A little respect

Ella definitivamente era difícil.

Bill había intentado conquistarla con todo lo que se le había ocurrido, desde ofrecerle astros, regalarle obsequios extravagantes que en otras dimensiones tomarían sin duda (aunque para Mabel y otras personas solo eran cosas asquerosamente grotescas), volverla en una reina, hasta tratarla mejor que a todos los demás montones de carnes.

Pero ella nunca cedía, solo había sido rechazado de manera descortés, creyendo que solo quería molestarla. Asique decidió que si de verdad quería ganarla tenía que investigar maneras de atraerla, descubrir qué era lo que ella quería, y que por fin aceptase ser suya.

Buscó información del romance en los humanos, tomó su mano y la hizo bailar como en esas películas románticas, le dijo cosas bonitas, al creer que ya la tenía donde quería intentó besarla, e incluso después de recibir otro duro rechazo le siguió y protegió de cualquier sujeto que se acercase a ella en la calle.

Ella ni siquiera le daba una razón del por qué siempre huía de él, evitándolo y rechazándolo.

- ¿Qué es todo esto? – Preguntó Mabel con sus ojos tan abiertos al ver el montón de rosas en su habitación, tantas que no le dejaba ver los muebles. - ¿Quién...? –

- ¿Siquiera tienes que preguntar? – Responde su mellizo con cara de zombi y una taza de café en su mano. Mabel dejó caer su bolso y apretando sus dientes tanto como sus puños se volteó a buscar a ese demonio illuminati.

- ¡¿Qué más tengo que hacer para que ese tonto deje de molestarme?! –

- ¿Ya intentaste rechazarle con palabras verbales? – Preguntó Dipper con una ceja arqueada.

-Sí, pero déjame que lo intente de nuevo por si las dudas – Responde ella con claro enfado en su rostro.

Luego de una no tan ardua búsqueda, de hecho, bastante sencilla y breve –pues estaba apenas en el pasillo del edificio- Mabel lo confrontó con una mirada llena de enojo.

-Me encanta esa mirada – Habló él primero, claramente contento de verla.

-BILL CIPHER – Exclama ella.

-Me encanta que digas mi nombre – Parecía más contento. - ¿Ya has visto mi regalo? ¿Te gustó? ¿Quieres besarme y abrazarme? – Sin esperar más se abalanzó hacia ella en busca de su cariño, pero Mabel reaccionó y lo empujó lejos.

- ¡Ni loca! – Dijo al darle el golpe. - ¡Ya deja de molestarme! Tus juegos estúpidos me enferman ¡No quiero nada de ti! ¿Oíste? Deja de darme estos regalos, o acosarme, o siquiera tocarme ¡Eres un maldito psicópata! –

- ¿Y qué tiene de malo eso? – Pregunta él sin sentirse ofendido en absoluto.

- ¡UISH! Eres increíble, realmente increíble –

-Gracias – Volvió a estar contento. - ¿Y no quieres estar con alguien tan increíble cómo yo? ¿Qué está mal contigo? -

- ¡Exacto! ¡No quiero estar contigo! – Exclama ella, sintiendo que por fin podría hacer que se rindiese.

- ¿Y por qué no? – Al hacer esta pregunta ella comienza a sentirse mal, hasta parecía realmente herido. Era una sorpresa para ella, ni siquiera creía que sea capaz de salir lastimado.

-Fuiste una amenaza para mi familia y para todo el mundo, eres egoísta, cruel, malvado, psicópata, y un ¡monstruo! ¿Por qué querría estar contigo? – Dispara Mabel sin preocuparse en cómo se despeinaba con todos los movimientos bruscos que hacía al expresar su enojo.

- ¡Bien, me alegro que lo preguntes! – Bill se aclara la voz, no pareciera que haya escuchado nada de lo que dijo ella. - Veamos, te trato como a una dama, te saco a bailar, te digo cosas bonitas, te ofrecí muchos regalos, sin mencionar el dominio de planetas, me esfuerzo por tener tu cariño, si me aceptas te prometo ser fiel, hacerte feliz y ya nada importará – Finaliza con orgullo, seguro de convencerla con su argumento.

Mabel llevó su mano a la frente y dejó que la gravedad la apoyase contra la pared. Ese tipo era todo un caso, él no se iba a rendir con ella ¿verdad? Las palabras hirientes ni siquiera le hacían daño ¿cierto? Maldijo el día en que se haya fijado en ella.

-Bien... - Mabel volvió a recobrar su postura y le miró desafiante a su más gran pretendiente, el cual le miró con total atención. – primero tendrás que demostrar que me serás fiel... –

Bill jamás creyó ser tan humillado en toda su existencia ¡Ella lo convirtió vilmente en un esclavo!

A donde ella quisiera ir la llevaba, lo que ella tuviese que cargar lo tendría que cargar con sus propios brazos y sin trucos. Lo hacía esperar por su llegada, por su regreso, afuera, incluso con mal clima, y por mucho tiempo porque ella ni siquiera daba una hora determinada. Era una completa desconsiderada con él.

Cuando él ya no podía aguantar más del cansancio por lo ardua de su prueba, cuando se abalanzaba a sus brazos ella terminaba esquivándolo y dejándolo caer.

- ¡Eres cruel Estrella Fugaz! – Dice de manera triste. Ella le mira de reojo sin creerse su lloriqueo, y menos mal, porque al ver qué rápido se recuperaba y se acercaba a ella de manera peligrosa podía notar que eso no fue nada para él.

