5 de septiembre, 2017

Hoy era el día.
Mi nombre estará en las noticias, tendré tanto dinero como soñé de pequeño. Grandes casas, con enormes piscinas.

Ya no trabajaré para nadie, ni por nadie. Seré sólo yo, Carlos Santana.

Todos estábamos seguros de esta decisión, no hay marcha atrás. Costó meses en perfeccionar. tendremos éxito.

-¡CARLOS!, ¡FUERA, FUERA! -Escuché salir de los labios de Thunder.

Me coloqué la máscara y baje con fuerza de la camioneta. 11:11 pm, pide un deseo, tener éxito.

Empecé a caminar despacio. Pare por un instante y cargue mi arma.

Todos se reunieron en frente de mi. Repasaban nuevamente el plan. Quienes abajo, quienes arriba. Era imposible no sabérselo con tanto tiempo.

-Todos a sus posiciones. Si alguno sale herido, a la camioneta -Dijo Gio, seguido de colocarse la máscara.

-¡VÁMONOS! -Gritó Víctor.

Todos empezaron a correr hacia sus lugares. Todos vestíamos iguales, mismas mascaras, misma arma. Era difícil describir solamente a uno con las características de veinte.

Era imposible siquiera entrar aquí de día, es un banco bastante prestigiado, solo celebridades tienen cuentas aquí. Por ende, alguien cómo yo solo podría entrar a robarles. Cada cosa que hacía era despacio, concentrándome en cada detalle.

Tras abrir la puerta todos entraron, el lugar era oscuro. Solo se veían pequeñas bombillas de las cajas y obviamente la máquina de registro de llegadas. Corrí hacia ella junto a Gio, el y yo éramos los únicos que realmente sabíamos el grado de riesgo de todo esto. Los demás solo servían como mano de obra para elaborar el trabajo.

-Luego de que registre la huella debes mantener a Víctor vigilando la puerta. Es bastante terco para esto -Dije mientras buscaba un pequeño sobre en mi bolsillo.

-Son músculos sin cerebro. Creo que todos realmente son útiles en esto, menos el -Dijo Gio mientras me pasaba alcohol.

Desinfecte el lector de huellas. Saque las manos de mi bolsillo, sosteniendo un sobre. Busque una huella de silicona y la coloque en el lector. Luz verde.

-Lo veras por última vez aquí, luego, cada quien por su camino -Dije guardando la huella nuevamente en el sobre.

-Eso espero -Dijo Gio, colocándose los guantes.

Corrí hasta la puerta principal del segundo piso, y saqué un papel de uno de mis bolsillos.

"556907". Correcto.
Fueron entrando y sacando el dinero. No había tanto ahí, pero debemos registrarlo todo.

¡¡POW!!

¿Qué es ese ruido?, ¿Quién lo hizo?, esto no está en el plan. Debo detenerlo antes de que todo empiece a derrumbarse.

Bajé corriendo, y dirigí mi mirada hacia la puerta principal. Está tenía un hoyo donde podía entrar la luz del exterior, no era como qué brillase mucho. Luego mire a Víctor. ¡Maldición! .

-¿Qué es lo que hiciste? -Dije tratando de no alertarme, para evitar pasárselo a los demás.

-El arma estaba atascada, quería revisar si tenía balas, pero...

Empezaron a sonar unas alarmas generales. Las luces se encendieron, todo estaba de cabeza. Le hice una seña a Gio y todos empezaron a recoger el dinero.

-¡RETIRADA! -Dije corriendo a recoger los materiales en el suelo.

-¡VAMOS, VAMOS, RECOJAN TODO! -Dijo Gio cerrando todo.

Esto no nos podía estar pasando. Todo estuvo medido y calculado, menos, las acciones de Víctor.

-Nos jodiste todo, sube a la camioneta, ¡AHORA! -Dije molesto mientras aseguraba la puerta de entrada.

-No tengo la culpa de que no cuiden las armas -Dijo empujándome contra la puerta.

Puede joder a cualquiera, menos a mí.
Saque la pistola de mano que estaba en mi bolsillo y le disparé en el hombro.

-No tengo paciencia, y, menos para ti -Dije asegurando la puerta.

Empecé a escuchar sus gritos. Se retorcía en la cerámica del banco, su sangre está flor de piel. Ahora mismo lo que menos me importa es Víctor.

De un momento a otro noté como el local estaba vacío, solo estaba yo y los gritos de Víctor. Entró Gio.

-¿Lo dejamos? -Dijo Gio, con la respiración acelerada.

-Si, no creo que tenga algo que decir -Dije seguido de dispararle en el cuello.

Sus gemidos abundaban en el lugar, pero no me voy a detener. Corrí junto a Gio hasta la puerta trasera. Y rápidamente subí junto a él a la camioneta.

-¡CORRE THUNDER! -Grite esperando su arranque.

No puedo creer lo que pasó, lo perdimos todo. Gracias a él.

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