Capitulo cuyo nefasto número no será mencionado
Horas antes.
Ariam miró por la ventana algo ansiosa, no sabía nada de Liam hacía un buen tiempo y entre más horas pasaban más angustioso se sentía su corazón, temía que la Zanahoria hubiera hecho algo que pusiera en aprietos a Liam, las posibles desgracias no dejaban dormir a Ariam, cuyo único deseo era saber que su amado y hermano estaba sano, y salvo, Liam ni siquiera estaba con Heaven, lo cual de por sí era extremadamente extraño, Liam no solía dejar solo al bebé y cuando lo hacía era porque sabía que Ariam estaba presente para cuidar de la criatura.
Completamente angustiada Ariam se dedico a pasear en círculos por su habitación, cada tanto se detenía e inspeccionaba que el bebé estuviera sano y salvo en la cuna, pero siempre que lo miraba Heaven se encontraba durmiendo, el niño al igual que Allyra era increíblemente apegado a su padre, a veces Ariam pensaba que era Liam quien se había embarazado y cargado a ambos niños por nueve meses, de no ser así no se explicaba el motivo de tan hilarante favoritismo por parte de sus hijos. A la mente de Ariam vino el recuerdo de las primeras veces que amamanto a Heaven, el niño se rehusaba a comer, siempre buscando con sus ojos de distinto color a su padre, para poder alimentarlo Ariam tuvo que recurrir a usar una fotografía de Liam sobre su propio rostro, simplemente el niño se negaba a permanecer lejos de su padre, con el tiempo el apego de Heaven disminuyo un poco, pero Ariam tenía la certeza de que si Liam no aparecía pronto el pequeño con ojos de invierno comenzaría a enfermarse, era una especie de enfermedad por desapego. El niño abrazó al peluche de armiño en su cuna, Ariam cubrió al bebé y al peluche con una manta, la chica conocía bien a su hija, ella enloquecería si se enteraba de que el señor Miño estaba en la cuna de Heaven, Ally era muy celosa con dos cosas en su vida: su padre y el señor Miño; ver a cualquiera de los dos con alguien más desencadenaba una rabieta de nivel 100.
Ally salió de su habitación bastante enojada al no encontrar a su madre acostada a su lado, quería reclamarle, Ally tenía sueño y no iba a permitir que Ariam creyera que se manaba sola como para no dormir con ella. La niña miró a su madre debajo del marco de la puerta y la siguió con la mirada por la habitación, esperando a que se percatará de su presencia, pero al ver que no la notaba carraspeo un poco, pero nuevamente fue ignorada, indignada la pequeña dió pasos firmes y fuertes hasta quedar frente a Ariam, y se cruzó de brazos.
— Disculpe, señora, ¿Usted duerme o algo? — Ariam se detuvo en su angustioso caminar y observo con una pequeña sonrisa a Ally, le encantaba lo sarcástica que era su hija y como pesé a su corta edad ya actuaba como una adulta.
— Ally, hija de mi vida — Ariam se sentó en uno de los muebles y le extendió los brazos a la niña — ¡Ven!
Usualmente Ally correría a los brazos de Ariam, pero tratando de simular su indignación por no poder dormir con Ariam la niña camino lentamente hasta su madre y ella sola se sentó a su lado.
— ¿Tienes idea de la hora que es? ¡Mañana estaré de mal humor todo el día!
Ariam se sorprendió por las palabras tan duras de su hija, nunca pensó que tendría que invertir su rol de madre con su hija, pero ciertamente Ally se estaba comportando como una madre regañando a su hija.
— Disculpe señorita, ¿Pero a quién cree usted que le esta hablando? — al instante Ally cambio su semblante indignado y se recostó en las piernas de Ariam.
— ¡Mamá! — exclamo intentando evitar un regaño peor.
Y lo logró, Ariam quedaba a merced de Ally cada vez que la llamaba "Mamá", la muchacha se derretía con suma facilidad por cualquier comportamiento infantil de la niña. Más calmada sobo la espalda de su niña, sabiendo que Ally era muy cosquillosa en la espalda, al igual que Liam.
