°C A P I T U L O D I E Z°
°Morgan Cat Blake Williams°
Regresé a la realidad unos instantes antes de llorar por los recuerdos, fue la primera y última vez que lo vi en persona pues después decidió tomar el caso Kira, el cual cuatro años después acabaría con su vida. Al estar de nuevo en mis cinco seguidos y de borrar la sonrisa que tenía desde que escuché la voz de Nate, me dí cuenta de que ahora estábamos en un problema, la SPK dejó a la policía japonesa al mando del rescate.
—Light –se escuchó al jefe– ahora ya no me importa si pierdo la vida. Por favor solo salva a Sayu –esas palabras me llegaron muy feo, pues yo era parte de su secuestro– prométemelo.
—Deja de hablar así papá –el castaño se paró de su lugar–
—Entiendo completamente al señor Yagami –me empezó a susurrar papá– no me imagino el que hubieses estado con ella y también te hubieran secuestrado, no me lo perdonaría. Estaría roto y vacío por dentro, haría lo que fuera por tenerte de vuelta en mis brazos, aunque me costara la vida –juro que quería llorar–
—No te preocupes papá, ellos jamás lograrían secuestrarme –porque soy parte de ellos– ahora, ayudemos al jefe en esto.
Después de unas horas, el plan estaba todo listo, viajaríamos en distintos aviones para estar seguros y el señor Aizawa se cortaría el cabello para que no lo reconocieran. Yo obviamente pensé que iba con mi padre, pero sorpresivamente me mandó con el señor Yagami y Aizawa, era algo más peligroso viajar con él porque el ya ha trabajado en Estados Unidos para el FBI. Ya estábamos en el aeropuerto, yo al lado de el señor Yagami como si fuese mi padre y Aizawa estaba cerca por si algo ocurría, de pronto, siento una presencia detrás nuestra.
—Señor Yagami, señorita Williams
—¿Quién es usted? –dijo el mayor– ¿uno de los secuestradores?
—Abordarán el vuelo C-333, tengo los boletos conmigo, el avión sale de la sala 18 –fue lo único que respondió el hombre–
—Bien, entiendo, pero ¿porqué involucrar a la joven Williams?
—Yo solo acato órdenes
Lo seguimos con Aizawa detrás de nosotros, entramos y ellos se sentaron juntos obligándome a sentar delante de ellos, solo escuché que el hombre tenía un mensaje para el señor Soichiro y le entregó un auricular, no pude saber de que se trataba, poco después el hombre tambiénme habló a mí.
—Tengo otro mensaje pero esta vez para usted señorita Blake –me entregó el auricular y me lo puse–
—Blake, sólo tu me podrás escuchar, como te habrás dado cuenta, antes he hablado con el señor Yagami, no te preocupes, no le hemos hecho ni le haremos nada a tu amiga, necesito que actúes normal para no levantar ni la más mínima sospecha. También necesito que estés presente en el intercambio, espero me entiendas y acates mis órdenes, nos veremos dentro de poco princesa.
La llamada acabó ahí y le entregué el auricular de vuelta al hombre rubio, se que está mal jugar con la vida de alguien pero es necesario, de lo contrario, este caso nunca acabará, ya ha tomado las suficientes vidas como para dejar que siga. Sólo espero que papá no esté demasiado preocupado. Y así entre pensamientos, me quedé dormida. No mucho después se sintió una leve turbulencia así que desperté de inmediato, nos hicieron bajar al señor Soichiro y a mí, me abracé de su brazo como si de mi padre se tratase, debía aparentar estar asustada. Caminamos por lo que era desierto hasta que se abrió una compuerta en el suelo.
—Ven la entrada, ¿no es así Yagami, Williams? Entren.
