7. Tener razones

— No, es muy peligroso.

Liam conocía esa situación, querer saberlo todo, pensar que puedes lidiar con la verdad, ser lo suficientemente ingenuo como para pensar que puedes hacer alguna diferencia. A lo largo de su existencia Liam se había visto torturado al conocer a cientos de personas como Lorie: valientes, decididos a descubrir la verdad; aquella clase de personas que luchan por la igualdad y libertad, curiosas por saber más, pese a conocer a Lorie hace tan solo un día Liam podía decir con seguridad de que Lorie era una de esas personas, la clase de personas que con su positivismo y alegría pueden cambiar cosas, no el mundo, pero sí el mundo de las personas que los rodean, lo curioso es que la mayoría de esas personas no alcanzaba a medir más allá de 1.60 y aunque bajos en altura son grandes en espíritu; lo peor es que Liam no solo las había visto triunfar y luchar por lo bueno y justo, también las había visto caer, destruirse. 

La mayoría de esas personas siempre terminaban igual: simplemente desaparecían de la faz de la tierra, nadie, ni siquiera sus familias sabían qué pasaba con ellos y después de un reporte a la policía, y tres campañas publicitarias que no costaran demasiado dinero la búsqueda se detenía, sus familiares de repente se ganaban la lotería o tenían un acenso en el trabajo que les triplicaba sus ganancias; siempre pasaba lo mismo, ellos desaparecían y su familia se volvía extremadamente prospera, como si el universo los compensará por callarse, olvidar y no insistir tras la desaparición de aquellos valientes. Cuando se es joven se suele creer que se puede cambiar el mundo, pero Liam tuvo que aprender desde muy pequeño que eso no era cierto, primero debía intentar cambiar su propio mundo, luego el resto...ya veremos. Los adolescentes siempre piensan así y aunque Lorie era mayor que Liam se notaba a leguas que la chica aún seguía atrapada en su burbuja, una de la cual Liam tuvo que despertar aunque no fuera su voluntad.

— ¡Liam no tenemos opción! Algo malo esta pasando en ese pueblo — Lorie le extendió otro libro, lleno de recortes de periódico que funcionaba como una especie de enciclopedia  sobre todo lo relevante que había sucedido en el pueblo y otros pueblos con la palabra "New", cosa que el analfabeta muchacho no pudo comprender —. En los últimos 10 años se han reportado más de 445mil desapariciones de niños y niñas menores a los 21, se han encontrado cuerpos en mal estado por culpa de los "osos" y más.

Liam miró a Lorie con lastima, si la chica tan solo supiera que esas 445mil desapariciones solo son el 2% de todas las personas perdidas.

— Entiendo que estés nerviosa, pero es muy peligroso Lorie — Liam se llevo la mano a la nuca y se pregunto si debía alejarse de la única "amiga" que había hecho en su vida o solo dejarse llevar, Liam no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que, por fin, tenía una amiga, desde la desaparición de Prim no nadie más con quien le permitieran jugar, pero Liam no quería ponerla en peligro, pero tampoco quería quedarse solo, ¿Estaría mal ser egoísta por tan solo una vez? — ¿Enserio estás así solo por lo que dijo Ariam? Mi hermana suele mentir, demasiado para mi gusto — Lorie sonrío ante tal comentario, pero Liam se arrepintió de sus propias palabras al instante que las dijo, Ariam mentía, sí, mucho, demasiado, pero Ariam mentía para sobrevivir.

— Venga ya Liam, ¡Lo que dijo Ariam es aterrador! Además...— Lorie jugueteo con los bordes de su overol, mirando el libro de fotografías de las estudiantes — he visto como los patrocinadores seleccionan un grupo de chicas, chicas que van a sus habitaciones y jamás regresan, las maestras dicen que es porque fueron adoptadas, pero...— Lorie se encogió de hombros — no sé si es verdad. Solo una chica ha vuelto y la tienen en detención, no podemos verla, dicen que es porque ha sido una rebelde sin causa y debe ser castigada.

