JiMin? ¿Por qué necesitas tanta seguridad?

Park miró a su alrededor. No estaban solos y JungKook lo notó. Un par de miradas entre ellos y anticiparon lo que sucedería. Siempre habían tenido esa conexión, desde niños. En ocasiones les salvó de algunos castigos por parte de su madre. No pensaron que después de tantos años de estar separados, esa conexión de sólo palabras y gestos, lograrían saber que pensaba o diría el otro.

—Nada es lo que parece. Ese hombre —el menor no entendió a quién se refería—. Fue bueno conmigo a un sabiendo parte de la verdad.

— ¿De quién hablas?

—El señor Jeon, él me enseñó que mentir estaba muy mal —y lo entendió. Estaba hablando de su papá—. Me gustaba cuando me subía a caballito. Me sentía el dueño del mundo sobre sus hombros. Fue realmente un buen padre, pero ahora está sumergido en la mierda, en el alcohol y seguramente, en la droga.

—Papá... Él siempre te lloró.

—Es extraño que llorara tanto por mí.

—Es normal que un padre llore por el secuestro y perdida de un hijo, ¿no?

—Por supuesto, pero cuando realmente se es el padre de dicho hijo y me refiero a padre biológico.

Poco a poco JungKook iba entendiendo las palabras de su hermano mayor y no, no quería creer en esa posibilidad. No quería creer que su mamá, no era quién él llevaba pensando que era.

—Nunca hizo diferencias con nosotros. Es sorprendente que se casara con una mujer que ya tenía dos hijos, ¿no? Me gustaría agradecerle por darme tanto cariño de niño y por llorar sinceramente por mí.

—JiMin...

—Mi padre y me refiero a mi verdadero padre, me está buscando —miró fijamente a su hermano menor—. Pero me pregunto, ¿Por qué no está interesado en ti, JungKook? Ya que, después de todo, tú también eres su hijo biológico.

JungKook no se caracterizaba por ser alguien lento y no precisamente por movimientos físicos, sino que, siempre lograba pensar rápido las cosas, pero en ese momento, todo se volvió exageradamente lento en su cerebro, incluso el respirar. Analizó un par de veces más las palabras de JiMin, pero no, no lograba entender el significado de todo lo que le estaba diciendo o tal vez, sólo que no quería creer que aquello fuera cierto.

— ¿Nunca te preguntaste por qué no tenemos un parecido con papá?

A pesar de que JiMin sabe la verdad sobre su nacimiento, que aquel hombre quién quiso darle su apellido, pero que no se lo permitieron no era su padre biológico, para él siempre sería "su papá" porque el cariño que él le dio, jamás podría igualarlo aquel hombre que ayudó a darle la vida junto con aquella mujer.

—No tenemos ningún tipo de parecido con él. Ninguno tiene una nariz parecida a la suya o el mismo color de ojos que él. No tenemos nada en común.

—No puede ser... Él es mi padre.

—Por supuesto. Él te crio y a mí, pero no nos dio la vida, chico policía. Nuestro padre biológico es un maldito desgraciado que nos separó desde niños...

—Aquí estás —TaeMin apareció por la puerta. Frunció el ceño al ver a JiMin junto a JungKook, quienes, para su desagrado estaban bastante cerca. Ni siquiera notaron el momento en que comenzaron a acercarse para hablar con el otro—. Tony se pondrá en marcha junto con MinHo. Tú debes venir conmigo.

—Está hablando conmigo —el menor no se dejó intimidar por TaeMin, a pesar de que tenía la mirada afilada hacia él—. Es un tema importante.

—Me importa una mierda tu "tema importante" —ignoró al menor pasando por su lado, agarró la diestra de Park, aunque éste se soltó inmediatamente—. JiMin tenemos que planear lo que haremos. Si ese tipo aparece, tendremos que estar preparados.

—Bien, pero puedo caminar solo, no es necesario que siempre quieras agarrar mi mano.

—La quería sostener, después de todo eres mi novio, ¿no? Es mi derecho.

Jeon volvió a sentir esa molestia hacia TaeMin. La palabra "novio" para referirse hacia su hermano mayor, no le agradaba y no sabía exactamente el por qué. Probablemente creía que Lee no era ni sería un buen compañero para JiMin, a pesar de que comparten el mismo mundo, el estilo de vida, pero no, iba más allá de eso y al entenderlo, sacudió su cabeza, tratando de quitar esos pensamientos.

— ¿Qué? ¿mucha información, chico... Jeon? —el mayor notó lo confundido que estaba su hermano menor, pero él pensaba que era por lo que le contó minutos antes, sin saber realmente los motivos de JungKook. Cuando notó que casi lo llama por el apodo "chico policía" recordó la presencia de TaeMin y los problemas que causaría si se enteraba de la identidad del menor—. Venga, no es tan terrible. Al menos tú ya eres mayor para entenderlo. Yo sólo tenía ocho años cuando me lo contaron.

