Del odio al amor hay una poción.
El concierto fue todo un éxito, amaba el festival de San Valentín, era su día favorito para esparcir el amor a todos los pueblerinos de Gravity Falls. Se apoyó sobre un poste y vio a todas aquellas parejas caminando por distintos lugares, tan románticos y acaramelados, dándole una sensación de satisfacción por un grandioso trabajo, hasta que vio algo que le desagradó bastante.
No solo reconocía a la chica adolescente, que iba junto a otro chico un poco más alto que ella, como la odiosa niña que quiso jugar con sus pociones hace años atrás, creyéndose que podría hacer su trabajo mejor que él. Sumando a eso, ni siquiera estaba disfrutando del día de San Valentín, porque lo único que hacía era discutir con el chico a su lado, con tanto odio y disgusto que a cupido se le arruinó su buen humor.
Entonces fue cuando se le prendió el foco.
− ¡Es increíble! No puedo tener una simple cita a ciegas por tu culpa ¿Realmente estás tan aburrido como para venir a arruinarme la vida? Creí que tenías mejores cosas que hacer ─ Ella se cruzaba de brazos y evitaba con rabia devolverle la mirada.
− ¿Acaso el mundo gira a tu alrededor? Vaya que te tienes mucha estima, estrellita... ¿Por qué sigues insistiendo de que yo planeé el encontrarme contigo? ¡Solo dame lo que quiero y adiós! No es tan difícil ─Exclama irritado el rubio, igual de molesto que ella.
─ ¡Ya te he dicho que no tengo ninguna esfera-ojo-lo que sea que estés buscando! –
─ ¡Lo he visto claramente! ¡No trates de tomarme el pelo, mocosa! ¡Está en tu bolso feo de panda! – Sin esperar más le tomó del bolso con forma de cabeza de panda e intentó arrebatárselo, pero la chica reaccionó a tiempo para tirar a su favor.
─ ¡¿Qué crees que haces maldito lunático obsesionado con los ojos?! ¡Suelta mi lindo bolso o comenzaré a gritar! – Advierte, pero al ver que no le tomaba importancia a su amenaza, y que seguía tirando de su bolso, comenzó a gritar, llamando la atención de parejas a su alrededor.
─ ¡Cierra...! ¡Cierra la maldita boca! – Deja de tirar de su bolso para taparle la boca. Se peina sus cabellos rubios hacia atrás para sonreír y tranquilizar a los que le rodean, mientras que Mabel se acomoda la cartera y le fulmina con la mirada al que aún le tapa toda la mandíbula. – Te soltaré, pero si vuelves a gritar tendrás que saber que no me importa quién se me acerque, no dejaré que se interpongan en mi camino y tú serás responsable... ¿Capille? ─ Dicho esto la libera con un pequeño empujón capaz de derribarla de no ser porque se estabilizó enseguida. –Ahora... si no quieres más molestias... ─
Ambos se miraron con odio por unos segundos, el rubio puso la palma arriba entre ellos, esperando a que entregara lo que ya había dicho que buscaba. La chica abrió su bolso y metió la mano, buscando lo que supuestamente vio entrar ahí. ─ No puedo creerlo... −Bufa volando sus cabellos de adelante.
− ¿Le apetecen unas muestras gratis de galletitas de amor? ─
Ambos voltearon la mirada a la niña que extendía la bandeja con dichas galletas con forma de corazón, tenían lo que parecía ser mermelada de frutos rojos.
− Bueno... Mi tío abuelo me dice siempre que no desperdicie una oportunidad de tener algo gratis ─ Y dicho aquello tomó una galletita que sin pensar más se lo metió en la boca para disfrutarlo. − ¡Hmm! ¡Está bueno! Deberías probarlo ─
− ¿Galletitas de amor? ¿Qué ridiculez es esa? ¡Apártate niña! ─ Responde el rubio de manera tosca, intimidando a la pobre niña que se encogió de hombros y se alejó de ambos. – Deja de disfrutar tu maldita galleta y dame lo que quiero ¡No tengo todo el tiempo del mundo! ¿Acaso quieres problemas? –
Sin embargo, la castaña le miraba atentamente con un brillo en sus ojos, al mismo tiempo que masticaba cada vez más lento su galleta. El rubio entrecerró los ojos y frunció el ceño.
─ ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? – Ella le siguió mirando perdidamente, y él sacó un espejo para buscarlo que estaba mal en él, hasta que ella le tomó de las mejillas y arrastró su rostro a solo unas pulgadas de ella.
─Belleza... divina – Su sonrisa embobada y el brillo en sus ojos, era un claro ejemplo de que ella no estaba bien. ─ Oh Bill ¿Quieres ser mi Valentín? –
Ahora el rubio sí que estaba completamente anonadado. Empujó sus manos lejos de su rostro y se apartó unos cuantos pasos lejos de ella, mirándole como si fuese un monstro abominable.
─ ¿Qué dijiste? ¿Qué te pasa Estrella Fugaz? ¡¿Enloqueciste?! ¿Por qué rayos...? –
─Sí... enloquecí... ¡DE AMOR! – Y dicho eso se lanzó a sus brazos, entre risitas. ─ Te amo tanto Bill, ¿Cómo es que no me di cuenta antes? ¡Tanto tiempo desperdiciado! ¡Tengamos una cita! – Se acercó otra vez a su rostro, mirando con cariño la expresión de terror en el rubio. Presionó su mano en toda la cara de la chica para apartarla lo suficiente de él.
─ ¡¿Qué rayos tienes con acercarte tanto a uno?! Ya sé lo que está pasando aquí... estás bajo el efecto de cupido... − Le sujetó de los hombros manteniendo la distancia entre ellos, ya que la castaña se esmeraba mucho en pegarse a él. Observó a su alrededor y asintió con la cabeza. ─Definitivamente Cupido estuvo por aquí y no has pasado desapercibida por él... −
─ ¿Qué me importa cupido? ¡Yo solo tengo ojos para ti! – Se irrita la castaña por no poder abrazar al rubio.
─Vaya que halagador, más porque nadie tiene ojos para mí, pero yo tengo un ojo en todos – Bromea el rubio dando un guiño exagerado. Ella dio un golpe en ambos brazos del desprevenido chico y pegó un salto tan alto como para abrazarse de él al estilo koala.
─Tu sentido del humor es tan ridículo, pero igual me encantas así ¿Puedes creerlo? ¿Qué tan lejos puede llegar mi amor por ti? – Dice cariñosamente la castaña mientras refriega su rostro en el pecho del rubio.
Bill tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo dio todo de sí para quitarse a la loca de encima.
Sin más remedio tuvo que arrastrar a la enferma del amor por todo ese festival de San Valentín, buscando al doctor del amor Cupido. Tuvo que soportar a los constantes acercamientos y abrazos de la castaña, sus palabras melosas y montón de ridiculeces románticos que se le ocurrían a la chica. Su actitud de amor forzado lo estaba hartando.
─Toma, esta carta es para ti – Desliza el papel con timidez, por encima de la mesa en la que ambos estaban sentados, Bill intentando encontrar con la mirada al dios del amor, y Mabel perdidamente enamorada del chico. Cuando levantó la carta pudo leer "¿Te gusto? ¿Si? ¿Definitivamente? ¿Absolutamente?" y le dedicó una mirada de cansancio a la chica. ─Tienes que encerrar en un círculo la respuesta... − Explica ella con una sonrisa boba en su rostro.
Bill tomó un sorbo de su frappé y recibió una pluma de la castaña mientras se disponía a responder su carta.
─De seguro que hiciste enojar mucho al regordete de alas... no había visto una poción tan fuerte en alguien... y ni siquiera se molestó en enamorarme a mí... está claro que su intención era ponerte en este modo para que sufrieses una venganza... − Mabel le dedica la misma mirada de perdidamente enamorada, sin siquiera prestarle mucha atención a lo que decía. –Aquí... ─ Le devuelve la carta y se acomoda en su asiento tomando su bebida.
La castaña entusiasmadamente lee la respuesta y su sonrisa se borra al instante. Bill había encerrado en un círculo entre la N de "definitivamente" y la O de "absolutamente", formando la respuesta a su pregunta con un ingenioso "No". Bill le levanta las cejas con una sonrisa, obviamente orgulloso de su gran respuesta. Sin embargo, ella solo abolló la carta y deprimida se puso a tomar de su propia bebida.