— ¿En qué parte de la escuela esta ella?

— En la enfermería, supongo.

— Quizás podamos hablar con ella, ¿Cómo se llama? 

— Sue, pero no creo que sea buena idea, ¿Por qué no vamos directamente a ver si aquel lugar entre las montañas del que hablo Ariam es real? No tenemos nada que perder.

<< Yo sí. Mis hijos, sin mí...ellos morirán...o tomaran mi lugar>> pensó Liam.

— Tú, tú no tienes nada que perder en cambio yo sí.

Lorie abrió los ojos sorprendida y con curiosidad se sentó a su lado, en una de las espaciosas mesas de la biblioteca.

— ¿Qué cosa? — Liam supuso que Lorie se había acomodado para escuchar su historia, pero Liam ni siquiera la sabía.

— Lo único que te diré es que no puedo darme el lujo de morir, no ahora.

Sí, la muerte era un lujo, al menos en la situación de Liam.

— Bien — Lorie se puso de pie y tomó los libros en sus brazos, pegándolos a su pecho sorprendentemente plano. Lorie era demasiado delgada como para ser saludable, casi estaba en los huesos, solo un poco de carne, piel, cabello naranja y un par de enormes ojos —. Intentaré saber qué paso con Sue, nos vemos luego.

Lorie salió de la biblioteca dejando a Liam solo, parecía molesta, ¿Enserio Lorie creyó que Liam le contaría su historia a una desconocida? Ser prudente, reservado y callado era algo que Liam había aprendido muy bien, ahora era parte de su personalidad.
Liam se quedo sentado en la mesa con su rostro entre sus brazos mirando a las gotas de lluvia deslizándose por el cristal de la ventana, sentía una sensación de opresión en el pecho, Ariam solía decirle que cuando se sintiera así pensará en matar a su peor enemigo, pero por más que lo intentará no podía hacerlo, incluso mentalmente era demasiado débil como para pensarlo, pero Ariam lo hacía ver tan fácil, ella era tan valiente y fuerte, era la heroína de Liam, siempre capaz de hacerlo todo y soportarlo todo, Ariam era muchísimo mejor ser humano que él. 

Liam se sorprendió ante sus pensamientos, ¿Por qué pensaba tanto en ella? Ariam, Ariam, Ariam y más Ariam, era como si la chica se hubiera adueñado de sus pensamientos. Sintiéndose repentinamente ansioso el joven salió de la biblioteca y fue en busca de su amada hermana. El colegio de las "Hijas De La Benevolente" era una estructura gótica muy antigua, similar a un castillo francés: el colegio se extendía por varios kilómetros, en una especie de U con el lago en el centro, la estructura estaba hecha de piedra en algunas zonas amarillas y en otras de un profundo color marrón, la institución contaba con una gran biblioteca de tres pisos de alto y del tamaño de un auditorio pequeño de ancho, también tenía tres salas de proyección, salones de clase, tres cocinas, dos comedores, un salón de baile y las habitaciones de las chicas quedaban en un edificio un tanto apartado de la institución, al lado izquierdo de la misma, el edificio parecía un granero reformado y adaptado para su uso, las maestras y Servidoras tenían sus habitaciones dentro del edificio principal; pero sin duda lo que a Liam más le gustaba del colegio era el jardín delantero, lleno de pasto y flores, lamentablemente en invierno no se podía ver más que una alfombra blanca en todo el basto lugar.

— Ojalá hubiéramos venido en primavera — murmuro el muchacho, empezando a cansarse de su búsqueda, ya que Ariam no aparecía por ningún lado.

