Investigación
Todo fue un desastre. O eso es lo que parecía.
Mi papá se dedicó a amenazar a la directora y a toda la institución, si yo llegaba a sufrir algún tipo de acoso de parte de Tania, de su familia, de mi salón, de Camilo...
La pobre mujer estaba tensa. Se veía más vieja que nunca con cabellos despeinados, y suspiraba todo el rato.
Yo me entretenía mirando toda la oficina, que ya conocía. Había perdido muchas clases por regaños de años anteriores. La alfombra sequía descosida en la esquina cercana al escritorio de madera oscura. La biblioteca a la izquierda seguía teniendo ese rayón feísimo -que habíamos hecho Enmanuel y yo en séptimo grado cuando nos hicieron esperar una hora solos, nos aburrimos y lo mejor que se nos ocurrió hacer fue lanzarnos el pesado cenicero de piedra de la directora-, que le quitaba bastante valor al mueble.
Y los tacones de la directora seguían pareciendo muy pequeños para sus pies. Ella llamó al psicólogo del colegio, para que tomara nota de todo lo que teníamos que decir, al igual que una secretaria.
― Señor Uribe. Hablemos en privado mientras el señor Cárdenas le hace algunas preguntas a su hijo.
Me apretó del hombro con fuerza.
― Mi hijo no va a ninguna parte sin mí.
Me levanté.
― Puedo responder preguntas, no tengo miedo de demostrar que soy inocente de todo este peo.
Seguí al psicólogo a una oficina cercana. Una más pequeña y mucho menos elegante, con un par de sillas, un sofá y un sillón, donde me invitó a sentarme.
Puso su teléfono en la mesa e invitó a dejar el mío allí, para evitarnos distracciones. Simplemente dijo:
― A ver... comienza desde el principio.
Y algo me obligó a decirlo todo. Todo. Desde la caída hacia el pizarrón y las burlas de ese día. Luego mi trato hacia Violeta. Y la confesión. El enfrentamiento con los ladrones. Las fotos de Tania en el teléfono de Enma. Su amenaza sobre el aborto. Sus fotos repartidas a los contactos del salón. El regalo de navidad de Vio. Y cuando encontré el teléfono de Tania en mi bolso.
Me miraba sin hablar -a menos que dijera alguna cosa que no entendió y me pedía contarlo con más contexto- juntando las yemas de ambas manos frente a sí. Tenía las cejas muy alzadas y su frente eran tres arrugas profundas que terminaban de resaltar dónde terminaba su cara y comenzaba su cabeza totalmente desprovista de cabello.
Cuando terminé de hablar, tomé agua. No me había acostado ni nada en el sillón.
― ¿Sabes? Me parece todo muy curioso. ¿Es todo?
― Sí. ¿Curioso por qué?
― Porque son bastantes cosas... me ayuda a darme una perspectiva amplia.
― ¡Ah! Mi mamá llamó a la mamá de Tania...
― ¿Sabes qué le dijo?
― No. Mi papá debe saber.
― Después le preguntaré. Ángel ¿por qué me dijiste todo esto?
No entendí, giré la cabeza un poco.
― Porque... ¿debería saberlo? No debería ponerse del lado de nadie ¿no? Decir la verdad es lo mejor.
― Sí. Ser imparcial –sonrió un poco-. Tal vez no todos lo sean, y no todos te crean. Será un poco injusto eso, pero es normal que pase dada la naturaleza del asunto. Hoy ve a casa, te desestresas... No has hecho nada malo. Recuerda eso. ¿Puedes pedirle a tu padre que entre, por favor?
Me detuve en la puerta antes de salir.
― Bueno, gracias.
Él simplemente hizo un gesto como "no es nada". Me quedé con la directora, escuchándola qué bueno era que yo hubiera cambiado y ya no jodiera mucho en clase, hasta que fue momento de irnos. No sin antes dejarle el teléfono de Tania en las manos.
