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Para ser una mejor sociedad se tenían que civilizar, fue así como mataron a los lobos metafóricamente hablando. Negaron sus raíces durmiendo al lobo en el fondo de su cuerpo amarrándolo con cadenas.
A Yoongi no le importaba nada de eso, su lobo interior le parecía un viejo cuento, si una voz en su cabeza llegaba hablarle moriría en un instante.
En la actualidad las jerarquías se identifican por los olores y era muy fácil, olores dulces cálidos y frescos como la primavera eran omegas, olores potentes, amargos y fuertes eran de alfas, los que no tenían olor eran betas. Y los deltas eran el caso especia, alfas marcados por alfas, existían pocos de ellos. En una sociedad moderna no podías ir marcando a las perdonas como tu propiedad, por esa razón no existían las marcas de lazos, era mal visto, una vergüenza se podría decir. Los instintos salvajes fueron erradicados, bajo esas normas se creó una sociedad civilizada.
Tropezó un par de veces con ramas, mas no cayó. Apreciaba lo que sus ojos veían, la naturaleza siempre es hermosa. La tenue luz del sol le animaba a que avanzara más y más profundo, el paisaje era hipnótico. De pequeño en los campamentos lloraba y se encerraba en la tienda de campaña decía que los mosquitos lo querían dejar seco, de grande fue lo mismo, su preciosa piel era sagrada, no dejaba que tuviera manchas, moretones o marcas.
Ahora que veía más de cerca podía ver de lo que se perdió. Al inicio las ramas tiradas estaban secas, después la hierba se asomaba y entre más avanzaba el verde y los colores de las flores predominaba.
Minutos después cansado de la caminata a trompicones decidió sentarse en el tronco de un árbol caído. Embobado deslizaba la vista de un lado a otro, agradecía tener manga larga y el cuello abotonado por lo que no le picaba ningún insecto. El hipnotismo llego a su fin en cuanto cayo rendido en el césped, la luz de la noche comenzaba a caer entonces.
Le pareció el lugar perfecto para tomar una siesta, el pasto era suave, tan suave.
No soñó nada, tuvo la mente en blanco hasta despertar.
Escupió el pasto que tenía en la boca limpiándose el resto con la manga de la camisa que sobre salía del saco. Cerro los ojos enseguida, recordaba donde estaba y sabía lo que pasaba.
—Estoy perdido —susurró.
[¿Perdido?]
Yoongi se quedó inmóvil antes de hacer cualquier cosa.
[¿No sabes cómo volver a casa?]
La voz le hacía preguntas. Apretó los ojos con fuerza. Era el momento de morir. No estaba preparado. Intento regularizar la respiración hasta lograrlo.
¿Pensar o hablar? Era el dilema.
—¿Tu... tu estas en mi cabeza? —la voz le temblaba.
[¿Tú me acabas de escuchar?] la voz se escuchó asombrada.
—No —negó de inmediato —Vete. No quiero escucharte — Ahora apretaba los puños, estaba hecho bolita en el césped.
[¡Me escuchas, no puedo creerlo me escuchas!]
La voz estaba demasiado emocionada lo cual le asustaba más. Espantado se levantó para salir disparado como bala a quien sabe dónde, una rama quebrada se interpuso en su camino. Intentaba saltar el tronco en el que antes se había sentado y ahí fue donde sintió la rama filosa rasgarle la ropa en forma diagonal, la piel le ardió. Se llevo la mano al corte mientras se balanceaba en un intento por no terminar cayendo, a duras penas pudo mantenerse en pie, recargándose en un árbol.
La poca luz que había le dejo ver algo sorprendente. Una enorme figura se plantó frente a él, las piernas le flaquearon de nuevo, pero fue más fuerte para mantenerse en la misma posición. Esa cosa era un lobo gigante como lo veía en los dibujos y películas; parado en cuatro patas, el pelaje era negro con blanco como cubierto por nieve, ojos amarillos dando una mirada penetrante. Descripción de libros. Le faltaban los colmillos que solían describir cuando les decían que podían arrancarle la piel. La criatura no parecía querer comérselo, tenía un aura pacifica mas no podía confiarse.