Mientras buscaba por cada salón Liam se preguntaba porqué les pasaba tantas cosas malas a ellos. Usualmente el chico se sentía mal por pensar así, al menos por creer que estaba en una mala situación, tenía comida (que no quisiera comerla era diferente), un hermoso lugar donde vivir, ropa de buena calidad y entretenimiento, entonces ¿Por qué siempre se sentía tan preocupado? Liam sabía que era muy afortunado, habían personas vagando en las calles sin rumbo alguno, niños usados en minas ilegales, niños no amados que a penas cumplían los 21 eran echados a la calle, dejando atrás una vida de abusos para adentrarse a un mundo nuevo. Él no debía preocuparse por esas cosas, a sus 16 años había recibido una excelente educación en casa y (aunque de una forma extraña) era amado, quizás solo debía aceptar su situación y vivir con ella de la misma forma en la que lo había hecho hasta ahora.

Ariam y Lauren eran otra historia. Cada una distinta su manera, cada una explosiva y no eran nada conformistas como Liam.

Pero de pronto la respuesta llego por si sola a su mente: Liam no podía ser conformista con su situación porque estaría condenando a sus hijos a vivir la misma horrible situación; estaba claro que la autopreservación no era algo en lo que el joven fuera bueno, en lo que a él respectaba podían violarlo, torturarlo, despedazarlo o incluso comérselo de forma literal, pero sus hijos...no, sus niños eran intocables.
La nueva dinámica familiar había sido impuesta por Marianne, ella no quería que Liam fuera padre a tan corta edad, por eso lo hizo actuar como un hermano mayor para sus propios vástagos, Ally siempre supo la verdad, como Ariam estaba recién parida ella pudo aprovechar para alimentar a Ally adoptando el rol de madre a los 13 años de edad, Ariam y Liam nunca le ocultaron su historia a Ally, solo dos partes las cuales eran demasiado como para que una niña de 6 años lo comprendiera, pero cuando Ally fuera mayor Liam se lo diría. Aunque la idea de Marianne estuviera cargada de buenas intenciones Liam no estuvo para nada de acuerdo en que se engañara a la niña, Ariam tampoco lo estuvo, ellos preferían brindarle un núcleo familiar lo más normal posible: mamá, papá, hija e hijo; pero cada vez que Ally los llamaba "papá" y "mamá" recibía una palmada en la boca por parte de Marianne, Liam y Ariam siempre interferían, pero Marianne solo les gritaba que eran unos niños, demasiado jóvenes para ser padres, cierto, pero ella no había intercedido a su favor cuando ambos niños fueron forzados a quitarse las prendas y meter sus intimidades en extraños lugares que no conocían. Liam suponía que Ally estaba confundida por la situación, pero no hacía ninguna pregunta ya que en su inocencia comprendía que algo estaba mal.

Como último lugar Liam fue a la habitación de Allyra, pero ni siquiera encontró a la niña, su razonamiento para pensar que la niña estuviera allí era la hora del almuerzo, Ally no le gustaba comer en grandes multitudes, prefería sentarse en su cama y consumir sus alimentos junto a esa salsa roja que Ariam le daba, era una especie de jalea de fresa o algo similar, a Liam le parecía repugnante, demasiado liquida y dulce, pero a Ariam y a Ally les fascinaba, aunque últimamente consumían una nueva presentación de la jalea pero más viscosa y grumosa. Bastante decepcionado por su búsqueda fallida Liam fue en busca de consuelo de su pequeño Heaven, esperaba que su aroma a bebé y leche lo tranquilizarán, pero vaya fue su sorpresa al llegar a la habitación del niño de ver a Ariam y a Ally allí, ambas dormidas en un sofá al lado de la cuna. Los brazos de Ariam rodeaban a Ally de forma protectora, pegando el rostro de la niña a su pecho, Heaven permanecían en el centro de ambas féminas, cubierto por una manta blanca, completamente dormido. Liam observo la escena bastate feliz, le encantaba ver a Ariam profesando su maternidad de una forma tan natural, como si las circunstancias no fueran tan malas. Pero la escena era también desgarradora, si no se sabía el contexto se pensaría que solo es una adolescente con sus hermanos, una chica de 19 años con sus dos hermanitos, tranquilamente, solo durmiendo, descansando. El hecho de que Ariam no pareciera su madre en cambio, pareciera ser su hermana era algo doloroso, al menos para Liam.

