«Cuando era un niño

oí una voz

decía que corriese a la tempestad».

Cuando era un niño

le temía a la flama de color azul

a los golpes sin razón

malditos golpes sin razón despiertan demonios ocultos

allá están, viendo como sangro de adulto.

Cuando era adolescente

le temía a los demonios que de niño me acogieron

y a los gritos del mundo

malditos gritos hacen que te derrumbes

allá están, viendo como sangro de adulto.

Ahora soy adulto

le temo al fracaso cuando emprendo

a la soledad también

maldita soledad hace cosas horribles

allá está, viendo como triunfo con mis demonios y mis derrumbes y mi soledad, si se puede.