Capítulo 4:

Fui incapaz de dormir bien en toda la semana y para colmo empecé el Lunes de la peor manera: no pude maquillarme o Sam me dejaba tirada. Al entrar en el insti mi cara de zombie era bastante evidente.
- Anda, ven conmigo que tengo alguna cosa en el bolso - dijo Helena tirando de mi muñeca.
Habíamos llegado los tres especialmente pronto por lo que en 10 minutitos conseguimos arreglar el desastre y volver a clase. Al parecer no estaba abierta así que tocaría esperar al profesor. Alexander estaba apoyado contra la pared con su móvil, como de costumbre. Diane hablaba con Tessa y con Kate, y yo me quedé con mis dos amigos. Aún quedaban diez minutos para el inicio de las clases por lo que Helena y Noah me acabaron abandonando. Saqué mi libro y comencé a leer pero era incapaz de concentrarme. Aún recordaba la conversación con mi madre. Que fuera psicóloga tenía sus ventajas pero tambien sus desventajas. Había intentado que me calmara y viera todo con objetividad. También había insistido en que me disculpara pero aunque quería hacerlo sentía que Alexander se burlaría y volvería a perder la paciencia. Además aún tenía miedo de como podía reaccionar a la bofetada. Habría pasado una semana ignorándole pero eso no era algo que fuese a olvidar como si nada. Estaba concentrada imaginando los posibles escenarios cuando Diane pasó a mi lado chocándose conmigo a propósito. No se me cayó el libro de milagro pero si el bolso. Gracias a dios mi portatil iba en su funda y estaría bien. Pero el estuche salió disparado esparciendo los bolis, y las llaves y la cartera también se desparramaron. Me agaché a recoger todo mientras Diane se reía con sus amigas. Mi mano chocó con otra cuando iba a por las llaves y cuando levanté la vista unos ojos grises se clavaron en los mío. Me quedé atontada unos segundos y seguí recogiendo con su ayuda.
- Gracias - murmuré.
Asintió y sin decir nada se dio la vuelta. Incapaz de controlar mi propio cuerpo le agarré de la muñeca para detenerle. Sorprendido se dio la vuelta.
- Lo... - nerviosa no pude terminar.
Cogí aire y lo solté de golpe.
- Lo siento - dije obligándome a mirarle.
Parecía sorprendido.
- Dije cosas sin tener ni idea. Siento también lo de la bofetada. Si lo que quieres es que te deje en paz entonces no me meteré más en tus asuntos.
Sin esperar a que contestara volví a mi sitio a tan solo unos metros y recé para que mis amigos volvieran pronto. Gracias a dios volvieron segundos después y la profesora de mates tampoco tardó en aparecer. Las primeras horas fueron una tortura y durante el primer descanso nos quedamos hablando en clase. Les había contado en su momento lo que sucedió en el baño y lo de Ian. Ahora les contaba mis disculpas de esta mañana y como me había ayudado a recoger las cosas. El primer descanso solo duraba media hora así que no dio tiempo a hacer mucho. De nuevo otras dos horas de clase de lo más aburridas.
- Me muero de hambre. Vamos antes de que sea imposible sentarse - dije metiendo prisa a mis amigos.
- Alice. Puedo hablar contigo.
Al oír esa voz me quedé de piedra. Me giré y miré a Alexander.
- Sí - susurré.
- Vamos cogiendo hueco - me informó Noah.
Alexander esperó a que se marcharan para empezar a hablar.
- Yo... también lo siento.
Miré a mi alrededor como si buscase una cámara oculta.
- ¿Podríamos empezar de cero? - me preguntó bajando la mirada.
Respiré más tranquila y le tendí mi mano.
- Claro. Soy Alice.
Me estrechó la mano y volvió a clavar su mirada en la mía.
- Alex.
- Bien, Alex. ¿Podrías darme tú número para que te añada al grupo de clase?
Le tendí mi móvil con la agenda de contactos abierta. Apuntó su número y sin esperar mucho le añadí. Estábamos ya en Octubre, llevábamos 3 semanas de clase y le añadía ahora. ¡Más vale tarde que nunca!