El muchacho se preocupo bastante al ver los ojos hinchados y enrojecidos de su hermana, aquello era una clara señal de que Ariam había estado llorando. Meditándolo un poco decidió despertarla, se acerco y la tomo de los hombros, depositando un beso en su mejilla, a penas los cálidos labios se separaron de la piel fría de Ariam ella abrió sus ojos azules de par en par, como un par de balas a punto de matar, pero al ver que era Liam su mirada fría se suavizo, siendo reemplazada por la mirada del amor más genuino que el jovencito hubiera visto.

— ¿Sucede algo? — pregunto Ariam enderezándose, Liam sabía que si le decía que necesitaban hablar ella reaccionaría de forma violenta, así que solo se limito a hacerle un gesto para que saliera con él de la habitación de Heaven.

Con cuidado Ariam deposito a Allyra sobre el sofá, buscando una manta en un armario para abrigar a su hija, Liam tomó a Heaven en brazos y lo dejó en la cuna, rodeado por peluches de cordero, ballenas, armiños y linces blancos. Ariam le dio un beso al rubio cabello de su hija y tomó la mano de Liam, saliendo juntos de la habitación, a Ariam le gustaban esos momentos en los cuales solo eran una pareja normal con sus dos hijos pequeños.

Ambos salieron de la habitación celeste y blanca, algo aburrida pero apropiada para un niño, caminaron un poco y se detuvieron frente a una ventana para ver la lluvia que arrasaba con cuanto copo de nieve se metiera en su camino.

— Me siento halagada y confundida — Ariam entrelazó sus dedos con los de Liam, con una radiante mirada — ¿Qué sucede?

— ¿Acaso tiene que suceder algo para querer hablar con la madre de mis hijos? — la mirada de Ariam lo dijo todo, todo lo que sus palabras no quisieron decir.

— Ya te dije que no hay nada de que hablar, soy una maldita — Ariam intento irse pero Liam le apretó la muñeca, deteniéndola.

— Si quieres no tenemos que hablar de eso, me he dado cuenta de que eres mi hermana y no te conozco muy bien. Quiero conocerte Ariam — Liam tomó la mano de la muchacha y depósito un beso en ella, pero la chica rechazo rápidamente dicho gesto de amor.

— Que curioso, la mayoría de personas no se interesan por conocer los gustos y pasatiempos de su violador — Liam tomó la muñeca de Ariam con ambas manos, tratando de dejarle en claro que no era su culpa.

— Ariam no tuviste opción — insistió él.

— Sí la tuve, siempre hay opciones, pude haber preferido que me azotarán hasta la muerte, que me golpearan o buscar a otro hombre con el cual copular, pero fui cobarde, ellos me dijeron que lo hiciera y yo obedecí. Soy una cobarde, Liam, una perra cobarde.

— No es cierto, me hubieran querido a mí para el ritual, la muerte no era una opción viable — insistió Liam, el muchacho avergonzado bajo la cabeza en uno de sus clásicos gestos de sumisión que sabía que era capaz de despertar el instinto protector y dominante de su hermana  —, además, prefiero que hayas sido tu quien me tomara. 

Ariam por fin se libero y lo tomó de los hombros, sacudiéndolo con fuerza.

— ¿Por qué tienes que ser tan bueno conmigo? ¡Dime que soy una perra! ¡Dime que soy una maldita! ¡Gritame, insultame, golpeame! Anda, ¡HAZLO! — en vez de hacer todo eso que Ariam le proponía, Liam la abrazo, un cálido abrazo que dejo a Ariam sin aliento.

— Esta bien, Ariam, esta bien. Ambos somos víctimas.

Ariam correspondió el abrazo de Liam, sintiéndose miserable por haber lastimado a la persona más importante de su mundo.

