Madara se despertó con la luz que entraba por una ventana. La luz natural pasaba a través de las cortinas, creando destellos disparejos sobre su rostro. La cortina ondeaban sin cesar por el aire fuerte y frío de le madrugada.

Madara abrió los ojos de par en par. Ojos confundidos miraron un techo desconocido pero al mismo tiempo muy familiar.

Su mente se sentía muerta,pero a medida que los sonidos del mundo exterior empezaron a fluir hacia sus oídos comenzó a despertarse. El cantó de los pájaros,el martilleo de algunos trabajadores y el ocasional ruido de varias conversaciones. Por fin,Madara volvió en sí mismo.

Él Uchiha saltó de la cama tan rápido que casi se enreda en las sábanas. Por suerte no cayó al piso.

Había esperado que los mejorados reflejos de su reanimación pudieran haberlo precavido de su posible caída. Pero no,su cuerpo pareció moverse más lento.

Y no solo era eso,podía sentir su corazón latir en su caja torácica. Latir.

Tiro de su yukata negra que cubría su cuerpo y lo apartó para verse a sí mismo. No había nada extraño o torcido en su cuerpo,ni rastro de las células de Hashirama ni las cicatrices que adquirió más adelante en su vida.

En un instante sus ojos de color ónix cambiaron a un carmesí oscuro y volvió a mirar su cuerpo. No había nada raro.

Pero...parecía vivo.

Miró todo lo que estaba alrededor con la respiración atacada en su garganta. Y luego el reconocimiento lo golpeó.

«No...»

Dudó de su cordura por un instante. ¿Esto era parte del purgatorio?

Acaso,¿se había retirado a una ilusión creada de su propia mente?. Dio un paso lentamente hacia la ventana, de repente su boca se sintió anormalmente seca cuando vio lo que una vez recordó como el asentamiento Uchiha.

El primer complejo en Konoha aún en construcción.

Miró las casas y edificios pequeños a medio construir que cubrían el suelo rocoso. Vio con maravilla y algo parecido al temor a varias personas con las insignias de su clan en la ropa ir y venir con cajas y provisiones.

«No...no puede ser posible» Pensó con pánico arremolinándose dentro de su ser. Se alejó de la ventana con pasos temblorosos.

Eso no fue el purgatorio.

Fue el infierno.

Sin querer,tropezó con la manta que había retirado previamente. Aterrizó en el piso,su espalda dolió,increíblemente dolió.

Término el suelo respirando pesadamente mientras levantaba sus manos y las apretaba en un puño.

Esto tenía que ser una alucinación. No fue real. Incluso el Sabio de los Seis Caminos no pudo haber hecho esto. ¡No había razón para intentarlo!

Madara Uchiha quiso morir. Estaba preparado para eso,no podía estar aquí cuando él y Hashirama estaban...fundando la aldea.

El suave golpeteo el la puerta lo alertó. -- Madara-Sama --, un Uchiha llamó detrás de la puerta. -- ¿Todo está bien?, por lo general a esta hora ya esta dando ordenes.

Madara se tomó el cabello entre sus dedos. -- Dejame en paz --, espetó Madara con más molestia de la que pretendía. El líder del Clan Uchiha sintió como la presencia de la otra persona se iba alejando cada vez más. «Esto no es posible », pensó para sí mismo otra vez, pasándose las manos por el cabello azabache. ¿Por qué después de lo que había hecho se le estaba negando la muerte?

Se levantó y sofocó el temblor en sus manos. Se giró hasta que encontró el armario, lo abrió, se vistió con lo primero que encontró y salió de la casa. Se negó a mirar a los Uchiha mientras abandonaba el completo.

Afuera fue aún peor.

Había edificios repartidos por el área que habían establecido para la aldea bajo la montaña que se convertiría en "La montaña Hokage", el nombre empujaba sentimientos de familiaridad que quería evitar. Este pueblo no era su aldea desde hace mucho tiempo, dio media vuelta y huyó de la civilización.

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[EDITADO 8 DE MAYO 2021]