— ¿Qué sucede? ¿Te duele algo? ¿Por qué no puedes dormir? — Ally negó empezando a retorcerse por las cosquillas.
— ¡Basta, mamá! ¡Me haces cosquillas!
— ¿Qué sucede, cariño? ¿Por qué no duermes?
— ¡Porque no estas conmigo!
Ariam frunció el ceño.
— Allyra, ya tienes seis años, ¡No puedes seguir durmiendo conmigo!
— Nueve meses en tu vientre, ¿Y me vienes a decir eso ahora? — Ally se notaba indignada, amaba dormir con sus padres, sobre todo con su papá, Liam la abrazaba toda la noche, el abrazo de Liam era sumamente reconfortante, en cambio Ariam la abrazaba pero solo un tiempo, luego empezaba a empujar a Ally lejos de ella, Ariam solía decirle que era porque se revolcaba mucho al dormir, pero aunque Ally acorralaba a Ariam contra la pared la muchacha se negaba a abrazarla.
— Lo siento, pero es cierto, ya estás muy grande como para dormir conmigo.
La niña infló sus mejillas exaltada, odiaba cuando su madre no le daba la razón como usualmente hacía, por ello ideo una estrategia para hacer a su madre sentir mal por negarse a dormir con ella, a Ally no le gustaba estar sola, por ello se le ocurrió preguntar por la primera vez que estuvo sola.
— ¿Cómo fue cuando nací?
Ariam miró con sorpresa a Ally, ella ladeó la cabeza comenzando a pensar en aquél magnifico día, aquél día fue tan hermoso por dos razones: fue la primera vez que pudo escapar de Grimore y pudo recibir a Ally al nacer. Ariam recordaba estar corriendo por el bosque con el sonido de los perros de rastreo siguiéndola, el bosque era un trampa feroz, por eso varias veces tropezó, pero su barriga de siete meses amortiguó la caída, cuando por fin llegó a la mansión Al Bhatt entró por la puerta principal, desde el primer piso Ariam pudo escuchar los gritos de Edgar ordenando que la capturarán, también escucho los gritos de parto, pero lo que más recordaba era la expresión de desconcierto de Edgar cuando Ariam paso tranquilamente por su lado y fue directamente a la habitación donde Ally estaba siendo traída al mundo, como pudo Ariam se abrió paso entre las enfermeras y sin ninguna preocupación coloco sus manos alrededor de la mitad superior del cuerpo de la bebé, y tiró, terminando de sacar a Ally de la vagina de su madre y cuando por fin tuvo a esa bebé llena de sangre en sus brazos pudo sentirse plena, y feliz <<¡Es una niña!>> fue lo primero que hizo antes de correr hacía Liam con la chillona, viscosa y arrugada criatura en brazos. Ese fue el día en el que Ariam, con catorce años recién cumplidos, conoció la maternidad, fue un 1 de febrero, en el inicio de Imbolic, cuando Ariam conoció el amor, el amor maternal, un amor que venía en forma de una bebé que no dejaba de llorar.
Ariam se enderezó en su asiento y miró con picardía a su niña, intentando contener la emoción que sentía al recordar ese día, cada vez que Ariam pensaba en ese maravilloso primero de febrero unas emociones tan bonitas se instalaban en su corazón, ese día Ariam volvió a creer que podría tener una vida normal.
— Eras muy hermosa, tenías las mejillas sonrojadas y parecías un durazno, toda una belleza, de hecho no lloraste, sólo mirabas a tú alrededor muy curiosa — Ariam miró hacía la cuna y acaricio su cuello sonriendo —, fue el mejor día de mi vida, eras tan hermosa, Ally.
— Ah, ¿Entonces ahora no soy hermosa? — Ariam rió al ver a la pequeña niña cruzada brazos y notoriamente indignada.