−Aww ¿la enfermita del amor se entristeció? ─ Se burló el rubio, pero algo cambió cuando notó que estaba a punto de llorar. ─ Oh vamos... − Apartó la mirada con molestia, mejor será encontrar a ese dios lo antes posible.
−No importa lo mucho que me esfuerce siempre me terminan rechazando... ─ Aspira por la nariz y siente sus ojos llegar al límite de lágrimas. − ¿Es que hay algo mal en mí? ¿Tan fea y mala soy? ¿Qué es lo que hago mal? ¡Ni siquiera un rarito como tú puede enamorarse de mí! ─
Quiso ignorar por completo su drama, pero cuando volteó a verla y notar que estaba llorando con la cara oculta en la mesa suspiró.
−Mi cita a ciegas me estará esperando, pero todo se arruinó cuando me enamoré de ti... Y encima me rechazas ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?! ─ Solloza sacudiendo las piernas por debajo de la mesa. Todos los presentes veían a la pareja y murmuraban con que el rubio había terminado con ella justo en una cita. Bill dedicó una sonrisa incómoda a todos los expectantes y siguió tomando de su frappé.
−Escucha Estrella Fugaz, solo estás bajo el efecto de cupido, no deberías llorar por mi respuesta, en realidad no estás tan enamorada de mí como crees... ─ Intentó explicarle a pesar de saber que ella no lo comprendería en ese estado. La castaña levanta su rostro para verle, se veía demacrada por tanto llorar y Bill tenia impulsos de reírse de su cara, los cuales evitó para no empeorar la situación. –Mientras más rápido encontremos a cupido más rápido volverás a la normalidad y me odiarás como siempre lo has hecho... ahora anímate y termina tu bebida, se me ocurrió una idea...─
− ¿Asique tu idea es analizar a las parejas para saber quiénes están bajo el efecto de cupido y quienes no? ¿Y así encontraremos una especie de rastro de cupido? ─ Pregunta Mabel mirando a la gente que pasaba frente a ellos. Bill llevó sus manos a la cintura y asiente con la cabeza.
−Presta atención− Apoya una mano en el hombro de la chica y se acerca para que le escuche. ─ Te darás cuenta si se ven muy románticos o si soy demasiado tímidos como para acercarse, de ser el último significa que cupido no les hizo nada... −
─ ¿Por qué no mejor tenemos un momento romántico? – Bufa ella con molestia, pisoteando y apretando los puños. ─ ¡Es San Valentín! ¡Quiero mi momento romántico! ¡Quiero que mi corazón salte de alegría! –
─Que idea loca tienes, ¿Por qué un día tiene que ser sí o sí para amar? Ustedes los humanos son tan básicos y simplones... está claro que lo único que se busca en San Valentín es ganar dinero y perderlo por chocolates que ni siquiera son saludables de consumir... −Niega con la cabeza. –Honestamente no me sorprende que ustedes sean los causantes de sus propias muertes... −
─ ¡Eres tan aguafiestas! – Infla los mofletes y aprieta los ojos en berrinche. ─ ¡Bien! ¡Si no piensas coquetearme o hacer mi corazón latir entonces, supongo que no me queda de otra! ¡Seré yo la galana! – Le señala acusadoramente sin importarle lo raro que le mirase. ─ ¡¿Qué?! ¡¿No te da claustrofobia?! −
─ ¿De qué rayos hablas ahora? ¿Qué me daría claustrofobia? –
─ ¡Pasar todo el día en mi cabeza! – Finaliza ella como si hubiese dicho un gran chiste y se pone gafas de sol. Bill parpadea aún confundido con ese remate.
─ ¡Ese maldito gordo del amor me las pagará! ¡¿Dónde está?! – Comienza a caminar entre la multitud siendo perseguido por su loca enamorada.
