18 | visitando muertos
.:. CHAPTER EIGHTEEN .:.
( VISITING DEAD )
PASARON VARIOS DÍAS SIN HABLAR DE RON. Pero aún asi Hermione seguía sufriendo en silencio, lloraba por las noches y Lyra siempre trataba de animarla y consolarla lo más que podía.
Durante el día se dedicaban a determinar las posibles ubicaciones de la espada de Gryffindor, pero, cuanto más hablaban de los sitios donde Dumbledore podría haberla escondido, más desesperadas y rocambolescas eran sus especulaciones.
Pasaban muchas veladas casi en silencio, y a veces Hermione sacaba el retrato de Phineas Nigellus y lo ponía encima de una silla, como si ese personaje pudiera llenar parte del hueco que había dejado Ron con su partida. Pese a haberles asegurado que nunca volvería a visitarlos, Nigellus no fue capaz de resistir la tentación de saber más cosas sobre lo que Harry se traía entre manos, y aceptó reaparecer de vez en cuando con los ojos vendados
Como cada vez hacía más frío, no se atrevían a quedarse demasiado tiempo en ninguna región. Así que, en lugar de permanecer en el sur de Inglaterra, donde lo que más les preocupaba era que hubiera una helada negra, siguieron viajando sin rumbo fijo por todo el país, afrontando sucesivamente diversos accidentes climatológicos, como el aguanieve que los sorprendió en la ladera de una montaña, el agua helada que les inundó la tienda mientras se hallaban en una amplia marisma, o la nevada que enterró la tienda casi por completo durante su estancia en una diminuta isla de un lago escocés.
-¿Yo también puedo tener un retrato asi cuando me muera? -le preguntó Lyra a Phineas Nigellus mientras jugaba con el collar que Dumbledore le había dejado- Molestaría a los demás aún después de muerta, eso seria fantástico.
Phineas Nigellus había comenzado a aceptar más a Lyra, había dejado de lado que su padre era un traidor y que ella Gryffindor. Pero Nigellus no la soportaba cuando ella comenzado a hacer preguntas estúpidas como esas.
-Voy a joderle la vida a mis nietos como lo hacia mi abuela -se rio- Si, les diría algo como «¡Vergüenza, han deshonrado mi apellido cuando decidieron comenzar a hablar!» -la rubia volvió a reirse- Oh, pero si aprender a hablar más lento que los demás no me voy a burlar de ellos, porque yo también aprendí a hablar más tarde pero era porque yo estaba traumada. Van a ser mis nietos favoritos.
-¿Traumada, dices? -inquirió Phineas Nigellus con interés.
-Si, mi abuelo dice que fue porque me separaron de mis padres de un día a otro y sospecha que yo vi morir a mi mamá, pero obviamente yo no me acuerdo asi que...
-¿Nix podrías venir un momento? -preguntó Hermione llamando la atenciode la rubia.
Lyra dio vuelta la cabeza para ver a Hermione que sostenia el libro que Dumbledore le había dado, Harry estaba a su lado y parecía algo ¿nervioso?
-¡Adios, Phineas Nigellus, siempre es un placer! -se despidió la rubia antes de volver a meter el retrato en el bolso de Hermione y acercarse a ella- ¿Que pasa?
-¿Me ayudarian un momento? -preguntó Hermione mostrándoles Los Cuentos de Beedle el Bardo- Miren ese símbolo -señalo la parte superior de una página, había un dibujo de una especie de ojo triangular, con una línea vertical que atravesaba la pupila.
-Ya sabes que nunca he estudiado Runas Antiguas, Hermione -le dijo Harry.
-Sí, lo sé, pero esto no es una runa, y tampoco aparece en el silabario. ¿Nix tu lo reconoces?
-Creo que lo vi en algún lado, quizás por mi abuelo -dijo Lyra aún observando el dibujo- Pero parece algo más satánico.
-¿Y tu, Harry? -preguntó Hermione- ¿lo habías visto alguna vez?
-No, no lo... ¡Espera un momento! -se acercó un poco más al libro- ¿No es
el símbolo que el padre de Luna llevaba colgado del cuello?
-¡Eso mismo he pensado yo!
-Entonces es la marca de Grindelwald.
-Oh bueno, ahora eso tiene más sentido, ya estaba pensado que mi abuelo hacía pactos con el diablo o algo asi.
