8. Mirá hacía el baño

— ¿Es cierto que ella es tu novia? — pregunto Ally leyendo un libro más grande que ella, con sus pequeñas piernas cruzadas una sobre la otra.

— ¿Qué? ¡No, no, no, claro que no! Ally, ¿De dónde sacaste eso? — la mirada de Liam viajo hacía Ariam, al otro lado de la habitación, ella estaba tranquila ignorando las palabras de su hija, concentrada en observar a su bebé durmiendo tranquilamente.

Literalmente Liam había tenido que esperar casi cuatro horas hasta que Ariam le abrió la puerta, pero desde entonces no le había dirigido ni una palabra, solo miraba a su bebé en silencio, como si estuviera intentando concentrarse en otra cosa, como si algo la perturbará. Ally descansaba sobre el sofá como si fuera una reina, la reina del corazón de ambos jovenes, mirando de reojo a sus padres de vez en cuando, la niña al igual que su madre parecía algo molesta, a veces el chico deseaba que ella no fuera tan similar a Ariam.

— Mamá dijo que tú y el espantapájaros rojo eran pareja, y que nos ibas a dejar por ella — la tranquilidad con la que Ally dijo esas palabras hicieron a Liam sentir una punzada en el pecho, él nunca los dejaría, eran su mundo, su razón de existir, el motivo por el cual soportaba tanto dolor, solo por ellos.

— Ariam, ¿Por qué le dices eso a Ally? ¡Sabes que no es verdad! — Ariam por fin levanto su mirada del bebé, sus ojos estaban enrojecidos, grandes círculos negros adornaban sus parpados, la muchacha se veía terrible, horrible. Su cansancio mental empezaba a reflejarse en su estado físico.

— ¿Y qué se supone que debo decir? Liam, se nota que ella te desea — insistió Ariam.

— ¡Pero no somos nada más que amigos, Aria! ¡Entiende! — eso era ridículo, a Liam le parecía una tontería tener que darle explicaciones a Ariam como si ella fuera su mujer, en vez de solo una hermana. Sí, compartían hijos en común, pero eso no significaba que fueran pareja.

Había muchas cosas que el niño no entendía, una de ellas era la actitud de Ariam. Entendía que ella quisiera brindar la mayor normalidad posible a su singular núcleo familiar, pero eso no significaba que tuvieran que estar juntos, Liam sabía que él nunca podría tener una pareja, pero eso no impedía que a menudo fantaseara con esa idea, tener a alguien a quien amar, otro motivo por el cual vivir, se imaginaba llegando de la mano con dicha persona especial, encontrándose con sus hijos jugando en la sala de estar de su cálido hogar, viendo a Ariam sentada frente a la chimenea, con su respectiva pareja.
Eso era lo más sano que ambos podían hacer, buscar una pareja que entendiera la situación y aceptará formar parte de la vida de los niños, pero como Liam no podría hacerlo jamás, guardaba la esperanza de que algún día llegará un príncipe azul del cual se enamorará Ariam, incluso se imaginaba la boda. Imaginaba a su hermana mayor con un hermoso vestido blanco, caminando hacía el altar con un hermoso ramo de rosas rojas, sus flores favoritas, caminando con delicadeza y gentileza hacía los brazos de su amado, que la esperaba sonriente en el altar. Pero el joven ingenuo no sabía que para Ariam solo había un príncipe al cual amar y ese príncipe era Liam.

Al no obtener ninguna respuesta de su hermana, Liam decidió darle un poco de espacio, algo andaba mal con Ariam, ella nunca era así de distante, siempre intentaba estar cerca de Liam y sus hijos, entonces ¿Por qué ahora parecía querer estar sola? ¿Qué había cambiado?

— ¿Qué le hiciste? — Liam le extendió la mano a Ally, no había notado que la pequeña lo había seguido.

— ¿De qué hablas, princesa? — Ally tomó su mano y lo miró como si él tuviera la respuesta.

—  A mamá, ¿Qué le hiciste? Ella nunca es así, debiste haberle hecho algo para que actúe de tal manera. 

Ally tenía razón, algo debía haber hecho para que ella actúe así, pero por más que Liam pensaba no se le ocurría una respuesta.

— La verdad no lo sé, hija, ¿Ella te ha dicho algo? — Ally miró el suelo pensativa unos segundos y luego negó.

— No, mamá no ha hablado mucho últimamente — contesto —. Aunque es posible que esté así por el hambre.

