Invierno 2

Ahí estaba el alfa a unos cuantos pasos de el cerca de la orilla del Río Han, había visitado ese lugar porque quería verlo antes de irse a una tienda a comprar supresores y volver al hotel con Winwin. Pero ahí estaba con una sonrisa como un niño que abría su regalo de navidad, su cabello corto a los lados como lo recordaba y castaño como siempre, varias perforaciones en su oreja y dos en su ceja derecha, alto como un poste y ancho como un gorila, con cigarrillo en su boca como el gangster que era. Comparado a el se veía como un duendecillo, siempre pensó que su baja estatura era algo lindo a diferencia de Chenle que vivía en plataformas de todo tipo.

— No sabes cuanto te he perseguido estos 4 años, precioso — confeso acercándose el alfa y el omega retrocedió unos pasos manteniendo la distancia, nunca bajando la guardia.

— No realmente, no — contesto con seriedad, ni tenia puta idea de cuanto lo había perseguido.

— Siempre tan interesante y tan distinto a los tuyos — le respondió con una sonrisa — No fue fácil buscarte, tuve que sacar mas de unas tripas por ti.

— ¿Eres brujo? — pregunto confundido el omega, había escuchado de gente en el sur que sacaba tripas a los animales para ver el futuro — ¿En serio las tripas de animales pueden decir el futuro?

— ¡No soy brujo! Asesine a unos tipos en el Cairo que oyeron adonde se dirigían tus amiguitos y tu — expreso casi molesto por la manera que el chico se tomaba todo literal y no se tomaba en serio la situación, el omega no le tenia miedo y eso era lo que mas le molestaba.

— Oh, ya entiendo. Eso tiene mas sentido, disculpa mi ignorancia — hizo una leve reverencia que dejo perplejo al alfa para volver a ponerse en guardia — Aquí me tienes después de un tiempo de búsqueda que pudiste aprovechar para terminar de conquistar y hacer los cimientos de tu red criminal en Shanghai; de esta manera te vuelves mas rico e intocable, los malgastaste en una venganza en un omega que solo tuvo suerte. ¿Cómo te sientes al respecto sobre eso?

El alto apretó sus puños, después de todo el omega se seguía burlando de el y empujándolo. Cuanto lo odiaba el alfa, cuanto quería picar cada pequeño pedacito de el hasta que se diera cuenta que debía tenerle miedo y borrarle aquella tonta sonrisa del rostro.

— Te matare — dijo furioso el alfa sacando su pistola.

Renjun estaba sorprendido, no espero que sacara un arma en un lugar público donde se podría acercar gente en cualquier momento, pero era Yukhei de quien hablaba y ya muchos sabían el odio que el alfa le guardaba. Pensó unos segundos que hacer y que opciones tenia, porque definitivamente no podía atacar en ese momento, sus piernas se sentían débiles y su respiración se agitaba, por eso iba por supresores. Renjun estaba en celo, no podía ser en un momento mas importuno. Si, Renjun había esquivado mucho la muerte desde que se salvo en el carro de la tormenta de nieve que mato a sus verdaderos padres, se salvo de vivir solo en un orfanato frió en Jilin, se salvo de una vida atada a un alfa que solo la tomaba por venganza, de morir por Yukhei y ni contar las veces que estuvo al borde la muerte junto a los que ahora consideraba sus hermanos.

Renjun solo recordaba las palabras de su madre ese día en el coche "Sobrevive, Renjun, Sobrevive por tu madre y tu padre", recordaba las palabras del paramédico que lo envolvía en una malla térmica para salvarlo de la hipotermia "Tienes que vivir, tienes tanto por hacer", las palabras de Lu Wei mientras lo abrazaba después de correr al alfa y los betas de su casa y pelear con ellos "Tu eres el verdadero milagro, así que tienes que vivir idiota. Vivir hasta que seas un viejo gruñón como papa y pegarme con un bastón por el mal hermano que fui durante toda mi vida". Renjun tenía que hacerlo, no importaba el frío o el dolor, tenía que sobrevivir. Así que con su mano temblorosa hizo lo mas estúpido y doloroso que se le ocurrió, el rezaba que funcionara, creía lo que decía Winwin. El celo pone débiles a los omegas, pero también a los alfas y betas.

El omega temblaba pero este solo camino al frente como si nada agarrando su pistola y colocándola en su frente sin miedo alguno con una sonrisa, liberando aun mas feromonas de sauce y cereza que tanto sacaban su lado más primitivo. Podía ver el sonrojo en sus mejillas y esa sonrisa que estúpida que coloco justo después de pasar su lengua por sus labios. Renjun les había enseñado algunas cosas a sus nuevos amigos y ellos también le enseñaron un par de cosas. Como que el celo podría ser un arma de doble filo si sabía utilizarlo muy bien.

— Vamos, dame un disparo. Será mejor morir a que me utilices como tu quieras en este estado —Tenia que jugar la única carta que se le ocurrió en el momento. — Vamos puedes follarme, te lo suplico.

Renjun tenía miedo de revivir esos recuerdos, pero tenía más miedo de morir. Ni siquiera sabía que estaba haciendo, si era por la desesperación por el calor que corría por sus venas o una mezcla de ambos. Igual no tenia muchas opciones, su arma la había dejado en el hotel y ni tenia la suficiente fuerza para dar un buen golpe con rapidez para quitar esa pistola de su dirección, tampoco podía subestimar a Yukhei creyendo que nada mas con una patada lo iba a vencer de nuevo, el mismo truco no funciona dos veces. Tenia que aferrarse a la biología misma de sus cuerpo, a que sus feromonas hicieran efecto en el alto y lo dejaran tan débil como el, que su mente fallara como la suya en ese momento. 

Renjun tenia que creer que eso funcionaria.

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