9:30pm.

- ¡Sorpresa! -Yoongi le entregaba a Jimin un ramo de flores, a él le gustaban mucho los narcisos, eran sus favoritos.

Era su cumpleaños, y lo iban a celebrar juntos, Yoongi tenía todo planeado a la perfección, irían a un restaurante después de que le diera sus presentes correspondientes, Jimin sabía que era demasiado consentido por Yoongi inclusive a veces llegaba a avergonzarlo, cuando quería ese chico podía ser muy cariñoso.

Jimin se encontraba recostado en su cama y no se esperaba que Yoongi entrará a la habitación que ambos compartían y menos se esperaba el desayuno en la cama junto con un hermoso ramo de narcisos.

- Buenos días -respondió Jimin para después bostezar se sentía muy cansado en esos momentos, había sido un día largo en su trabajo, ciertamente trabajar en un cinema era agotador más con esos clientes fastidiosos que eran unos malditos tercos al pedir sus entradas para cualquiera de las funciones que se presentaban.

Quería renunciar a su trabajo pero sabía que no podía hasta que encontrará uno mejor, quizás en un Starbucks le pagarán mejor, aunque no estaba seguro. Su mirada paso a Yoongi quien se estaba colocando un suéter de color negro, justo el que le había regalado en la navidad pasada. Yoongi trabajaba en una disquera le gustaba todo lo que tenía que ver con la música ayudaba a algunos artistas con las composiciones claro que a veces había problemas allí también.

- ¿En qué tanto piensas? -Yoongi se veía intrigado, la mirada de su pareja le decía que se sentía con mucha frustración, sus ojos mostraban cansancio además de las leves ojeras que tenía.

- ¿Crees qué deba renunciar? -soltó un suspiro.

- Sí quieres hazlo, no creo que haya problema, con el dinero que gano podremos vivir los dos perfectamente, además sí gustas puedes buscar otro empleo.

- Sí, puedo hacer eso.

Jimin miro la bandeja con comida en su regazo, nada de lo que estaba allí se le apetecía, Yoongi le había preparado huevos revueltos, además de que también había una taza de té de jengibre, un par de panes tostados untados con mermelada y también los narcisos, esas hermosas flores amarillas que en ese momento Jimin lo único que quería era aventarlas al bote de la basura. No era que despreciará toda esa amabilidad de su novio, simplemente no se sentía como antes, ya habían cumplido un año como pareja y no se sentía de la misma forma.

Para Yoongi no era diferente, sabía que algo había cambiado entre ambos, Jimin apenas y le ponía atención, usualmente se la pasaba la mayor parte del tiempo en su teléfono móvil escribiendo, o a veces lo ignoraba con el pretexto de que estaba muy ocupado, Yoongi cenaba solo, ya no pasaba por su novio al trabajo como era habitual, ¿para qué hacerlo si ni siquiera te presta atención? Eso siempre era lo que pensaba, no podía hacer absolutamente nada de eso estaba muy seguro.

Vio como Jimin lanzaba cierta mirada a las flores que había colocado allí, tal vez ni siquiera le habían gustado, tal vez en su mente planeaba tirarlas, tal vez y solo tal vez planeaba estar de mal humor todo el día solo para fastidiarlo.

- ¿Te gustaría salir?

- Creo que sería mejor que nos quedemos aquí ¿no crees? -le dedico una sonrisa-. No me siento con grandes ánimos de perder el tiempo allá afuera.

De nuevo los planes arruinados, Yoongi soltó un leve suspiro, entonces tendría que cancelar las reservaciones que había hecho y que tanto le habían costado para ese maldito restaurante al que casi siempre Jimin le rogaba para que pidiese una reservación en ese lugar.

- ¿Estás seguro? Planeaba llevarte a ese restaurante que tanto te gusta. He conseguido una reservación y me gustaría lle..

- Preferiría quedarme Yoon, no tengo muchas ganas de salir a alguna parte, además ese restaurante está muy trillado, al igual que las parejas se regalen flores.

- ¿Eso significa que piensas que es muy trillado que te de eso? -señalo las flores.

Jimin se quedo en silencio, había hablado demás.

- No significa que..

- ¡No! Sí significa. Sabes algo sino te gustaron ¿por qué no me lo dices en la cara Park?

Jimin odiaba que Yoongi se pusiera enojado pero odiaba más cuando lo nombraba por su apellido, eso no lo toleraba ni siquiera a su propia madre, de echo esa era una de las razones por las cuales había decidido vivir solo, no le gustaba que sus padres lo nombraran por su apellido, odiaba como se escuchaba, porque siempre parecía como una forma de regaño y más porque lo mencionaban con enojo, como en ese preciso momento Yoongi lo estaba mencionando.

Con sus mano derecha aparto la bandeja con la comida y agarro el ramo para después incorporarse y levantarse, con la mandíbula apretada se fue acercando a Min Yoongi quien no apartaba la mirada de su pareja se veía decidido a esperar lo que fuera a hacer Park Jimin.

- ¡No me gustan estás malditas flores Min!

Acto seguido las arrojo al piso.

A Yoongi le hervía la sangre, se había esforzado en buscar esos malditos narcisos, por unos instante se arrepintió de haberlas comprado.

- ¿Algo más que no te guste, Park? -recalco el apellido del muchacho frente a él.

- Sí no me gusta la comida, y tú actitud de mierda Min, será mejor que la vayas cambiando, podría golpearte y romperte tu espantosa nariz.

- ¿A sí? ¡Ex boxeador de cuarta, ¿crees qué te tengo miedo?! Pues no lo tengo, Park ¿por qué no te atreves a lanzarme el primer golpe?

Jimin apretó los puños, estaba enojado, pero era consiente de que también Yoongi lo estaba después de todo había rechazado de mala manera las flores que le había dado de regalo.

- A la otra no malgastes tu dinero en cosas inútiles.

- Sí, dejaré de gastarlo en ti.

- ¡Idiota! -le grito Jimin encolerizado, no podía creer lo que había escuchado.

Yoongi se dio la vuelta no quería seguir discutiendo sobre un estúpido ramo, lo importante era que no volvería a darle ningún regalo a ese malagradecido de Park Jimin.

Ese día Yoongi había salido y no regreso al departamento, Jimin se la había pasado llorando todo el día arrepentido por la idiotez que había cometido, pero ambos tenían la culpa.

Esa había sido la décima discusión que habían tenido.

Pero la primera en la que uno de ellos se había ido.


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