Invierno 5
Recuerda haber soñado aquella conversación que tuvo con uno de sus enemigos, JamnoJen127 en su juego favorito meses atrás. Estaba con los audífonos y comunicándose por el micrófono mientras veía la pantalla, Renjun no era ni la mitad de bueno que Winwin en las computadoras, pero se tomaba 2 horas de su día para jugar todos los días aquel adictivo juego. Era otro día que era vencido por su enemigo y comenzaba otra vez la partida.
— No estoy en lo mío, este chico que te he contado me ha estado siguiendo. Es una molestia total — se excuso con su contrincante, no mentía. Tenia a Yukhei en su nuca prácticamente, cada vez que el alfa conseguía una pista de el de alguna manera le seguía la pista hasta que volviera a desaparecer.
— ¿Tu ex otra vez molestándote? Creo que ya deberías poner una orden de restricción — escucho la voz de su enemigo por los audífonos, era un buen conversador.
— No es mi ex — explico apenado — Nunca paso eso entre nosotros.
— Pero paso algo, es lo que me dices. Si es algo, pues el puede contar como tu ex de alguna forma — le respondió casi en burla, Renjun siempre le decía lo necesario para sacar todo y mantener las cosas en secreto.
— No fue algo así, es un conocido de mi hermano, así lo conocí. Las cosas se salieron de control — Otra vez estaba siendo vencido con facilidad en el juego.
— Me haces pensar que saliste con el amigo de tu hermano, como no fue lo que pensaste le terminaste y el ahora no te deja ir — concluyo el otro, tampoco era que le podía decir que era un maleante con quien se metió su hermano.
— No del todo, pero mas o menos. Sigue sin ser mi ex, yo no saldría con alguien así — le dijo entre risas y se recostó en la silla había sido asesinado de nuevo. — ¿Cómo van las cosas con tu esposo? — cambio de tema rápido, solo quería una charla como un chico normal.
— El mismo problema de siempre — escucho un suspiro cansado de la persona que le hablaba — Es de esos que por ser omega se cree dueño del mundo y que puede controlar a todo el mundo. Es un poco extremista a veces.
— ¿Esta vez que fue? — Renjun se reía un poco, esta vez tenia un poco de ventaja en esta batalla. Sabia como lidiar con ese tipo de personas, vivía con tres.
— Ya no puedo ir a mi restaurante favorito, según no saben diferenciar lo crudo de lo rosado, tampoco traen fresco el pescado que traen avión y se tardaron 3 minutos en traer el plato. — explicaba el alfa por los audífonos casi llorando de lo ridículo que sonaba eso — Tiene mucha personalidad.
— Muchísima diría yo. Ni mis hermanos se quejan así, excepto cuando es dinero. Ahí es otra voz, que falte un billete cuando le pagas y son capaces de apuntarte en las bolas y disparar sin miedo. — Sabia que el alfa se lo estaba tomando como una exageración, pero le decía la verdad
— Estoy seguro que Min seria igual, no lo dudo — le contesto JamnoJen — ¿Tus hermanos no son capaz de apuntarle a tu ex para que se aleje? — pregunto en broma.
— Te aseguro que lo han hecho, pero los mantengo quietos. No quiero problemas. — le respondió entre risas
— Vaya familia, vaya Ex tuyo también.
Despertó al día siguiente, le dolía todo que sabia que podía dolerle y lo que no también. Estaba en la cama del alfa con ropa deportiva nueva, era morada con líneas amarillas. Tenía un yeso en su brazo izquierdo y su tobillo derecho también, vendas y puntos en otros lados de su cuerpo y el alfa estaba durmiendo en una silla de la habitación con una chaqueta encima. Renjun iba hacer un recuento de daño y que podía hacer moviéndose un poco, pero dejo salir un gemido de dolor. Le dolía hasta el alma y eso significaba que no se podría mover mucho.