─ ¡Espera! ¡Aún no termino! ¡Mira! ¡No necesito bombones por San Valentín! ¡No si te tengo a ti, bomboncito! – Bill camina más rápido, deseando que se pierda entre la multitud y deje de decir tantas tonterías vergonzosas. ─ ¡Tienes que ir por la sombra! ¡El sol derrite bombones como tú! ¡HEY! –
─ ¡DEJA DE COMPARARME COMO UN PEDAZO DE CHOCOLATE RELLENO! –
─Es cierto, tu deberías ser un dorito –
Bill grita de irritación. Se detiene y siente a la castaña chocar contra su espalda con un sonido de dolor. Voltea y le aborrece con la mirada.
─Mira estrella fugaz, no me importa lo que sientas ahora, pero te romperé el corazón de tantas maneras que ya no sentirás nada por mí – Amenaza entrecerrando los ojos, acercándose a su rostro solo para causarle más intimidación. ─ Si realmente valoras tu salud mental para enamorarte te recomiendo aguantarte los efectos de la poción, o de lo contrario... te haré arrepentir de haberme visto luego de comer esa galleta del amor... −Se detiene con mirada de sorpresa. Mabel le mira atentamente mientras lo medita. ─ La niña de las galletas... comenzaste a actuar así luego de comer una de sus galletas ¡Ja! ¡Eso es! – Sonríe en la realización y sujeta de los hombros de Mabel. ─ ¡Hay que encontrar a esa mocosa y! - − Mabel rápidamente cerró los ojos y se acercó a él para plantarle un beso en los labios. Bill quedó estático en su lugar, sintiendo como la chica inexperimentada le besaba. No cerró los ojos en ningún momento del beso y pudo ver el momento en el que se separó de él.
─ ¡AUCH! ¡AUCH! ¡SUELTAME! – Gime Mabel sintiendo como le estiraba la cara tirando de sus mejillas.
─ ¡¿Cómo te atreves a besar al amo de las pesadillas sin su permiso?! ¡Este ni siquiera es castigo suficiente! – Bill aprieta los dientes tanto como las mejillas entre sus dedos, haciendo llorar a la castaña. ─ ¡Arrepiéntete! ¡Ahora mismo! –
─ ¡NUNCA! ¡Es más! ¡Te besaré más fuerte si no me sueltas ahora! – Gruñe la chica dedicándole una mirada amenazante entre lágrimas.
─ ¡¿EH?! ¡¿ERES MASOQUISTA?! – Exclama aún más enfurecido sin soltar sus mejillas. Mabel le encesta una patada en la entrepierna que le obliga soltarle para resentirse del golpe, mientras maldice y gruñe de mil maneras.
− ¿Crees que te pateé lo suficientemente fuerte como para que no puedas darme hijos? Lo siento... ─ Pregunta con preocupación en sus ojos. Bill ni siquiera podía reaccionar a esa pregunta mientras gemía de dolor. Miró atentamente su esfuerzo por reincorporarse e arrepentirse tanto de tener un cuerpo similar al de un humano. Mabel sin pedir otra vez permiso se acerca lo suficiente como para llenarlo de besos en todo el rostro, él solo apretaba los ojos. –Shh, shh, Lo siento corazón, lo siento tanto ─ Susurra la castaña acariciando su rostro y su cabello.
Ambos quedaron sentados en un banco, viendo el cielo tornarse de color rosa atardecer y parejas tomando su camino de retorno lejos del festival de San Valentín. Bill miraba agotado hacia el cielo, mientras que la castaña se acurrucaba en su brazo y jugaba cariñosamente con los dedos de su mano izquierda. En lo que llevaba bajo el efecto de cupido le había bombardeado de frases de ligue, rompió su espacio personal más de diez veces, y hasta le besó tantas veces que ni las había contado. Ni siquiera servía romperle el corazón, porque ella ya no le creía ninguna palabra y se aferraba a él como un amor tóxico y enfermizo.
─ ¿Sabes? Creo que quien terminó sufriendo más de mi venganza fuiste tú... − Cupido se acercó a la pareja de frente. Bill lo reconoció al instante y se levantó dejando que la castaña se callera en el banco. ─ Se veía bien en mi cabeza... el obligarla a estar con alguien con quien no quiere estar y al mismo tiempo que sea unilateral, parecía ser una gran venganza... pero resultó ser un fracaso... − El rubio gordinflón se cruzó de brazos y negó con la cabeza.