— ¿Ocho años?

—En serio me importa una mierda vuestro asunto —interrumpió Lee al sentirse completamente ignorado—, pero tenemos asuntos mucho más importantes de los cuales encargarnos, JiMin. Eres el cabecilla, ¿lo olvidas?

—No lo he olvidado —bufó, aun mirando al menor—. Terminaremos luego nuestra conversación, Jeon.

—Pero...

—Vendrán unos tipos por ti, irás con ellos y te quedarás encerrado por el resto del día.

— ¿Eh? ¿tú crees que me dejaré llevar por un par de tipos que no conozco y me dejaré encerrar? —lo desafió—. ¿Acaso ya olvidaste cómo soy, hermanito?

JiMin levantó una de sus cejas y sonrió de lado. Hace mucho tiempo TaeMin no veía ese tipo de gestos en Park, mucho menos en la mirada que le ofrecía al menor ¿Le estaba permitiendo que lo desafiara?

«¿Quién es realmente este chico? ¿Por qué JiMin está actuando diferente? Él no suele ser así, nunca» pensó el rubio.

—Venga, diles a esos tipos que intenten llevarme con ellos.

—Como quieras.

Park silbó y en cosa de segundos aparecieron tres tipos detrás de JungKook. Éste ni siquiera mostró miedo o respeto por los tipos. No eran exageradamente grandes ni musculosos, pero aquellos tatuajes de calaveras, signos extraños (para JungKook) podrían causar algo de miedo en algunas personas, pero no en JungKook.

Miró de reojo a su hermano mayor y éste entendió aquel gesto. Debía ser una broma, porque ellos no le hicieron temblar las piernas ni mucho los huevos por miedo o algo parecido.

El tipo de la derecha se abalanzó hacia el menor con claras intenciones de atrapar el cuerpo, algo más pequeño que el suyo, y así inmovilizarlo, pero Jeon se entrenó para ello y esta vez no se dejaría sorprender ni intimidar por nadie. TaeMin observó cada movimiento del menor, llegando a dos conclusiones; o fue entrenado en la policía, teniendo ese oficio o el chico vivió en la calle y aprendió a defenderse, pero por su vestimenta, descartó inmediatamente lo segundo, sobre todo porque el chico sabe hablar bien y no como algunos de sus compañeros que sí son de la calle.

JiMin no se sorprendió cuando Jeon derribó a uno de los tipos con dos movimientos rápidos, un rodillazo en el estómago y un puñetazo en el rostro.

— ¿Y se supone que ellos cuidarán de ti? —preguntó con burla el menor a su hermano, quien sonrió divertido—. Bueno, quedan dos —miró a los tipos frente a él—. Veamos que tienen.

El de la izquierda sabía que tratar de inmovilizarlo no serviría, por ello se acercó sigilosamente, rodeando al chico, quien mantenía la mirada en él, pero sin olvidar que cerca suyo quedaba otro tipo. Cuando el de la izquierda lanzó su ataque, JungKook logró atraparlo con ambas manos. Habría sido una fuerte patada en el cuello si le hubiera alcanzado. Empujó la pierna con fuerza y se movió. Aprovechó su tamaño y golpeó en la boca del estómago al sujeto, quién por segundos perdió el aire y Jeon lo aprovechó, se posicionó a su lado, con la fuerza suficiente para dejarlo inconsciente, golpeó la sien del hombre.

En sus inicios en la policía, estuvo en algunos clubs de artes marciales, debía aprender defensa personal por el tipo de profesión que tendría en el futuro, pues reiteradas veces estaría bajo peligro o enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

—Entonces, ¿sigues con la idea de encerrarme? Me sé defender, JiMin, no seré un estorbo para ti —comentó después de derribar a otro sujeto.

—Creciste mucho en estos años, ya no eres el "pequeño Kook" —mencionó con una leve sonrisa en los labios, lo cual sorprendió al menor, pero a la vez le brindó calidez a su interior.

JiMin notó que el tipo restante se estaba acercando para atacar por la espalda al menor, así que, en movimientos rápidos, se posicionó entre su hermano menor y el sujeto, quien se detuvo apenas vio al cabecilla enfrente suyo.

— ¿Desde cuándo mis compañeros atacan por la espalda a sus enemigos?

—Desde nunca —respondió con temor en sus palabras. Si había algo que a muchos les causaba temor, era cuando veían la mirada afilada de JiMin, ya que siempre solía mantener la calma en sus ojos y rara vez debía ponerse en alerta—. Lo siento mucho.