— Claro, eres la niña más hermosa del nuevo mundo.
Ally cambio su expresión, la niña se llevo sus manos a su barbilla acariciando una barba imaginaria.
— Que raro — exclamo Ally en voz alta —, papá dijo que nací morada y con el cordón umbilical alrededor del cuello, que era muy delgada y pequeña, que lloraba sin parar, dijo que estuve en el hospital un mes antes de ir a casa.
Ariam sonrió con nerviosismo.
— Tu papá esta equivocado, solo malinterpreto las cosas un poco, quizás...él lo recuerde diferente — Ariam tomó con cuidado a Ally y la coloco en el suelo —. A dormir, Ally, ya es tarde.
— Pero, mamá, ¿Papá no va avenir a darme el beso de buenas noches de siempre?
Ariam remango las mangas de su vestido blanco e intento mantenerse tranquila.
— Tu padre esta ocupado, ve a dormir.
— Pero quiero a papá.
— Sí, Ally, todos queremos a tu papá, ahora ve a dormir.
— Pero...
Ariam miró de forma severa a Ally y la niña entendió que no era una pregunta, era una orden y cuando Ariam daba una orden esta debía cumplirse, sin excepciones, por eso comenzó a alejarse.
— ¡Ally! — la niña se detuvo al oír el llamada de su madre, esperanzada de que cambiara de opinión y la dejará dormir con ella, pero Ariam no se veía para nada contenta — ¿No vas a despedirte de mí? — Ally suspiro, no le gustaba darle besos a su madre cuando estaba enojada, pero ciertamente no hacerlo aumentaría la rabia en Ariam.
La niña se subió en las piernas de Ariam y abrazándola del cuello le dio un beso en la mejilla.
— Hasta mañana, mamá.
— Hasta mañana, luz de mi vida — Ally se bajo de las piernas de Ariam, pero antes de que pudiera alejarse la muchacha la tomó de las manos y la hizo mirarla fijamente —. Sabes...sabes la razón por la cual todos amamos a tu padre, ¿Verdad? — Ally asintió, aquello le rompió el corazón a Ariam —, a tí nunca te podrán hacer lo mismo, la sangre de tu padre te protege, tú no eres esclava, Allyra, no naciste como esclava y no morirás como tal, nadie podrá venderte ni darte ordenes y cuando sangres por primera vez lo van a celebrar con festejos y pasteles, pero no te llevarán al interior de las montañas. Naciste libre, Ally, la sangre de tu padre te hizo libre y morirás siendo libre — Ariam le dió un beso en la mejilla a la pequeña —, nunca lo olvides. Harás todo lo que yo nunca podré hacer y serás más poderosa que yo — Ariam miró la cuna de Heaven y abrazó a Ally —, ninguno de los dos podrá ser vendido jamás, son libres y les prometo que haré hasta lo imposible por salvarlos de ir a las montañas. Lo prometo. Serán felices y sus manos no estarán manchadas de sangre, nunca se llenarán de sangre, ustedes tendrán la vida que yo nunca podré tener, la vida que a Liam también se le negó, una vida pura y blanca, una vida feliz y prosperá.
Ally asintió meditando en las palabras de su madre y más calmada se fue a su habitación.