En casa, a la hora de salida, le escribí a Violeta. Ella no revisaba el teléfono en clases y sabía que no leería sino hasta ese momento. Más o menos.
Uber me estás reventando el teléfono 2:14
Lo siento 2:14
Vio envió una nota de voz. Me puse un poco nervioso. En el buen sentido. ¿Habíamos cruzado esa barrera? Me emocioné tontamente al pulsar el botón.
― Fue un día fastidioso... Nos enviaron a dirección. A Enmanuel, Leonardo y Michel para preguntarle algunas cosas sobre ti. Y a mí también.
― ¿Qué preguntaron?
― Lo normal... cómo eres, si fueras capaz de hacer eso y así... Pero fue raro, no sé por qué lo hicieron, dado que escuchamos que el psicólogo le dijo a la directora que tus padres habían hablado con los de Tania. Bueno y me preguntaron sobre ella. Cómo se lo estaba tomando. Yo no supe qué decir, ella tiene mucho tiempo sin hablarme y sin... Sin responderme.
La voz se cortó de manera algo repentina, con una respiración extraña.
― Vio ¿Estás bien? ¿Qué pasa? –dije en otra nota, con un tono más suave de lo que esperaba. ¿Lloraba?
Nada 2:18
No seas mentirosa 2:18
Coño Uber2:19
Anda dime 2:19
Es que no entiendo por qué Tania hizo todo esto 2:21
O qué hizo en realidad 2:21
― Lo que hizo fue meterme en rolo de peo... y ni siquiera te imaginas. –Le comenté, por nota de voz.
No quería decirle que había estado con ella, y el asunto del aborto –seguramente ya había abortado, había pasado un tiempo-. ¿O ella ya lo sabía?
Sentí las venas frías de repente. ¿Y si lo sabía? No. Seguramente no. Vio era tan bebé sobre las relaciones y esas cosas que seguramente habría dejado de hablarme ¿verdad?
¿Y si se enteraba? ¿Cómo haría para que no se enterara? Me sentí sumamente estúpido. Ella y Tania eran amigas. Seguramente sabía.
Sí pero estoy segura que ella busca atención porque le gustas o algo así... 2:24
¡Qué hija de puta! ¿Todo para que sea su novio o volviera a cogérmela? Qué estupidez. La sensación de frío había desaparecido. Me sentí asqueado por tener el impulso de desear pegarle a Tania, pero sentía que se lo merecía.
Me preocupa verla así 2:25
Y que te involucre en mierdas raras... 2:25
Le dije al psicólogo sobre cómo era ella y sus relaciones, daba asta asco coño 2:26
Mira ando tan molesta que escribo mal 2:26
Donde? xD 2:26
― Hasta se dice con hache, Uber –dijo, seguido de una corta risa.
Su voz ya sonaba normal, y eso me alivió. Sonreí para mis adentros.
― ¿Y qué te dijo a ti el psicólogo? A mí me dijo que me creía...
― Dijo que podía meterme en problemas por defenderte y... Bah no, qué estúpido.
Alcé una ceja, reproduciendo el mensaje de nuevo.
― Dijo que podía meterme en problemas por defenderte y... Bah no, qué estúpido.
¿? 2:29
¡Aaaahhh noooooo no iba a enviar eso el teléfono se me pegó y no la pude cancelar! 2:30
X q te dijo eso? 2:30
¡Por nada! 2:31
Me reí. ¿Qué me había querido decir con eso? ¿Que me estaba defendiendo mucho? Me acomodé en mi cama, y al buscar qué imagen pasarle para cambiar el tema, me encontré con una de las fotos que había descargado.
Donde tenía el cabello recogido en dos colitas. Se veía infantil, pero también muy divertida y adorable.
Enfrascado en lo bonita que se veía, tratando de descartar el pensamiento de lo que pasaría si descubre que tengo fotos de ella en el teléfono.
~
Editado el 8 de julio de 2018
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top