Harry les relató la historia que le había contado Viktor Krum el día de la boda.
-Conque la marca de Grindelwald, ¿eh? -dijo Hermione- Nunca he oído decir que Grindelwald tuviera una marca. Eso no se menciona en ningún libro sobre él que yo haya leído.
-Bueno, como te he dicho, Krum me contó que ese símbolo estaba grabado en una pared de Durmstrang, y que Grindelwald lo puso allí.
-No estoy segura pero creo que Dumbledore busco a mi abuelo por algo relacionado con Grindelwald -comento Lya suspirando.
-Esto es muy raro. Si es un símbolo de magia oscura, ¿qué hace en un libro de cuentos infantiles?
-Sí, es muy extraño -admitió Harry- Y se supone que Scrimgeour debería haberlo reconocido. Como ministro, tendría que haber sido un experto en temas relacionados con la magia oscura.
-Sí, claro. Quizá creyó que sólo se trataba de un ojo, como me ha pasado a mí. En todos los otros cuentos hay dibujitos encima del título.
-Miren, yo... -comenzó Harry.
-¿Hum?
-He estado pensando y quiero... quiero ir al valle de Godric.
Lyra miro a Hermione esperando una respuesta.
-Creo que es una buena idea -lo apoyó la rubia rápidamente- Por favor, Herms.
-Ya -dijo- Sí, yo también lo he estado pensando. Creo que tendremos que ir
allí.
-¿Seguro que me has oído bien? -se extrañó Harry.
-Claro que sí. Has dicho que quieres ir al valle de Godric. Estoy de acuerdo; creo que deberíamos ir. Tampoco se me ocurre ningún otro sitio donde pueda estar. Será peligroso, pero cuanto más lo pienso, más probable me parece que esté allí.
-Oye... ¿a qué te refieres exactamente?
-¡A la espada, Harry! Dumbledore debía de imaginar que querrías volver allí. Al fin y al cabo, el valle de Godric es el pueblo natal de Godric Gryffindor, así que...
-¿En serio? ¿Gryffindor era del valle de Godric?
Lyra se burló.
-Harry, a veces pienso que eres estúpido.
-Dado que el pueblo lleva su nombre, imaginé que lo habrías relacionado -dijo Hermione- Espera, en Historia de la magia se habla un poco del pueblo...
Abrió el bolsito y sacó aquel viejo libro.
-«Tras la firma del Estatuto Internacional del Secreto en mil seiscientos ochenta y nueve, los magos se escondieron para siempre. Seguramente era natural que formaran pequeños grupos dentro de una comunidad mayor. Muchos pueblos y aldeas atrajeron a varias familias de magos que hicieron causa común para ayudarse y protegerse mutuamente. Las localidades de Tinworth, en Cornualles; Upper Flagley, en Yorkshire, y Ottery St. Catchpole, en la costa sur de Inglaterra, fueron destacadas residencias de grupos de familias de magos que vivían junto a muggles a los que, a veces, habían hecho el encantamiento confundus. La
más famosa de esas moradas semimágicas quizá sea el valle de Godric, el pueblo del West Country donde nació el gran mago Godric Gryffindor y donde Bowman Wright, el herrero mágico, forjó la primera snitch dorada. El cementerio está lleno de nombres de antiquísimas familias de magos, y eso explica que proliferen las historias de apariciones que durante siglos se han relacionado con esa pequeña iglesia.»
»No menciono a Lyra y su família y tampoco a ti ni a tus padres -observó cerrando el libro- porque la profesora Bagshot no abarca en sus estudios nada posterior al final del siglo diecinueve. Pero ¿lo ves?: el valle de Godric, Godric Gryffindor, la espada de Gryffindor... ¿No creen que Dumbledore debía de suponer que lo relacionarías?
-Sí, claro, claro.
-¿Recuerdas lo que dijo Muriel?
-¿Que dijo? -preguntó Lyra que estaba segura que no había hablado con la señora en la fiesta de Bill.
-Dijo que Bathilda Bagshot todavía vive en el valle de Godric.
-Bathilda Bagshot -repitió Hermione- Bueno, supongo que...
De pronto soltó un grito ahogado y Lyra se alejo un poco mirando a su amiga como si le hubiera crecido una segunda cabeza.
-¿Estas demente o qué?
