Capítulo 3

Madara huyó de la civilización mientras prestaba poca atención en ocultar sus movimientos. Camino rápidamente por el bosque dejando huellas clase a su paso por tanta fuerza que ejercían sus pies.

¿Cómo es esto posible?, él no debería estará aquí.

Tal vez Kami había menospreciado su alma y su castigo fue revivir toda su vida una y otra vez. Revivir todos sus fracasos. Sus pies lo llevaron a un lugar dónde había estado de pie varias veces, en la cima de la montaña Hokage.

Mirando hacia la aldea en construcción, se preguntó cuando fue la última vez aje estuvo aquí. Sacó un kunai, ¿viaje en el tiempo?, eso no lo había logrado ningún shinobi. Condujo el kunai hacia su antebrazo apenas registrando el dolor que le causaba, la sangre brotó de la herida y corrió por toda su manga. Vio la sangre agruparse en la curva de su codo y caer al suelo.

Él sintió dolor.

Él sangró.

Esto tenía que ser real.

Tobirama y el jutsu del Cuarto Hokage aparecieron en su cabeza. Si algún Dios o alguna criatura traviesa fuera del reino del conocimiento humano había hecho esto o fue un accidente cósmico en el universo, lo asustó.

Parpadeó confundido dándose cuenta de que había dejado caer el kunai cuesta abajo, hacia el acantilado. Hizo una mueca y esperó a que no le cayera a alguien, aunque si fuera Tobirama, gustosamente quisiera ver eso.


Madara levantó la cabeza y respiró profundamente, se dio cuenta que el resto de sus armas estaba afiladas y listas para entrar en batalla. Si esto era un infierno hecho para él, podría escapar ahora y abrazar la muerte como debía. Consideró la necesidad más de lo que quería admitir la quietud a su alrededor que lo calmó. Volvió a mirar la aldea y se preguntó que se suponía que debía hacer cuando sus objetivos anteriores habían fracasado. Él no tenia una meta ahora o sueño, el simplemente estaba cansado de cualquier esfuerzo que pudiera hacer en última estancia de forma inútil

Era un shinobi sin esperanzas sin un propósito y le habían negado incluso el descanso. Él no sabía que hacer.

Un día le había preguntado a su madre cuando apenas tenía tres años que podía hacer cuando no sabía que hacer. Y su madre le respondió con un simple "Nada".

No prestó atención de cuanto tiempo estuvo allí, parado y solo. Una sensación de aceptación se apoderó de él, si esto no era real ahora era su realidad.

-- ¡Madara! --, una voz gritó detrás de él. Le pareció amargamente gracioso como hace apenas unos minutos se había despedido de Hashirama --¡Madara!

El cansancio estaba en sus huesos, no se molestó en darse la vuelta o saludar a Hashirama. Pero, había una curiosidad morbosa que lo hizo armarse de valor y darse ma vuelta, olvidando la herida que se infligió el mismo. -- ¿Qué pasa...Hashirama?

-- Te estaba buscando --, el líder Senju dijo con una sonrisa amplia. Él todavía era tan ingenuo, pensó Madara, Hashirama pensó que el Uchiha no podría lastimarlo, que él estaría ahí para siempre.

-- ¿Podrías? --, Hashirama hizo una pausa para ver la herida de Madara. Frunció el ceño. -- ¿De qué demonios es eso?

Madara se congeló y se reprendió por su movimiento idiota. -- Nada --,respondió casi al instante y se cruzó de brazos. -- Estoy bien, fue un accidente.

Hashirama negó vagamente mientras extendía la mano. -- Dame tu brazo para curarte.

Madara se tensó y retrocedió un paso. Hashirama hizo una pausa mientras lo miraba con confusión mientras pensaba en como nunca negó una curación Madara una vez que se volvieron aliados.

-- Dije que estaba bien, ¿no fines mejores cosas que hacer? --,Madara le preguntó con frialdad.

El Senju tembló por la súbita hostilidad y se retractó de su mano, pero no fue disuadido. -- Estas sangrando, no seas tonto, tengo mucho tiempo para tomarme un minuto y sanar tu herida --,le  reprochó con las cejas alzadas. -- Madara...¿qué te sucede?, estas actuando de forma extraña.

La preocupación fue obvia.


Madara respiró con profundidad. -- Estoy bien --, le dijo tratando de declinar la preocupación del castaño. «Maldita sea actúa normal », hizo una mueca. -- Solamente no me siento bien.

-- Entonces podría mirarte --,le contestó Hashirama sin rendirse.

-- Eso no es necesario --, salió de la boca del azabache palabras cortantes. Negó con la cabeza. -- Solo necesito descansar, vendare esto en el complejo.

El castaño apretó la boca y después habló. --Esta bien...pero dime si te sientes mal, ¿esta bien?. Llama a alguien de tu Clan para que me busque y puedo darte un chequeo.

La habilidad menos conocida del Primer Hokage era su ninjutsu médico que completaba su complejo de querer ayudar a las personas.

Madara aprovechó la oportunidad para despedirse abruptamente y después huyó del lugar rápidamente. En todo momento que estuvo en el campo de visión de Hashirama, sintió encima los ojos del futuro Hokage clavados en su espalda. El azabache apretó los dientes haciéndolos rechinar, quería olvidar esa sensación de familiaridad.

Había estado despierto por lo que parecieron dos horas y ya quería atrasarse a la cama. Eso deletreaba debilidad, lo sabía, pero este cuerpo era humano. Nunca se había sentido tan cansado, incluso cuando estaba en su lecho de muerte no se sintió tan agotado física y mentalmente.

=========

[EDITADO 8 DE MAYO 2021]

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top