Invierno 3
Yukhei temblaba por el placer que le producía nada mas oler las feromonas del omega, de verlo suplicar por su piedad y que acabara con el pronto. Podría hacerlo, pero seria tan fácil y le daría lo que el quería; además que no cargaba los zarcillos de diamantes. Dudo, dudo demasiado. Aunque Renjun sabia su decisión desde el principio, el alfa nunca le quito el seguro al arma, se aferraba a esa suposición de que no planeaba matarlo rápido y eso le daba mas tiempo de pensar como escapar de el, podría saber mucho de artes marciales, pero un arma era un arma y no dudaba de la puntería del alto.
— Oye, basta — dijo el alfa sin saber que hacer, dudaba de lo que iba hacer
— Vamos, solo será un momento — suplico el omega, buscando doblegar al alfa
— No estas en tus sentidos, no te voy a violar. No soy de esos tipos — expreso con molestia.
— Te aseguro que si los estoy, así que por favor déjame arrepentirme mañana — suplico de nuevo — Solo, por favor.
— Haces esto es difícil, joder. Después me arrepentiré — el castaño quito el arma de la frente el omega que solo lo abrazo asintiendo bajo sus ordenes.
Renjun suspiro relajándose un poco, al menos viviría por los momentos, lo tenia justo donde lo quería, dándole mas tiempo de poder enfrentarse a el. No estaba en condiciones correctas y con la mente tan clara y si tenia que usar su cuerpo para salvarse, lloraría por eso y no dudaría; después de todo era sexo, luego pensaría que haría con Yukhei. Renjun tenia que sobrevivir, esa era su meta, sobrevivir hasta que sea viejo y regañar a Lu Wei, admirar las pinturas de Chenle mientras tomaban tazas de te, reírse de las ocurrencias que diría Donghyuck y cuidar de Sicheng con el amor de un hijo a una madre. Tenia que soportar un invierno mas y luego la primavera llegaría, siempre se repetía eso, tenia que soportar ese frío infernal hasta llegar a la chimenea de los Lu donde lo recibirían con galletas y un abrazo.
Fueron al hotel donde se hospedaba el alfa, que no dejaba de presionar el arma contra el escondida entre sus ropas; aunque Renjun ni soltaba a Yukhei. Se estaba perdiendo ese olor a nicotina ligado con carbón y ceniza que tenia el alfa, justo como la chimenea en la casa del señor Lu.
— Admite que te gusta restregar esa arma contra mi — le dijo casi en risas dejando besos en el cuello del alfa mientras entraban a la suite del mas alto, dejando sorprendidos a XiaoJun y ChengXiao para luego dirigirse a la habitación del alfa y cerrar la puerta atrás de ellos. Tenia que jugar con el, justo como le había enseñado Donghyuck
— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo mientras te apunto con un arma? — el alto estaba frustrado, no solo sexualmente desde que conoció al omega y quería sentir sus fuertes piernas alrededor de su cadera. Si no frustrado con su actitud, frustrado con su falta de miedo hacia el.
— Ya te lo dije antes, en este momento estoy cerca de tu yugular, con un buen mordisco la puedo romper — Paso lengua justo por el punto exacto donde le indicaba el omega causando escalofríos en el alfa — ¿Qué será mas rápido? ¿Mi dientes cortando una de tus venas principales o una bala? — repitió aquellas palabras de cuando se conocieron.
El mas alto no aguanto mas lo pego contra la puerta y le robo el beso que tenia tiempo quiera probar. Odio que sintiera mejor de lo que esperaba, odio como no podía parar de besar esos dulces labios. Era un beso salvaje, sin cuidado alguno y por supuesto devastador; siendo un claro desastre. Yukhei no quería ser cuidadoso, no quería hacer sentir bien al omega, solo quería calmar sus propios deseos y romperlo si era posible en el proceso. Renjun solo quería tiempo y hacerle creer al alfa que tenía el control de la situación, que podía destruirlo de esa manera. Aunque no lo dudaba, tal vez si podía.
— No me tienes, miedo. Pero después de esta noche eso cambiara — menciono el alfa agarrando al omega por su cabello arrestándolo y luego tirándolo a la cama.
— Creo que este equivocado, claro que te tengo miedo. Solo que no me paraliza como a los demás, solo me hace querer moverme mas — confeso de todo corazón, sabia que el alfa no seria lindo, no lo esperaba y ni quería así. Quería mas razones para odiarlo y temerlo.
No espero esa respuesta del omega, pensó que le mentía. Prefirió pensar eso y siguió con lo que hacia rompiendo la ropa del omega, mostrando cada vez mas de su piel rosada y llena de cicatrices que sorprendió por unos segundos al omega, algunas cicatrices parecían por cortes, otras por calor y una que le sorprendió aun mas fue dos a los costados de su pecho, el omega lo habían electrocutado y aun tenia esa mirada tan pura y juguetona en su mirada. Yukhei quería destruir esa mirada tierna, juguetona de su cara, quería marcar cada pedazo de el como suyo y tener debajo de el al omega temblando y suplicando por el. Cada vez el olor del omega se hacia mas fuerte, casi lo mareaba ese olor a cereza y sauce que desprendía su piel, era embriagador y mas cuando pasaba sus manos grandes sin cuidado por el pecho del chico, con algo de músculos. Renjun no era esquelético, era bien formado y atlético fruto de un arduo entrenamiento que hacia durante su vida. No de esos omegas con cinturas bien definidas y caderas anchas, era músculo firme aunque nunca de manera excesivo sino adecuado a su tamaño, ni hablar de sus piernas, Yukhei se quedo unos buenos segundos admirando sus bien formadas piernas. Lo iba a disfrutar tanto que se le hacia agua a la boca.