Ariam se sentó en el borde del mueble al lado de la cuna de Heaven, no saber de Liam era tan doloroso, estar lejos de él le recordaba su tiempo en Grimore, anhelando su recuerdo. Ariam aprendió a disociar cada vez que era violada, aunque a veces no era necesario disociar, Ariam solía ponerse violenta con tal de ser golpeada, era mejor ser golpeada hasta desmayar que estar ahí cuando abusan de tí, porque cuando estás desmayada no sientes nada, es como un sueño, un escape de la realidad, mientras a Ariam la violaban, fuera un esclavo o un administrador de Grimore ella no estaba ahí, estaba en la playa con Liam, él siempre había querido conocer el mar, en su sueño él lo conocía tomado de la mano de ella, en medio de su inconciencia Ariam veía con tanta claridez a Liam que casi podía tocarlo, de hecho sentía que lo tocaba, su mente la transportaba hacía el mar salado, podía sentir el agua bajo sus pies, la suavidad de la arena en la mano de Liam y su risa al ver por fin su sueño hecho realidad, pero la realidad era que Ariam estaba acostada en una fría cama de hospital, con sus piernas separadas y con el semen escurriendo de su vagina, pero en su mente ella no estaba ahí, no estaba ahí. Ariam quería que hacer realidad aquél sueño, conocer el mar junto a Liam y sus hijos, casi podía imaginarlos a los tres jugando en las azules aguas, Liam hundiendo poco a poco el cuerpecito de Heaven y Ally buscando caracoles en cada lugar que podía.
Era ciertamente un sueño bonito que deseaba hacer pronto realidad, pero ahora su mayor preocupación era saber dónde estaba Liam, ella lo necesitaba y mucho, pero Ariam no podía pedirle ayuda a nadie, si su padre se enteraba de que Liam no estaba en el colegio le daría uno de sus legendarios y dolorosos castigos, y Ariam no iba a permitir que Liam sufriera. Ariam se volvió a poner de pie, pero esta vez camino hacía el espejo de cuerpo completo de la habitación, Ariam observo su reflejo y se pregunto qué tendría que hacer para que Liam la mirará como una mujer, ni como hermana, como una posible pareja, que Liam la deseara y quisiera estar con ella. Ariam no se consideraba fea, quizás sonará ególatra pero Ariam sabía que era hermosa, por eso no podía entender porqué Liam no quería amarla, si él estuviera a su lado todo sería mejor, los niños tendrían una mejor calidad de vida y una familia funcional, Ariam pensó en que si Liam estuviera en su habitación como ella tanto quería solo bastaría con quitarse el vestido de pijama blanco y largo que llevaba para captar la atención de su amado, ahora que estaba lactando tenía los senos grandes y redondos, a los hombres les gustan los senos grandes y redondos, ¿Verdad? Ariam jugueteo con la tira de ceda morado que era su cinturón y volvió a sentirse nerviosa, tampoco había visto a la Zanahoria en unas horas, ¿Y si estaban juntos? Para el horror de Ariam estaba claro que Liam la prefería a ella.
Los ojos de Ariam le ardieron por las lagrimas y sin soportarlo clavo sus dientes sobre su propia muñeca, apretó con fuerza su mandíbula alrededor del hueso, el sabor metálico de la sangre fue suficiente para ahogar sus gritos de rabia.
¿Por qué, Liam?
¿Por qué no quieres amarme?
¿Qué tiene la Zanahoria que yo no?
¿Es por los niños? ¡Puedo darte cuantos hijos quieras!
Por favor, Liam, ámame.
Pensaba Ariam separando su muñeca de su boca, tuvo que ejercer un poco de fuerza para liberar sus dientes de la carne. Ariam fue en busca de una toalla para frenar la sangre e ir al baño para lavar su herida, el mero entendimiento de que Liam y Lorie podrían estar juntos desencadenaba en Ariam una rabia que ni ella misma entendía, ¿Podría esa Zanahoria quitarle a Liam? Ariam con suma certeza estaba dispuesta a aceptar hijos que Liam tuviera con otras mujeres, incluso infidelidades, solo con que Liam le dijera un "Te amo" de vez en cuando era más que suficiente. Ariam golpeó el puño contra la pared, Ariam mordió sus labios dándole una docena de golpes a la pared, no era justo que alguien llegará de la nada y le quitará por lo cual había luchado por tanto tiempo, la posibilidad hacía a Ariam querer arrancarse la garganta con sus uñas.
Ariam no recordaba con precisión cuando empezaron sus ataques de rabia, pero sí cuando llegaron al limite.