— No te merezco, Liam — sollozo la muchacha, enterrando su rostro en el ondulado cabello de su hermano, inhalando su aroma. En la penumbra de esa tarde invernal, la chica se acerca al chico, envolviéndolo con sus brazos. Con ternura, inhala profundamente, deleitándose en el aroma reconfortante de su cabello. En ese abrazo, se funden en una conexión íntima y familiar.

Prim provenía de un país oriental, allí tenían la creencia de que se podían absorber las malas emociones para que la persona que amabas no sufriera y eso intentaba hacer Liam con ese abrazo, hacerle sentir a Ariam que todo iba a estar bien, que nada era su culpa y sin importar que pasará él estaría allí para cuidarla, de la misma forma Ariam siempre estaría allí para protegerlo. Unos pequeños ruidos interrumpieron el abrazo, era Heaven exigiendo su sexta comida del día, Ariam se separo de Liam, tomándolo de la mano y dándole un beso en los nudillos, luciendo más tranquila.

— ¡Rayos! Es como si él se hubiera vuelto el dueño de mis senos, no me deja dormir, siempre tiene hambre y empiezo a creer que si esto sigue así tendré que sacrificar la sensibilidad de mis pezones — Liam sonrío ante tal comentario de su pequeño comelón.

— Sí, pero Ally era igual de bebé.

— Exacto, pero ella era menos intensa que Heaven, recuerda que Ally solo pedía comida durante el día y en la noche dormía como un bebé — Ariam sonrío ante su propio chiste —. Heaven en cambio exige comida a todas horas.

— Podemos alimentarlo con formula, si quieres yo puedo hacer varias rondas.

— No me gusta la idea de que se alimente con formula.

Liam rápidamente pensó en otra solución, Ariam casi nunca le permitía formar parte de la alimentación del bebé, pero curiosamente el tema del cambio de pañales siempre se lo dejaba a Liam.

— Entonces podemos conseguir un extractor de leche para que no te tengas que levantar tanto tiempo, yo puedo alimentarlo.

Ariam sonrío complacida.

— Esa idea me gusta más — los sonidos de Heaven pronto se transformaron en un llanto, ambos jóvenes padres se miraron preguntándose como un bebé tan pequeño podía llorar tan alto —. Será mejor que vaya antes de que despierte a Ally, ¿Quieres venir? Así sabrás como alimentarlo con algo que no sea puré de frutas o papilla.

Liam acepto gustoso la idea, Ariam lo tomó con cuidado y ambos se dirigieron de nuevo a la habitación donde sus hijos dormían, pero cuando estaban a punto de entrar llegó trotando Lorie algo alterada.

— ¡Liam! Aquí estás, ¿Dónde te habías metido?

La chica rápidamente pareció enojada, ver las manos de Ariam y Liam entrelazadas, con la otra mano de Ariam alrededor de la cintura de Liam era algo que Lorie hubiera deseado jamás ver.

— ¿Qué haces con ella? — el tono de voz de Lorie cambio cuando dijo "ella", aquella palabra sabía a puro desprecio.

— No es de tu incumbencia Zanahoria — Ariam miró a Lorie y después a Liam, una risa amarga brotó de sus labios —. Veo que sobró aquí — la chica abrió la puerta de la habitación de Heaven y entro en ella —, que te diviertas con tú Zanahoria.

— Ariam yo...— pero antes de que pudiera hablar Allyra ya se había despertado y se aferraba a la pierna de su madre.

— ¿Qué pasa? — Ariam acarició la cabeza de la niña, calmándola, por otra parte Ally miraba a todos con especial interés.

— Nada, bonita, ve a dormir.

Los ojos de distintos colores de la niña se detuvieron justo sobre Lorie, la pequeña Allyra que aún seguía somnolienta miró a su madre, señaló a Lorie y dijo:

— ¿Ella es la zorra naranja de la que me contaste? — Liam se puso rojo de vergüenza.

— ¡Ally! ¡No digas eso!

