Capítulo 5to

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Vine a escuchar tu historia — respondió serio mientras cerraba la puerta y se recargaba sobre ella — Y no me iré de aquí hasta que me digas lo que quiero saber

N-No sé de qué me hablas... —

No intentes fingir — le advirtió, no estaba para juegos — Algo está mal contigo, lo sé desde que apareciste en ese lago —

C-Creo que no es algo que le incumba — la mirada de la mujer frente a él había cambiado, se tornó fría e impersonal.

Lo es desde que mi destino fue ligado al tuyo — se acercó más, sin dejarle escapatoria — Empieza a hablar, no te dejaré hasta que lo hagas —

¿No le han enseñado que irrumpir en un lugar sin permiso es una falta grave? — puso distancia entre ellos, no quería que la tocara — Y más si se trata del cuarto de una mujer 

Ahórrate tus sermones, no vas a convencerme con eso — al ver que el pequeño se removía incómodo por el ruido de ambos, decidió optar por salir de ahí.

A pesar de las quejas del pelinegro, pasó por su lado sin detenerse. Salió de la habitación en dirección al jardín, tomando el dobladillo del largo camisón para que no tocara la tierra mojada. Cuando estuvo lo suficientemente lejos de la entrada principal, se detuvo expectante, con el pelinegro pisándole los talones.

... Además, ¿Cuál es el punto de venir aquí? 

Eres ruidoso — le dijo con la vista perdida en las estrellas.

¿Disculpa? 

Eres ruidoso — inclinó la cabeza para mirarlo con superioridad — Tus quejas de niño caprichoso despertarían a todos si nos quedábamos ahí —

Si el cambio en su personalidad lo afectó, no lo demostró en absoluto. Sólo se dedicó a meter sus manos en los bolsillos de su pantalón, guardar silencio y patear las piedras que encontraba como si fuera lo más interesante del mundo.

Hyūga — mencionó de repente, captando su atención — Pertenecía al clan Hyūga, hace ya muchos años —

"¿Hyūga?" se preguntó internamente, no recordaba haber escuchado nada sobre ellos, ni siquiera una sola vez.

No éramos tantos, pero sí los suficientes para ser temidos en la época de la gran guerra, antes que se asentaran los primeros pobladores. Pero al perecer ahora somos un recuerdo — siguió con su relato, perdida en sus propios recuerdos — Vivímos en prosperidad y sencillez por mucho tiempo, hasta que la avaricia de un hombre nos despojaron de todo — el dolor se reflejó en sus perlas, brillantes como la noche — Me quitó a mi familia, mi hogar... Uzumaki Ashina me arrebató todo —

No me digas... ¿Uzumaki Ashina, el primer rey? — su afirmativa lo dejó pasmado. Si esa mujer conoció al hombre en cuestión, entonces ¿Eso significaba que era una anciana?.

"¿Pero... cómo?"

Eso no puede ser posible — Shisui apareció de entre las sombras, lo había escuchado todo — De ser así, te ves muy joven para ser verdad —

En realidad el pelinegro trataba de tentar terreno, a fin de poder establecer una conexión con su aparición en el lago. Además, si ella tenía información sobre ese bastardo, le ayudaría a descifrar el mensaje que habría dejado en sus manos el antiguo líder de su pueblo, Uchiha Fugaku.

Es la verdad, aunque no lo creas — se abrazó a sí misma buscando confortarse — Morí aquella vez, o eso creí. Tsuki me rescató en el último momento. Me perdí en algún lugar hasta aparecer nuevamente en el lago, la noche que nos encontramos 

El silencio los envolvió a todos por un rato, trataban de procesar la información dada por la joven, en especial Sasuke, quien no terminaba de creerse el cuento. Según él los muertos no podían volver, era inimaginable que pudieran ser capaces de ello.

Deberíamos entrar — apremió el mayor de los chicos — Mañana será un día agitado 

●●●●

Varios días habían pasado ya sin muchos avances. Los tres jóvenes se dedicaban a cuidar las tierras, el ganado, mantener a raya a las cabras, esquilar las ovejas y dar una mano con los pocos cultivos mientras Asuma salía a vender el producto y Kurenai cuidaba a ambos niños. En un principio Sasuke se veía reticente a que la mujer cuidara de su hermano, alegando que no confiaba del todo en ella, pero luego de mucho hablarlo y ésta garantizar que no habría ningún problema, tuvo que aceptar al fin su insistencia. La pelinegra estaba feliz de tener un bebé de nuevo en brazos, había pasado mucho tiempo desde que había tenido la sensación maternal de sostener una vida frágil a la par de hermosa.

¿Por cuánto tiempo haremos esto? — se quejó el más joven, al igual que todos los días anteriores.

¿Te refieres a esquilar las ovejas? — cuestionó sin esperar una respuesta — Mmm... un par de días tal vez, nos faltan más de la mitad, así que debemos continuar 

No, no hablo de las estúpidas ovejas — ya había anochecido, pero ellos seguían con el trabajo — Me refiero a estar aquí sin hacer nada, deberíamos estar planeando cómo solucionar mi problema —

No eres el único con problemas — la peliazul apareció, sucia de estar trabajando en el jardín, con una bandeja de queso, galletas y algunas frutas — Así que no seas impaciente —

Deberías escucharla —concedió Shisui, yendo a lavar sus manos para acercarse a tomar el alimento — Además, ¿Quién dice que yo no he hecho nada?. Estos días mis fuentes andan recolectando información, sólo es cuestión de tiempo para que lleguen —

Hmmph, por tu bien eso espero — mosqueado, el pelinegro se había acercado para probar lo que la peliazul había traído.

Mmm... está bueno — se relamió contento — Mamá en verdad mejora cada día 

E-En realidad y-yo los hice — un tanto sonrojada por ver su efusividad se atrevió a corregirlo. Su mirada de asombro la hacía recordar buenos momentos.

¿Eh?... ¡Eso es increíble! — rodeó sus hombros en complicidad mientras seguía comiendo — Tienes que decirme cómo lo haces —

Sasuke por su parte, los observaba conversar algo alejado, no le interesaba lo más mínimo cómo hacer queso de cabra. Lo único que quería era resolver su asunto familiar, aunque encontrara su muerte en el camino, estaba seguro y dispuesto. Quería hacer pagar a los responsables y encontrar la paz, sólo eso pedía.

Un aleteo sobre su cabeza llamó su atención, vio a un halcón cruzar el cielo nocturno hasta posarse cerca del chico Sarutobi. Le vio desatar una nota atada en una de sus patas, leer el contenido y con una gran sonrisa alzar el papel en su dirección.

Parece que ya tenemos algo que planear, Sasuke 

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Nos leemos (✿◠‿◠)

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