El hockey era una de las pocas cosas que le permitían a Ariam escapar de su realidad, la hacía feliz, muy feliz, deslizarse sobre el hielo, clavar las cuchillas sobre el hielo, el viento en su rostro, la poca respiración, la sensación de hormigueo en su garganta y sentirse sofocada hasta casi desmayarse eran sensaciones que a Ariam le encantaban, porque cuando es casi incapaz de respirar, también es casi imposible pensar más allá que en el ahogamiento propio.
Cuando Ariam patino por primera vez sobre el hielo, su padre le había dicho que tenía talento para el patinaje artístico y aunque le sonaba bonita la idea de tener un lindo vestido, y bailar sobre el hielo, Ariam no quería eso más de lo que quería golpear, Ariam prefería la vigencia que la gracia y belleza obligatoria en el patinaje artístico, en el hockey Ariam podía descargar su rabia, podía empujar, tirar y golpear con su querido palo de hockey todo lo que quisiera. Era el deporte perfecto para ella, perfecto para dejar ir su rabia contenida.
Ese día Ariam había ido para desquitar su frustración y rabia, después de matar a los gemelos pensó que no la volverían a llevar a Grimore, pero Edgar le había roto la ilusión tan rápido como sus heridas sanaron, << A penas termine el mes volverás y vas a arreglar lo que dañaste >>, Ariam había pensado en escapar de New Fane, pero...siempre hay un pero y el "pero" de Ariam se resumía en haberlo intentado una vez, y terminar con la mandíbula rota por la gran paliza que le había dado Edgar, por amor a sus huesos Ariam sabía que no podría escapar.
Durante su ausencia había ocurrido bastantes sorpresas, muchos cambios: para empezar Lauren ya no competía en concursos de belleza, su papá usaba traje y corbata incluso en la casa, su madre aprendió a cocinar...y había una bebé, claro; Edgar le explico que la niña, Allyra, era hija de Liam, Edgar le había dado una "razón para vivir" como el mismo la llamaba, con una niña a su cuidado Liam no pensaría en suicidarse, Edgar veía a la bebé como un juguete para distraer a Liam, Ariam quiso preguntar quién era la madre, pero siempre esquivaban sus preguntas y Ariam odiaba no tener respuestas.
Pero a quien más odiaba era a esa mocosa de cabello negro y ojos azules, ¡No se parecía en lo más mínimo a Liam! Estaba claro que no era su hija, al menos no biológica, a lo mejor solo era una niña de Grimore que Edgar trajo para entretener a Liam y listo. Y el pobre Liam, en vez de jugar o ver la televisión como cualquier niño de once años, se la pasaba corriendo de un lado a otro atendiendo a la bastarda, le cambiaba el pañal, le daba el biberón, la bañaba y hacía todo lo que un adulto debía hacer, a Ariam le daba lastima ver que Liam debía usar un taburete para alcanzar las altas repisas donde guardaba la leche en polvo y los pañales, pero era aún peor verlo cargando a su "hija", Liam siempre fue un chico bajo y delgado, haciéndolo ver muy joven para su edad, la niña parecía su hermana, no su hija. Liam se levantaba incluso siete veces en la noche para cuidarla, era él quien le compraba el jarabe cuando la bebé se enfermaba, era él quien arrullaba a Allyra cuando lloraba, era él quien la vigilaba mientras dormía, para saber que estaba bien. Obviamente no era un padre perfecto, a esa edad no se debía ser padre, Liam se asustaba cada vez que le cambiaba el pañal a Allyra y usualmente terminaba quemándole la entrepierna de la niña, pero con el tiempo comenzó a hacerlo mejor, incluso aprendió a reconocer los llantos y sonidos de la bebé, así sabía que era lo que quería.
De vez en cuando Edgar pagaba una niñera, dejándole un día libre a Liam para poder descansar, en esos días Liam estaba tan cansado que no tenía ánimos para jugar y pasaba todo el día en la cama, con su dueño haciéndole visitas varias veces al día.