— ¿Por qué? Mamá dijo que así es — la pequeña infante parecía genuinamente confundida.

— Ariam, ¿Qué le dijiste a Ally sobre Lorie? — pregunto Liam sorprendido de las palabras de su hija.

Ariam solo miró a Liam con lástima.

— La verdad — respondió ella.

— ¡Rompe hogares! — le gritó Allyra antes de que Ariam cerrará la puerta en la cara de Liam.

Liam se quedó sorprendido ante la actitud de su hermana e hija, ¿Acaso se había perdido de algo? Pero al darse la vuelta supo que su mal rato a penas había empezado, porque Lorie estaba roja, muchísimo más roja que sus pecas.

— ¿Qué le pasa a esa bruja? ¡Está loca! Se nota que es sólo una patética excusa de mujer, ¿Y qué pasa con esa mocosa malcriada?

Liam apretó los puños furioso. Sabía que no debía corregir a sus mayores, pero Lorie había arruinado su oportunidad de ser co-padres con Ariam y disfrutar de un momento de integración familiar.

— Esa bruja es mi hermana, la mocosa también lo es y te exijo que las respetes.

El rojo en el rostro de Lorie desapareció, ahora estaba pálida, como un papel.

— Liam, yo...no sabía que era tú hermana, lo siento...— Liam hizo un gesto para que se callara.

— ¿Qué es lo que quieres?

Lorie respiró hondo, notándose bastante nerviosa.

— Es sobre Sue — Liam alzó las cejas con repentino que interés —, sí está en la enfermería, pero no será fácil hablar con ella, tienen guardias custodiando la enfermería.

¿Enserio Lorie acababa de interrumpir su momento con la madre de sus hijos por algo tan tonto? Liam miró la puerta de la habitación de Heaven e intento entrar, pero Ariam la había cerrado con llave.

— Ariam, por favor, déjame entrar — susurró Liam contra la puerta, pero solo se escuchaba los sonidos producidos por Heaven al ser amamantado.

Ariam no le abrió.

Disgustado Liam empezó a caminar, intentando calmarse, no estaba enojado, estaba desilusionado. Desde que la paternidad se había vuelto una parte indispensable de su vida Liam supo que tendría que asegurarse de tener una buena relación con Ariam, pero por alguna razón que aún Liam no comprendía del todo habían lapsos de tiempo en los cuales Ariam desaparecía sin dejar rastro, luego, tal y como se iba Ariam regresaba de forma repentina, ella nunca le decía porqué se iba o a dónde, jamás, sólo actuaba como si siempre hubiera estado ahí, así que Liam aprendió a actuar como si ella siempre hubiera estado allí.
El joven melancolico llegó a la azotea del colegio, no supo en qué momento subió allí, era algo usual en él, se concentraba tanto en sus pensamientos que su cuerpo adquiría el modo automático e iba adónde quería. Ya casi era de noche, pero las estrellas permanecían ocultas bajo la espesa niebla que rodeaba el colegio, eso no fue nada alentador, ver las estrellas podían relajar a cualquiera, a no ser que fuera un conspiranoico, en ese caso cualquier luz o cosa en el firmamento sería sumamente inquietante. Pero para los miembros de Un Mundo Libre también lo era. En la religión de Liam existían tres dioses principales y un grupo más de dioses menores: El Hacedor, El Excelso y La Benevolente; El Hacedor era el sol, con un ojo en su centro, un ojo que lo veía todo y con patas largas que se extendían por toda la creación; El Excelso era un dragón de tamaño descomunal, tan grande que su cuerpo abarcaba todo el universo, se suponía que las estrellas son sus múltiples ojos que están repartidos por toda la inmensidad de su cuerpo; La Benevolente es una mujer sin raza ni apariencia, descansa sobre la luna, vigilando todo aquello que hace la humanidad y juzgando.

La idea de tener un dragón gigante con muchos ojos observándolo todo el tiempo le resultaba aterrador al muchacho.

