03
Las miradas de ambos se cruzaron, Bella tomó una posición de defensa; mientras que Marcel levantó el arma que cargaba, apuntando a la chica.
La rubia hizo aparecer su bastón, el cuál adoptó la forma de un arma.
—¿Creíste que me habían derrotado? –Preguntó burlona, al mismo tiempo que se formaba una sonrisa juguetona en sus labios–
El castaño no respondió, limitándose a disparar un rayo hacía la demonio.
Ella lo esquiva.
Y entre ataques y defensa, el chico decide hablar.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo volviste? ¿Y por qué como humana?
Ella dispara contra Marcel.
—No te importa, tampoco importa y no te lo diría aunque lo supiera.
"Bien, pero esta vez no saldrás libre tan fácilmente"
Pensó él, al presionar un botón cuya función era alertar a sus acompañantes y todo esto siendo desapercibido por la de ojo ámbar.
Ambas chicas llegaron con rapidez al lugar, alertando a la Cipher.
—¡Despídete, demonio mezquina! –Exclamó Estefanny atacando a la mencionada–
Las armas de los Pines eran más de las que ella podía invocar, la debilidad de su cuerpo tampoco ayudaba y cada vez se sentia más acorralada.
Fue derribada por una patada en el abdomen, cortesía de su "querida amiga" Seis Dedos.
Aquello le provocó dolor, por lo que soltó una corta carcajada. Ante esto la contraria fijó su vista en ella, con una expresión neutral, y a su vez mantenía presión sobre el cuerpo de la rubia; impidiendo su huida.
Bell sintió el frío metal del arma de su enemiga posarse sobre su cabeza, pero no se rendiria así de fácil.
Con un puñetazo desvió el objeto amenazante de su cuerpo y con algo más de esfuerzo se liberó de Estefanny.
Finalmente se puso en pie, pero al no saber qué hacer para mejorar su situación, se adentró aún más al bosque.
Comenzó por correr y esquivar a sus enemigos, luego cuando estuvo lo suficientemente lejos de ellos; subió a un árbol y siguió avanzando desde lo alto.
Iba de un árbol a otro, con la incertidumbre de cuanto más podría resistir, mientras volvía a marcar una y otra vez a un incubo rosa.
Llevaba ya media hora desplazándose sobre la vegetación, pero los Pines no desistian, siguiendola desde el suelo. Sintió sus piernas flaquear y por consecuencia cayó.
Su semblante demostró hastío al saber que después de recuperar la compostura, volvía a tener al chico de estrella fugaz frente a ella.
Marcel se acercaba con la mayor firmeza que podía demostrar, mientras ella sólo podía retroceder.
—¡Vamos Bell! ¿Qué pasó con tu ferocidad? –Ahora era su turno de burlarse–
No hubo respuesta.
Y cuando creyó que todo estaba perdido, una voz reconocida desvió la atención del chico.
—¡Ama Bell! –Mencionó el incubo, saliendo de un portal–
La mencionada sonrió victoriosa, para acto seguido lanzarse hacia su secuaz; siendo ambos absorbidos por aquel hueco inter-dimensional.
─────•☆•──────────•☆•──────────•☆•──────────•
En el reino de las pesadillas, se encontraban los ex-secuaces de la demonio.
—¿Quién crees que estuvo llamando a Pyro? –Preguntó Dientes a Cerradura–
—Ni idea, pero lo más extraño es que lo llamaba de la misma forma que lo hacía ella.
—¿Ella?
-La Ama, Bell.
Y justamente la demonio azulada terminó su frase, cuando el incubo entró al lugar, con una dama rubia en brazos.
Ambas criaturas lo miraban expectantes, hasta que el portal que lo trajo devuelta se cerró tras él.
—¿Y esa humana? –Inquirió Dientes– ¿Puedo comerla?
—Posas uno sólo de tus asquerosos dientes sobre mí, y te los arrancaré uno a uno. –Amenazó la oji-ámbar, con el tono más autoritario que su agotamiento le permitía–
Las secuaces se quedaron petrificadas al reconocer esa voz, la voz de quien, una vez les permitió desatar su caos.
¿No se supone que ella había muerto?
—Como escucharon, esta no es una humana cualquiera. –Habló el único chico presente–
───•☆•──────────•☆•─────────•☆•──────────•
—¿¡Pero que le pasó!? ¡Se ve horrible! –Exclamó Bola 8, quien acababa de llegar–
Bella, al notar la insolencia de su subordinada, le dedicó una mirada furiosa, que haría retroceder a cualquiera de esa dimensión; pese a la actual apariencia de la Demonio de los Sueños.
—No preste atención a esa tosca. –Mencionó el incubo, al mismo tiempo que tomaba delicadamente la mano enguantada de su superiora–
Ella sintió como el calor del flameante tacto de su amigo comenzaba a quemarla luego de un tiempo, así que reaccionó cortando todo contacto entre ellos.
—No pensaba hacerlo de todas formas. –Le respondió– Y en cuanto a tu pregunta, Bola 8; los Pines, eso pasó.
Todos los monstruos allí presentes, notaron como la rabia se apoderó de la rubia, al enunciar la última oración; por lo que algunos ya habían concluido en que, no debían hacerla enojar más de la cuenta.
Sin embargo, existían unos pocos que podrían ser considerados valientes (o estúpidos), aquellos que se atrevían a inquirir más de lo necesario.