La niñera, una adolescente con una clara adicción a su teléfono no tuvo mejor idea que seguir a Ariam a la pista de patinaje y dejar a Allyra en una de las gradas, Ariam supuso que lo hizo para poder irse con su novio o lo que fuera, el punto es que la niñera creyó que Ariam cuidaría de la niña, pero Ariam odiaba a la malnacida, tanto por quitarle el sueño y la infancia a Liam, como por ser un recordatorio constante de lo que les pasaba a los niños y a las niñas a penas su edad se volvía de dos dígitos.
Ariam la odiaba, cada vez que la miraba pensaba en que en unos once años ella sería enviada a Grimore, aquella maldita bebé de quince meses era un recordatorio constante de que en un par de semanas estaría de regreso en Grimore y allí, a merced de tanto hombres como mujeres, le abrirían las piernas, harían que algún esclavo sexual masculino metiera su pene dentro de ella, con alguna de las mujeres dueñas del Grimore colocando un taser en el cuello del pobre esclavo, amenazándolo con electrocutarlo si no eyaculaba en ella rápido.
Ariam intento ignorarla, pero tras anotar el disco en la cesta ella notó como la pequeña bastarda gateaba en su dirección sobre el hielo, Allyra se deslizo por el hielo, pero como era de esperarse termino por caerse, a penas había empezado a caminar y el hielo no era una muy buena pasarela de practica.
Allyra miró a Ariam con los brazos extendidos y sus grandes ojos azules fijos en ella, la bebé agitaba sus dedos esperando a ser alzada en brazos, casi con una pequeña sonrisa en su rostro, la bebé estaba acostumbrada a los amorosos y protectores brazos de Liam, la maldita ingenua pensó que Ariam sería igual con ella, Ariam sintió el impulso de alzarla y abrazarla, era linda la maldita, pero cuando sus manos estaban ya alrededor de la bebé recordó que ella era el fruto de una aberración, de una violación por parte de una mujer de 37 años a un niño de once. Ariam no supo porqué, pero lo hizo, levanto su palo de hockey sobre su propia cabeza y sin siquiera dejar de mirar el inocente rostro de la bebé, movió con velocidad el palo, el cual impacto en la mejilla de la bebé, la niña fue azotada sobre el hielo y al instante comenzó a llorar, cayó boca abajo, con su pequeña boca en el hielo. Ariam la miró con decepción y rabia contenida, ¿Para eso la había violado? ¿Para crear a bastardos como ella? Pero lo que más la irritaba era escucharla llorar, su chillido agudo era espantoso
<< Silencio, haz silencio, cállate, mocosa, cállate, ¡QUE TE CALLES!>>
Ariam alzó su patín y con fuerza lo dejó caer sobre la pierna de la niña, provocando que ella gritará cuando la cuchilla perforó su pierna, pero la cuchilla quedó atorada en el hueso, Ariam piso con más fuerza hasta cortar por completo el hueso y liberar la cuchilla. La diminuta pierna regordeta estaba sujetada por un trozo de piel, Ariam aparto la cuchilla ensangrentada de la pierna, una sensación de ahogó la lleno, el llanto era muy fuerte, tan fuerte que hacía eco en la pista de hielo.
Ariam patino hasta el tablero de control a un lado de la pista y coloco alguna canción, la que fuera, no le importaba, solo quería dejar de escucharla llorar. El volumen estaba tan alto que Ariam no podía escuchar ni sus propios pensamientos y así estuvo, feliz, patinando de un lado a otro, girando sobre si misma, bailando con su palo de hockey como único acompañante, Ariam cerró los ojos y dejó que la música de la época del Barroco llenará sus oídos, y mente, alzó sus manos, giro de un lado a otro, patino por toda la pista, pero siempre que se acercaba al borde, donde la bebé seguía llorando a todo pulmón ella abría los ojos y se aseguraba de no pisarla, no más, a Ariam le pareció que se estaba poniendo demasiado roja, pero pronto aparto su vista de ella, Ariam solo se dejo llevar por la música, giro, giro y giro, tanto que por un momento el suelo se desvaneció debajo de ella, Ariam tembló asustada al sentir una sensación de vació en su estomago y alzó los brazos intentando detenerse, la punta de la cuchilla se clavo contra el suelo y la lanzó disparada hacía el frente, Ariam no grito, no solo porque sus dientes se clavaron en una parte de la lengua, también por el aturdimiento que sentía, le dolía el cuerpo, le dolía mucho, el hielo hacía presión con fuerza entre las costillas de la chica, ahogándola.
