Capítulo 16

Capítulo 16: "Esclavo por un día" (PARTE 2)

—Bienvenidos a Tamara's Café —saludó una de las meseras del lugar a Jacob y a Emma—. Aquí tienen los menús. ¿Qué se les antoja? —preguntó bien simpática.

—Queremos waffles, por favor —respondió Emmanuel.

—Entendido, ¿algo más?

—Y un jugo de naranja —indicó el otro.

—¡Sale en seguida! —diciendo esto con una gran sonrisa, la mesera regresó a la cocina.

Por otro lado, mientras ella se retiraba, Jacob empezó a reírse silenciosamente.

—¿Qué tienes? —preguntó Emma confundida.

—Es solo que siempre, en cualquier lugar donde yo vaya, todas las chicas tratan de coquetearme.

—¿Y cómo sabes que te coqueteó?

—Solo mírala —señaló—. ¡Disimuladamente!

—¡Ya la vi! Está esperando nuestra comida ¿y?... ¡Oh...! ¿Está mirándonos de reojo?

—¿Mirándonos? Sí, claro...—susurró con sarcasmo—. Creo que tengo una maldición. No puedo dejar de ser irresistible para las mujeres—. Volvió a señalar, pero esta vez a los demás clientes.

Emma giró hacia donde él señalaba y vio que todas las mujeres que desayunaban en ese lugar, sus ojos estaban puestos en él.

—Puedo tener a cualquier mujer ante mis pies, pero igual a mí no me interesan —agregó arrogante.

—Cierto, ¿por qué no te gustan las chicas?—preguntó curiosa.

—Cállate... ¡Mejor grítalo! 

—Lo siento —bajó la voz—. ¿Por qué, ah?

—Mejor dime tú, por qué debería salir con chicas.

—Bueno... —miró a la mesera regresando con la comida.

—Aquí tienen sus waffles y su jugo de naranja—interrumpió las misma mesera que tomó ambas órdenes—. ¿Necesitan algo más? —preguntó mientras apoyaba la bandeja en sus piernas.

—No, gracias —respondió Emma amablemente.

La mesera sonrojada agregó —¡Oh! Entonces, bueno... estaré en la caja registradora si me necesitan. «¿Por qué actúas así? ¿Qué pensará él de mí?» pensó avergonzada retornando a su lugar.

—Ves a la mesera—indicó Emma a su acompañante —Parece ser una chica muy dedicada y tierna. Aparte de eso, es muy bonita, parece una princesa de Disney.

—¿Princesa de Disney? ¡Já! Sí, claro... —asintió el modelo bebiendo su jugo.

—¡Qué cruel eres! Si tus fans supieran como eres en realidad...

Escuchando eso, Jacob estampó el vaso contra la mesa y se defendió —¡Con mis fans es diferente! Para mí, ellas son mis hermanas. Siento que ellas, a pesar de que no sepan la verdad, me apoyan un montón.

—Entonces ¿Por qué no admites tu-

—¡Shhh! Mis fans sueñan con casarse conmigo algún día y que tengamos hermosos bebes igualitos a mí. Sí llegará a admitir... La verdad, tengo miedo de que algo malo hagan. Además perdería mi popularidad y no tendría trabajo.

—Que bien que pienses en tus fans, pero también debes preocuparte por ti. No puedes ocultarlo para siempre.

—Sé que debo decirlo, pero no será ahora... Será cuando encuentre a la persona indicada.

—Ya regreso —se levanta Emma de la mesa—. Iré a pagar la cuenta.

*** 

—¡Gracias por consumir en Tamara's Café!—agradecía la cajera a Emmanuel—¡Que tenga un buen día!

—Gracias, igualmente—agarró su boleta y al voltearse, se encontró con....

— ¿Ya se va?—preguntó la mesera que los había atendido.

—Sí, hoy me espera un día muy agitado...

—Ohhh... Entiendo

Emma se despidió de la joven, y antes de que regresara hacia su asiento, vio que en las manos de la mesera había un papel con un número telefónico

—Ahhh... —sospechaba lo que le iba a pedir la mujer.