[No temas]
Si no se desmayó antes tenía que hacerlo ahora.
—Por dios, hablas —se enderezo para quedar de frente como encarándolo.
[No exactamente. Tú me estas escuchando en tu cabeza]
—Trágame tierra —susurro —me acabo de volver loco. ¿Cuántos días, meses o años llevo atrapado en este bosque?
Se le prendió el foco. Por esa razón el bosque estaba maldito, seguramente la gente se volvía loca por perderse.
[No te has vuelto loco. El bosque no está maldito] la voz estaba medio molesta.
—Mi imaginación es grande. Pero esto si duele —se quejó echándole un vistazo a su brazo. Era un rasguño superficial, tenía un pequeño rastro de sangre. Aun así, le ardía.
La criatura hizo un intento de acercarle el hocico a su brazo por instinto se cubrió rápido este apartándose un poco.
[Si no quieres no lo hare. Intentaba aliviar el dolor]
Aléjate. Pensó Yoongi.
El lobo hizo lo que le ordeno.
[No te hare daño]
Olvidaba que el lobo de su imaginación leía sus pensamientos.
—Deja de leer mi mente —le hablo aun si era su imaginación debía de tener control sobre ella, se decía.
[Tú me estas dejando hacerlo]
—Pues te ordeno que te esfumes como el humo —hablaba con un tono despectivo —De todo lo que me podía imaginar, termine imaginando un perro... —el chillido lastimero que salió del hocico del lobo le hizo callar, la criatura bajo la cabeza desviando la mirada. Se aclaro la garganta antes de volver a hablar —lo... lobo, dije lobo —tartamudeo.
No entendía porque se retractaba con algo que no existía. La deshidratación lo tenía delirando.
[Te guiare a la salida]
¡Si! era lo que necesitaba. El lobo sin esperar respuesta camino en dirección desconocida, en ese momento no dudo de que lo llevara a internarse más a fondo del bosque, confiaba por extraño que pareciera en su imaginación. El cerebro era asombroso por lo que en lo más profundo de este seguramente estaba grabado el camino de regreso. Sin darse cuenta dejo de lado el ardor de la herida, caminaba a paso rápido detrás de la enorme figura tropezando con las ramas, se notaba que no estaba para nada familiarizado con el bosque, el lobo caminaba como si bajo de el hubiera nubes, mantenía una postura derecha caminando casi con elegancia.
Con forme avanzaban el ruido de los autos se escuchaba, cada vez estaban más cerca. Con sus andares torpes y la cantidad de camino que llevaban recorridos, sus piernas no aguantaban más. Ya se veía estampado en el suelo de no ser porque el lobo o sostuvo con la cabeza, se pescó bien de este soltando un suspiro de alivio, clavo la mirada en aquellos ojos amarillos, todo en el bosque era hipnótico. Noto que no eran de un color amarillo patito, eran más claros con destellos verdes eran hermosos.
[Llegamos]
El lobo lo aparto ayudándolo a quedar de pie. Yoongi giro la vista a la carretera, estaban enfrente del restaurante, suspiro aliviado. Antes de entrar a la civilización le fue imposible no acariciar el suave pelaje que sintió bajo las palmas de sus manos, solo tenía que estirar la mano. Lo hizo. Le acaricio por encima de la nariz, el lobo cerro los ojos por un momento dejándose tocar.
—Gracias lobito. Quizás te vea en un sueño —dijo recordando que era parte de su imaginación y que era probable volver a verlo. Y así lo quería, una parte de el deseaba volver a verlo.
Sin más le sonrió antes de soltarlo para alejarse. Era momento de regresar a la realidad.
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