— ¿Qué? ¿Por el hambre? — Ally asintió con la cabeza.

— Sí, ayer miró nuestra reserva de jalea y dijo con tristeza que se estaba acabando.

— ¿Todo esto por esa jalea? ¿Y por qué no compra más?

— Porque la cocinera murió, la señora Liana murió hace 20 años, pero la abuela Leigh le dejo la receta, mamá siempre hace la jalea casera, pero dice que hacerla la deja muy cansada — explico la niña saltando al lado de su padre.

El joven padre apretó la mano de su adorable pero tenaz hija, odiaba ponerla en esa situación. Los adultos buscan los problemas, los adultos pagan las consecuencias, no los niños y Liam no quería permitir que Ally quedará atrapada en medio de sus problemas con Ariam.

— ¡Sorpresa! — Lorie abrazo a Liam por la espalda, rodeando con sus delgadas manos la pequeña cintura del chico —. No fuiste esta mañana a desayunar, ¿Dónde estabas? — los ojos de Lorie cayeron sobre Ally, la niña se cruzo de brazos y alzó la barbilla como si tratará de imponer autoridad. Intentando ganarse la confianza de la niña, Lorie se puso en cuclillas frente a la niña, sonriendo de forma amistosa — ¡Hola, linda! ¿Cómo te llamas?

— Que te importa — respondió Ally de forma cortante.

Lorie se puso de pie confundida por la actitud de la niña. Liam tomó la mano de Ally y se froto la cabeza bastante cansado de que todas las mujeres en su vida estuvieran en una pelea a muerte unas con otras, la única que permanecía al margen era Lauren, ahora que Liam lo pensaba no había visto a Lauren en dos días.

— Perdona a Ally, esta pasando por un...—  Liam se lamio los labios e intento parecer tranquilo — momento frustrante — aunque la verdad, el frustrado era él.

— Igual eso no es excusa para tratar mal a los demás sino están relacionados con el problema, pero como tú si estás relacionada — Ally entre cerro los ojos, tratando de hacer una mirada amenazante, pero lejos de parecer remotamente intimidante se veía tierna y un poco constipada — te trataré como si fueras la creadora del cáncer. 

— ¡Ally! — Liam jalo a la niña de la mano y la alzó en brazos —. Cariño, ¿Qué te pasa? ¿Por qué hablas así? — Ally ignoro la pregunta, con sus ojos de distintos colores empezando a llenarse de lagrimas, Ally hizo un mohín de tristeza y escondió su rostro en el cuello de su "hermano" mayor.

— ¿Ella esta bien? —  Lorie acerco sus manos hacía Ally, con la intención de intentar calmar a la niña, pero los gritos de una mujer hicieron que Lorie abandonará sus planes.

— ¡Liam! — Ariam cojeaba, cojeaba con disimulo, cojeaba y su blusa blanca estaba manchada por un extraño liquido rosa, la muchacha estaba completamente empapada en sudor y sus ojos contenía una mirada maniaca. Lorie aparto sus manos al instante y Ally comenzó a llorar con más fuerza, extendiendo sus brazos hacía su madre — ¡No toques a mí hija! — le gruño la enfadada madre a la peli naranja joven, pero a penas vio a Liam la enfadada madre pareció intentar calmarse, Ariam le quito a Ally de los brazos a Liam con delicadeza — ¿Qué pasa, princesa? ¿Qué te hizo?

— ¡Yo no hice nada! —  se defendió Lorie.

 — ¿Enserio ves a tu hija llorando por culpa de esa mujer y permites que ella permanezca a tu lado? — Ariam se dio la vuelta con Ally encima, todavía llorando —. Que decepcionante.

Cojeando, horriblemente pálida, ojerosa, llena de sudor y manchada de algo rosa Ariam se arrastro como una serpiente veloz, con su hija en brazos, lejos de la vista de la pelirroja y su príncipe azul. Liam al instante empezó a seguirla, no cometería el mismo error dos veces, algo le pasaba a Ariam y haría hasta lo imposible por saberlo.

— Tengo que irme — pero las delgadas manos de Lorie, similares a alambres torcidos, la detuvieron.

— Espera, ¿No vamos a ir a hablar con Sue? — pregunto Lorie de forma suplicante.

— Lo siento, Lorie, pero ellas son primero — Liam soltó la mano de Lorie y fue en busca de Ariam.