Hicimos como la voz de Mello ordenó, al entrar, Sayu estaba en una especie de jaula, por suerte seguía con toda su ropa puesta, si le hubiesen hecho algo se las verían conmigo. Al acercarnos un poco más pude divisar a un hombre con máscara y pistola en mano, apuntó a la caja de cristal donde estaba Sayu y disparó una, dos, tres veces.
—El cristal es aprueba de balas, este lugar era de un sindicato criminal, solían hacer intercambios como este pero decidimos hacerle unas cuanta modificaciones –Sayu temblaba del miedo, sin duda esto le dejaría un trauma, por otro lado, creo que el corazón del jefe Yagami se saldría en cualquier momento– pase la libreta por aquí –apuntó a una reja– hecho eso, liberaré el seguro, daremos un paso atrás y giraremos la puerta. La libreta quedará de mi lado y la joven del suyo, sin embargo, si no está de acuerdo con este trueque, le dispararé a su hija por este orificio –puso el arma en el–
El hombre enmascarado le dió un par de instrucciones al jefe Yagami, le dijo que pusiera la mitad de la libreta por la rendija para el comprobar si era la verdadera, después de escribir en ella, pasó un rato, rió y dijo con firmeza que era auténtica. Hizo que pasara la libreta completa por la rendija.
—O por cierto, también queremos a la joven que viene con usted.
—¡El trato era solamente la libreta, no la vida de otra persona!, ¡Es un trato injusto, nosotros no ganamos nada!
—Como ya dije, podría acabar con la vida de su hija en este momento si así lo desea.
—Deje señor Yagami, le debo esto a Sayu, por mi culpa está aquí, fue mentira lo que dije, no fuimos a casa de una amiga suya, ella me ayudó a salir por su ventana porque me iba ver con un amigo, si me hubiese quedado con ella... esto no hubiese pasado –agaché la mirada–
—Pero Blake ¡¿Qué dirá tu padre?!
—¡¿Qué dirán Light y la señora Yagami si deja a Sayu morir?!, ¡¿Cómo quedará su conciencia?! Insisto, lo hago por voluntad propia, no me pasará nada, no me traten de rescatar, será peor. Dígale a mi padre que lo amo.
El hombre accionó aquella máquina y antes de que alguien pudiera reaccionar, tomé a Sayu, la jalé hacia su padre y entré en su lugar, el hombre tomó la libreta y a mí. Se escuchaban los grito de los Yagami pero los ignoramos olímpicamente mientras nos alejábamos, solo espero y se vayan lo más pronto posible.
Caminamos un poco hasta llegar a un vehículo, ahí me subieron mientras el hombre volvía por donde habíamos venido, de las bocinas del auto se escuchó la voz de Mello.
—Será mejor que te pongas cómoda Blake, el viaje tardará un poco, por cierto, nadie puede dirigirte la palabra, mucho menos mirarte, se los he prohibido, sino, bueno, ahora tengo la libreta. –yo sólo reí y negué con la cabeza–
Al no tener otra cosa que hacer decidí dormirme un rato, no se cuánto tiempo fue, lo que si sé es que al despertar estaban aparcando un auto en unas ruinas, me abrieron la puerta para bajar, el hombre tenía la vista gacha, me indicó que lo siguiera y así hice, llegamos a una sala, ahí se encontraba Mello con su típica barra de chocolate, del otro lado del sofá, el mismo hombre calvo, esta vez con una chica a cada lado suyo, fui a sentarme con el rubio, me rodeó el cuello apegándome a él.
—¿Qué tal el intercambio?
—Mello, te juró que si algo le pasó a Sayu, te mato –dije molesta– le has de haber dejado un trauma –fruncí el ceño– y es enserio, ¿pedirme como parte del intercambio?
—Te quería tener cerca durante un rato, si te secuestraba te empezarían a buscar.
—Tienes suerte de que reaccioné antes que cualquiera. En fin, ya veo que tienes la Death Note.
—Si, ahora debo averiguar que tanto puedo controlar a las personas con esto –dijo analizando la libreta–
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