Temblando Ariam se sentó sobre el hielo y sin saber que más hacer sacudió sus manos presa del dolor, su boca era lo que más le dolía. Con cuidado se puso de pie, no sin antes resbalar varias veces en el proceso, al alzar la vista notó que la bebé ya no se movía, la niña ya no movía sus brazos, ni temblaba como antes, Ariam patino hasta ella y cuando Ariam menos lo pensó Allyra ya no respiraba.
Para su propia sorpresa Ariam comenzó a gritar por ayuda, pero el sonido de los violines y las flautas callaron sus gritos, cuando estaba a punto de salir de la pista en busca de ayuda se dió cuenta de lo que realmente había pasado, en su mente Ariam acababa de salvar a una futura esclava, a una niña de Grimore.
<< — Ayuda, ayuda, ayuda — dijo Ariam en voz alta pero sin gritar, la muchacha puso en blanco sus ojos y se agacho sobre el cuerpo de la criatura —. Ahora tu papi no sufrirá por ti, pequeña bastarda — Ariam se enderezó y sonrió —, te salve y en once años no vivirás lo mismo que yo.>>
Ella no sentía remordimiento, no en lo más mínimo, pero si sentía curiosidad, era el primer bebé que no era suyo el cual mataba y la sensación era muy distinta, no era...satisfactoria, cuando mató a sus bebés de sangre se sintió libre de toda culpa y todo mal, como si volviera a ser una niña, una niña normal, la mejor niña del mundo, pero con Allyra era distinto, muy distinto, no sentía nada, ni satisfacción o dolor. No sintió nada. Al ser su primer asesinato de un bebé que no era suyo Ariam quiso tener un recuerdo, por eso levanto la cuchilla del patín sobre el vientre de la niña y con lentitud certera le perforó desde el estomago hasta el pecho, cuando ya estaba lo suficientemente profundo Ariam introdujo sus dedos en el interior de la bebé, tomó lo primero que sus dedos sujetaron: el corazón.
Para evitar el castigo de Edgar, Ariam tomó a Allyra y dejó caer su cuerpo en una serie de escombros a cuatro cuadras de la pista de hielo, todos pensaron que la niñera fue a beber a un bar cercano y dejó a Allyra en la calle, y la niña estaba jugando con los escombros cuando el camión que los iba a transportar termino por aplastarla, el cuerpo de la bebé estaba irreconocible. Tiempo después la niñera fue encontrada sin vida, un "suicidio", dijeron.
Ariam decidió embalsamar el corazón, pero para asegurarse de que no se dañará lo coloco dentro de un pequeño frasco de plástico rojo en forma de corazón caricaturesco y para que nadie lo encontrará abrió el cuerpo de su peluche favorito, el señor Miño y lo escondió en su interior. El olor a químicos del peluche le resultaba ciertamente grato a Ariam, poco a poco el peluche empezó a emitir un olor muy similar al olor natural de Liam, eso sólo hizo que Aroma amará más al señor Miño, pero después Liam hizo "eso" y Ariam se enamoró perdidamente de él, a pesar de estar deprimido, de haber atentado contra su vida Liam tuvo las fuerzas para hacer "eso" por Ariam, la chica no había pensado en Allyra hasta que escucho que había hecho a otra mujer abusar de Liam y quedar embarazada.
