#O3 ;; malhumorados en la mañana.

Malhumor.

Así podía llamarse lo que estaba sintiendo en éste momento.

Se despertó con un dolor de espalda terrible por haber perdido una apuesta y dormir en el suelo. Si, tenía un colchón. Si, tenía sábanas. Si, tenía un par de almohadas. No, no estaba cómodo.

Bill había despertado con una cara larga de aquellas que no solías ver casi nunca, él era tranquilo y solía sonreír animadamente todo el día y podía verle el lado positivo; si es que había alguno.

Nada comparado a Mabel, quién veía el lado positivo en dónde no lo estaba; dónde no lo había.

Pero finalmente se dispuso a levantarse. Candy y Grenda se habían quedado en la casa de la segunda, se habían quedado la noche entera haciendo Skype con la castaña Pines —quién dormía en la habitación contigua a su amigo gemelo—, aunque a veces eran silenciosas... A veces.

Se había encaminado al baño, dónde se encontró a la castaña mirándose la trenza en el espejo, mientras se cepillaba los dientes; — Buenos días. —intentó sonar amable.

— Buenos días. —respondió, con medio malhumor; que sonó más mal de lo que ya estaba por la espuma que estaba por escupir.

— Oye, te hablé bien. —dijo, algo enojado, mientras sacaba su cepillo y comenzaba a cepillarse los dientes, también.

Ella escupió; — Y yo también lo hice. —levantó un poco el tono al final.— Tú te enojaste por qué, literalmente, te saludé.

¿Falufarme? —preguntó. Tomó un vaso, lo llenó con agua, tomó un poco y luego lo escupió.— ¿Primero me hablas mal y luego dices que fue un saludo?

— ¿Qué diablos te sucede? —ella frunció aún más su ceño.

— Nada, sólo cállate.

— ¿Me dices parlanchina, rarito?

— ¿A qué diablos te refieres con "rarito"? —preguntó, con el ceño fruncido.

Comenzaron a discutir, con algo de insultos tontos; simplemente discutiendo por qué sí.

Discutían por las veces que el rubio se quedaba a dormir, por las veces que éste oyó a su amigo quejarse de como se reían y jugaban toda la noche la castaña con sus amigas, por las veces que sus citas se habían arruinado, por las veces en las que querían salir juntos y siempre habían amigos de por medio; por qué él era un idiota malhumorado y ella una estúpida malhumorada.

Pequeños manotazos entre ambos habían comenzado a aparecer, simplemente eran pequeños empujoncitos en las mejillas, hombros, brazos, manos y piernas; pero no cruzaban la línea imaginaria que había entre ambos y su pelea.

— ¡Basta los dos! —gritó Dipper, deteniendo su pequeña pelea.— El maldito desayuno está abajo y el vecino de enfrente llamó porque escuchó todos sus gritos; por Dios... —suspiró, agarrándose la sien.— ¿Qué demonios significa "eres como un candelabro"? 

— N-No te interesa. —murmuró Bill, si; su insulto no había sido el mejor.

— Bueno, rata castaña y gato rubio... —sonrió Dipper, ambos apodos pusieron rojos a los dos contrarios.— ...El rico desayuno de su servidor está en la mesa. O vienen a comer, o se los daré a un gato y una rata de verdad. —sonrió más amplio y bajó las escaleras.

Sí, ambos se callaron, terminaron con sus cosas en el baño y bajaron hasta donde Dipper se encontraba; ambos sonreían y Dipper se echó a reír. 

[ M0D ;; tomen ésta fóto
cómo una descripción
gráfica de la pelea en el
baño, aunque no haya
habido ninguna tan así xd ]

((junio, 2O19))

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