-¿Y si Bathilda tiene la espada? ¿Y si Dumbledore se la encomendó a ella?
-¡Sí, podría ser! Bueno, ¿vamos al valle de Godric, pues?
-Sí, pero tenemos que planearlo muy bien. Para empezar, debemos entrenar para desaparecernos juntos bajo la capa invisible; y también sería prudente practicar los encantamientos desilusionadores, a menos que prefieran, ya que estamos, utilizar la poción multijugos y tu Nix utilizar tu metamorfosis a favor...
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-¡CUANTA NIEVE! -susurró Hermione bajo la capa- ¿Cómo no lo tuvimos en cuenta? ¡Con todas las precauciones que hemos tomado, ahora vamos a dejar huellas!
Tendremos que borrarlas. Ustedes delante, ya me encargo yo.
-Quitémonos la capa -propuso Harry- No tenemos nuestro físico y por aquí no hay nadie.
El muchacho se guardó la capa debajo de la chaqueta y, ya sin trabas, se pusieron en camino.
A Lyra le fue inevitable pensar en su padre y en la vez que habían ido a su casa, su verdadera casa.
En medio de la plaza, rodeado de luces de colores ensartadas y parcialmente tapado por un árbol de Navidad sacudido por el viento, se erigía un monumento a los caídos en la guerra.
Lyra, Hermione y Harry veían a los habitantes del pueblo, que iban y venían iluminados fugazmente por las farolas; oyeron risas y música pop al abrirse y cerrarse la puerta de un pub y, poco después, el cántico de un villancico en la iglesia.
-¡Me parece que es Navidad!
-Vamos al cementerio -dijo Lyra- Mi mamá y mi papá estan ahí, bueno, papá significativamente porque ya saben.. -la rubia tomo a Hermione y a Harry de la mano y los obligo a seguirla.
Pero cuando se encontraban hacia la mitad de la plaza, Hermione se detuvo.
-¡Mira, Harry!
Señalaba el monumento a los caídos, que, al pasar ellos por su lado, se había transformado. En lugar de un obelisco cubierto de nombres había una composición escultórica: un hombre de pelo revuelto y con gafas, una mujer con melena y una cara hermosa y amable, y un bebé sentado en los brazos de su madre.
-Vamos -dijo Harry luego de un momento y siguieron hacia la iglesia.
En la entrada del cementerio había una cancela. Hermione la abrió con todo el cuidado que pudo y se colaron dentro. A cada lado del resbaladizo sendero que conducía hasta las puertas de la iglesia se acumulaba una gruesa capa de nieve intacta. Se apartaron de él y avanzaron por la nieve abriendo un profundo surco detrás de ellos; rodearon el edificio manteniéndose en las zonas en penumbra y evitando las ventanas iluminadas.
-Yo... -comenzó Lyra apretando su varita- Voy a ver a mis padres, ya vuelvo.
Lyra se alejo de sus amigos y empuñando la varita se acerco hasta donde recordaba que estaban las tumbas de sus padres.
La rubia nunca le había dado mucha importancia a la tumba de Aurora Rossey que estaba muy cerca de la de Venus, pero algo logro llamar su atención y retrocedió un poco para apreciar las flores al frente de la lápida.
Lyra no creia que sus abuelos tuvieran tiempo en medio de la guerra para ir a dejarle flores, asi que ¿Quien más iba a ir a llevarle flores? Lyra sabía que los amigos de Aurora estaban muertos, asi que los descartó desde un principio, luego la loca idea de Voldemort dejandole flores a Aurora Rossey se le cruzó por la cabeza pero también lo descartó.
Lyra prefirió no darle más importancia y se acerco a la tumba de sus padres que estaban juntas.
Sirius Black, 3 de noviembre de 1959 - 18 de junio de 1996.
Amado padre, esposo, perro y amigo.
Venus Scamander, 10 de octubre de 1959 - 31 de octubre de 1981.
Amada y apreciada hija, madre, hermana y amiga fiel.
Los que nos aman jamás nos dejan y siempre estaran en nuestro corazón.
Lyra levantó su varita, describió un círculo en el aire y apareció una corona de eléboro que dejo entre las dos lapidas.
-Estoy luchando por una buena causa -dijo en un susurro- Estarían orgullos de mí.
Y dandose medía vuelta, Lyra volvió hacia donde estaban Harry y Hermione.
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