Todavía no podría escapar, no en esas condiciones donde le dolía hasta respirar. Así que tendría paciencia, llegaría su momento pero todavía no era. Pero pensó en lo positivo, su celo había terminado y eso eran buenas noticias para el. Un problema resuelto, faltaban los demás, no iba tan mal si lo pensaba. Se sentó en la cama a pesar del dolor, tenia que ir al baño y también buscar algo de comida, así que salto en su pie izquierdo al baño.
— ¿Qué mierdas haces? — pregunto el alfa con molestia y medio adormilado, abriendo los ojos.
— Voy al baño, necesito ir — siguió saltando sin importar el dolor
— Que molestia — menciono el alfa parándose de la silla y cargo en sus brazos al omega para llevarlo al baño.
— Gracias, su cambio de tratos conmigo me confunde pero lo soporto. Es realmente util — confeso el chico mientras el alfa se volteaba para darle algo de privacidad
— ¿Que esperabas? Que te dejara así — pregunto el alfa
— Si, aunque no lo parezca parece que yo tengo más experiencia que tú en esto que se llama tortura. Spoiler, La idea es no hacer sentir confortable a la victima y no lo cargas como princesa al baño — dijo el chico totalmente confundido
— Realmente no eres muy inteligente, Me estas diciendo que te siga torturando, cualquiera se hubiera quedado callado y disfrutaría en silencio los pequeños minutos de paz — el alfa soltó una risa.
— No, no. Agradezco que pararan. Solo que me confunden y quiero saber la razón. Si lo se, soy muy imprudente, pensé que eso se noto desde que te conocí. Quiero cambiar eso, pero las palabras salen solas — Renjun se sinceraba, no comprendía a su enemigo para nada. — Se supone que yo te odio y tú me odias.
— ¿Se supone? Estoy seguro que te odio, ¿Cómo rayos pierdes los zarcillos que prácticamente son el precio de una buena casa en un río? — soltó su odio contra el chico.
— Pues paso, la mierda pasa. Tampoco era que quise perderlos, pero cuando se perdió uno pensé que alguien algún día los encontraría y tendría para una buena casa, galletas y una chimenea — el menor dijo casi risueño — eso suena jodidamente bien.
— ¿Si eso suena jodidamente bien? ¿Por qué robaste una pintura de 3 millones de dólares? No pareces de las personas codiciosas — el alfa no mentiría sobre lo intrigado que estaba de ese omega.
— Yo solo sigo órdenes, no pregunto. Lo que hago con mi parte es dejar un poco para mi y donar lo demás — Renjun sintió un poco de vergüenza, era al primero que le decía eso. Los demás nunca preguntaron que hacia con su dinero, era problema de cada uno, pero estaba seguro que lo suponían pero nunca lo juzgaban.
— Robin Hood de los chinos — se burlo el alfa y sintió un jabón golpeando su cabeza
— Obviamente un criminal como tu no lo entendería — menciono obstinado el omega — Para mi eso es suficiente, ganar suficiente dinero para las galletas y para algunas cosas que me conciernen. Lo demás, pues hay gente que lo necesita mas que yo. No vivo tan mal.
— Tu cuerpo dice una historia diferente — enfatizo el alfa, sabía que el omega había sufrido bastante en su vida.
— Eso es lo que vez tu, lo que yo veo son pruebas que sigo vivo. Cada cicatriz es que mi cuerpo esta vivo para poder unir la piel y recuperarse, es un vivo recuerdo que todavía puedo seguir — le dijo el omega orgulloso de cada una de sus marcas — No importa cuanto duela, estoy vivo.
— ¿De que sirve vivir si todo es dolor? — le pregunto el alfa sin entender al omega en lo mas mínimo
— No todo ha sido dolor, también ha existido la belleza y la felicidad en todo esto. Es como un chocolate caliente y galletas en el invierno, el frío te duele pero aun así uno se concentra ese chocolate y galletas que lo hace todo más hermoso — el entusiasmo de la voz del omega lo desconcertó — El vaso siempre esta medio lleno, Wong Yukhei... O debería decir Lucas, es un lindo nombre. El mío es Renjun.
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Me gusta mucho esta historia, recuerden dejar comentarios, me inspiran a escribir mas
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