Gatito

-MABEL – Desde abajo se escuchó el grito de su furioso gemelo, Dipper. Mabel apretó los ojos y abrazó protectoramente a su gatito. Los pasos fuertes de su hermano se escuchaban más fuertes a medida que se acercaba. - ¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?! – Levantó sus pantalones arañados y llenos de pelos rubios, obviamente del gato malvado de su hermana.

-Aww Bill te quería dejar su marca de cariño – Se excusa ella acariciando al mismo gatito que ronroneaba y apoyaba su cabeza a su mano de manera cariñosa. A Dipper no le pareció para nada adorable.

-Ese tonto gato me odia, rompió mis apuntes, perdió mis pertenencias, lleno de pelos todas mis prendas y araño mi cama por todos lados ¡sin mencionar las alergias que me dan sus pelos!- estornudo tres veces. Cansado tiró sus pantalones dañados y se cruzó de brazos. Mabel miró a su gatito alegremente acostado sobre su falda amasando su pierna mientras ronronea.

-Ay solo míralo, es solo un gatito inocente, estoy segura que no sabía que eran cosas tuyas – Mabel no pudo evitar abrazar a su gatito y maullarle como si ella también fuese un gato. Dipper refunfuñó incrédulo.

"Sí claro, no lo sabía" Entrecerró sus ojos hacia el gato, este parecía sonreírle con malicia dibujada en su felina cara.

Mabel había encontrado a ese gato rubio de rayas negras en la calle a la vuelta de la escuela, una vez que le había acariciado el gato no paró de seguirle, hasta le esperó fuera de la escuela para continuar siguiéndole hasta su casa.

Ella, completamente encantada por el gatito, pedía por favor, a gritos, con berrinches, haciendo deberes para que sus padres por fin y de una vez por todas le permitiesen adoptarlo.

Extrañamente, y muy sospechoso como para dejar pasar por Dipper, ese gato no paró de seguirla hasta que le permitiesen adoptarlo, algo que podría esperarlo de un perro fiel y enamorado, pero ni siquiera era tan común que un perro insistiera tanto, entonces ¿Cómo era posible que un gato como ese sí lo hiciera?

Desde el primer momento Dipper no dejó de sospechar de ese gato rubio, al cual Mabel bautizó como Bill. ¡Hasta ese nombre era muy extraño! Mabel casi lo llamaba definitivamente Rayas, o Rubio, o Ricitos de oro, o Solcito, o Sonrisitas, y radicalmente decide por llamarlo Bill. Dipper simplemente no entendía como de unos nombres tan tontos finalizó en un nombre como ese.

Luego, ese gato se volvió cada vez más extraño cuando Dipper notó la mirada maliciosa que le ponía cuando le miraba, era un despreciable felino que poco a poco lo volvía loco con los desastres que hacía. Volteaba a ver cuando estaba con su dueña y podría ver al gatito más lindo de la historia, pero cuando ella no estaba... Dipper tenía que temer y mucho, porque ese gato era muy agresivo con él, si él siquiera se atrevía a acercarse o mirarle fijo por mucho tiempo, el demonio disfrazado de gato le arañaría toda la cara. Y si Dipper se quejase con su hermana ella obviamente defendería a su gato con un "¡Lo habrás asustado!".

-¡Estoy harto de este gato! – Gruñó para levantarse de su cama, agarrar del gato, que siempre tiraba sus pertenencias y las rompía por diversión, y resistiendo sus arañazos llevarlo afuera de la habitación.

-¡Dipper! ¡¿Qué crees que haces?! – Apareció Mabel para levantar a su recién lanzado gato. - ¡¿Cómo puedes lanzarlo así?! ¡¿Te gustaría que te lanzaran de ese modo?! – Defendió a su mascota. Dipper le miró incrédulo y se despeinó frustrado por ese gato odioso. Después de discutir un largo rato con su hermana Dipper finalmente le ordenó a que el gato no entrara más a su cuarto. Mabel sintiéndose mal por todo lo que pasaba termino aceptando el trato, el gato no volvería entrar a la habitación cosa que al mismo no le gustó para nada. Bill le gruñó a Dipper y le siseó con odio. Mabel le acarició intentando calmarlo y fue a prepararle una cama en la cual podría dormir.