Ir tras Ariam se sentía como ir tras su propia muerte, ¿Algo exagerado?, sí, ¿Un poco realista? También. Liam había visto a Ariam partirle un palo de hockey en la cabeza a una chica, mismo golpe que le provoco un derrame cerebral que culmino dejando a la chica paralitica y ni un solo gesto de remordimiento o culpa vino por parte de su hermana. Casi podía imaginarse a Ariam sentada sobre el cuerpo de una Lorie desangrada, sonriendo con desazón y lamiendo sus dedos, con trozos de carne de la pellirroja debajo de sus largas uñas.

Al llegar a la habitación se encontró con la puerta nuevamente cerrada con llave, pero esta vez Liam no iba a permitir que eso lo detuvieran. La habitación de Heaven estaba ubicada en un rincón apartado del colegio, Liam podría romper la puerta y nadie se daría cuenta, ya que el colegio era demasiado grande y esa zona demasiado apartada, y poco usada, había que pasar por un largo pasillo y luego por un puente de roca interno que conectaba esa zona con algunos salones. Liam estaba listo para de una patada derribar la puerta cuando escucho la voz amortiguada de Ally.

— ¿Por qué tratas así a papá? ¿Hizo algo malo? — Ally sonrió feliz, hacía mucho que su abuelo le había prohibido llamar a Liam "papá" y a Ariam "mamá", querían crear la idea de que todos eran hermanos, poder llamar a sus padres por lo que eran resultaba sumamente satisfactorio para la niña.

— Para nada, Ally, sólo que tú papá es demasiado bueno, él es de tan buen corazón que si lo están secuestrando él mismo se amarra, amordaza y se mete en el baúl de sus secuestradores con tal de evitarles la fatiga —la voz de Ariam sonaba ahogada, como si estuviera sufriendo mucho dolor, era la clase de voz que hacen las personas que estuvieron a punto de morir ahogadas —. Además, es la primera mujer que no es de la familia a la cual tu padre conoce, supongo que debe ser normal que actúe así con ella.

— ¿Por qué actúas así, mamá?

— ¿De qué hablas?

— Como si no te importara, te seré sincera, madre, ya estoy harta de escucharte llorar por las noches — Liam casi podía ver a Ally rodando los ojos ante la penosa actitud de su madre.

— Cuando seas mayor lo entenderás — Ariam parecía intentar moderar la voz, pero Liam podía escuchar los quejidos de la chica, pero Ally parecía no notarlos.

— ¿Por qué dejas que esa zanahoria parlante te dañe?

— Porque amo a tu padre y no puedo forzarlo a estar conmigo.

— ¿Porqué no? Yo que tú lo amarraba a un poste hasta que se acostumbre y le guste — la risa de Ariam hizo que Liam se erizará.

— Me leíste la mente, hija. Sin duda alguna eres igual a mí, además, no le estoy dejando el campo libre a la zanahoria, para tu información, querida niña, solo espero.

— ¿Qué cosa?

Cualquier niño estaría asustado o confundido por escuchar a su madre decir con tanta naturalidad que planeaba privar de la libertad a su padre, pero a juzgar por las pequeñas risas inocentes de Ally a ella no le producía miedo en lo más mínimo, al contrario le causaba gracia. A la mente de Liam vinieron esos recuerdos de la niñez, de cuando Ariam y Liam solo tenían a Ally como hija, la pequeña se deleitaba cuando Ariam golpeaba a Liam, a veces lo pellizcaba o directamente le daba puños en su intimidad para hacerlo llorar, pero después de un día, de ese día en especifico Ariam nunca más lo volvió a golpear. Quizás Ally ya estaba acostumbrada a esa actitud de su madre, en un mundo perfecto Liam y Ariam no serían hermanos, y cuando se separarán le harían un examen psicológico a ambos y le darían la custodia principal de los niños al más indicado, pero como ese mundo no existe y solo existe un mundo en el que los jueces son comprados con drogas, y sexo, en este mundo, el mundo real Ariam amenazaría a Liam para no separarse y todo culminaría con Liam siendo acusado de abusador, violencia domestica y un sin de crímenes más o con el juez cediéndole la custodia a Ariam después de un buen, satisfactorio y fascinante sexo oral.

— El momento correcto — respondió Ariam soltando suspiros ahogados —, amo a tu padre, Allyra, lo amo con todas mis fuerzas y cuando amas a alguien debes hacer incluso lo malo para demostrarle lo feliz que sería a tú lado, incluso si tienes que mancharte las manos de sangre. Solo quiero que esa zanahoria sienta seguridad, luego...— Ariam hizo un gesto con las manos, como si aplastará algo — ya no más zanahoria.