─Lo sabía, ahora devuélvela a la normalidad – Responde Bill con los brazos cruzados.
─ ¿Cupido? ¡No quiero dejar de estar enamorada de Bill! – Exclama la castaña levantándose y abrazándose otra vez del rubio alto.
─Ya, ya, me gustaría dejarte así, pero ¿cuál sería la gracia si realmente no sufres nada de mi venganza?... − Responde el dios del amor sacando una poción antídoto.
─ ¡Bill! –Llama ella haciendo que el otro le mirase. ─No dejes que me desenamore de ti ¿Qué hay de todos los buenos momentos que pasamos juntos? ¿Mi amor por ti no es suficiente? ¿Acaso no me amas siquiera un poquito? – Puso mirada de cachorrito, pero Bill sonrió con cinismo y le dio una palmada en la cabeza.
─Ya volverás a tus sentidos cuando te cure... −
Cupido le dio el antídoto a la castaña y efectivamente esta se avergonzó de todo lo que sucedió en ese día, hasta tuvo el atrevimiento de escupir al suelo, estremecerse y correr a una ducha para sacarse el asco de haber abrazado y besado de Bill, maldiciendo a ambos rubios.
─Bueno, eso sí que fue parte de mi venganza – Comenzó a reír cupido apoyándose sobre Bill con mirada aburrida. ─ En fin ¿Tú estarás bien? −
─ ¿A qué te refieres con que si estaré bien? – Arquea una ceja, apartándolo de él y acomodando su ropa.
─Bueno, soy el dios del amor, no esperes que no me dé cuenta que te decepciona que se haya arruinado tus planes o que tus sentimientos no sean exactamente correspondidos – Le dedica una mirada de cómplice, a la que Bill responde con una expresión de no comprenderlo. ─Ya veo... negación... En fin, creo que si quieres que las cosas cambien deberás cambiar tu forma de actuar con ella ¡De lo contrario no llegarás a ningún lado, hermano! ¡Oh sí! ¡También creo que tienes tiempo para arreglarlo! – Dice antes de retirarse y despedirse con el brazo.
Bill chasquea la lengua con molestia y mira por donde fue la castaña.
Mabel miraba una y otra vez su celular, esperando una respuesta de la conversación abierta en la pantalla. Su cita a ciegas no le respondía, dijeron de encontrarse en el festival de San Valentín, pero al final nunca lograron encontrarse por culpa de Bill y el tonto de cupido. Suspiró y hundió su rostro entre sus brazos apoyados en sus rodillas.
Acababa de experimentar el peor día de San Valentín de la historia.
Pasar todo el día en la sombra de alguien que ni siquiera le correspondía. Avergonzada era muy poco para describir cómo se sentía. Quería llorar de la rabia, pero se frotó los ojos intentando evitar soltar alguna lágrima y tomó su bolso de panda para vaciarlo. Se llevó la sorpresa al descubrir tarde de una caja en forma de corazón, con una rosa roja encima de esta.
─ ¿Qué? ¿Un regalo de San Valentín? ¿Cómo llegó aquí? – Toma la caja y al abrirla encuentra un montón de bombones. Acaricia la rosa y encuentra una carta. Sonríe sonrojada y se pregunta de quién es el regalo.
"Túeres quien debería tener claustrofobia, bombón" Lee en la carta y se asombra de aquello. Lo piensa detenidamente con asombro, ¿acaso todo fue un truco que salió mal? Mientras come los bombones piensa en Bill.
─Bueno... no fue del todo tan malo...− Murmura luego de comer su tercer bombón y suelta una risita.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
N/A: ¡Un especial de San valentín!
Una de las viejas ideas que tenía para esta compilación de one-shots tenía que ver con cupido y sus pociones, iba a hacer un Bill bajo los efectos de la poción, pero al final resultó ser así :3c con una Mabel bajo los efectos de la poción.
¡Espero que les haya gustado este one-shot y hayan tenido un lindo San valentín! y si la pasaron solos como yo pues vengan pa' acá y denme un abrazo :'v </3
PD: qué pasó con el re:re:re de las cartas a un idiota? ..... ya mismo lo termino de editar y lo publico X'D
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