– De verdad debes de estar furiosa conmigo por mi pasado... ¿Pero sabes? En lugar de la guerra podríamos hacer el amor – Mientras le susurra en su oído de modo coqueto, intentando tener un efecto en ella, pero solo logró avergonzarla y que lo empujara lejos de ella. - ¡Eres cruel! – volvió a hacer el papel de la víctima.

-Si tanto te molesta puedes ir dejándome en paz – Dice ella con firmeza.

- ¿Qué uso de razón podría conducir a un hombre a abandonar a su amante? – Preguntó de una manera alegre y a la vez altanera, aún desde el suelo en el que ella le tiró. - ¿No ves? ¡Te soy muy fiel! – Ella simplemente le ignoró y se encaminó para el lado contrario. - ¡No me digas que no! -

El mayor villano de su familia estaba pagando cada centavo de sus actos. Ella solo esperaba a ver que se rindiese de una vez por todas y se marchara.

Se rio de él, apoyó sus pies sobre su regazo, hizo todo lo que le molestaba, lo trató de mula de carga y hasta lo apuraba. Incluso cuando algún conocido preguntaba quién era él ella solo decía.

-Es mi perro – Con una sonrisa cruel y muy divertida.

Eso definitivamente no era lo que quería, ni lo que tenía en mente, jamás creyó que ella sería capaz de tratarle así y faltarle al respeto. Pero más que querer rendirse sufría en silencio, porque no planeaba hacerlo, estaba muy enamorado de ella.

-Estrella Fugaz, por favor, tenme un poco de respeto – Pidió Bill una vez sin poder aguantar más la humillación.

- ¿Respetarte a ti? Tú mismo te humillas ante mí – Respondió ella con frialdad.

- ¿Aún después de todo lo que hice por ti no puedes tenerme un poco de piedad? –

Mabel le miró en silencio y él sin poder creerlo se acercó a ella y le tomó de la ropa sin dejar de mirar hacia sus ojos.

-Te amo demasiado, no voy a parar de servirte –Ella quedó boquiabierta, escuchó cada palabra con asombro, realmente no esperaba esa reacción de su parte. –Por favor, cariño, solo dame un poco de respeto – Suplicó.

Ella no pudo dejar de mirarle a los ojos, pero si empujarlo lejos de ella, al menos lo suficiente para recuperar su espacio personal.

-Entonces ríndete, solo es tiempo perdido para ti – Avisó ella y le dio la espalda.

Bill apretó los dientes, temiendo que no lo iba a hacer.

Asique su humillación siguió, la seguía a todas partes y ahora no como un acosador, si no como un perrito faldero o mula de carga.

Él volvió a pedirle un poco de respeto, pero ella hasta se atrevió a escribir en un pequeño papel la palabra "respeto" y se lo dio con una sonrisita burlona. Bill lloraba en su interior por su orgullo destruido en mil pedazos, pero tenía que admitir que hasta a él le causó ese chiste. Ella no tenía alma.

A pesar de toda la tortura por parte de Mabel él no dejaba de intentarlo, cuando veía la oportunidad intentaba ganársela. Sin duda era muy insistente con sus coqueteos, o cuando la veía muy estresada la invitaba a bailar música de la radio y despreocuparse de sus responsabilidades. Ella tenía que admitir que tenerlo a su lado le había sido de gran apoyo, más cuando se encontraba en peligro, con solo llamarlo él aparecía.

-Gracias Bill – Dijo una vez con una sonrisa, y no malvada, solo una verdadera y de agradecimiento.

-Si quieres agradecérmelo de verdad sabes lo que quiero, cariño – Responde con emoción y otra vez de manera seductora.

- ¿Ah sí? No tengo idea – Responde ella haciéndose la distraída. Él le mira con sorpresa.

-Respétame un poco – Le recuerda sin problema. Mabel se ríe y vuelve a mirarle. Sin duda podía notar cuánto la deseaba con solo chocar sus miradas, casi era como leerle la mente.

-Tú solo te humillas – Susurra ella antes de acercarse a él y plantarle un beso.

Rápidamente se separa y finge no haber hecho nada raro mientras mira lado contrario al suyo. El otro no puede creer que acababa de haber sido besado por nadie más que su estrella fugaz, la que tan difícil era de conseguir y la que tanto lo había humillado. Sin pensarlo más le obliga a mirarle y le devuelve el beso para demostrarle que él podía hacerlo mejor. Y ella le rodeó con sus brazos mientras le correspondía.

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N/A: Volví con este songfic, así es amiguitos, songfic de la canción de Erasure "A little respect", no puse la letra porque yolo. Los que lo conocían y lo descubrieron choquen esos seis :3c

Me salió un Bill muy enamorado y desesperado al punto de terminar humillándose y acosando descaradamente a Mabel. Con solamente imaginarlo mientras escuchaba la canción se me hizo gracioso y adorable al mismo tiempo. No me convence mucho una parte, pero igual se lo dejé para k disfruten (?) y si no les gusta LO BORRO >:C así de exagerado...

AH SI! escribí este fanfic de modo que el que lo lea se lo pueda imaginar a Bill ¡en forma humana o en su forma triangular! :3c -yo por mi parte lo imagino de las dos maneras, distintas en diferentes escenas- son libres de interpretarlo como deseen uwu

¿Podría Bill triangulo bailar, besar, coquetear, etc con Mabel? abran sus mentes muchachos (?)


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