<<— Esperemos que esta vez no pase lo mismo que con la primera — dijo Edgar severo —, es un desperdicio de tiempo y semen.>>
Ariam quiso matarse cuando se dió cuenta de que esa bebé si era hija de Liam, su hija biológica. Pero lo que más la hizo querer matarse fue cuando notó quién era la madre de la primera Allyra, era tan obvio, Allyra era una versión en miniatura de su madre, Ariam observo con atención el nuevo ambiente y poco tiempo después lo supo, en secreto Ariam culpo de todo a Marianne, Liam también lo hacía, todos lo hacían, desde entonces Ariam comenzó a odiar a Marianne. La sensación de haber matado a alguien con la misma sangre de Liam era apocalíptica, tanto que Ariam consideró suicidarse, al hacerlo dejaría a Liam desprotegido y Ariam no podía dejarlo en manos de su dueño.
Hasta el momento Ariam no sentía por Liam más que un amor infantil, pero no fue hasta el día que por error vio a Liam desnudo que deseo ser tocada por él y tocarlo, pero como Liam estaba demasiado deprimido y encerrado (por sus intentos de suicidio) poco o nada pudo hacer Ariam para satisfacer sus deseos, al menos hasta que recordó la existencia de su peluche favorito. Ariam se sentó sobre el señor Miño, empezando a frotar la cola esponjosa del ser de felpa en su entrepierna. La sonrisa de Liam, los ojos de Liam, el cabello de Liam, la piel de Liam, los labios de Liam, todo de Liam hizo que Ariam apretará sus piernas sobre el peluche, no hacía mucho que había sido nuevamente violada y estaba embarazada, pero una cosa era ser violada y otra tener sexo y Ariam quería sexo, sexo con Liam, Ariam se sorprendió del rumbo que tomaban sus pensamientos y pronto notó como sus pezones se ponían duros con cada nuevo frote del peluche en su entrepierna, Ariam paso su dedo índice por encima de uno y soltó un gemido, sentía como estaba empezando a humedecerse su zona baja. Ariam no puede dejar de imaginarse encima de Liam, lo imagina debajo de ella, con lagrimas en sus ojos, pero no de tristeza, sino de placer, lo imagina rogándole que lo haga suyo, diciéndole que quiere un bebé de ella. Ariam le besaría el cuello y acariciaría las muñecas de Liam sobre la suave tela, ella le besaría cada lagrima y se llenaría de deleite al escucharlo gemir, ella le diría: << Mi Príncipe, estás llorando >> y él diría <<Solo estoy feliz>> aunque lo que hizo a Ariam estallar en éxtasis fue imaginarlo gemir mientras decía; << Solo estoy feliz de ser tuyo >>.
Ariam se puso de pie de un salto, aquellos recuerdos siempre la dejaban muy confundida, por una parte sabía que hacer eso estaba mal, por otra...Ariam nunca había ganado algo haciendo las cosas bien, Ariam se puso de pie y sabiendo que se arrepentiría de lo que estaba a punto de hacer fue en busca del peluche en la cuna de Heaven, con cuidado se lo quito de los brazos al bebé y le dió un beso.
— Dulces seños, mi niño de ojos de invierno — le susurro al alejarse.
Ariam abrazó al peluche sonriendo, con el pequeño corazón descansando en su interior y se dirigió al baño, mismo que cerro con llave. Si tan solo Ariam hubiera sabido que la niña sí era hija biológica de Liam jamás la hubiera golpeado, mucho menos matado.
NOTA
Okay, sí, mantenme, quemenme, ¡Pero créanme cuando les digo la escena de masturbación de Ariam con el peluche era jodidamente necesaria! Ese es el punto del personaje, es más mala que Pablo Escobar, pero creo que arruine un poco el mensaje que quería dar con Ariam, ósea que las personas con ataques de irá pueden ser padres, madres y personas en general funcionales, pero bueno, no voy a eliminar ninguna escena, todo esto es necesario. Y vendrán cosas peores, dice la Biblia.
¿Era necesaria la escena de masturbación con un peluche que contenía el corazón de una bebé?
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