Dejo marcas en su cuello y pecho, por todos lados y algunas de manera muy salvaje, para luego volver a sus labios donde se perdía un buen rato sin querer dejando los mas fogosos besos que alguna vez había tenido, adoraba aquellos labios que no le tenían miedo como la mayoría de los omegas y betas con los que estuvo antes. La delicadeza no existía en el lenguaje del alfa y si existiera tampoco le daría algo de ese al chico que le hizo quedar como tonto y robo algo importante para el; sin embargo, había lugares donde se quedaba acariciando mas de la cuenta disfrutando las reacciones que causaba en el bajito de cabello oscuro.
En un momento sujeto las manos de omega arriba de su cabeza con una mano y fuerza bruta, y estaba entre sus piernas. Sabía que era muy habilidoso con sus extremidades y era mejor no tentar a la suerte. Después de un rato se quito su camisa y la uso para atar las manos del omega para su mayor comodidad, quería tocar todo lo que pudiera de la peor manera, solo abrió sus piernas con fuerza después de bajar sus pantalones, no iba por los juegos previos quería disfrutar de ver la cara de dolor del Omega.
Joder cuando Yukhei quería eso, pero también quería disfrutar todo lo que podía, quería probar de arriba a bajo al omega. ¿Cómo seria su cara muriendo de placer? Se pregunto eso mientras dejaba mordidas en sus muslos que podía decir que eran las mejores piernas que había tenido en sus manos alguna vez. En serio no quería que el omega disfrutara, incluso su mirada llena de lágrimas en ese momento y casi vacía lo desconcertó, pero siguió. No debería preocuparse por el, eso se repetía.
— Conste que tú lo pediste — lo dijo con la peor intención posible y el omega se rió con esa mirada tan perdida. — Si quieres que me detenga dilo ya, yo seré muchas cosas pero no un violador
— Esta bien, solo métela — el omega siempre le quemaba de cualquier forma posible y no dudo de entrar de una.
Renjun se lamento un poco de decir eso, la longitud era ridículamente grande para la mierda de alfa que era Yukhei si le dolió. Después de todo también era su primera vez después de mucho tiempo y dolió igual que la primera vez. Estaba seguro que si no fuera porque estaba en celo y producía bastante lubricante natural en ese momento le hubiera desgarrado. No pudo evitarlo, un gran gemido de dolor salio de su garganta y salieron lagrimas de sus ojos. En serio Yukhei quería ver su mirada llena de dolor y solo consiguió al omega con la mirada vacía, sin emitir un sonido después de ese gemido desgarrador y las lágrimas caían solas mientras veía un punto en la pared, casi como una muñeca rota, eso era lo que tenia bajo de el.
Renjun solo se repetía esas palabras "Tienes que sobrevivir" incluso cuando los recuerdos llegaban a el de nuevo, aquellos que había fingido que no existían. Recordaba aquellos brazos sosteniéndolo mientras la sonrisa mas horrenda estaba posada sobre el y el frío entraba a la casa por tener la puerta abierta mientras un beta entraba a el sin ni siquiera haber pasado por su primer celo. No importo cuanto grito, no importo cuanto lucho, se turnaban con la misma sonrisa, diciendo las peores cosas que pudo haber odio mientras su cuerpo se enfriaba lentamente. En un momento su garganta estaba tan dañada que ya no podía gritar y solo llorar, sentía la sangre correr por sus piernas junto con el semen de los demás betas mientras que el alfa no dejaba de abusar de el, el que era causante de sus pesadillas y conocía bien, incluso casi al punto de morderlo sin no fuera por Lu Wei que lo golpeo con una lámpara de la casa.
El alfa se detuvo, sabia que algo no esta bien. Aquello era mas que miedo, era un pánico, un estado de trauma despertado en el menor que temblaba pero no decía nada mas que llorar de la forma mas dolorosa posible. Dolía, quemaba, se sentía caliente y tan frío a la vez que Renjun no sabia que hacer.
— Termina con esto — pidió, el omega no sabia si era con su vida o con lo que estaba haciendo el alfa. Quería sobrevivir pero el dolor era tan grande, el frío era tan grande que temblaba del solo recuerdo. — Por favor, YaoCheng — dijo casi en un hilo de voz atrapado en sus recuerdos, temblando.
Yukhei solo salio con cuidado del omega abrazándolo, sin saber porque lo hacia. Estaba odiando que el no era el causante del pánico del menor, estaba furioso porque alguien había abusado del omega al punto que estaba teniendo un ataque de pánico en sus brazos en ese momento, pero sobre todo Yukhei estaba molesto por el simple hecho que no entendía que era lo que estaba haciendo, debía estar feliz del sufrir del chico y no lo estaba disfrutando ni un poquito. Se quedo ahí cubriéndolo con la sabana de la cama y abrazándolo hasta que el omega se durmió, no pregunto nada solo se levanto, se coloco su ropa y salio a la sala llevando su mano a su cara.
— ¿Qué mierdas acaba de pasar? — se dijo mientras cerraba la puerta.
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Lo se, que mierda acabo de escribir? Dios ellos estan tan mal. pero esa es la historia entre ellos. Meperdo nan
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