Capítulo 9

Capítulo 9: Dame otra oportunidad

—Bueno...—suspiró Josh—sé que sigues enojado por lo que pasó el otro día. Y lo entiendo. Pero no debiste sacarme del carro sin haber escuchado la verdad.

Jacob solo lo observaba. Ambos estaban sentados en la sala, frente a frente, y al ver que el modelo seguía con los brazos cruzados y sin decir nada, Josh empezó a contarle sobre Serge.

—¡Todo fue un mal entendido, Jacob! Serge es así con los bailarines principales. Si quieres mantenerte en la cima, debes hacer lo que él diga. Detesto hacerlo, pero así es la realidad con este trabajo. 

Jacob no podía creer lo que había oído. ¿Qué cosas le obligaba hacer? ¿Y todo esto sucedía en su ausencia?

—¡Te juro, Jacob que nunca en la vida te sería infiel! ¡Te amo!—declaró Josh acercando su cabeza al pecho del modelo— Regresa a mi lado, por favor.

Jacob veía como las lágrimas del chico caían en su camisa. ¿Debía darle otra oportunidad? Después de todo, aún lo quería.

—Deja tu trabajo, Josh. No puedo permitir que te sigas haciendo esto.

—¡No puedo! Firmé un contrato y ya cobré por las presentaciones de "Giselle". 

—¡Pero no puedes seguir siendo el títere de Serge!

—El ballet lo es todo para mí. Y no quiero que me lo arrebaten. Tienes que apoyarme, por favor.

—Perdón, no puedo— retiró las manos de bailarín de su cuerpo—. Si vas a continuar con eso, lo mejor es que terminemos.

—¿Por qué estas siendo tan duro conmigo? Siempre te he apoyado, Jacob. Yo también merezco triunfar. 

—¡Pero no con lo que estás haciendo! Lo siento, no puedo apoyarte con esto—indicó alzando la voz por la ira.—Veo que tomaste una decisión respecto a Serge... Si esa es tu elección. Lo mejor es dejarlo aquí. 

—¡Jacob!

—Seamos sinceros, ha sido muy difícil estar juntos este año... ¡Qué ahora ya ni te conozco! No puedo creer que vinieras a mi casa para decirme que acepté a esa basura.

—Jacob...

—La verdad,  ya no sé si siento lo mismo por ti.

—Déjame arreglar eso—contestó tomando la barbilla del modelo de repente, e incrustó suavemente sus labios a los del chico por unos segundos—¿Y ahora?—preguntó alejando su torso de él.

—Josh...—susurró Jacob con agitación como respuesta, y volvió a acercar su boca a los labios que tanto extrañaba besar.

*****

(En el apartamento de Emma & Eugenie)

—Así que el nombre del bastardo resultó ser Jacob Smith—Gigi intentaba controlarse después de escuchar lo qué le hizo el modelo a su mejor amiga—Siento que he escuchado ese nombre antes, pero no sé donde. ¿Lo tendré agregado en el facebook?—se preguntó mientras cogía su celular de la mesa de café.

—Ya no hablemos de él, por favor. Lo único que provoca es querer ahorcarme por escribir un libro inspirado en él.  

—Lo siento, Emma. 

—Me dolieron sus palabras. Siento tanta vergüenza de mí por seguirle la corriente. No quiero ver su rostro nunca más.

—¿Es él, cierto?—interrumpió Gigi el sufrimiento de su querida amiga,  mostrándole en su celular una imagen de Jacob posando serio.

—¿Lo tenías agregado en tus contactos?

—¡Já! No, una amiga del trabajo le gusta cambiar su foto de perfil a cada rato con imágenes de famosos. Una vez, tuvo la foto de Orlando Bloom y a cada rato recibía solicitudes de chicas desconocidas. 

—¡Espera! ¿Acaso dijiste "famosos"? Dijo que él era uno, pero yo no le creí.