Y una de esas era Cerradura.
—Pero ¿Qué tuvo que pasar para que terminara en un estado tan...? –Dejó la pregunta inconclusa, temía lo que podia pasar si decía algo incorrecto–
—Miserable, degradante, desagradable... –Culminó la de ojos de billar–
Bella respiró hondo, reprimiendo el deseo de matar a todos.
—Esa bola de idiotas creyó que el maldito zodiaco podría vencerme –Rió– pero sólo me convirtió en... Esto.
Pyro se unió a la conversación.
—Disculpe mi pregunta, Ama, pero ¿No debería estar usted... Fallecida?
Bell volvió a reír, con más intensidad.
—¿De verdad creyeron...? –Rió– ¿Ustedes en verdad...? –Soltó una carcajada–
—Si... –Se aventuró a responder, el chico– ...Creímos que la habían asesinado.
—Incluso hicimos una estatua de usted. –Mencionó/recordó, Dientes–
—¡Aww, que considerados! –Soltó con sarcasmo–
Acto seguido, se retiró de donde estaba sentada, se puso en pie y caminó elegantemente hasta sus secuaces.
—Pero aquí me tienen, más viva que la inútil de Fez ¿Mi derrota? Fue planeada.
El incubo mostró total administración por las palabras de Bell, al punto de reverenciarla.
—Siempre supe que esos mocosos insignificantes no podrían contra usted, Mi Ama y señora del Caos.
—Agradezco el cumplido, pero, eso es algo que hasta Bola 8 podría deducir ¿Verdad, Bola 8?
—Eh ¿Sí? –Dijo con duda–
───•☆•──────────•☆•─────────•☆•──────────•
Al culminar la conversación, la oji-ámbar le pidió al incubo que fueran a una habitación, para charlar en privado; pese a que podrían hacerlo ahí mismo, ya que (por orden de ella) las demás demonios ya se habían retirado.
Al llegar a dicho aposento, la rubia cerró la puerta y procedió a hablar.
—Como bien sabrás, Pyro, de entre todas las rarezas que poseo como aliados; tú eres de los únicos que se ha ganado parcialmente mi confianza y eso es mucho decir, viniendo de mí.
—Sí, mi Ama, lo tengo presente siempre y agradezco infinitamente que alguien como usted; haya fijado su magnífico ojo en mí, un simple demonio desterrado.
—Debo decirte que te subestimas demasiado, querido, pues tú en particular; eres de los más útiles y fieles, entre mis "amigos."
—Usted sabe que siempre estaré para servirla, inclusive para más que un secuaz, si usted lo desea.
—Y es por eso que, me tomo la libertad de pedirte ayuda –Dijo en tono casi suplicante, uno que con pocas criaturas presentaba–
—¿En qué puedo servirle, mi Ama?
—Ya que estoy en este aspecto tan... Vulnerable, necesitaré suministros para mantener este cuerpo funcional, además de que no podré quedarme en esta dimensión por mucho tiempo; hay muchas bestias que quieren acabar conmigo y no dudarán en aprovechar la oportunidad si se les presenta. –Explicó con seriedad–
—Si no es molestia, le pido que me permita protegerla. –Musitó con precaución–
Ella le sonrió sincera, para luego negar.
—No es eso lo que te pido, al menos no por un tiempo prolongado, sólo necesito que consigas alimento, yo puedo protegerme.
—¿Está usted, segura? –Cuestionó nuevamente preocupado–
—¿Que te parece si dejamos las formalidades de lado? –Desvió el tema– Ven. –Pidió–
El incubo sin esperar más, se abalanzó sobre su amiga, en un (literalmente) cálido abrazo.
—¡Pirámide idiota! –Exclamó con leve molestia– Pensé que te había perdido. –Continuó con voz más tranquila–
Bella río entre el hombro del chico rosáceo.
—Eso nunca, Cuernitos.
Ambos querían permanecer en ese abrazo, en aquel agradable reencuentro, pero la rubia temía que sus hebras doradas ardieran en cualquier momento, junto con su ropaje; debido a las llamas que ardían intensamente por la emoción del chico.
—Pyro.
—¿Sí?
—Me quemas.
—¡Oh, sí, disculpa!
───•☆•──────────•☆•─────────•☆•──────────•
N.A// ¡Hola, felices fiestas!
Sé que (como siempre) he tardado demasiado en actualizar esta descabellada historia, pero desde hace tiempo atrás tenía la intención de continuarla, sin embargo la inspiración me decía:
—No bitch, not today
Pero salí parcialmente de mi bloqueo para traerles este capítulo, además me sirve para agradecer a aquella personita que, de forma indirecta; me motivo mucho más a continuar (@noel_phantom) y por lo cual, le dedico el capítulo.
Además de, todos aquellos que leen y votan, ustedes me motivan.
Así que, acepten este humilde capítulo como regalo atrasado de Navidad.
No olviden que los quiero...
Pd: Para los lectores antiguos ¿Ya vieron la "nueva" portada? ¿Les gusta? A mí me encanta, pese a que es muy sencilla.
Ese fue uno de los cambios que le hice a la historia, cuando quise continuarla, además de cambiar la descripción.
También planeo corregir los capítulos anteriores, pero eso será después.
Ahora sí, sin más relleno...
Bye^^
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top