Capítulo 15
Capítulo 15: "Esclavo por un día" (PARTE 1)
A la mañana siguiente...
Todos en el departamento seguían durmiendo, hasta que de pronto sonó la alarma del celular de Jacob.
Él despertó y estiró su mano para apagarlo.
«¡Ay! A esta hora se supone que debo ir a trotar, pero tengo mucho sueño...» pensaba él mientras rodaba hacia el lado de Emma.
Miró el rostro de su compañero de cama y se quedó pensando.
«Te ves lindo durmiendo... A pesar de la baba seca que tienes al lado de tu boca» rio «Sería una lástima que alguien te levantará ¿verdad?»
Cogió su almohada, y a almohadazos la despierta.
— ¡Ya! ¡A despertar! ¡Ya amaneció!
—¡¿Qué te pasa?!— reaccionó furiosa.
—Ya levántate. Vamos a ir a trotar.
—¡¿Estás loco?! Son las... —miró su celular—. ¡Seis de la mañana! ¡Déjame dormir!—exclamó volviendo a echarse.
—¡Emmanuel! Recuerda que día es hoy.
—Es domingo, mi día de descanso.
—¡No!— volvió a tirarle la almohada a la cabeza—. Emmanuel, prepárate, que hoy eres mi esclavo.
Emma al escuchar la palabra "esclavo" inmediatamente abrió sus ojos. Lo único que podía pensar, era si llegaría a sobrevivir este día.
—Lo que harás como mi esclavo—siguió hablando Jacob—, es acompañarme a trotar, pero primero vayamos a mi apartamento.
— ¿Qué? ¿Para qué?—preguntó nerviosa.
—Tengo que cambiarme de ropa. Tengo que usar algo cómodo si vamos a ir a trotar. Vamos, levántate y vístete.
Emma se levantó del sofá soñolienta, y se dirigió a paso de tortuga hacia su dormitorio.
Jacob le seguía hablando —Lleva una mochila con ropa para cambiarte después, que hoy no regresaras a casa. ¡Ah! ¡Y lleva dinero!
Emma desde su habitación intentaba golpearse con la puerta del armario, no quería ni imaginar que cosas le haría hacer.
—El trato es que serás mi esclavo por un día completo—reiteró Jacob—, así que no desperdiciaré ningún minuto del día. ¡Ya apúrate!
***
—Me falta solo mis zapatillas y...—cerró su mochila— ¡Listo! Tal vez no salga viva de esto... ¿En qué te metiste, Emma?
«Pero... ¿esta experiencia debería escribirlo?»
—¡Claro!—asintió a su mente.
Salió de su habitación y caminó hacia la entrada. Jacob miró su reloj de mano.
—Son las seis de la mañana. Hasta el día de mañana a la misma hora, serás todo mío.
***
Dentro del coche de Emma...
—Emmanuel...
— ¿Si?
— ¡¿Por qué está tan desordenado aquí?! ¡Huele a animal muerto!—exclamó Jacob horrorizado.
—Espera, tengo una idea —se levantó de su asiento y buscó algo entre la basura.
—¿Qué buscas?—preguntó el otro mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.
—¡Esto!— sacó un aerosol de aroma primaveral y lo roseó por todo el interior del auto—. ¿Mejor?
— ¡No! ¿Sabes qué?—se desabrochó el cinturón—Tomemos un taxi, y tú pagarás.
— ¡¿Qué?! Yo no voy a-
—No te pregunté—le cortó saliendo rápidamente del lugar—¡Vamos, ya!
Después de dejar el coche desastroso de Emma, Jacob silbó a un taxi y éste se aproximó. Entraron y él mismo indicó al taxista la dirección—. Avenida Madison, por favor.
—Entendido.
—¿Qué? ¿Madison? ¡Está solo a unas cuantas cuadras!—exclamó Emma contando el dinero de su bolsillo.
—Lo sé.
—¡Pudimos haber caminado!
—Sí, pero no estoy arreglado. No quiero que la gente me vea así. Recuerda que soy—se acercó a su oreja—. Una celebridad—susurró sin dejar de vigilar al taxista.
—¿Tú crees que hay gente a esta hora?
—Hay que prevenir —sonrió.
—Eres un...
—¡Llegamos!— interrumpió el señor taxista—. Son 16 dólares—indicó extendiéndole la mano a Jacob.
—Yo no soy el que pagará, es él—señaló a Emma mientras salía del carro.
— Es mucho para 6 cuadras, ¿no cree?—rio gentilmente— ¿Podría pagarle con 10?
— ¡Págueme completo!—exhortó molesto.
— ¡Está bien, tome!
— Aquí tiene su vuelto—le entregó unos centavos.
Emma salió del automóvil y el taxista algo desconcertado se preguntó «¿Ese era un chico o chica?»
***
Después de ver lo lujoso que era el edificio, entró al apartamento de Jacob. Al parecer Emma estaba emocionada por conocer el hogar de una celebridad millonaria. Sin embargo...
—¿En serio esta es tu casa?— preguntó el mesero desilusionado al ver que el lugar se encontraba prácticamente vacío.
—Sí. ¿Qué esperabas ver? ¿Qué todo este bañado en oro?—reía mientras se dirigía a su dormitorio a cambiarse—. ¿Recuerdas que te conté sobre Josh?
— Sí... ¿Por?
—Él y yo vivíamos juntos, hace poco... Terminé con él. Así que se llevó sus pertenencias, pero luego él y yo—salió de su habitación—, volvimos.
— ¿Y por qué sus cosas no están acá de nuevo?
—Porque tuvo que viajar al extranjero. Volverá a mudarse aquí, cuando regrese.
— ¿Y eso será...?
—En tres meses—respondió desanimado.
«Después de que acaben estos tres meses. No volverás a verme, Emmanuel...» pensó el modelo mientras lo observaba viendo por la ventana.
—Oye—volteó Emma al escuchar su voz—. Vayamos a trotar, ¿te parece?
***
— ¡Ya no puedo más!—gritaba Emma exhausta en el parque— ¡Dijiste que íbamos a trotar!
—¡Eso es lo que estoy haciendo!—respondió Jacob desde lejos.
—¡No es cierto! ¡Tú estás corriendo! ¡No te puedo alcanzar! ¡Espérame!
Tras ver que había una distancia muy larga entre los dos, Jacob tuvo que regresar lo que caminó hasta llegar a Emma.
—Lo que pasa es que eres muy lento. Hay que seguir, aún nos falta dos manzanas por trotar.
—¡¿Dos manzanas?!—exclamó pasmada cayendo sentada hacia la vereda—Ya no puedo más, sigue sin mí... ¡Estoy deshidratado! ¡Necesito agua!
—Qué espeso eres... Está bien, vayamos a desayunar.
—¡Yeeh! —gritó victoriosa levantándose rápidamente del suelo.
—¡¿Para la comida sí tienes energía, no?!
Emma sonrió al notar que delató su mayor debilidad.
—Conozco un lugar donde hacen unos ricos waffles. ¡Vayamos!—sugerió jalando al modelo del brazo.
—Recuerda que tienes que pagar la cuenta.
—¡Ya lo sé!
Jacob soltó una risita al ver el rostro de Emma enojado y dejó que lo jalará.
Próxima parada: "Tamara's Cafe"
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