Perturbado por todo lo que escuchaba Liam toco con cuidado la puerta, escucho a Ariam mandando a callar a Ally y sonidos de pasos rápidos en la habitación, pero Ariam ni siquiera pregunto quién estaba tras la puerta.

— Ariam, por favor, ábreme, necesito hablar contigo.

La muchacha ahogo una risa recostándose contra la puerta.

— Liam necesito estar sola.

Liam sabía que estaba por hacer algo muy malo, manipulador y cruel, pero necesitaba saber qué le sucedía a su hermana, porque si la madre no estaba feliz, muy posiblemente los niños tampoco.

— Ariam, eres la única mujer en mi vida actual — eso era cierto —, eres la madre de mis hijos — también cierto —, mi compañera — cierto — y — Liam paso saliva, odiaba mentir, pero ¿Qué opción tenía? — eres la única mujer a la que he amado — eso era un poco cierto, Liam amaba a Ariam de la misma forma en la que amaba a Lauren, como a una hermana —, sin importar lo que pase tú siempre tendrás un espacio importante en mi corazón — era verdad, Ariam siempre sería su hermana y la madre de sus hijos —. Por favor Ariam, te amo — <<como hermana>> pensó él y si no había quedado claro, Liam amaba a Ariam con todas sus fuerzas, como a una hermana.

El joven escucho el seguro de la puerta quitarse y pero la puerta no se abrió. 

— Sé que no estoy en posición de pedirte nada, pero te lo ruego, no lleves a mis hijos a conocer a tus amantes 

Liam suspiró frustrado, hablar con Ariam era como charlar con una pared, aunque literalmente ahora si estaba hablando con una pared, bueno, una puerta.

— Lorie no es mi amante, sólo es una amiga — Ariam abrió la puerta de la habitación con las manos goteando agua, por un momento Liam pensó que estaba más tranquila, pero al ver la punta de sus dedos temblando supo que no era así.

— Sin duda alguna eres muy ingenuo, Liam — Ariam tomó un mechón del cabello de Liam y lo colocó tras su oreja —, eres joven, hermoso y de gran corazón, todas las mujeres te desean, incluso todos los hombres. Cualquiera mataría por un mechón de tú cabello. Nadie que te conozca desea ser solo tú amigo.

Liam extendió su mano y acaricio la mejilla pegajosa de Ariam, provocando una sonrisa en la chica.

— ¿Por qué haces todo tan difícil, Ariam? Solo tienes que decirme que te molesta y podremos buscar una forma de solucionarlo, juntos.

Un suspiro de alivio salió de la boca de Ariam, ella estaba más calmada, pero la tranquilidad desapareció de su rostro al igual que todo el color, los ojos de la muchacha se abrieron como si hubiera visto el acto más aberrante de la historia, tan abiertos que Liam pensó que en cualquier momento saldrían de sus cuencas. Ariam empujo a Liam y corrió hacía el baño, cerrando de un fuerte portazo que provoco que Heaven se despertara, y empezará a llorar.

— ¿Qué le pasa a mi mamá? — la escena sumado con el llanto de Heaven podía poner los nervios de punta a cualquiera.

Con cuidado el joven se acerco hasta el baño, Liam se asusto al escuchar un fuerte sonido del interior del baño, era como el sonido de un grito amortiguado, espero unos minutos pero al no obtener respuesta comenzó a preocuparse, Liam estaba a punto de tomar el pomo hasta que Ariam salió del baño, actuando como si nada hubiera pasado.

— Estoy bien —  dijo Ariam sonriendo, abrazando a Liam.

Liam abrazo a Ariam confundido, el chico intento concentrarse en abrazarla, pero pronto notó gotas de sangre en el suelo del baño, Liam trato de tranquilizarse pero su terror aumento al ver que la taza del retrete estaba completamente rojo, con algo extraño en el fondo de la taza.

— ¿Eso es un aborto? — Ariam empujo a Liam fuera del baño y le cerro la puerta en el rostro —  Ariam, ¡Abre la puerta! ¡Ariam! ¡Ariam, abre! ¿Qué esta pasando? ¿Estabas embarazada? ¡Ariam! ¡Abre, por favor, abre! ¡ARIAM!

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