Capítulo 7:

Sam me había dejado tirada y me había tocado coger el bus. Llegaba tarde seguro por lo que avisé a mis amigos. Me contenté con mirar por la ventana mientras esperaba a mi parada. Para cuando llegué ya llevaban 10 minutos de clase. Si no tuviese la cabeza sobre los hombros también la perdería. Estaba a punto de entrar cuando oí que me llamaban. El terror se apoderó de mi cuerpo y fui incapaz de moverme. De nuevo aquella voz me llamó. Esa forma tan peculiar de pronunciar mi nombre. Me di la vuelta lentamente y me encontré con Ben.
- Alice. No contestaste mi mensaje - me dijo con tono preocupado.
- Te dije que desaparecieras de mi vida - balbuceé.
- Pensé que si te daba espacio lo reconsiderarías. Fui un imbécil pero de verdad lo siento. Tenías razón. Siempre la tienes. He dejado todo atrás, he cambiado. Lo he hecho por ti.
Había empezado a andar hacia mí y yo aterrada iba retrocediendo pero finalmente me choqué contra la verja del instituto.
- Dame una oportunidad. Puedo mostrarte que no soy el mismo.
Hablaba con una voz muy tranquila y me miraba con una sonrisa. A pesar de ello tenía miedo. Recordaba que mis amigos me habían advertido que no le hiciera caso y que me alejara de él todo lo posible pero me sentía atrapada. Levantó su mano y acarició mi mejilla. Aparté la mirada y noté como las lágrimas se acumulaban en mis ojos.
- No llores, por favor. Sabes que te quiero.
- Déjame.
- Alice, cariño.
- Vete - dije algo más alto.
- ¡Eh, tú! Te ha dicho que te vayas.
- Tranquilo. Somos amigos - contestó Ben.
Todo a mi alrededor empezó a dar vueltas.
- No me suena tu cara. Lárgate o llamo a la policía.
Esa voz...
- Tranquilo, tranquilo. Ya nos veremos, Alice - dijo apartando su mano de mi mejilla.
Cuando se dio la vuelta me dejé caer y traté de normalizar mi respiración.
- ¡Alice! ¿Estás bien?
Empecé a respirar forzosamente y no pude contener más las lágrimas.
- Ey, mírame.
Una mano se posó donde había estado la de Ben. Pero este contacto fue cálido. Cuando me obligó a mirarle me topé con unos ojos plateados inconfundibles. Pude notar que estaba preocupado. Me eché a sus brazos sin pensarlo dos veces y me deshice en un mar de lágrimas. A pesar de mi confusión noté como al principio no sabía que hacer hasta que finalmente me dio un abrazo.
- Está lloviendo. Deberíamos entrar - dijo sin apartarme.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta. Me ayudó a ponerme en pie y le seguí hasta el interior del edificio, momento que aproveché para secarme las lágrimas. Respiré hondo varias veces y cuando entré me quité el abrigo que se había calado.
- ¿Quieres ir a la enfermería? - me preguntó preocupado.
- No, no. Estoy bien. Perdón por el numerito que he montado - dije con una sonrisa.
- No pareces estar bien. Podemos quedarnos fuera hasta que termine la clase.
- Estoy bien - dije aún sonriendo.
Suspiró y siguió hasta la clase. Cuando entramos el profesor nos interrogó.
- Había un accidente por la lluvia - contestó Alex.
- ¿Y usted, señorita Barnes?
Algo atontada me costó pillar la pregunta.
- Venía conmigo - respondió Alex por mí.
Nos dejó sentarnos y me dediqué toda la clase a jugar con mis manos. Alex pareció darse cuenta porque me volvió a preguntar si estaba bien. De nuevo le dije que sí y le sonreí tratando de tranquilizarle. Cuando terminaron las primeras clases me levanté sin decir nada y me dirigí al baño. Una vez allí eché todo el desayuno. Noté que alguien entraba detrás de mí y escuché la voz de Helena.
- ¿Estás mala? ¿Por qué has venido a clase?
Se sentó junto a mí y me sujetó el pelo mientras me acariciaba la espalda.
- Respira. Tú tranquila hasta que hayas echado todo.
Su voz me calmó y me quedé ahí sentada con ella. Entonces la puerta se abrió de golpe y vi a Noah acercarse muy enfadado.
- ¿Ha sido Ben? - preguntó apretando los puños.
Asentí ligeramente.
- ¿Qué? ¿Qué ha pasado? - me preguntó Helena poniendo sus manos en mis hombros.
- Cuando he llegado estaba en la puerta y parecía intentar alejarse de ese tío. No sabía quien era - explicó Alex.
Al parecer él también estaba ahí.
- Todo está bien. Vamos a dejarlo estar - dije poniéndome en pie.
- Así es como empezó todo. No vamos a volver a eso - dijo Helena siguiéndome.
Me enjuagué la boca y me lavé la cara.
- Alice. No nos dejes fuera de esto - me pidió Noah.
- Tranquilos. De verdad, solo ha sido un susto - dije poniendo la mejor sonrisa de la que fui capaz.
- Si se vuelve a acercar tienes que llamar a la policía - me dijo Helena.
- Ya basta. Estoy bien y todo está bien. No va a volver a pasar.
Salí del baño cruzándome con un grupo de tres chicas que se extrañarían bastante cuando viesen a Noah y Alex.