— ¿En qué piensas? — Liam dió un salto asustado, no había notado que Lorie lo siguió en silencio por todo el lugar.

Liam, repentinamente avergonzado por haberle hablado tan mal, no le sostuvo la mirada, sólo observó sus zapatos de color marrón.
Al no obtener respuesta Lorie se sentó en la punta del tejado e inicio la conversación.

— ¿Hasta cuando se quedarán?

— Hasta la graduación — respondió Liam en un susurro.

— Es muy poco tiempo — la pelirroja se notaba desanimada, Liam pensó que quizás él era el primer hombre que Lorie conocía que no fuera un patrocinador — ¿No puedes quedarte más? — Liam se sentó a su lado — ¿Al menos hasta que me vaya?

— Mí padre no lo permitirá — respondió Liam cabizbajo.

— ¿Cómo lo sabes? A lo mejor si te deja quedarte.

— No lo hará, lo conozco antes es un milagro que me haya dejado venir.

Lorie miró al cielo que empezaba a despejarse, dejando ver las estrellas parpadeantes, el chico respiro profundo dejándose caer al suelo.

— ¿Por qué Ariam se fue del colegio? Estudiaba aquí, ¿Qué sucedió?

— No lo sé, cuando Ariam tenía 13 años empezó a irse por varios periodos de tiempo — Liam abrazo sus piernas contra su pecho, pero no levantó la cabeza, en cambio contempló el vacío, preguntándose qué se sentiría perder la vida de una caída —. Papá dijo que iba a un internado, pero nunca la vi haciendo tarea o con un uniforme, la escuela duraba 9 meses, luego Ariam volvía dos meses y volvía a irse por otros nueve meses, así fue hasta ahora, papá dijo que Ariam no irá más al internado.

— ¿Cuántos años tiene?

— ¿Ariam? — Lorie asintió —, perdón, me confundí, pensé que estabas preguntando por mi padre, Ariam tiene 19.

— ¡Vaya! ¿Es menor que yo? No lo aparenta.

— ¿Cuántos tienes?

— 21, ¿Y tú?

— 16 — o eso creía, lo cierto era que el chico no tenía idea de cual podría ser su edad real, ¿No los aparento? — Liam esperaba que Lorie dijera que no, pero en vez de eso la chica empezó a reír.

— La verdad sí, los aparentas, te ves muy joven y tierno — Lorie le pellizco las mejillas a Liam, haciéndolo sonrojar.

— ¿Y qué haces en el colegio? — pregunto Liam intentando cambiar de tema.

Esa clase de instituciones albergaban a chicas sin padres y a Liam le causaba curiosidad saber la historia de Lorie, aunque eso era un poco hipócrita de su parte.

— Bueno, es complicado...— contestó —, jamás conocí a mis padres, las maestras dijeron que murieron como resultado de un rebrote de la epidemia y como todas somos huérfanas, es...la misma historia de siempre.

— ¿Realmente no recuerdas nada de ellos?

— No — Lorie volvió a mirar el cielo, con las estrellas reflejándose en sus ojos. El joven no pudo evitar pensar que la chica era muy hermosa —. De niñas jugábamos en el jardín a que nos escondíamos de nuestros padres, nos tapábamos los ojos y corríamos detrás de los árboles, cuando hacíamos eso casi podíamos escuchar sus voces: "Lorie, hijita, ven, ya es hora de comer" o algo así — la mirada de Lorie se apagó y ocultó su rostro en sus manos —. Luego la directora Phillipa nos castigaba, nos ponía ladrillos en cada mano bajo el sol ardiente de verano, decía que éramos unas malagradecidas, ya que si nuestros padres murieron por la enfermedad fue por su pecado y los dioses nos querían alejar del pecado — Lorie miró a Liam de forma traviesa, con clara intención de cambiar de tema — ¿Cómo es el mundo en el exterior, Liam?

Liam volvió a mirar al vacío, si tan solo Lorie supiera que él estaba incluso más aislado que ella.

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