A la mañana siguiente Dipper despertó después de dormir bastante bien. Se levantó de buen humor y miró hacia la cama de su hermana, ella aún dormía. Dipper decidió irse a preparar el desayuno, pero en medio camino se encontró con aquel gato mirándole con más odio que antes.

-Ja, ¿el principito está enojado conmigo? – Pasó de largo evitando mirarle por mucho tiempo para no ganarse nuevos arañazos para la colección. Diablos, que le ardían esas heridas, Mabel debería cortarle las garras de una buena vez. Dipper se rascó la espalda despreocupadamente y abrió la heladera buscando qué prepararse, aun sintiendo la mirada del gato. – Deja de mirarme, gato tonto, tú te lo buscaste... - Le habló con molestia para voltear y descubrirlo sentado sobre una silla, aún le miraba de esa manera.

Dipper sacó la leche de la heladera y cerró la puerta de esta. Luego un cuenco y cereales. Miró otra vez de reojo al gato, este se relamía las garras mirándole con rencor.

-¿Acaso buscas intimidarme? Solo eres un gato tonto... deberían darte tu vacuna de la rabia – Dice mientras se prepara el desayuno pero terminó rebalsando el cuenco al escuchar una voz decirle...

"Y tu eres una estúpida rata asquerosa..."

Dipper volteó a ver al gato quien comenzaba a sonreír ampliamente. Sus ojos brillaban.

-... Tú... ¿hablaste? –

- Mmmmno – Responde burlón el gato mientras lleva su pata delantera sobre su grande sonrisa. Dipper dejó caer la caja de leche y esta se derramó. – Oh pobre, pobre, pobre chico... te metiste en los asuntos del gato equivocado... -

-¿Q-Qué demonios eres? ¿Qué es lo que quieres? – retrocede completamente estupefacto.

-Solo soy el hombre favorito de mi dulce estrella fugaz – Comienza a reír macabramente.

"¿Hombre? ¡Eres un gato!" Pensó Dipper aunque no entendía a qué se refería con estrella fugaz.

– Ella es mía, ¡mía! ¿Oíste? – Ahora le siseaba furioso como siempre. – Estoy cansado de que siempre te metas entre ella y yo... Es por eso... que dejarás de entrometerte... o te arrancaré la piel con mis propias garras – Amenazó con aquella sonrisa ahora llena de furia. Dipper sintió un escalofríos recorrer por todo su cuerpo, cuando el gato rubio creció como si fuese un tigre y en un rugido saltó, rodeado de fuego de color azul, hacia Dipper.

Despertó en un salto, respirando agitadamente. Se levantó de su cama y vio a su hermana durmiendo tranquilamente con el gato a su lado. Llevó su mano al pecho intentando recuperar el aliento y relajarse.

-...Solo fue... una pesadilla... - Se limpió el sudor de su frente hasta volver a ver al gato quien le sonrió con malicia, sus ojos brillando otra vez como en su sueño. Dipper le miró horrorizado. Definitivamente el gato de su hermana era un monstruo.

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N/A: En este Au Mabel y Dipper no fueron a Gravity Falls ni tuvieron a Pato. Mabel encuentra este gato y lo adopta creyendo que es inofensivo, aunque la verdad es todo lo contrario, siendo este Bill, con quien Dipper se lleva muy mal. El asunto es que Dipper sospecha y con mucha razon del gato y esto hace que Bill se desquite con él.

Es un Au bastante loco, si, pero espero que les haya gustado <3

sta la próxima amigos!

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