Amor y otras drogas
Desde aquí te escucho, cómo resoplas tan sutil tu desahogo, cómo clamas con miradas mi presencia, lo han de escuchar allá donde nuestra lengua no se habla aunque si se habla con lengua, perfume exquisito, eso es lo que es, tu suspiro ligero. Sé que amáis reír, ¿y a quién no? También he de amar tu risa como los españoles suelen amar el verano y los niños los dulces, un afán que no se disfraza en carnavales de ira y dolor, ven hermosa mujer, acá, cerca, quiero ver tus ojos marrones apuntándome con inocencia sin igual. No diré que las horas pasan más lentas o que los días se acortan a tu lado, no, más que eso, más que adulación, vengo a decirte que te amo hasta en las mañanas en las cuales tus ojos hinchados me admiran confundida, cuando estés enferma y tu semblante desmejore, cuando de tu boca brote brea hiriente, te amo en el desazón de los días, si, lo hago cada minuto,realmente no creo que leáis estas letras, menos mal, te darías cuenta que suelo ser un cursi sin remedio cuando en ti canalizo mi mente, no es lo único referente a tu persona que me pasa por la psiquis, si eso es lo que buscáis. No hablo de roces y toqueteo, no, sino del grosor de tu carne y lo profundo de tu cuerpo, en cierta fusión de Hannibal Lecter y Benedetti. Buscando manantial de agua espesa, rasguñando lo que de tu boca sale, añorando días contigo, abandonándome a la muerte los días sin ti.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top