********
ALEX:

Me había extrañado ver a Alice en la entrada y cuando noté que algo iba mal intervine. No esperaba que se echara a llorar en mis brazos. Después solo sonrió y se dedicó a decir que todo estaba bien. Era una mentirosa pésima. Cuando fue al baño y Helena y Noah la siguieron yo detuve a Noah para informarle. Sin decir nada había salido en dirección al baño y entró de golpe. Yo tardé unos segundos más pero si era algo grave no quería dejar de lado a Alice. Aunque me intentaba autoconvencer que solo era una amistad para este curso. La encontré tirada en el suelo con Helena.
- ¿Ha sido Ben? - preguntó Noah bastante enfadado.
Asintió. ¿Quién era Ben? ¿Qué relación tenía con ella?
- ¿Qué? ¿Qué ha pasado? - preguntó Helena también preocupada.
- Cuando he llegado estaba en la puerta y parecía intentar alejarse de ese tío. No sabía quien era - expliqué como pude.
- Todo está bien. Vamos a dejarlo estar - dijo poniéndose en pie.
La vi tambalearse y traté de acercarme pero pasó entre Noah y yo como si nada.
- Así es como empezó todo. No vamos a volver a eso - dijo Helena saliendo también del baño.
- Alice. No nos dejes fuera de esto - pidió Noah.
- Tranquilos. De verdad, solo ha sido un susto - respondió con una de esas sonrisas que no terminaban de ocultar su dolor.
Sabía que me estaba perdiendo algo importante pero lo más preocupante era que ese algo la estaba haciendo daño. Hacía más de un mes que habían empezado las clases y aunque habíamos empezado con mal pie las cosas habían mejorado. Puede que fuera demasiado amable pero había descubierto que así era ella. Aunque también tenía su lado pícaro. Sin embargo, nunca habría pensado que podría albergar tanto dolor.
- Si se vuelve a acercar tienes que llamar a la policía - dijo Helena.
¿La policía? ¿Tan grave era?
- Ya basta. Estoy bien y todo está bien. No va a volver a pasar.
Salió del baño y segundos después tres chicas entraron. Nos miraron algo extrañadas y nos vimos obligados a salir.
- ¿Quién es ese tío? - les pregunté mientras seguíamos a Alice.
- No deberíamos decirte nada - dijo Helena.
- ¿Te has quedado con su cara? - me preguntó Noah.
- Sí.
- Pues si le vuelves a ver avísanos - me respondió.
- Sé que quieres ayudar pero es un tema delicado y no podemos contártelo nosotros - respondió Helena de forma mucho más delicada que su novio.
Asentí.
- Es el ex de Alice y terminaron muy mal. No puedo decirte más pero al menos así puedes entender algo.
- Gracias - murmuré.
Toda esa situación me daba mala espina y sentía que había mucho que no me contaban. Yo era el primero que no les había contado mi secreto así que no esperaba que ellos confiasen en mí tan rápido pero trataría de hablar con Alice. Más adelante cuando se hubiese calmado todo.

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