—No puede ser. Déjame buscarlo en google.

Emma no estaba interesada en el mundo del espectáculo como para saber quienes eran las celebridades del momento. Tampoco era de contemplar las propagandas en las calles o en la televisión para darse cuenta que todo este tiempo había estado enamorada de un famoso, como cualquier otro mortal. 

—¡Emma!—exclamó atónita Eugenie alterando más a la chica—¡Mira!

Nerviosa, la joven escritora cogió el aparato y empezó a leer los encabezados de las páginas webs: "Jacob Smith, el supermodelo más famoso del momento", "Jacob Smith, él modelo mejor pagado...", "Jacob Smith está en su mejor momento de su carrera, modelando para marcas como Armani y Calvin Klein...", "Uno de los solteros más codiciados es Jacob Smith..."

—Al parecer decía la verdad el bastardo.

Emma devolvió el celular a su amiga sin decir nada y salió del sillón a su escritorio. Acarició por unos segundos la portada de su primer libro que se encontraba al lado de su computadora como un trofeo. «El ángel que creí que sería, no es más que solo mi imaginación...» volvió a repetirse las mismas palabras que pensó al ver a su real y decepcionante adonis.  

—¿Qué haces, Emma?—saltó Gigi sorprendida al ver que la escritora tiraba su obra al pequeño tacho de su escritorio. 

—¿Qué es lo que hago? Me deshago de Ángel. Escucha bien mis palabras, Eugenie—indicó levantando su puño como Xena—¡No volveré a caer en la belleza física masculina, y voy a escribir no solo una nueva novela, sino que será mil veces mejor que el insensible Ángel! 

—Faltó un grito de guerra, pero igual estoy orgullosa de ti, Emma—aplaudía su amiga.

—¡Muerte a Ángeeel!

—Está bien. Ya es suficiente.

***

A la mañana siguiente...

—¡Buenos días, dormilón!—saludó Josh acariciando el rostro de su pareja. 

—Buenos días. Hiciste ensalada de fruta, muchas gracias.

Josh al ver que el modelo seguía de buen humor desde la noche, le preocupaba tener que decirle una noticia. 

—¿Pasa algo?—preguntó Jacob al notar su mirada perdida.

—Tengo que decirte algo muy importante. Mañana en la mañana me iré a Moscú.

—¡¿Moscú?! ¿Por qué?

—Nuestro Musical de "Giselle" fue todo un éxito, que el productor consiguió una gira en Europa, y comenzará en Moscú. Tendré que irme de Nueva York por tres meses. Y el vuelo es mañana en la mañana.

—¿Tres meses? Acabamos de volver, ¿y me dices que te vas a ir mañana?

—Lo sé, debí decírtelo antes de que volvieras de París. Perdóname. Te juro que terminado la gira, renunciaré al grupo de Serge.   

Jacob se mordía el labio. ¿Serge y Josh solos otros tres meses? Él esperaba que lo de Moscú no fuera verdad.

—Dime, Jacob que podré irme tranquilo. Que me esperarás—Pero resultó serlo. 

«No lo sé...» pensó mientras retiraba su plato de ensalada de la mesa.

—Jacob, por favor.

—Te esperaré—respondió finalmente haciendo que Josh se acercará a abrazarlo en el fregadero.

—Gracias, en serio gracias.

Mientras Josh sonreía, Jacob apoyando su barbilla sobre el hombro del bailarín, se preguntaba si había tomado la decisión correcta.

Bajó la mirada hacía los trastes sucios y observó su vaso de agua de ayer. Aún podía recordar al joven mesero del restaurante. A pesar de que solo lo conoció por una hora, sentía un gran interés en volver a encontrárselo. ¿Acaso tomó la decisión equivocada? 

—Te quiero, Jacob Smith. ¡Me haces el hombre más feliz del mundo!

De todas formas, era demasiado tarde para arrepentirse.

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