—¿Qué? —preguntó algo ruborizada.

—¿Quieres que te presente a mi amigo, verdad? Bueno, él la verdad es un poquito frió con las chicas, pero  si quieres le entrego tu número —estiró su mano.

—Es-Esto creo que lo ha malentendido.

—¿Ah? Pensé que usted quería darle su número telefónico para que la invitara a salir —se rascaba la cabeza de la vergüenza —Discúlpeme, yo-

 —¡No! No se disculpe. La verdad, sí iba hacer eso, pero... el papel no es para él.

—¿A no?

—No... si no a usted—corrigió entregándole su número—. Mi nombre es Cynthia, pero puedes llamarme Cindy.

—Cindy, lindo nombre.

—Gracias —sonrió.

—Me llamo Emma... nuel. ¡Mucho gusto!

—Igualmente.

—¿Por qué te demoras?—terció una voz conocida—. Recuerda que tienes mucho que hacer hoy, Emmanuel.

—¡Ya voy!

—¿Ya te tienes que ir?—preguntó Cindy entristecida.

— Sí, perdón.

— ¡Vámonos, ya!—exhortó Jacob cogiéndola de los hombros.

—Ojalá te animes de invitarme a salir algún día —insistió la mesera a Emma.

—¡¿Qué?!—Jacob no podía creer lo que estaba oyendo —¿Una cita? ¡¿Con él?!

—Sí —asintió la joven.

—Entonces al que mirabas no era a mí, si no era a ¡¿él?!

—¿Ah? Sí...

—Sí que las mujeres son raras...

—¡No digas eso!—exclamó Emmanuel empujándolo hacia la salida—. ¡Ya vámonos! ¡Adiós, Cindy! ¡Gusto en conocerte!

—¡Adiós, Emmanuel! 

*** 

Afuera de Tamara's Café...

—¡Pero sí es la verdad!—seguía fastidiando Jacob a Emmanuel—No lo tomes a mal, pero no eres el tipo de ninguna chica.

—¡Soy atractivo, ya! —exclamó el mesero, a lo que Jacob lo negó con la cabeza—. Entonces, ¿qué soy?—preguntó enojada.

—A las chicas les gusta los chicos altos, con cuerpos de atleta y bien vestidos, alguien como yo. Pero tú... —miró a Emma de pies a cabeza—. Eres bajo, escuálido y cómo vistes ahora, no te favorece.

—¿Estás diciéndome qué soy feo?

—Algo así...

—¡Eres un...! ¡¿Sabes qué?! Te demostraré que estas equivocado.

—¿Así? ¿Y cómo?—preguntó riéndose.

—Sígueme.

Jacob siguiéndole el juego, regresaron al Café.

—¡Cindy! —Emma se acercó a la joven—. Me preguntaba sí estás libre el próximo domingo en la noche.

—¡Sí, claro! —respondió Cindy emocionada.

—Te llamaré.

Jacob observando como la chica le coqueteaba con la mirada a Emmanuel y éste respondiéndole con una sonrisa, le molestaba.

«¿Qué he hecho...?» 

*** 

Después de desayunar en el café, ambos regresaron al edificio de Jacob.

— ¡Aaah! ¡Estoy satisfecho! ¿Estuvieron deliciosos los waffles, no?— preguntó Emma mientras ambos entraban a la casa.

—Ah...— asintió seco.

—¿Qué pasa? ¿Estás molesto?

—No. Voy a ir a tomar un baño—respondió caminando hacia una de las habitaciones.

—Está bien.

Mientras Jacob se encontraba en el baño, Emma se paseó por toda la casa. Encontró un espejo grande sobre la pared y se puso a mirarse detenidamente en él.