—Ya los han humillado suficiente. Llévate a esos dos y ve que se encarguen de sus heridas —ordenó—. Jeon vendrá conmigo.

TaeMin comenzó a sentir cierta intranquilidad ante la presencia de JungKook, sobre todo cuando éste estaba cerca de JiMin o incluso, caminando a su lado como en ese momento. A pesar de que no estaban conversando, el par de miradas que notó entre ellos fue suficiente para mantenerse alerta desde ese instante. Presentía que algo estaba por ocurrir y cambiar entre ellos dos y no le gustó para nada.

Apresurando sus pasos, ya que, no supo en qué momento lo dejaron atrás, se posicionó al otro lado de Park. Carraspeó un poco para hacerse notar, lo cual funcionó y obtuvo la atención de ambos, aunque sólo le importaba la de JiMin.

—Entonces, ¿con qué vamos a iniciar?

—Por ahora —miró al rubio—, sólo nos iremos a nuestras posiciones. Vamos a esperar a que regrese Tony con noticias nuevas y pensaré en el siguiente paso.

—Bien, le avisaré a MinHo y a Hai.

— ¿Dónde se metió la calva? —preguntó JungKook, sorprendiendo a TaeMin por el apodo y por el hecho de que, JiMin no dijo nada ante ello.

—Se está encargado de algunas cosas, ¿Por qué?

—Curiosidad.

—Cuidado y curioseas más de la cuenta, Jeon —soltó el rubio con veneno en sus palabras y cierto tono que no le agradó a Park, ya que, lo miró de reojo.

—Cuidado con lo que estás insinuando, TaeMin —advirtió JiMin, pero no obtuvo respuesta por parte del rubio más que un gesto molesto.

Siguieron caminando, hasta que llegaron a otra fábrica abandonada, aunque esta estaba mejor equipada y con "equipada", JungKook supo qué se venía. Hailey estaba en el lugar con varios hombres y el armamento que vio, le sorprendió.

—Mierda, JiMin —Jeon detuvo los pasos de su hermano mayor—. ¿A eso te referías con que se estaba encargando de algunos asuntos? ¡¿Planeas iniciar una guerra o qué mierda?!

—No me grites —soltó molesto—. ¿Qué esperabas? ¿documentos, conversaciones en santa paz? ¿un acuerdo en un papel o qué mierda, Jeon? Los sujetos que me están buscando, vienen con todo. Les vale mierda si tienen que matar a algunos de mis hombres para llegar hasta mí.

—Pero... esto es una exageración —señaló las cajas llenas de armas. Probablemente, podría encontrar de todo un poco, pero le sorprendió un poco el tipo de las armas. En su mayoría eran de los militares.

—No dejaré que nadie muera por mí. No de nuevo —siguió caminando, pasando junto a su hermano menor.

— ¿Qué quieres decir con "no de nuevo"? ¿ya...ya murió alguien por ti?

—Muchas preguntas, Jeon. Comienzas a fastidiarme.

— ¡JungKook! —lo llamó Hailey—. Ven ayudarme con esto. Sé que sabes y te manejas en esto.

JiMin sabía que Hailey descubrió la identidad de JungKook. Lo vio pelear anteriormente, sabía que ella siempre estaba mirándolos a ambos, sobre todo después de pillarlo de aquella manera, cuando tuvo una erección provocado indirectamente por JungKook y al terminar masturbándose. Ella lo conocía mejor que nadie y era, prácticamente, un libro abierto ante ella. Pero, así como ella lo conocía muy bien, él también la conocía a ella y estaba seguro de que no delataría a su hermano menor, a menos que fuera realmente necesario.

—Maldición —soltó sorprendido JungKook al ver todo el armamento—. Una SIG Sauer P320/M17, una Heckler & Koch MP5, fusil M16, una ametralladora ligera M249 y una ametralladora M240... ¿Cómo conseguiste todo esto? —siguió observando las demás, siendo de otros tipos—. Esto es algo que sólo los del ejercito tendrían. ¿Cómo diablos es que las conseguiste?

— ¿Crees que los militares no son corruptos? ¿Crees que los políticos son confiables? JungKook, el dinero es el poder. Quien tiene más dinero, tiene más control sobre lo que sea o quien sea. Nadie se libra de eso. ¿Cómo crees que algunos traen y llevan la droga sin tanto seguimiento? —sonrió con burla—. Eres inocente, JungKook. Tú mejor que nadie debería hacerse una idea a qué me refiero.

—Tenía una idea de lo que ocurría en ciertos países, sólo que es sorprendente tenerlo frente a mis ojos.

—Pues te debes acostumbrar, porque si sigues junto a JiMin, te podrías enterar de muchas otras cosas —lo miró fijamente—. Hasta que llegue el momento en el que tendrás que elegir de qué lado estarás. 

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