- Gracias. Si necesitas cualquier cosa ya tienes mi número.
Cogí mis cosas y en vista de que ninguno decía nada más fui al comedor con mis amigos. En cuanto me senté con la bandeja les conté todo.
- Menudo cambio tan repentino - dijo Helena.
- A mí me lo vas a decir - resoplé.
- ¿Entonces ya está solucionado? - me preguntó Noah.
- Sí, eso parece.
- Chicos, nos sentamos con vosotros - dijo Amelia acompañada de Jane y Charles.
- Claro, adelante.
Como de costumbre cuando Amelia y Helena se juntaban acabaron hablando de Chesire Cat. Jane participó aunque con lo reservada que era solo hacía comentarios puntuales. Yo alterné entre esa conversación y la de Charles y Noah que hablaban del equipo de baloncesto.
- Deberías unirte al equipo de animadoras - me insistió Charles.
- Creo que voy a pasar - me reí.
- Si tú estuvieras seguro que no perdíamos un partido - bromeó Noah.
- Ja-ja-ja, que gracioso - me burlé.
- Oye, Alice. Tú eres la única que ha hablado con el nuevo. Alexander, ¿no? - me preguntó Amelia.
- Sí, ¿por?
- ¿Deberíamos invitarle a sentarse con nosotros? - preguntó Jane en un susurro.
- Creo que le gusta ir por libre - respondí sin apartar la mirada de él.
- ¿Sabes si le gusta el baloncesto? Nos vendría bien un chico alto - dijo Charles.
- No tengo ni idea - respondí.
- ¿Puedes preguntarle?
- Pregúntale tú.
- Ya hemos empezado los entrenamientos. No sé si le dejarían entrar - dijo Noah.
- Seguro que juega mejor que esos inútiles de primero. Como no se pongan las pilas nos van a hundir - se quejó Charles.
- No me lo recuerdes - respondió Noah exasperado.
Cambiamos de tema de conversación y de nuevo miré a Alex. Esta vez él también me miraba a mí y algo incómoda aparté la mirada. Estaba terminando de comer cuando Helena gritó y me atraganté con el agua.
- ¿Pero qué te pasa? - la regañé asustada.
- Mira esto - respondió poniéndome el móvil a dos centímetros de la cara.
Lo aparté para poder ver bien y me encontré una foto subida por Chesire Cat a las historia de instagram en la que se veía un cuaderno con garabatos.
- ¿Sabes lo que esto significa? - me preguntó emocionada.
- ¡Nuevo álbum! - respondió Amelia igual de histérica.
- Madre mía. Si supiera lo locas que están sus fans - se burló Noah.
Charles se rió a carcajadas.
- Oye. Que Jane y yo no estamos locas - reclamé.
- ¿Ah, no? ¿Y cómo reaccionarías si Killing Demons sacara nuevo álbum? - se burló Noah.
- Igual que tú, listo - respondí fulminándole con la mirada.
Todos nos reímos. Recogimos nuestras cosas y fuimos al patio hasta que acabó el descanso. Jane y Amelia se habían ido después de comer pero Charles siguió con nosotros. Cuando entramos en clase noté como mi móvil vibraba. Me topé con un mensaje de Ben. Se lo enseñé a mi amiga y muy atenta leyó lo que decía: "Lo siento de verdad. He querido darte tu espacio pero quiero arreglarlo aunque sé que nunca volverás conmigo".
- No contestes - me dijo tajante.
Asentí y borré el mensaje.
- Aún no me creo que se cambiara de número dos veces para hablarte porque le bloqueaste - dijo molesta.
- Por eso no tiene sentido que lo vuelva a hacer. Pero pensé que después de que no me hablara en todo el verano ya se había acabado.
- Lo que te hizo no está bien. Mucho es que le perdonaras. Pero ni arreglar las cosas ni amigos ni mierdas - contestó enfadada.
- ¿Ben? - me preguntó Noah.
Ambas asentimos.
- No le contestes. Y si trata de acercarse a ti nos avisas, ¿vale?
Asentí y abracé a mis dos amigos. Realmente eran los mejores.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top