«¡No soy baja! ¡Soy alta para ser mujer! ¡Mido 1.70! ¡Podría convertirme en una modelo y ser más famosa que tú!» Refunfuñaba tocándose los brazos «Aunque... Sí estoy algo delgada, pero igual sigo siendo fuerte. ¡Muy fuerte! Ojalá pudiera tirarte mi puño en tu perfecta cara, Jacob Smith»

—Te tiraría...¡así! —exclamó golpeando con todas sus fuerzas a un librero. Inmediatamente, cayó una fotografía de allí.

—Esto es...—se agachó a recogerlo—Jacob y... él debe ser... ¿Josh?—se preguntó al notar que el joven en la fotografía lucía atractivo.

—Ya terminé —salió Jacob del baño secándose el cabello con una toalla—.Toma —le tiró otra toalla—, ve a bañarte —indicó yéndose a su dormitorio.

—Está bien... —asintió confundida al notarlo todavía enojado—. ¿De qué se habrá molestado?

Dentro del baño, luego de colocarle seguro a la puerta, Emma se desnudó y entró a la ducha. Mientras se esparcía el shampoo en la cabeza, se puso a analizar por qué Jacob estaría actuando frió con ella. Intentó recordar la última vez que Jacob actuaba normal. 

—Supongo que antes de que invitara a salir a Cindy —se respondió—. ¡Oh! ¿Acaso... él está... celoso? 

Al terminar de bañarse y de secarse el cuerpo, se vendo lo senos, y se vistió con sus prendas de hombre. Se cepilló el cabello y entre su ropa, vio que aún tenía la fotografía de Jacob con Josh.

—Me olvidé colocarlo en su sitio, ¿debería regresarlo? Mmm... —metió la foto en su mochila—. Tal vez me sirva de algo.

Salió del baño y fue a buscar a Jacob.

—¿Dónde estás?—preguntó al notar que en su cuarto no estaba.

—En la sala—respondió el otro mientras leía su tablet—Te demoras un montón en el baño, ah.

—¡Es que me gusta estar en el agua!—rio avergonzada, sabiendo que le tomaba tiempo vendarse—¿Qué hacemos ahora?

—Quiero ir a comprarme ropa, ir a almorzar, pasear por Times Square e ir al cine—respondió tirando el aparato en el sofá.

—¡¿Eh?! ¡Me vas a dejar sin dinero!

—No te preocupes, yo pagaré....pero solo mi ropa, lo demás tú pagarás.

—Bueno, almorzar, pasear y  cine. ¡Amo ir al cine! ¿Qué película veremos?

—Estuve buscando y hay una en cartelera que no lo he visto.  Se llama "Meeting Place", es una comedia romántica.

—¡Ya, entonces vayamos!—exclamó yendo hacia la entrada—. ¿Qué esperas?—preguntó al notarlo aun sentado.

—No puedo salir, contigo así...

—¿Por qué no? Es ropa limpia.

—¡No seas tonto!

—¿Entonces? Aaah... ¿es porque somos hombres y van a pensar que somos pareja, verdad?

—¡Exacto!

—Entonces, no salgamos —sugirió tomando asiento en el sillón.

— No. Yo sí quiero salir. Y quiero ver esa película contigo.

—Pero no hay nada que hacer. Tú no quieres que la gente sepa que eres-

— ¡Shhh! Tengo un plan.

—¿Así...? —preguntó preocupada.

—Sí, saldremos. Seremos una de esas "parejas".

— ¡¿Qué?! Ni siquiera quieres estar cerca de mí en la calle. ¿Cómo vamos a disimular que tú y yo somos una...pareja? ¡Espera!... ¡Ah, no!—Jacob sonreía maliciosamente como un villano de película de terror—. ¡No, no, no, no! ¿Acaso tú quieres que yo me vista como...

—¡Ajá!— chasqueó los dedos.

—¡¿Mujer?!—gritó atónita.

—Sí, mi vecina es diseñadora. Ella me debe un favor, así que nos prestará sus prendas femeninas. Vayamos a que te trasforme. 

Emma completamente paralizada, se dejó arrastrar hacia el apartamento de su vecina.

«¡Ay, no! ¿Ahora qué hago?»

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